Basado en los capítulos 19 y 20 del anime Hunter x Hunter (1999).
Capítulo Uno: Narrado desde el punto de vista de Ponzu.
Disclaimer: Ni Hunter x Hunter, ni cualquiera de sus personajes me pertenecen. Como humilde fan que soy, los he tomado prestados de deliberada manera, para simples y puros fines de diversión.
Capítulo 1: Raro sentimiento.
Un suspiro más se me escapó. Hace rato que llevábamos intentando comunicarnos con el exterior por medio de aquel radio que habíamos encontrado en el barco, pero nada parecía indicar que llegaríamos a obtener respuestas y me estaba cansando de esperar.
—¿Nada aún? —no iba a negarlo, estaba ansiosa, así que no pude evitar observar fijamente al chico que vigilaba los sonidos a través de un par de auriculares, anhelando una respuesta afirmativa.
Mi compañero negó con la cabeza. —No... —Él también suspiró tras quitarse los audífonos.
Todo lo demás fue silencio. No habíamos intercambiado palabra alguna más que por el trabajo que nos había encargado el aspirante número 294, Hanzo.
—Ponzu… —escuché que decía mi compañero.
—¿Qué sucede? —no pude evitar sonar cansada. Distraídamente, observé la figura del muchacho, intentando recordar si había algo más que pudiera hacer ahí para poder salir del aprieto en que nos hallábamos.
—¿Ah? —su forma de reaccionar me llamó la atención, parecía como si no hubiera esperado que le respondiera... ¿Para qué había dicho mi nombre entonces? Había pegado incluso un pequeño brinco y los audífonos que se había quitado terminaron en el suelo.
Luego de ruborizarse, se agachó a recogerlos.
"Qué torpe..." Sonreí para mí, burlándome un poco. "Pero, también, lindo..."
—No, nada —respondió luego de volver a alzarse y sin mirarme.
Parpadeé. "¿Dije lindo...?"
Sino mal recordaba, su nombre era Pokkle. Solté un "hmp" demasiado ruidoso a propósito, con el que conseguí hacerlo sobresaltar. —Tú te llamabas... —por alguna razón que no entendí, me sentí un poco torpe cuando comencé a hablar. —Pokkle, ¿verdad?
Él se volvió hacia mí, con un gesto que me pareció tímido(¡y otra vez lindo!). Lo vi apartar su mirada de nuevo y sonreír de lado. —No me llamaba, me llamo —me miró de reojo y sentí algo en mi estómago moverse. —Todavía no me pasa algo para que comiences a decirlo en pasado.
Sentí mi rostro arder. —¡Eso ya lo sé! ¡Es un decir, idiota! —exclamé impulsivamente. Luego, me di cuenta de lo que había querido decir con eso. Y entonces, sentí que mi sonrojo cobró un verdadero significado. —Lo siento, no quise-
—No. Perdona. —No me dejó terminar. —Estaba tratando de hacer una broma, pero creo que eso no es algo con lo que se pueda bromear, ¿verdad?
Parpadee de nuevo. —¡Por supuesto que no! —Me sentí de verdad avergonzada al saber que sólo era una broma y yo ya me lo estaba tomando en serio. —¡No es algo con lo que se deba bromear!
Escuché como se reía un poco y luego observé como se llevaba la mano a la nuca. —Tienes razón. Perdón.
Entorné los ojos para mirarlo y sentí mi ceño fruncirse al mismo tiempo. Abrí la boca, pero antes de poder decir nada, acabé por suspirar. —No, de verdad siento no haberme expresado bien. Usé mal mis palabras. Perdón. —Busqué su mirada, para confirmar la sinceridad con la que hablaba. Pero, cuando pude ver sus ojos fijos en los míos por un tiempo indefinido... sentí que mi corazón, de pronto, comenzó a palpitar a un ritmo extraño.
Primero lo sentí hundirse en mi pecho. Y después dio inicio a una nueva marcha que lo iba acelerando.
Aparté la mirada cuando, otra vez, tuve la sensación de hundimiento. Y fue entonces cuando noté lo frío que estaba el aire rodeándome, pero... era más como si mi piel de pronto estuviera quemándose por sí sola. Tragué saliva y con ello percibí un nudo en mi garganta. De nuevo mi corazón iba a un ritmo acelerado.
Me obligué a tomar una inhalación profunda mientras apretaba los ojos. —A-ay... —escuché que mi voz ahora salía extremadamente temblorosa y me regañé. "¡Cálmate!"
Forcé una sonrisa y, antes de que me diera cuenta, había escuchado una risa nerviosa brotar de mis labios. Dirigí mi mirada de nuevo al chico frente a mí, que, también, había comenzado a reír y volvió a poner sus ojos en los míos.
Intenté mantener mi mirada sin sentirme tan alterada como antes, diciéndome que no tenía porque sentirme así. Y entonces pude darme cuenta de que Pokkle se había ruborizado otra vez... ¿Estaría yo igual de ruborizada? Me reí, controlando el impulso de llevarme las manos a la cara para comprobarlo por mí misma.
—¿Por qué te has puesto rojo, Pokkle? —Fue un gran alivio no escuchar mi voz temblar. Tanto.
Esto pareció incrementarle el color. Y sin embargo, también rió. —¿Y por qué lo has hecho tú?
Sentí un nuevo cambio en la temperatura del aire. —¡Yo no estoy roja! —Intenté defenderme.
Pokkle rió nuevamente. —Te estoy viendo y créeme, lo estás. ¡Ahora incluso más! —Volvió a reír. —¡Te ves tan linda así...!
Entonces, se llevó las manos a la boca. Y su rostro simplemente pareció estallar en una nueva tonalidad del rojo. Brillante, muy brillante.
Apreté los labios. Mis mejillas estaban muy calientes ya, pero ahora, parecían hervir. Sin embargo, mis labios temblaron y se deshicieron de su tensión en una sonrisa que se apoderó de mi rostro y propició el comienzo de una carcajada fuerte.
—¡Mírate tú! ¡Ni siquiera sabía que era posible ponerse así de colorado! —Fue lo que pude decir entre risas.
Apenas pude verlo llevarse las manos a la cara para cubrirse el rostro, cuando comencé a reír incluso más fuerte. Incluso sentí unas lagrimitas salir de mis ojos.
Cuando pude dejar de reír, me limpié los restos de las lágrimas de los ojos y, sin dejar de sonreír, respiré algo jadeante. —Así que... linda, eh... —volví a sentir el sonrojo en mis mejillas, pero eso no me importó más. —Me halagas... —murmuré sin dejar de sonreír a pesar de no saber cómo tomarme sus palabras.
—Por favor, ya... —lo escuché quejarse tras sus manos y me hizo sentir un poco culpable.
Me incliné sobre la mesa y apoyé mis codos sobre ella, para colocar mi mentón entre mis manos. —Perdón. No intento hacerte sentir mal, en serio...
Separó unos de sus dedos para poder verme a través de ellos. —No, no me haces sentir mal, en realidad... —bajó lentamente sus manos. Y se las quedó mirando cuando dijo: —... me gusta mucho escuchar tu risa por alguna razón, no estoy seguro de... —me miró a los ojos y de nuevo sentí mi corazón hundirse —... porqué, pero, es como si brillaras y... —observé sus ojos desviarse lentamente hacia abajo.
Por un segundo, pude sentirme completamente perdida respecto a esa acción. Entonces, repentinamente, capté donde se había dirigido su atención...
Mi mirada se fijó en sus labios y pude ver su lengua pasarse rápidamente por ellos. Me estremecí. —He-¡hey! ¿Qué estás- ¿Tratas de-
Volvió a verme a los ojos y entonces, como si se hubiera dado cuenta de lo que había hecho, se echó hacia delante nerviosamente, se colocó los auriculares con torpeza y volvió a su labor anterior de buscar sintonizar con alguna frecuencia de radio.
Justo en el momento en que me alcé, un poco rígida, llegó el chico rubio del número 404 a preguntarnos si había algún avance. Ambos negamos y, después de una pequeña charla, se volvió a retirar.
De nuevo el silencio se apoderó de la sala.
—Así que… —quise intentar iniciar de nuevo una conversación. Quizá no como la anterior, pero no quería quedarme con la sensación de haber metido la pata en aquella nueva relación que apenas empezaba. Antes de que pudiera hacer algo más, el radio comenzó a hacer unos ruidos interrumpidos por estática. Abrí mi boca, sintiendo una nueva emoción. —Está captando algo —me contuve para no sonar ni estar demasiado emocionada, pero aún así mirando atentamente los movimientos que hacía Pokkle con las perillas de la radio, buscando sintonizar los ruidos en una frecuencia sin estática.
Pokkle negó con la cabeza. —Sigue sin servirnos de algo...
—¡Sigue probando! ¡Apenas hemos comenzado! —Mi voz sonó un poco más desesperada de lo que esperaba y el chico a mi lado me dedicó una mirada divertida que entendí con facilidad. —¿¡Qué!? ¿¡No quieres tanto como yo comunicarte con alguien!?
Pokkle rió. —Bien, bien. Pero será mejor que avisemos a los demás, esto también los pondrá contentos. Quizá no tanto como a ti, pero-
—¡Silencio! ¡Lo haré ahora mismo!
¡De nuevo me había vuelto a ruborizar! ¡Pokkle tonto!
Él, por su lado, disimuló su risa un poco volviendo a su labor.
Carraspeé y me dirigí al comunicador para poder hablar a la parte superior del barco. —Habla Ponzu. Tenemos un cambio en la frecuencia. Percibo sonidos en la onda electromagnética.
—¿Percibes?
Escuchar su burla me hizo volver a verlo con verdadero enfado. —¿Quieres hablarles tú? —La pregunta había sido irónica, pero él lo ignoró por completo y al momento en que le abrí el paso hacia el altoparlante, se inclinó un poco en mi dirección sin quitar su mirada de lo que hacía con la radio.
—Parece que el aire está denso.
Reprimí cualquier clase de grito o queja. No había podido evitar dar un paso atrás al verlo cerca, me estaba sintiendo muy nerviosa. Y entonces escuché sonidos desde afuera.
—Espera un momento…
Pokkle se levantó de su asiento repentinamente y se dirigió hasta la salida de aquella oscura habitación. Lo seguí completamente extrañada. ¿Qué pasaba?
Llegamos a tiempo para ver las aves moverse de forma desesperada. —Están asustadas... —murmuré. ¿Sería un indicio de tormenta...? Pero no pude completar aquel pensamiento gracias a la imagen que se nos presentaba de la puesta en el horizonte.
Todo eso me sorprendió. En el aire se respiraba con facilidad la humedad. Y además, estaba esa extraña figura que nos mostraba el cielo...
—Ya entiendo la razón...
Me volví a verlo. No estaba segura de qué estaba hablando, por lo que seguí mirándolo, esperando a que atendiera mis dudas. —Por eso esta mañana no hacíamos contacto… —comenzó a explicar.
Sentí curiosidad por lo que estaba diciendo, una gran curiosidad por saber qué era lo que se estaba atravesando por su mente... Mordí mi labio, sintiéndome ligeramente ansiosa.
—Comenzó hace mucho, el aire ha estado presentando esta anormalidad. —Finalmente, se volvió a mí. —Me refiero a que desde el atardecer… bueno…
Seguí observándolo. Hasta su forma de vacilar tenía cierto encanto.
—Desde que el ángulo del sol cambió, la condición anormal de la atmosfera se hizo visible a nuestros ojos.
Tardé un poco, pero después de pensarlo, asentí. —Ya veo...
Cuando la tormenta se hizo presente (y cuando finalmente todos nos resguardamos en una de las zonas más altas del barco), dejé de darle vueltas a lo que podría o no hacer.
Teníamos 24 horas para actuar después de que acabara el primer ataque leve. Según aquel diario que habían encontrado, una ola que cubriría por completo todo lo que estaba sobre el mar llegaría pronto…
Sólo eso teníamos para escapar, pero por alguna razón inexplicable, eso era lo que menos me tenía con cuidado.
Pokkle era lo único que permanecía en mi mente y eso precisamente era lo que me preocupaba.
Este raro sentimiento…
¡Corrección realizada! (Y espero que me haya salido mejor que antes.) Deseché un fic anterior en el cuál este está basado. No me odien, por favor. Pero tenía que hacer algo mejor con mis propias habilidades. Las he ido puliendo de a poco para conseguir un mejor resultado y espero que esto me haya salido mil veces mejor que lo primero que ya había hecho.
Igual, tengo una idea para un nuevo fic basado en lo que hubo en el remake(¿así se escribe?) de Hunter x Hunter (2011). Ese (esos) va a ser mucho más fantasioso que este. Sin embargo, ¡igual serán de Pokkle & Ponzu!
Espérenlo.
~Blue~
