Saint Seiya no me pertenece, Masami Kurumada es su creador, The Lost Canvas es de Shiori Teshirogi.
¡ Hola mis queridos lectores! Regreso con otro fic, Kardia y Dégel son los protagonistas nuevamente.
Continuación de " Un sentimiento oculto".
DégelxFem!Kardia.
" Cuando la amistad se convierte en algo más, es hora de dar paso al amor..."
No había tiempo, la guerra santa estaba en su punto más alto, muchas vidas se habían perdido entre ellas las del patriarca Sage y su hermano Hakurei, por lo que Sísifo tomó el mando del ejército de Athena y era el que transmitía las órdenes de la diosa a los pocos caballeros dorados que quedaban.
Kardia estaba ansiosa, caminaba de un lado a otro en su templo, desde el inesperado beso con Dégel, se sentía más intraquila y poco confiada de lo que pudiera suceder en esos días. Si Albafika estuviera viva en sos momentos iría corriendo a Piscis y le diría lo sucedido, de seguro ella se hubiera horrorizado luego iría a su templo y pondría docenas de rosas venenosas en su habitación para que el acuariano no se le acercara, tal como hizo en una ocasión con Manigoldo.
Se permitió reír un poco mientras recordaba el rostro compungido de Manigoldo al intentar sacarse las espinas de las rosas clavadas en la armadura, al patriarca castigándolo por osado y Albafika hecha un energúmeno.
" Eres necia, si bien que lo quieres"
Su conciencia la bombardeaba día y noche instándola a admitir sus sentimientos.
—no estoy para amores tontos.
—Kardia ¿ estás aquí?
—¿otra vez tú?—masculló poniendo los ojos en blanco.
—Kardia.
" Ni se te ocurra lanzar tus agujas escarlatas"
—pero es un chinche...
" Pero lo amas, admítelo"
—pasa—dijo al ser vencida por su conciencia mientras se sacudió la capa y salía a recibir al visitante.
El caballero de acuario estaba sin sus inseparables lentes, lo cual permitía apreciar sus orbes violetas.
—vengo a hacerte una propuesta—dijo a modo de saludo pasando a su lado.
—¿es interesante?
—para ti sería un reto, Kardia.
Lo hizo pasar al interior de su templo, cuando estaban lo suficientemente alejados de los ojos curiosos, la amazona inesperadamente se desprendió la máscara para deleite de Dégel que sintió acelerarse su corazón de la alegría.
—sabía que ibas a mostrarte tal como eres.
La mujer hizo una mueca de desagrado, odiaba los halagos que para ella eran ridículos y sin fundamento.
—dejemos las declaraciones para otro momento querido Dégel—murmuró como quien no quiere la cosa ignorando que el galo la miraba con ojos de enamorado inmune a lo tosco.
Al ver que no emitía palabra alguna, carraspeó sacando a su compañero de su mundo de ensoñación mientras comenzaba a zapatear impaciente. El bello acuariano sonrió apenado, el albergar ese sentimiento hacía que sea tan fácil de leer y predecir incluso hasta por un ser humano normal.
Le contó de que se trataba su visita, Athena minutos antes le había comunicado que debía ir a buscar un Orichalco para garantizar el triunfo en la guerra, la amazona mostró desinterés ya que iba a ser a sus palabras " aburrido", pero Dégel le aclaró que era el oricalco de Poseidón y que se sentiría tranquilo si ella lo acompañaba en esa misión.
Cuando terminó su visita, lo despidió para prepararse de lo que definió como " su gran oportunidad de demostrar su poder y obtener su trofeo".
Ya a la noche, lo llamó vía cosmo diciéndole que tenía algo urgente que decirle ya que después de meditar la situación durante toda la tarde, la mujer tenía claro algo... Inconscientemente amaba a Dégel pero no se atrevía a abrir su corazón...
Con un beso desesperado, ella le dijo cuanto lo amaba que lo sentía por haber sido tan necia, tan ciega y orgullosa...
—calma—la separó para mirarla a los ojos—no te castigues así, siempre supe que me querías.
No sucedió nada más, Dégel la sostuvo en sus brazos toda la noche, no pararon de besarse hasta que sus alientos faltaron, al fin la tenía aunque quizá al día siguiente morirían.
—¿sabes?—comentó acomodándose para no tener dolores en la espalda—desde hace mucho tiempo, he soñado en que he vivido en otro tiempo.
—no eres la única, yo también he soñado.
—¿es muy probable que tengamos un pasado como pareja? digo, tú eres muy aficionado con esas cosas.
—no lo dudo—la acercó más para aspirar el aroma a manzanas.
—perdóname, por ser ciega—enterró su rostro en el cuello del galo buscando su aroma—yo no quise...
—lo sé—secó con su pulgar una lágrima que amenazaba con salir—no tengo nada qué perdonarte, yo te amo y nadie lo cambiará.
—así mañana estaremos en el Hades.
—te seguiré amando sea donde estemos—afianzó el abrazo—ni Hades ni Poseidón tienen poder sobre nuestras almas...
Continuará...
Es un poco corto,espero que les haya agradado, lo hice con mucho cariño n.n
