Manual para conquistar un amor imposible

Capítulo 1

Sora Okami, 18 años, 1,70 metros de estatura, esbelta, piel blanca y tersa, ojos grises (aunque sinceramente creo que usa lentes de contacto, pero bueno); más bonita que el promedio, popular en el Instituto (aunque básicamente la mayor parte de las mujeres de aquí la odian, tal vez porque la envidian, a mí me da igual).

Kojiro Hyuga, 18 años, 1,80 metros de estatura, moreno, atlético, ojos hermosos…ehm…digo cafés, atractivo, bastante masculino, de carácter fuerte, capitán del equipo de fútbol del Instituto y por ende popular entre hombres y mujeres.

Sora y Kojiro…ambos nos demostrarían a Ken y a mí lo difícil que es enamorarse en el Instituto, o más bien lo fácil que es enamorarse en el Instituto. Lo difícil es aceptar, enfrentar, confesar y seguir adelante con esos sentimientos; más si es un amor unilateral, un amor no correspondido.

En un pasillo del tercer piso del Instituto Toho los alumnos de las aulas adyacentes van saliendo lentamente después de que el timbre que marca la hora de salida ya sonó. De repente se oye un cúmulo de risas y pasos rápidos que se van acercando cada vez más a la esquina norte del pasillo.

-¡Vengan aquí! –grita por lo alto una chica, mientras un grupo de cuatro chicos aparecen doblando la esquina, corriendo sin dejar de reír- ¡No se atrevan!

-¡Apúrate Takeshi! –gritó uno de los que corría- ¡Te va a alcanzar!

-¡Ni sé por qué corro, yo no tengo nada que ver! –respondió el aludido sin dejar de correr, mirando hacia atrás para saber qué tan alejado estaba de la chica que los perseguía

-¡Si los agarro de ésta no salen! –amenazó la chica mirándolos con ojos furiosos, mientras los demás estudiantes les abrían paso espantados

-¡Apuren, apuren! –dijo otro del grupo de cuatro, mientras bajaban raudamente por las escaleras

¡PAF!

-¡Ouch!

-¡Kazuki, Koike se cayó! –gritó uno de los apurados, parando agitado y volteando a ver al caído

-¡Déjalo, si Paola nos agarra nos va a matar a todos! –respondió Kazuki, sin dejar de correr- ¡Que Koike se sacrifique por la patria!

-¡No me dejen! –clamó Koike, tirado en el piso, extendiendo dramáticamente un brazo hacia ellos, mientras los veía perderse al doblar una esquina del edificio

A Shimano no le quedó otra que encogerse de hombros y seguir la carrera, mientras Koike bajaba la cabeza resignado.

-Pinches traidores –murmuró fastidiado, sentándose y limpiándose las rodillas- ¡Ouch! Qué planchazo me di

-Koike… -dijo una voz amenazante detrás suyo, que hizo helar la espalda del chico- ¡Dámelo! –gritó enojada, mientras se abalanzaba sobre él, rebuscando en sus bolsillos

-Jajajajaja, espera, espera, jajaja, me haces cosquillas

-¡Dámelo, dámelo!

-¡Yo no lo tengo, se lo llevó Kazuki, jajaja! –aclaró Koike, riendo, mientras intentaba detener las manos de su amiga

-Ay no –se lamentó Paola, quitándose de encima de Koike y empezando la carrera otra vez- ¡Kazuki Sorimachi detente ahí!

Jadeando, Kazuki, Shimano y Takeshi se metieron a un pequeño almacén donde el encargado de las canchas solía guardar los implementos de limpieza y cuidado del césped.

-No sé qué sacan con esto, Paola los matará cuando los encuentre –advirtió Takeshi, mirando por la puerta entreabierta, asegurándose que Paola no pasara por ahí

-Shhh, baja la voz –le dijo Kazuki todavía agitado por la carrera, mientras escribía un texto en un celular que tenía en la mano sin dejar de sonreír divertido- A ver si responde

-Jajajaja, no sé cómo la convenciste –rió Shimano, viendo qué escribía Kazuki en el mensaje

-Y enviar –dijo Kazuki, apretando el botón de "enviar"- Jajajaja, quiero ver qué hace

-Ahí viene, ahí viene –anunció Takeshi asustado, cerrando la puerta y agachándose

-¡Sé que están por aquí! –gritó Paola mirando a su alrededor- No pueden estar lejos, ya es hora de entrenar

-Es cierto –susurró Shimano mientras se mantenían agachados los tres- Tenemos que ir a entrenar

-Todavía tenemos tiempo –lo despreocupó Kazuki, asomando cautelosamente los ojos por el borde inferior de la ventana

-Parece que ya se fue –dijo Takeshi, volviéndose a asomar por la puerta

-¡No Takeshi…! –trató de advertirle Kazuki, pero no pudo terminar la frase cuando una furibunda Paola aparecía en el umbral mirándolos con ojos asesinos

-¡Dénme mi celular! –gritó Paola, jalando por el cuello a Takeshi y arrojándolo de un tirón por fuera del almacén

-¡Ya se engoriló! –gritó asustado Shimano, mientras Paola iba a zarandearlo por los hombros

-¡Dénme mi celular!

-¡Lo tiene Eirina! –clamó Shimano, agarrándose la cabeza con las manos

-Kazuki, ésta me las pagas –amenazó la chica, mirando furiosa a su amigo, que del susto yacía sentado sobre el piso

-Cuál celular –dijo él cínicamente

-¡Dámelo, dámelo! –exigió Paola, sentándose sobre él con las piernas una al lado de la otra, rebuscándole los bolsillos

-Encuéntralo si puedes –la desafió Kazuki con una sonrisita- Por cierto, te veo los chones –añadió divertido

-¡No me importa, dame mi celular! –gritó nuevamente Paola, sacudiéndolo por los hombros- ¡Dónde lo tienes!

-Jamás podrás sacarlo de ahí –amenazó su amigo entretenido, mirando en dirección a la hebilla de su pantalón

-No, no te atreviste –murmuró Paola incrédula

-Sí que sí –aseguró el otro con malicia

-¡Eres un cerdo, cómo pudiste ponerlo ahí! –exclamó la chica indignada, abriéndole el cinturón, y comenzando a desabrocharle el pantalón- ¡Dámelo!

-Eh, Paola… -dijo Takeshi en un hilo de voz

-No me molestes –respondió ella, sin voltear, mientras Kazuki quería evitar que le bajara el pantalón o meta la mano más allá de lo recomendable

-¿Qué está pasando aquí? –escucharon decir a una calmada voz por detrás de ellos

Kazuki inclinó un poco la cabeza para confirmar la presencia de aquella persona, mientras Paola se quedaba inmóvil, con los ojos como platos.

-Lo quiere violar –bromeó Shimano, poniéndose de pie y saliendo del lugar

-¿Qué haces encima de Kazuki? –preguntó Kojiro nuevamente, sin perder la compostura- ¿Y desvistiéndolo?

-¡Nada capitán! –respondió Paola enérgicamente, parándose de un brinco, con la cabeza gacha y roja como tomate- Fue…un accidente –agregó apenada

-Ahora le dice accidente –comentó Kazuki indignado, abrochándose el pantalón y el cinturón, y poniéndose de pie tranquilamente- Qué mujer tan irresponsable. Primero me ilusiona y ahora ¡es un accidente!

-¡Cállate Kazuki! –gruñó Paola por lo bajo, mirándolo de reojo

-Si tienen tanto tiempo para perder, deberían comenzar el entrenamiento más temprano –sentenció Kojiro seriamente- Vayan a cambiarse

-¡Sí capitán! –dijeron Takeshi y Kazuki al unísono, inclinando la cabeza y saliendo

-Toma –susurró Kazuki mientras se iba, entregándole a Paola el celular que tenía oculto debajo de una de sus medias, y marchándose a toda velocidad

Paola se quedó ahí, en silencio, rayándosela mentalmente a Kazuki y pensando las mil formas de torturarlo antes de darle matarili.

-Sé que ustedes son buenos amigos –comenzó a decir Hyuga, y Paola pedía que se la tragara la tierra, poniéndose roja desde las orejas- Pero hay ciertas cosas que…ciertas cosas con las que deberían tener más cuidado

-No estábamos haciendo lo que parecía que estábamos haciendo –trató de aclarar Paola, sin levantar la vista, sintiéndose cada vez más tonta

-Supongo y espero que no –confesó Kojiro- Takeshi y Shimano también estaban aquí

-Lo siento, no volverá a pasar, capitán –se disculpó Paola, inclinándose

-Creo que esto no fue más que un malentendido –intervino Ken, evitando reírse, mirando a Paola con cierta compasión- En todo caso los mayores responsables son Kazuki, Shimano y Takeshi, no creo que Paola esté a punto de desvestirlo sin razón. Bueno, al menos no "ésa" razón –aclaró, cuando Kojiro lo miró con cara de "para qué entonces lo iba a desvestir"

-Como sea. La próxima ten más cuidado, después de todo eres una mujer –dijo Kojiro, dando media vuelta y yéndose hacia los vestidores

-Aish… -protestó Paola, dejándose caer al piso- Qué mala suerte

-No creo que necesites abusar de tu mejor amigo. Si le hablas bonito seguro cede –se burló Ken

-Ja, ja –dijo Paola sin hallarle la gracia. En eso su celular comenzó a sonar- ¿Eh? ¡ay no! ¡ay noooooooooooo! –se alarmó, entregándole el celular a Ken- Contesta tú y dile que yo no estoy, que ya me fui

-¿Eh? ¿aló?

-¿Quién habla?

-¿Wakabayashi? –preguntó Ken extrañado

-¿Wakashimazu? ¿por qué tienes el celular de mi prima? ¿Paola está ahí? Necesito hablar con ella –pidió Genzo del otro lado de la línea

-Ehhhh…ahora mismo Paola está en la enfermería porque… -inventó Ken, mientras miraba los gestos desesperados de Paola porque le cuelgue de una vez- Porque trató de abusar de alguien

-¿Qué?

-Digo que…abusó, pero abusó de la comida y ahora está intoxicada –mintió Ken

- Ya no importa entonces –contestó Genzo lanzando un breve respiro de resignación- Si la ves dile por favor que me llame, o mejor no, no le digas nada, yo le mandaré un mensaje para que lo vea

-Okay, yo le digo –respondió Ken confundido, mientras Paola seguía haciendo caras chistosas de desesperación- Bye

-Qué te dijo –preguntó Paola inmediatamente

-Que te va a mandar un mensaje –contestó su amigo al tiempo que el sonido de "noona, munja" sonaba en el celular- Mira, ahí está

-A ver –dijo Paola, quitándole el celular y viendo qué decía

Ken se asomó curioso y al ver lo que ahí había no pudo contener la risa, mientras Paola apretaba los dientes y volvía a jurarle una muerte dolorosa a Kazuki.

Genzo le había mandado respuesta a un mensaje que aparentemente ella había mandado minutos antes, un mensaje con una fotografía adjunta. En la imagen se podía ver a Paola en pose coqueta, con los ojos cerrados, con la boca pintada de rojo y las manos en una pose que indicaban estarle mandando un beso volador a alguien. Debajo de la foto iba un texto "mi querido primo, te extraño. Te mando un besito volador". En el mensaje de respuesta Genzo escribía "no sé qué te fumaste, pero deja de estar mandando mensajes idiotas a las 7 de la mañana".

-Maldito Genzo –balbuceó Paola molesta, mientras Ken no dejaba de reír

Más temprano esa tarde…

-¡Ta chán! –dijo Paola emocionada, mostrándole algo a sus amigos, mientras guardaban sus libros y cuadernos esperando a que el timbre de salida toque de una vez- Miren lo que le confisqué a Naoko en el descanso

-Eso qué es –preguntó Shimano curioso

-¿No es un labial? –dijo Takeshi mirando el objeto

-¡Exacto! Se lo confisqué cuando se preparaba para ir a verse secretamente con Imai –contó Paola divertida

-¿Ahora a robar se le dice confiscar? –quiso saber Kazuki divertido, mientras jugaba con el celular de su amiga

-¿Por qué las mujeres se pintan la boca de rojo? –dijo Koike extrañado, viendo el color de la barra de labial cuando Paola lo abría y lo exponía

-No sé, supongo que se ven sexies –se burló Paola, pestañeando repetidamente de forma coqueta

-A ver, póntelo –le pidió Kazuki, poniendo la cámara del celular

-Okay, amor –dijo Paola en tono meloso, mientras se pintaba los labios- Mira, te mando un beso volador –añadió burlona, haciendo el gesto de mandarle un beso a su amigo, mientras los demás los miraban divertidos

¡CLICK!

-Jajajaja, está súper gracioso –rió Kazuki viendo la foto

-A ver –curioseó Paola, asomándose- Jajajaja, me veo muy chistosa

-Ahora… -dijo Kazuki, poniéndose de pie, agarrando con una mano su mochila y con la otra aún el celular- ¡Hay que mandarle la foto a Genzo!

-¡¿Qué?! –se alarmó Paola, incorporándose de un brinco- ¡No, ni de broma, dame mi celular!

-No~o –canturreó Kazuki, saliendo de su aula cuando el timbre comenzó a sonar, y echándose a correr seguido de Shimano, Koike y de un confundido Takeshi que les siguió la corriente

-¡Dénme mi celular! –gritó Paola, saliendo tras de ellos, mientras ellos corrían y se pasaban el celular de una mano a otra sin dejar de correr- ¡Me las van a pagaaaaaaaaaaaar!


N.d.a.: Han pasado muchos años desde el último fic que escribí, así que supongo que estoy oxidada XDD Mi querida amiga Becky fue la que me animó a retomar estas historias referidas a la serie que tanto nos gustaba y seguirá gustándonos por la eternidad XD

Simplemente por mencionarlo, porque por ahí leí que le daban su autoría a otra persona, Paola Wakabayashi es un personaje creado por mí, así como Naoko, Sora Okami, Darío Boragno y Matías Dugatkin.

Los personajes de Capitán Tsubasa son propiedad de Yoichi Takahashi y Shueisha.

¡Hasta el próximo capítulo!