Tic.

Toc.

Tic.

Toc.

Fue lo primero que escuche al despertarme de lo que en mis 26 años fue, mi mejor sueño.

Que agradable es despertar con una maravillosa mañana, con rayos de luz entrando por las ventanas y escuchar a los pájaros entonando su maravillosa melodía, aunque lo mejor de todo, es despertar con esa calidez que solo otra persona puede dar…

Espera, ¿Qué?

Levante mi mirada rápidamente, solo para ver una preciosa rubia, con un cuerpo magnifico y unas piernas extremadamente bellas, dormida en mi cama con una sonrisa gigante. Ella era verdaderamente un ángel.

Al parecer no fue un sueño. Digo en mi mente mientras recuerdo lo que pasó la noche anterior.

Si hubiera sabido que era tan fácil como darle un par de cervezas y mostrarle mi habitación…

Ya lo hubiera hecho mucho antes.