Tadáh~ Volví con una nueva historia (que espero acabar) con una de mis nuevas parejas que me encanta: HolandaxDinamarca. Aunque en este caso es con fem!dinamarca, porque bueno, no le pegaba ser chico y tal...Como sea:T Hace bastante que no escribía, y se nota con este primer capítulo,espero ir acostumbrándome. Este fic se basa en una canción, 'Beautiful Disaster' de Jon McLaughlin. Si no les gusta cualquier cosa, pues ya saben, díganlo, pero al ser posible,no de mala manera. Y bueno, no tengo más que decir, ale, disfruten si pueden~ Y a ver si consigo la continuación pronto e_é Pd.: Siento el mal papel de Suecia, me da pena,pero era el único que podía;A;
Holanda: Govert Von Nistrelrooy
Bélgica: Emma Von Nistrelrooy
Fem!Dinamarca: Margarëth Desden
Hola, soy un disclaimer y quiero decirte que ni los personajes, ni nada de aquí pertenece a la autora, excepto la idea.
El despertador sonó en aquella habitación escrupulosamente ordenada,haciendo despertar al rubio que se encontraba en la cama,con el pelo tapándole la cara, ó el aparato con un gruñido, adormilado y mirándolo hasta con joven, de 18 años sorprendentemente debido a su gran altura, de cabellera rubia y ojos semicerrados verdes, piel clara y cara de mal genio; se levantó lentamente de la cama y cogiendo el uniforme del colegio (jersey azul marino,polo blanco y pantalones negros), cambiándose a una velocidad tortuosamente lenta. Tras estar vestido fue más despierto a la cocina, donde vio una nota de su hermana, lo supo en seguida,pues era con la única persona con la que convivía; sobre la mesa junto a un café y unas tortitas:
"Tengo que salir antes, quedé con Lovino para mirar un trabajo que tenemos que presentar hoy. Desayuna y cierra la puerta. Emma"
El rubio gruñó, no muy agradado de aquello, aunque claro, si la hacía algo se lo podría devolver a aquel italiano, aunque tampoco era que le desagradase del todo al fin y al cabo.
Tomó el desayuno, dejó los platos en el fregadero y se fue al baño, donde se lavó los dientes y se peinó.Tardó 10 minutos exactos en levantarse el pelo como siempre hacía, con una forma similar a un tulipán, con bastante poca gomina. Tras ello cogió su mochila y salió de casa. Andaba a paso tranquilo, sin demasiadas ganas de dar clases y soportar a algún que otro idiota de clase.
El día le transcurrió sin ninguna novedad. Las clases aburridas, compartir el recreo que su hermana y dos amigos suyos; el italiano de siempre mal humor de aquella mañana, Lovino, de la edad de su hermana; y un español siempre sonriente, de su edad, que compartía clase con él, "como un grano en el culo" era la definición del holandés sobre él, Antonio; aunque ya les llevaba soportando bastante tiempo,debido a que su hermana le empaquetó a un grupo de música que habían hecho ellos tres anteriormente, y que cada semana tenía un nombre distinto, tantos tuvo que ni se acordaba del nombre de aquella semana. Ya bastante con soportar a aquellos mendrugos, pues principalmente lo hacía por su hermana, aunque había una ínfima parte por la cual estaba allí porque le entretenía,pero aquello nunca saldría a la luz.
El día pasó relativamente lento. Una vez terminó las clases se fue a casa,andando junto a su hermana, hablando con ella, aunque hablaba más la rubia que él. Una vez llegaron él dejó todo y se fue con el mismo uniforme a una floristería cercana donde trabajaba. Sus padres habían muerto hacía un par de años y su tía había cogido su custodia y les había permitido irse a aquella ciudad para estudiar,mandándoles un sustento para que pudiesen vivir tranquilamente; aunque al holandés le gustaba trabajar a parte para ahorrar un dinero, por si acaso.
En aquella floristería se encargaba más que nada en hacer mostrador, regar de vez en cuando, y sobre todo, entregar encargos; por lo que salía bastante tarde de allí, volviendo a su piso justo para cenar y ponerse a hacer los trabajos de clase y estudiar; aunque ya casi a final de curso tenía de todo menos prisa, pues sólo le quedaban los exámenes globales,a los que todavía quedaban un par de meses,por lo que no tenía prisa, aún habiendo salido más tarde de lo normal. Sacó su teléfono móvil para avisar a su hermana, viendo entonces un mensaje suyo, diciendo que se iba a dormir a casa de su amiga la húngara. En cierta forma no le molestaba, pues no era ningún chico, pero por otro lado no tanto,debido a que era conocida la atracción de aquella chica por las relaciones...Entre hombres, y su posible mala influencia.
Entre sus pensamientos el holandés iba andando tranquilamente por la calle, con el cielo ya oscurecido viendo pasar a bastante gente que había salido a tomar copas, con ropa relativamente elegante y hablando a voces elevadas por la calle, mientras que él iba con su uniforme del colegio, y manchado con algo de barro, aunque le daba bastante igual aquello.
Andaba con tranquilidad, sin pararse a mirar, oyendo de fondo entre el bullicio de la calle unos ignoró, pero a medida que andaba los oía con más claridad,posiblemente porque venían de en frente suyo. Notó que venía de la voz de una mujer, oyéndolos mal, sin entender frases, sólo pudiendo captar "Para","aquí no", "no quiero".Frunció levemente el ceño,pasando al lado de una callejuela mal iluminada,de dónde oía aquellos quejidos, parándose de golpe y mirando, sólo pudiendo ver, debido a la falta de luz, a un chaval rubio de posiblemente su misma altura, quien tenía contra la pared un cuerpecito (comparado con aquel chico) de pelo rubio alborotado, que no paraba de removerse y quejarse, para soltarse, con una voz algo ahogada. El holandés los miró unos segundos hastes de que aquel chaval le vio, lanzándole una mirada de 'piérdete'. Aquello hizo que el holandés se molestase, acercándose un par de pasos, mirándole mal.
- Déjala - fue lo único que dijo, en un tono autoritario que resonó en las paredes de la callejuela, cortando de repente los quejidos de la chica, quien levantó la vista hacia donde provenía aquella voz, viendo al holandés, quién sólo pudo visualizar unos ojos azules, suplicantes.
- D'janos (Déjanos) - oyó decir por parte de la voz del rubio, o eso creyó entender, debido a aquel extraño acento, mientras la chica volvía a revolverse.
- No quiero - sus palabras eran cortas, pues tampoco era lo que se decía, un hablador. Eran claras y contundentes, con un tono de molestia, acercándose más, quedando a escasos pasos de ellos, pudiendo visualizar algo mejor a la chica. Cogió del cuello de la camisa al chico que,de más cerca,pudo ver que llevaba lentes y que era de su misma altura y seguramente, edad; tirando de éste, jalándolo lejos de la otra, dándola la espalda y mirando al otro, elevando su frente levemente, haciéndole parecer algo más alto debido a su pelo,encarándole. Notó que el otro lanzó una mala mirada a la joven de su espalda antes de mirarle a él.
-Ya h'blaremo' (Ya hablaremos) - dijo con aquel marcado acento casi incomprensible, antes de irse, lanzando una mirada matadora al holandés. Una vez aquel individuo se fue, se giró a la chica, viéndola sin problemas en los minutos que la tuvo en frente: piel blanca, ojos azules y pelo rubio revuelto, más que por aquella situación, parecia que siempre lo tenía así. Nada más verla llegó a imaginarse a su hermana en aquella situación, apretando levemente los labios.
- E-Eh...Esto, gracias - la oyó decir, rompiendo el silencio, saliendo de sus imaginaciones; viéndola nerviosa.
- ¿Estás bien? - fue lo único que la dijo, de forma rápida y clara, mirándola alzando una ceja, dando un par de pasos hacia ella, recibiendo un asentimiento de su parte.
- Sí, no te preocupes - dijo la otra con rapidez, lanzándole una amplia sonrisa como si nada, dejando al holandés un poco ido- Me iré yendo antes de que oscurezca más - dijo al rubia, con intención de irse.
- ¿Te acompaño a tu casa? -le dijo con igual rapidez el holandés - No sería agradable que te encontrases con ése otra vez - la dijo con tranquilidad, refiriéndose al rubio de antes.
- ¿E-Eh? - la joven le miró sorprendida pero aún con la sonrisa, pues sinceramente, pocas veces había recibido esos cuidado por parte de un hombre- No te preocupes, no creo que vaya a mi casa. Mi...'Amigo' de antes tiene mis llaves y tal...Iré a un hostal o algo con mi dinero -le dijo, sin borrar su sonrisa tranquila de la cara, pero con un deje de preocupación.
El holandés la miró, incrédulo, principalmente por llamar a aquel individuo amigo, y porque tenía sus llaves - Ven a mi casa - la dijo, sorprendiéndose hasta a si mismo. Estaba claro que él no haría nada de eso con algún desconocido, pero el sólo imaginarse a su hermana en aquella situación, le hacía querer hacer aquello, como si haciéndolo haría que otra persona la ayudaría también a ella. Una idea algo tonta, porque estaba claro que antes de ocurrir aquello, él ya habría matado al personaje que se atreviese a tocas así a su hermana, pero bueno. Miró a la joven, quien tenía estático el rostro de sorpresa.
- ¿Q-Qué? - le miró, sorprendida, pudiendo malinterpretar el asunto.
- La habitación de mi hermana está libre esta noche, y, bueno, después de esto tampoco es como dejarte sola, cualquiera lo haría -la dijo, para que no entendiese la situación mal, desviando levemente la mirada, pues era malo tratando con la gente en general sin sonar un malhumorado.
La chica le miró, sorprendida, sonriendo algo derrotada. Sabía que seguramente sería una mala idea, pero no podía evitarlo después de que la hubiese ayudado - No vas a aceptar un no, ¿no? -le preguntó, recibiendo una negación con la cabeza del holandés, cosa que la hizo suspirar- Vale, pero no debería irme con desconocidos, me lo enseñaron mis padres, ¿sabes? - le dijo,volviendo a sonreír tranquilamente, como hacía siempre, pero aquella vez no de forma tan forzada-
- Govert, Govert Von Nistrelrooy - la dijo con suavidad, viendo que aceptaba la oferta - ¿Tú?
-Margarëth Desden - respondió al chico con la sonrisa que llevaba adornando su rostro desde que se pararon a hablar.
