Disclaimer: Naruto no me pertenerce!
Con gran pasión le dedicó un beso lleno de ternura y necesidad. Una de sus manos recorría su cuerpo bajo aquella camisa mientras que con la otra la atraía más hacia él. La falta de aire les hizo separarse, y las lágrimas no tardaron en aparecer.
-No llores –le susurró con ternura a ella. Limpió las lágrimas con su pulgar- todo estará bien. Él no vale la pena, eres mucho para ese idiota –le sonrió- yo te haré olvidar –se acercó a su rostro y depositó un corto beso.
-Te haré olvidarlo. Sólo… déjate llevar –acarició su mejilla quitando los últimos rastros de gotas saladas y volvió a dedicarle una sonrisa sincera.
Ella Inhaló profundamente y como una necesidad se apoderó de sus labios, ya no le importaba aquel hombre que le hizo sufrir. Tenía en ese momento a una persona especial, una persona que estaba adentrándose poco a poco en su corazón y que, sin darse cuenta, comenzaba a crear miles de sentimientos dentro de ella con tan solo un beso.
Usar a una persona para olvidar a otra es de lo peor, pero si en secreto ella sentía gran atracción por él… ¿Seguía siendo malo? No tuvo tiempo de seguir pensando, ya no deseaba hacerlo, sólo dejó que él siguiera haciendo magia con sus besos, que siguiera con sus caricias y roces, todo lo demás podía quedar para después…
Luego de un tiempo se reunieron en el parque donde solían pasar la mayor parte de los días disfrutando de la calma…
-Tengo que irme –comentó esa vez mirando al cielo- o eso dice mi padre –la miró por unos momentos esperando ver su reacción.
-No tienes por qué pensarlo mucho –se las arregló para responder con un tono seguro a pesar de que sentía que su garganta se trancaría en cualquier momento- ¿Qué te hace dudar? Eres un gran hombre.
-Sólo quería que lo supieras –suspiró- sólo quería oír tu opinión –ella cerró con fuerza los puños sobre las cadenas del columpio, tratando de contenerse un poco más.
-Es tu sueño –susurró- se te está presentando la oportunidad. Aprovéchala, te poyaré aún estando lejos. Sé que llegarás a ser grande –sonrió. Él hizo que se parara y la estrechó en un abrazo.
-Gracias… Te extrañaré -dijo quedo depositando un beso en su frente- espero volver a verte -Ella no hizo más que mentir al dedicarle otra sonrisa, por dentro sentía que su mundo estaba derrumbándose, no quería estar sola. Pero… ¿Quién era ella para detenerlo?
7 años después…
Sakura, una chica de cabellos largos, de extraño color rosa pastel, y hermosos ojos jade caminaba por los pasillos del famoso Centro Médico de Konoha a un paso pesado y lento. Suspiró por quién sabe qué vez en ese día mientras se dirigía a la salida del hospital. Había sido un día terrible, el café se le había derramado sobre la camisa, nueva para variar, sus pacientes incrementaron de número y le resultó extremadamente agotador atenderlos a todos lo más pronto posible, y como último había terminado con su último novio.
No sabía por qué pero últimamente sus noviazgos no duraban mucho tiempo, no pasaban de dos o tres semanas antes de que la llamaran y terminaran por teléfono, ¡¿Qué acaso no eran hombres? ¿No se supone que ellos deben de dar cara a la situación y acabar una relación en persona? ¡Cobardes!. Suspiró nuevamente "¿Estaré perdiendo el encanto?" pensó deteniéndose frente la secretaria.
-Ya me voy, Shizune. Dile a Tsunade que dejé los informes sobre su escritorio, y que no se olvide de su cita de mañana.
-Señorita Sakura, es muy tarde –dijo con algo de preocupación- ¿Segura que puedes con tanto trabajo?
-No te preocupes, estoy bien –sonrió para tranquilizarla. La verdad es que se podía decir que el trabajo iba a matarla si seguía incrementando pero no pensaba rendirse tan fácilmente hasta que su meta se cumpliera. Se despidió de la secretaria y se encaminó a las puertas, calculando el tiempo que tomaría llegar a su casa, tomar un buen baño y acostarse a dormir.
-Tengo que apagar el despertador –se recordó quedamente. Unas manos rodearon su cintura, sintió que una persona la abrazaba a su espalda, no evitó estremecerse cuando cerca de su oído una voz masculina e insinuante le susurró:
-Una hermosura como tú no debería caminar sola por estas calles. Qué opinas en acompañarme y pasar una noche inolvidable conmigo –Sakura no sintió otra cosa más que repulsión y una vena palpitar en su frente. Cerró la mano en un puño y se giró rápidamente.
-¡Por quién me tomas maldito bastardo! –gritó a la vez que se disponía a golpear su mejilla, pero su mano fue apresada, la rabia la consumió y con la otra mano trató de dar una bofetada, pero también fue apresada. Siendo halada quedó muy cerca de su acosador, quien se acercó a su rostro con una sonrisa arrogante.
-No has cambiado nada, Sa-ku-ra –la pelirosa agrandó los ojos hasta más no poder. Sintió pánico y peligro. El azabache frente a ella sonrió.
-No me mires como si no me conocieras, Sakura -¡Dios, tenía que ser una broma! Él no podía estar frente a ella, era imposible. Con agilidad se libró del agarre del chico y se alejó un poco.
-Me estás confundiendo con alguien más –dijo con serenidad- Ahora, si me disculpas –dio media vuelta y comenzó a alejarse con paso apresurado. No podía creerlo, esto debía ser una broma, tenía que escapar de él. Pero su petición no fue escuchada, fue detenida del brazo.
-Mi nombre es Uchiha Sasuke, famoso empresario de Japón, número uno en clasificaciones de primaria y secundaria, Casanova reconocido en su adolescencia y mejor amigo de Haruno Sakura, la chica número dos –agregó de último con una sonrisa orgullosa.
-¡No era la número dos, Kakashi-sensei alteraba los resultados! –se dio una bofetada mentalmente… Se había delatado.
-¿No que no me conocías?.
-Ha pasado mucho tiempo, Sasuke –cambió de tema rápidamente, y a pesar de todo no pudo evitar sonreír al verle otra vez.
-Aún sigue en pie mi oferta de esta noche –dijo pícaro. Sakura se sonrojó y lo miró reprobatoriamente.
-Es tarde, Sasuke, acabé de salir del trabajo y quisiera llegar a casa.
-Un café no te matará.
Claro que un café no la mataría, más bien le ayudaría, pero lo que la haría desfallecer era pasar tiempo cerca de él. Había tantas cosas que contar, tantas cosas que recordar y una que otras cosas que debía ocultar. Dio un respingo cuando su nombre salió de sus labios, en ese momento no perdió mucho tiempo en detallarlo, seguía teniendo el cabello azabache y rebelde, sus ojos del mismo color seguían siendo profundos e hipnotizantes y su piel era pálida. Rió al pensar que ni el sol, en tanto tiempo, había podido darle un buen bronceado.
-Me alegro verte sonreír otra vez –lo oyó comentar- pero me gustaría saber más el por qué te ríes.
-Me acordaba de los viejos tiempos –dijo sin más tomando un sorbo de su café- cómo ha sido tu suerte estos años, Sasuke.
-Qué cosas no me han pasado –dijo con tranquilidad- mi empresa se convirtió en la más famosa de todo Japón.
-Sí, escuché eso en tu discurso de acosador –dijo conteniendo la risa al ver como el moreno fruncía el ceño.
-No me rebajes a un acosador, Sakura –dijo con serenidad- apuesto a que si no me conocieras y hubieras visto mi cara desde un principio habrías caído a mis pies sin sólo pensarlo.
-Qué insinúas –dijo algo molesta, lo que hizo que Sasuke sonriera de satisfacción.
-Que serías una chica fácil.
-Eres un idiota –bufó ella, sabía que lo hacía a propósito, ¡Lo conocía tan bien! Por algo eran amigos de la infancia- ¿Sólo eso has logrado en tanto tiempo? –trató de pincharle en el orgullo.
-Casi conquisto Europa –esa pequeña respuesta hizo que Sakura estallara a risas.
-Y qué pasó –dijo muy interesada en ese cuento.
-Decidí apoderarme primero de América.
-¿Y por qué aquí? –preguntó confundida, si tenía varias empresas en Europa por qué no seguir más por los alrededores.
-Tenía que resolver unas cosas en esta ciudad –Sakura no supo cómo interpretar aquella profunda mirada, pero no pudo mantener su vista clavada en esos ojos que la miraban con gran intensidad y acabó mirando su bebida- además, por qué no cambiar un poco y divertirse en la famosa ciudad de New York, donde se encuentran la mayoría de mis conocidos –Sakura alzó la vista y Sasuke sonreía de medio lado.
-Y tú qué puedes aportar, Haruno Sakura –preguntó apoyando sus codos sobre la mesa y recargando su cabeza en sus manos entrelazadas- Cómo ha sido tu vida hasta ahora.
Sakura se puso nerviosa, tenía que tomarse su tiempo y pensar qué decir, debía ser breve.
-No eres el único famoso entre los dos, Sasuke –lo vio mirarla altanero- Soy una doctora reconocida en toda la ciudad. Así que trátame bien porque en cualquier caso puedo ser yo tu doctor.
-Trataré de no tenerte como enemigo –siguió con sus sonrisa ladeada.
-Muy pronto tendré bajo mi control al glorioso Hospital Konoha… Y luego iré a conquistar el mundo –dijo esto último con seriedad, aguantando una carcajada por dentro.
-Más te vale no cruzarte en mi camino Haruno, esa es mi meta –un minuto de silencio hicieron antes de reír ante el pequeño chiste que contaban en los años anteriores.
-¿Sabes? Conozco a alguien que en verdad cumplirá esa meta.
-¿A pesar de ser solo una estúpida broma de la primaría? –Sakura asintió sonriente- mejor no me digas, ya me hago una idea de quién se trata.
Terminaron de tomar el café, y Sakura aprovechó en comer lo que en doce horas no había hecho. Recorrieron a paso lento una que otra calle, antes de que Sakura mirara la hora algo preocupada y decidiera que era ya tiempo de ir a casa. Sasuke se ofreció a llevarla, y a pesar de que conocía bien a la pelirosa nunca se imaginó que sería tan terca como para rechazar ir en busca de su auto y así llegar más rápido. Él no aceptaría un no como respuesta y ella debió saberlo ya que comenzó a andar rápidamente para perderlo de vista, dándole a entender que no tenía la más mínima intención de subir a su auto. Sasuke suspiró, una caminata no le haría daño, no pretendía dejar a Sakura sola caminar por las calles a ya algo entrada la noche.
Dos cuadras rectas, una vuelta a la tercera esquina, un giro hacia la derecha y nuevamente dos cuadras rectas. Sasuke miraba algo extrañado el camino por donde la pelirosa se dirigía, miró que su rostro estaba neutral, no reflejaba emoción ni pensamientos ¿Tan lejos vivía? Estaba decidido en comprarle un auto, no sería problema para él, sonrió arrogante ganándose varias miradas de peatones y una que otra chica sonrojada. Sakura bufó ante esto.
-Por qué no solo guiñas el ojo a ver si también se desmayan –comentó.
-Lo haré en el próximo cruce. Avísame cuantas caen.
-Hay algo que te hace diferente al Sasuke de la secundaria –el moreno prestó atención a al comentario. Cruzaron nuevamente a la izquierda. Sakura no siguió con la conversación, aún cuando Sasuke exigió saber la diferencia ella sólo dijo un "nada" y continuaron el camino. Otras tres cuadras y volvieron a la misma pequeña plaza del principio, una plaza que quedaba cerca de la cafetería donde habían estado.
-Sakura –llamó con algo de seriedad- estoy comenzando a sospechar que no quieres llegar a tu apartamento, está bien, quizás sea porque quieres pasar más tiempo conmigo –dijo esto último con un tono pícaro- o… tal vez sea porque tienes algo ahí que no quieres que vea –vio a Sakura detenerse de golpe. "¡Piensa rápido!" se exigió.
-No quiero que los vecinos mal entiendan –dijo con una sonrisa nerviosa.
-Sakura, sólo te estoy acompañando a casa. No pretendo dejarte ir sola a media noche con todos los peligros que hay por estos lugares.
-Cómo sé que tú Sasuke, el acosador, no quieres algo más que caminar conmigo –preguntó divertida.
-No me provoques, Sakura –le susurró al oído. Sakura giró su rostro al lado contrario para ocultar su sonrojo. Miró su reloj de muñeca y suspiró, ya era muy tarde, tenía que llegar rápidamente a casa. Ignorando que Sasuke se encontraba junto a ella comenzó a ir por el camino correcto.
Llegaron a un edificio de más o menos veinte pisos, calculó el moreno. Vio a Sakura entrar y la siguió. Subieron al ascensor y el tiempo le pareció eterno a Sakura.
-No necesitas venir, Sasuke, ya estoy a salvo.
-Hasta no asegurarme que estés en tu casa no podrás deshacerte de mí –sonrió arrogante.
Sakura vivía en el sexto piso, y sonrió para sí al acordarse de que en la primaria Sakura odiaba los lugares altos. Se detuvo al ver a la chica hacerlo frente a la puerta. Ahora que la veía de frente ella había cambiado en uno que otro aspecto mínimo, su cabello ahora era largo hasta la mitad de la espalda, sus ojos brillantes se mantenían fijos en él. Llevó su vista a sus labios, eran rosados y carnosos, provocaba tocarlos y delinearlos con el dedo.
-Aquí vivo –dijo lo obvio en un tono bajo y sonriendo. Sasuke sólo asintió sin apartar su vista de ella.
-Espero verte mañana –dijo luego de un rato. Sakura se movió algo nerviosa al sacar la llave de su apartamento. Se miraron unos minutos más, y los nervios de Sakura aumentaron un poco más al ver a Sasuke acercarse poco a poco a su rostro, pensó que recibiría un beso en los labios y se sonrojó al pensar en eso, Sasuke era su amigo, no sería capaz de hacerle eso y tratarla como a una de sus chicas temporales. Inconscientemente frunció el ceño al pensar en ellas. El beso del moreno se desvió hacia su mejilla, rozando casi el lado izquierdo de sus labios.
-Adiós, Sakura.
Se giró para entrar al ascensor, pero fue detenido por la manga de su chaqueta rápidamente. Giró un poco para ver a Sakura algo curioso por el acto repentino. Sakura quedó paralizada por unos momentos apretando el agarre de la manga.
-Sakura, sucede al… -no pudo ni terminar la oración, Sakura se lanzó a sus brazos para así llegar y besar con exigencia sus labios. No le importaba si Sasuke llegaba a pensar que era toda una salida o descarada, pero ese deseo dentro de ella no quería permitir que se alejara. Cuando el moreno la tomó por los hombros sintió miedo, no quería separarse de él, estiró ambas manos y le rodeó el cuello, acercándolo más a ella y logrando profundizar aquel beso tan deseado.
Las manos desde su hombro pasaron hasta rodearla por la cintura, sonrió casi triunfante al ver que había ganado y el moreno sólo atinaba a corresponderle. Si fuese por ella habría podido quedarse de ese modo mucho más tiempo, pero el aire se hizo demandante y no le quedó más remedio que separarse un poco de él.
-Lo siento –se disculpó entrecortadamente, ambos respiraban agitadamente, y mientras Sakura miraba al suelo el moreno la observaba fijamente. Sakura se acomodó un poco el cabello como queriendo olvidar sus nervios y luego alzó la vista sonrojada- lo lamento, Sasuke, sólo… Dejémoslo como está, gracias por acompañarme –caminó hacia la puerta de su apartamento, gritándose mentalmente que era una cobarde sin igual. Fue impactante cuando Sasuke la haló con fuerza y la arrinconó contra la pared para luego besarla con ferocidad.
-Luego de provocarme de ese modo, no te dejaré ir, Sa-ku-ra –le susurró entre beso. Volvió a apoderarse de esos labios rosados a la vez que comenzaba a introducir una de sus manos bajo la camisa de Sakura.
La pelirrosa suspiró ante la suave caricia que sintió en el vientre, y que poco a poco subía, hasta sacarle un pequeño gemido cuando uno de sus pechos fue tomado por la mano de Sasuke, quien comenzó un leve masajeo logrando que ella se estremeciera ante la dulce sensación. Sasuke dejó sus labios para dirigirse al cuello e ir dejando un camino de besos, a medida que bajaba con su otra mano comenzó a desabotonar la camisa de Sakura, mientras ella trataba de desprenderse de la de él.
Sasuke la alzó en un rápido movimiento, ella por acto reflejo cruzó las piernas sobre su cintura, escuchó el gemido que el moreno trató de ocultar cuando ella presionó su intimidad sobre su miembro y sonrió por ello. Tomando al azabache por los cabellos lo besó a la vez que comenzaba a moverse de forma inquieta, siguiendo con el roce hacia la excitación del moreno a propósito con tal de escucharlo soltar otro gemido gracias a ella.
Sabiendo cómo era ella de provocadora Sasuke sonrió arrogante, y es que ella lo conocía tan bien que sabía que él no aceptaría ser el dominado, como respuesta ante su actitud, Sasuke, dejó al descubierto un seno y atrapó en su boca el pezón, comenzando a juguetear con él con su lengua. Sakura se cubrió la boca para no gemir con fuerza, se le había olvidado que estaban a medio pasillo.
-Qué pasa, Sakura –preguntó divertido a la vez que masajeaba con fuerza el otro seno, logrando que la ojijade se estremeciera una vez más- ¿No te gusta? –finalizó la pregunta presionando con su pulgar el pezón y comenzando a jugar con él. Sakura no pudo evitar soltar el gemido que trataba de callar, vio a Sasuke sonreír arrogante y se molestó ante ello, pero estaba sintiéndose tan bien al disfrutar de aquel placer que le daba que no le reclamó nada.
Una vez más cruzaron sus miradas antes de apoderarse de los labios del contrario y besarse con gran demanda. Sasuke comenzó a guiarla hacia la puerta de su apartamento, no se fijó en qué momento había dejado la llave en la cerradura pero el impulso de detener a Sasuke le llegó de golpe. No podían entrar a su casa, se lo dijo a Sasuke entrecortadamente pero el hizo caso omiso y siguió besándola. Sakura apoyó sus manos en el duro pecho del moreno y lo alejó pocos centímetros.
-Sasuke… no –dijo quedo, pero el volvió a besarla, comenzando a girar el picaporte- Sasuke no podemos –dijo ya excitada mientras el continuaba besando esta vez su cuello y con una mano siguiendo masajeando un seno- Sasuke –suspiró.
-Es hora de despertar, mamá –lo escuchó susurrar, Sakura abrió los ojos sorprendida.
-¿Qué, dijiste? –preguntó
-Despierta, mamá –repitió comenzando a succionar su cuello.
-No, detente –cerró los ojos con mucha fuerza.
Al abrirlos nuevamente sintió aún su respiración algo rápida, miró cada rincón de su habitación. Comenzó a incorporarse poco a poco pero se lo impidió el agarre de su cintura. Bajó la vista hacia el pequeño que la abrazaba con fuerza.
-Buenos días, mamá –saludo dedicándole una sonrisa radiante.
"¿Un sueño?" pensó.
Espero que les haya gustado! No es plagio! Es MI fic el cual publico en otra pagina.
Tratare de adelantar lo mas pronto posible asi que no se ar. Espero recibir sus opiniones y reviews
111 hasta la próxima.
