CAPÍTULO 1:
- Y bien?- preguntó Alice expectante.
- Y bien qué?-pregunté sin sacar la mirada del libro que leía.
- Cómo te fue con Jacob?- preguntó eufórica, obviando mi falta de atención.
- Bien-respondí escuetamente, dando la vuelta al libro.
- Eso es todo?!-exclamó sorprendida- sólo bien?
- Ajá-respondí en un nuevo intento de terminar la conversación.
- Vamos Bella, dame detalles!-suplicó la pelinegra con su voz más pegajosa y lastimera.
- Alice, cuantas veces te he dicho que no me gusta que me di…-suspiré cansinamente. Había perdido la cuenta de cuantas veces corregía a Alice sobre eso.
- …digan Bella, lo sé- soltó una risita- te hace ver tan chica.
- Soy una chica, Alice- puse los ojos en blanco.
- No. Te ves cómo una; pero te comportas como un chico…-empezó con voz reprobatoria.
- De todos modos no pasó nada con Jacob, sólo nos besamos y eso fue todo…-añadí entre dientes, mientras pasaba la página.
- Eso fue todo!-gritó histérica.
Cerré el libro de golpe y gemí interiormente.
Era hora del deporte favorito de Alice: arruinar mi vida e impedir a toda costa que acabase de leer algún libro.
- Alice…-supliqué con voz cansada.
- Nada de Alice, Isabella!-exclamó molesta, mientras caminaba de un lado al otro en m costosa alfombra- no puedes ir besando a diestra y siniestra y decir que no es importante!
- Es que no lo es-respondí escuetamente, mientras me paraba y me preparaba un café.
Escuché un grito ahogado en la sala.
- Cómo puedes decir eso!- exclamó molesta, siguiéndome a la cocina- hablaban cada día, durante tres meses! Hasta le hiciste esa tonta tarjeta para san Valentín, lo invitaste a tu casa!, le presentaste a toda tu fami…
- Quieres un poco de café?-interrumpí.
- Sí, gracias- contestó con una mueca y habló- bueno, retomando nuestro asunto…-tomó aire para seguir con su regaño- le presentaste a tu familia! A tus amigos! Hasta te desconcentraste de tu investigación!
- Sí, bueno, no pasó exactamente así- respondí tranquila, mientras probaba mi café.
- Santo cielo Isabella! Pensé que estabas enamorada!-exclamó molesta.
- Vamos, Alice, no ocurrió así como lo describes…- le sonreí angelicalmente un segundo antes de voltearme a buscar el paquete de galletas
- A, no?-bufó indignada.
- No!-exclamé feliz, encontrando el paquete- en realidad no le presenté a mi familia-comí una galleta- cuando Jacob vino a casa se encontró con papá y hubiera sido descortés que no se lo presentara. Así que lo hice.
Alice abrió la boca para hablar, pero la ignoré y continué.
- Y no le hice nada cursi por san Valentín. Yo sólo le hice una tarjeta bastante divertida y sólo se lo entregué ese día, porque me parecía ridículo esperar, cuando ya la tenía hecha- comí otra galleta.- además no me distraje de mi investigación, de hecho solo exploraba los cambios bioquímicos de la neurociencia- le sonreí tomando un sorbo de café- ¿sabías que un estímulo adecuado en la zona occipital te puede generar descargas eléctricas de oxitocina? –sonreí recordando- te aseguro que es fuente de primera mano-le guiñe un ojos.
Alice gimió en voz alta.
- Vamos, Bella, dime que no experimentaste con Jacob, como si fuera t rata de laboratorio…-suplicó tapándose los ojos, con gesto angustioso.
- Nunca escuché que se quejara- Alice gimió lastimeramente. La ignoré y continué- al contario lo encontraba fascinante-le respondí comiendo otra galleta.
- No puedo creer que a tus 25 años! Aún actúes con la misma inmadurez que a tus 18!-exclamó molesta.
- No es mi culpa que tú seas la señorita relaciones serias-resoplé por lo bajo.
- Tengo 26, Isabella!- respondió Alice, mientras me daba una mirada indignada- se supone que ya debo estar casada! La mitad de nuestros amigos lo están.
Elevé los ojos al cielo. Alice iba a empezar con su chachara sobre el matrimonio si no se lo impedía.
- Estas hablando tonterías Alice, eres joven, hermosa y exitosa- le tendí una galleta que tomó inmediatamente- para qué rayos querías casarte y cambiar eso?!
- Amor, familia, estabilidad?- contestó confundida.
- Ni siquiera estás segura- la tomé por los hombros sin esfuerzo, aun cuando con sus caros tacones le daban unos cuantos centímetros a su pequeña altura- sólo diviértete con Jasper, vive el momento y si es el indicado ya te darás cuenta- la conduje al sofá y la senté en el gran sofá, mientras tomaba mi libro y me acomodaba a su lado- de lo contrario llegará otro y ya!
- No entiendo cómo puedes ver la vida tan fácil!-se quejó- todo es tan complicado!
- Nada es complicado duende- contesté retomando mi lectura- las personas somos quienes hacemos nuestra existencia complicada.
- Supongo que tienes razón…-musitó.
Dejé el libo de lado para mirarla socarronamente. Alice sonrió.
- Bueno, bueno… está claro que tienes la razón- se corrigió mientras se reía melodiosamente.
- Dios, Alice! Te das cuenta que cantas mientras te ríes?-la piqué burlonamente.
- No es mi culpa ser tan femenina-refunfuñó. Mientras buscaba su bolso y se preparaba para marcharse- deberías intentarlo.
- Pero yo soy muy femenina-respondí confundida, mientras miraba mi atuendo.
Llevaba unos jeans claros y una camiseta de tirantes con un gran escote en la espalda. Además mi rostro estaba con la ración justa de maquillaje. Por ello, si surgía alguna salida; Sólo debía ponerme unos zapatos y tomar un bolso.
- No me refiero a tu aspecto!-gruñó exasperada- eres hermosa y viste realmente bien! Traes babeando a medio hospital detrás de ti.- sacó su móvil del bolso y revisó las llamadas y añadió- me refiero a tu carácter, eres demasiado inteligente, segura y práctica para tu propio bien!
- Creía que eso era bueno, ya sabes alejaba a los hombres-fruncí el ceño y resolplé algo molesta- pero al parecer, a los chicos parece gustarles
- Ese es el quid!-exclamó feliz- a ellos le gustas porque eres como ellos!
- No es mi culpa que la mente masculina sea tan retorcida-mascullé volviendo a mi lectura.
Alice rodó los ojos y se acomodó en el espejo del recibidor para irse.
- Ah! Casi lo olvido!-exclamó volviendo a la sala- por qué terminaste con Jacob?
- No terminamos Alice-respondí cansinamente.- porque …
- Jamás empezaron-respondió en el mismo tono- pero porque decidieron dejar de salir.
- Es bastante simple, la verdad-contesté mientras giraba una página- Jacob, me dijo que en el último mes que me dediqué al hospital, conoció una chica y salió con ella.
Alice jadeó de indignación.
.- Y te lo dijo así nada más!?- exclamó indignada y añadió- olvida lo que te dije, es un pésimo chico. Es más el edificio que construye en la avenida se va a derrumbar, estoy segura!
- No seas ridícula Alice-respondí burlonamente, mientras alzaba la vista del libro y añadí - el compra y lee tu revista, lo sabías?
Ella hizo un sonido, mitad felicidad, mitad frustración.
- Bueno, quizá sólo sea un poco malo- se acomodó el cabello y añadió- de todos modos que le dijiste?
- Bueno, le dije que todo estaba bien, que podíamos ser amigos- respondí, mientras pasaba de página.
- QUÉ TÚ QUÉ?!-gritó molesta.
- Le dije que todo estaba bie…-repetí con voz aburrida.
- Sé perfectamente lo que dijiste- me interrumpió molesta. Entonces ¿para qué preguntaba?- no puedo creer que hayas hecho eso!
- Bueno, él había sido muy amable conmigo y un buen agarre* la verdad, de hecho aprendí unas cuantas cosas y fue fantástico!- le sonreí tranquilizadoramente.
- Me da miedo preguntar que te respondió después de lo que le dijiste- contestó mordiéndose la uñas nerviosamente.
- Deja de morderte las uñas Alice, sabes que es un feo hábito- la reprendí y añadí- en realidad...¡ quién iba a pensar que se enfadaría! No es ilógico? Yo era la agraviada! Y en unos minutos empezó a gritar que sólo había sido para mí un juguete.- suspiré indignada.
- Explicarte por qué se ofendió sería inútil, Bella. –negó con la cabeza, mientras tomaba su portafolio y se dirigía a la puerta.
- Alice!- llamé siguiéndola a la puerta, mientras buscaba algo en mi mente que la complaciera para que me concediera un pequeño favor- por cierto, me encanta ese abrigo!
- Gracias! Es un valentino- sonrió complacida. Yujú. Tarea cumplida.
- De nada- le di la sonrisa más dulce de mi repertorio y añadí- olvidé decirte que viajaré una semana a nueva York. Me dejarías quédame en tu piso de allí!- asintió soniente- ah! Y me prestarías a Jasper?
- Estás loca?!-gritó frunciendo el ceño- por qué diablos te prestaría a mi novio?
- Me refería a tu auto, pequeña idiota-le respondí sarcásticamente.
- Oh!-exclamó avergonzada, sonrojándose ligeramente- supongo que ahora dirás que es mi culpa llamar a mi auto como mi novio!
- No, es tu culpa encontrar un novio con el mismo nombre que tu auto!- le respondí burlonamente.
Gruñó en respuesta.
- Toma las llaves de Jasper- suspiró derrotada y añadió severamente- más te vale que no tenga ni un rasguño y asegúrate de pedirle las llaves del departamento al portero y comprar comida.
- Sí mamá- respondí burlonamente, jugando con las llaves y su ridículo llavero que decía love.
- Más te vale que me traigas un obsequio- se despidió.
Me tensé. realmente era un poco mala divinando lo que querían las personas como obsequio.
- Algo de Valentino?-pregunté indecisa.
- Mejor un Gucci- me guiñó al ojo, mientras se dirigía al ascensor- ah! Y no olvides traer algo para Rouse.
- Listo!, te quiero, pequeña duende- le sonreí.
- Y yo a ti, geniecillo.
ESTO es para ustedes, así que disfrútenlo! ACEPTO SUGERENCIAS ;) un millón de besos! Karito
