Premio por fan de la página Imaginación Fanfiction. Para SaKuRiMo0n


Datos del fic:

Título: La caja perversa.

Pareja: Natsu x Lucy.

Género: Romance/ humor.

Estado: Completo.

Advertencias: OOC.

Disclaimer: FT no me pertenece ni sus personas, son utilizados sin fines de lucros.


La caja perversa

Cuando Lucy comprendió que Natsu podía ser literal.

.

—Oye, Lucy.

Lucy negó para acallarlo, intentando controlarse. No podía desconcentrarse o sería muy consciente de lo que había contra su cadera. Bastante que estuvieran encerrados dentro de esa condenada caja por culpa de Natsu, para no variar.

El mago se había metido de lleno en ella y la había arrastrado, como siempre, sin darle tiempo a avisarle de qué era o en qué consistía. Había visto uno mucho tiempo atrás cuando indagó para una de sus novelas. Nunca habría esperado caer en una y menos, comprobar que lo que decían de ella era cierto.

Si bien conocía sus consecuencias, el modo de activarla, también tendría que conocer cómo desactivarla. El problema era que su mente estaba cada vez más nublada y le estaba siendo algo difícil concentrarse correctamente.

Y que Natsu no cesara de llamar su atención y mostrarle cómo se sentía, no ayudaba.

—¿Y si giras tus caderas mejor? —cuestionó repentinamente Natsu.

—¿Qué?

Se le abrió la boca de par en par. ¿Cómo que moviera sus caderas mejor? Si lo que hacía era mantenerlas lejos de él. Pero Natsu la miró con inocencia y su boca tembló entre jadeos.

—Sí —confirmó—. Muévelas hacia mí.

—¿P-Para qué? —exclamó con los ojos muy abiertos—. La idea es salir de aquí.

—Pero yo quiero meterme en ti —protestó haciendo un berrinche.

Lucy se estremeció, porque ella misma deseaba que lo hiciera y estuvo muy tentada a moverse, si no fuera porque recordó donde estaban.

—No es cierto. Esto es a causa de la caja. Esta caja es muy famosa entre comerciantes de eventos sexuales. La idea es que dos personas entren y se dejen llevar por sus instintos debido a la droga que contienen.

—No comprendo nada —gruñó Natsu frotándole el trasero descaradamente.

—En resumidas cuentas… que… ¡Natsu! —acusó—. Que lo que estás sintiendo es por una droga. Hemos de salir aquí.

Natsu gruñó como respuesta. Cada vez su piel estaba más y más caliente. Quizás, si conseguía que se pusiera furioso funcionaría su plan.

Se removió, alejándose más de él.

—Si quieres esto, tendrás que quemar los circuitos de la caja —chantajeó.

Natsu no tardó en incendiarse y la caja mostrar los fusibles, que chispearon y saltaron, abriendo las paredes de par en par. Cuando fueron libres finalmente, Lucy exclamó de felicidad.

Hasta que vio los ojos de él.

—Las promesas han de cumplir, Lucy.

Su grito se perdió en la lejanía.

FIN

Mayo 2019

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