Querido diario.
Hoy me peleé con Yong Soo, creo que él tiene la culpa, pero espero que sepa que juntarse con ese gringo está mal.
Querido diario.
Todavía no nos hemos reconciliado. Espero que mi hermano reconozca pronto que estaba equivocado y que ya no debe juntarse con ese cuatro ojos.
Querido diario.
Tuvimos otra discusión sin habernos reconciliado de la pelea anterior. Odio a mi hermano, estoy haciendo los trámites para poder afiliarme con el comunista que acosa de China.
Querido diario.
Comencé a juntarme con el soviético. No es un tipo malo, pero no entiendo muy bien lo que piensa. Yong Soo habló conmigo diciendo que no debía juntarme con el ruso, pero lo ignoré, al igual que él hizo conmigo.
Hyung Soo observaba melancólicamente su diario, recordando cosas dolorosas del pasado. Finalmente visitó la última página del pequeño cuaderno, y vio que decía: "Querido Diario. Odio a Yong Soo."
Comenzar el día de esa manera tan dolorosa era sólo para el aniversario doloroso de la separación de Corea. El norcoreano, se encontraba sosteniendo el diario íntimo, observando el cielo gris que dejaba caer pequeños copos de nieve. Siempre despertaba de esa manera; con una cara pálida de tristeza, sólo, acompañado por la soledad.
Se decidió por levantarse de la cama, se vistió con el uniforme comunista que siempre llevaba y guardó el diario en donde siempre estuvo, en un bolsillo interior de la campera militar. Se colocó el distintivo de color rojo en su brazo y salió con pasos firmes de la habitación.
Comenzó visitando las bases militares, a ver si todos hacían su trabajo y finalmente caminó hacia el paralelo 38º. "Voy a ver si están trabajando adecuadamente", todos sabían que era la escusa que usaba Hyung Soo en ese día para visitar la frontera.
Una vez allí, se ponía a conversar con los oficiales de su lado mientras miraba disimuladamente a las familias que se reunían en la frontera. Sí, por causa de esa estúpida guerra, no sólo ellos dos habían quedado separados, si no que también hay familias que han quedado separadas.
Se sentía estúpido porque sólo por conservar su reputación como el "chico malo" de los gemelos coreanos, no podía hacer nada (como aceptar el capitalismo) para que esas familias se reunieran todos los días en una mesa para comer todos juntos, como debe hacer una familia.
Se alejó hacia el área en donde la frontera estaba cercada. Le costó bastante llegar hasta allí, pues como nadie camina por ahí, la nieve era profunda. Se acercó a las rejas y las agarró con sus manos. En ese momento comenzó a nevar ligeramente.
-¿Qué hubiera pasado si él hubiera estado del lado del americano, junto a su hermano? ¿Porqué tuvo que pensar en sí mismo, antes de pensar en su pueblo?- se preguntaba a sí mismo, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de pasos lentos, causados por la densa nieve del suelo.
Dio vuelta su cabeza, no había nadie, los pasos provenían de la región sur.
-Mierda, no quiero ser visto por alguien de mi pueblo, y mucho menos del sur- pensó antes de darse una media vuelta para volver a su hogar.
Miró sobre el hombro para atrás, y ahora se veía una sombra del otro lado del alambrado. La sombra estaba quieta, parecía que éste también divisó a alguien. Tenía que irse rápido si no quería ser visto, así que dejó de lado los pasos silenciosos que estaba haciendo hace un rato, y comenzó con los pasos fuertes para poder sobre pasar la nieve.
-¿Hyung?- una voz horrorosamente conocida le hablaba desde el sur.
P.A(Palabras del Autor): Bueno, primero que nada, me disculpo porque soy tan ignorante que no se la fecha exacta de la separación de la península de Corea, pero puse que era invierno porque, además de que en Corea del Norte hace mucho frío, me parecía que la nieve haría un ambiente más triste(?) (bueno, hiba a poner lluvia, pero me pareció una idea muy clásica para usar)
Disfruten el fic, aunque todavía no se cómo lo voy a terminar...
