Pasaron unos cuantos días y al parecer a Johnny no le interesaba hablarme. Ximena lo enamoró completamente, o bueno, lo ilusionó. Tengo que ser sincera, hacían linda pareja, ella era delgada, alta, morena y bella, todo lo contrario a mi.

Otra vez, llegué a mi casa, subí, me mire al espejo y solo veía algo asqueroso, me veía a mi. "No me gusta lo que veo", pensé. "Cambiaré, haré ejercicio y comeré bien, tal vez haga dietas!" Me decía a mi misma en la mente. "Si, así es, eso haré".

Me quedé pensando en mi habitación todo el día y me llegó un mensaje de repente;

No me hables más Era de Johnny. Yo no entendía. Le mandé mensajes y no me los respondía, ni siquiera los veía. Esta destrozada. Pensé que era un asco y que era demasiado gorda. Fue lo primero que se vino a mi mente, fue mi primera solución. Así es, dejaría de comer para adelgazar, y tal vez así me volvería a querer.

Al día siguiente, fue incómodo, se fue atrás de mi hacia la escuela y fue un silencio terrible pero que no me atrevía a romper. El estaba en mi misma clase de inglés así que decidí arreglar las cosas. Me arme de valor, me acerque a el, a su lado, sabía que el me había visto pero el no decía nada así que le toque el hombro. Me miro sin interés.

"Oye, ¿por qué te enfadaste conmigo?" Le pregunté yo, con mucho miedo.

"Que te importa solo deja de hablarme. Vete" Dijo muy bajo, casi murmurando.

"Johnny, por favor, ¿Qué hice yo mal?" Le rogaba yo por una respuesta.

"Helena ¿me escuchaste? Mejor deja de hablarme y vete." Decía con un tono mas fuerte y algo molesto, también frunció el seño.

"No quiero que dejes de hablarme, ¡te quiero!" Rogaba yo, con un nudo en la garganta y lagrimas a punto de salir.

Johnny se levantó del asiento e intento salir de la fila de bancas, pero le bloquee el paso. "¡Déjame! ¡Quítate de aquí!" Gritó enojado y me empujo contra las bancas de a un lado.

Llegue a mi casa con el corazón destrozado, comencé a llorar horas y horas. Abrace muy fuerte el oso de peluche que me obsequió hace mucho tiempo. De pronto a la mitad de mis llantos se escuchó mi celular. Era el.

"Oye…" Decía el.

"¿Que quieres?" Dije como si no me importara lo que quería decirme.

"Mira, en serio lo siento pero no puedo hablarte" Decía el con un tono calmado.

"¿Por qué? ¿Por que no quieres?" Le dije en tono seco.

"No." Tomó aire. "Por que aun te amo. Aún te amo y no quiero lastimar a Ximena enamorándome de ti otra vez." Dijo por fin Johnny.

"No importa" Le recordé "Ya no siento nada por ti, no pasará nada malo." Mentí.

"Es que no. No…" Colgó. No dijo nada más, solo colgó.