Hola! Este es mi primer fanfic, bueno ya he escrito otros pero este este es el primero que publico en esta página y la verdad me emociona, justamente ayer me llegó la inspiración y me puse a escribir salvajemente, se me ocurrió tras ver la imagen de Sebastian con un gato, y al leer de nuevo el capítulo 5 del manga donde sale el gatito que Sebastian alimenta! Realmente intentaré escribirles seguido, de hecho ya llevo en mi lista varias historias con William, Ronald etc., escribo fanfics normales porque siento que la mayoría en español son yaoi y yo quería ser un poco mas original(?), La protagonista se llama Dandelion (Diente de León en español) si de la nada subo una historia con Ronald con una protagonista llamada igual es que de ahí saque ese nombre y no me gusta poner a "_" porque eso me tiene harta… en fin disfrútenlo! Sus dudas o comentarios pueden hacerlas por mi Facebook© me encuentras como Kenni Rosales, me identificarán rápido así que… HASTA LA PRÓXIMA HISTORIA!
Dandelion camina a través del mercado donde se venden las cosas cotidianas para la gente de su alrededor, las farmacias de magia negra en las cuales están colgadas exhibiéndose a todo ojo yerbas secas, baja la vista a lo parece ser una tienda de instrumentos malignos, cabezas de mono, de cabra, de elefante las cuales se usaban para atraer males y plagas con las que se podría dejar a un humano completamente devastado, los favoritos de Dandelion son por supuesto los amuletos que casi siempre trae colgado en sus muñecas y cuello, con piedras exquisitas de diferentes colores, un vestido bombacho color rojo es lo que podría llamarse su uniforme, de la Silent Magic, una escuela de magia negra y blanca, entre sus manos lleva una pata de mono recién obtenida por medio del trueque, los locales con huesos humanos siempre incomodaban a Dandelion aunque nunca lo confesaba para evitarse miradas asqueadas.
A ella le gustaba el mundo humano lleno de colores y con cielo azul, no como el lugar en el cual vivía que siempre era de noche la niebla estaba densa y apestaba a humedad al grado que ella temía amanecer llena de moho. Mira su reflejo gracias a un charco, con cabello oscuro y ondulado cayéndole en la espalda, de su cabeza salen un par de orejas de gato con pelaje negro, al final de su columna vertebral salía una cola a la cual siempre colocaba un cascabel de plata para la buena fortuna, su vestuario no era exactamente un vestido rojo como estaba indicado, ella llevaba un vestido gris ratón con faldas bombachas y un capucha roja, Caperucita Roja, siempre había adorado aquel cuento y no dudaba en imitar la indumentaria de la protagonista.
Se puso firme y se colocó un listó rojo y grueso en el cuello con un nudo e forma de moño, de inmediato su escultural cuerpo se convirtió en el de un felino negro, pequeño con ojos avellana lo cual parecía extraño en un gato negro, muchos humanos la pateaban cuando Dandelion iba con prisa porque creían que era de mala suerte. Con un paso elegante se adentró al mundo humano.
El olor a opio y agua era evidente, estaba en una calle que parecía interminable con los faroles encendidos y una fila de burdeles delante de ella como si fueran los locales de mercado de su mundo, vio el atardecer y sintió mariposas por todo el cuerpo, aquel mundo era realmente precioso.
Se adentró en el laberinto a lo lejos escuchaba los carruajes apresurados y el típico estruendo urbano del siglo XIX, alzó la mirada, La Torre parecía más preciosa que nunca.
Se sintió frustrada no tenía ni la mínima idea de donde se encontraba todo estaba lleno de árboles buscaba un camino de vuelta a la ciudad y aun así se sentía cada vez más perdida, tenía frío, no podía quitarse el listón su aspecto no era totalmente humano y podía causar un terrible escándalo.
Sintió unas manos sobre su flexible y frágil cuerpo, intentó escapar pero fue inútil, aquellas manos la rodearon completamente dándole un abrazo, y tomando su pata daba suaves apretones a sus almohadillas.
Oh… ¡Qué bonita eres! –La acariciaba con delicadeza- ¡Y tan esponjocita!
Dandelion pudo ver su rostro gracias a la luz de los faroles, piel blanca con unos ojos marrones rodeados de largas pestañas, una nariz fina con cabello algo largo y lacio tan negro como la noche, tenía un rostro hermoso hasta la exageración. Ella no pudo hacer algo más que ronronear, pero no sentía placer alguno, sentía que la estaban asfixiando.
Ya es algo tarde para que estés aquí afuera y hace tanto frío ¡Yo sería incapaz de dejar a una criatura tan hermosa y caprichosa como tú en este bosque oscuro ¡
La tomó y la acurrucó en su pecho, se adentraron en un mansión ella se sintió alegre porque dentro de esta estaba cálido y olía a comida deliciosa, ronroneó con placer, el hombre sacó su reloj de bolsillo, a ella se le fue el aire, ya eran poco más de la media noche, subieron las escaleras, en una habitación amplia y simplona aquel hombre la recostó en la cama, ella sintió el hambre, el hombre la miró preocupado.
Espera aquí, te traeré algo de comer
Se alejó y Dandelion lo vio por primera vez en cuerpo completo, era alto, como si fuera La Torre de Londres y ella una simple cabañita, llevaba un frac negro, se quitó sus guantes color blanco Dandelion se sintió asustada, un demonio, reconocería esas uñas en cualquier lugar y si algo significaban aquella uñas era Muerte y Peligro, debía escapar de ahí inmediatamente, se puso en cuatro patas ondulando su cola en modo de alerta, el demonio le sonrió y colocó su dedo índice sobre sus labios indicando silencio.
