¡Hola!

Bienvenidos a este pequeño fanfic que, aunque en un inicio no pensaba escribir algo por halloween, se me terminó ocurriendo luego de ver varias imágenes por ahí. Iba a ser sólo un One-shot, como acostumbro a escribir, pero mientras escribía noté que se estaba haciendo largo así que decidí dividirlo en dos partes.

Sinceramente no soy muy buena manejando tramas de "misterios" o "tenebrosas" así que esto será más aventura y humor que otra cosa. Los protragonistas serán Sawamura y Haruichi (como dice el summary, más un leve Sawaharu porque me encantan~) pero irán apareciendo más personajes (sobre todo en la siguiente parte)

Bueno, no los aburro más con mis explicaciones tontas, los dejo con el fanfic.

Disclaimer: Diamond no Ace no me pertenece~ Sólo tomé a sus personajes para esta historia extraña que se me ocurrió.

Aclaraciones: Universo alterno. Como ya dije, un leve Sawaharu que vendría para después. Y ambiente muy halloween.


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Un momento.

Pestañó un par de veces, deteniéndose, y llevó una mano a la cabeza para revolver sus castaños cabellos, un poco desorientado. Ahí se dio cuenta de sus ropas, rotas y sucias, y recordó entonces que era parte de su disfraz... Aquel que improvisó para asistir a la fiesta de halloween de su escuela.

Ah, la fiesta... ¿Dónde quedó la fiesta? ¿Por qué ahora estaba como en un parque? Oh, bueno, seguro se había perdido en su camino hacia allá. Ya más orientado aceleró el rumbo buscando salir de ahí y así llegar a su destino, donde sus compañeros y amigos estaban.

Caminó por varios minutos, comenzando a extrañarse de nuevo por lo que lo rodeaba. La vegetación crecía, más árboles aparecían a su alrededor, y mostraba no tener fin. Era muy raro.

Nah, seguro era ese toque tenebroso del mismo ambiente por ser halloween.

Soltó una risita, restándole importancia, y buscó su teléfono para pedir ayuda o al menos un poco de orientación. Tanteó sus bolsillos del pantalón, buscando, y se precipitó un poco al no encontrarlo donde creyó haberlo dejado ¿Dónde estaba su teléfono? Su última opción había desaparecido.

-Seguro lo olvidé en casa.- concluyó, con la intención de darse seguridad, ese lugar ya comenzaba a darle mala espina. Pero, eso sí, lo peor que podía hacer era quedarse en el mismo sitio, así que retomó sus pasos en un nuevo intento de hallar una salida.

Anduvo un rato más, sin bajar la guardia, y el panorama no parecía cambiar en absoluto. Era el mismo escenario, árboles y diversas plantas bañados por la oscura noche. Si, era todo un sitio tan a lo halloween, hasta espeluznante si lo pensaba de esa manera, pero todo eso ya no le estaba pareciendo gracioso...

Dio un par de pasos más y su ritmo cardíaco, ese que se aceleró poco a poco al sentirse perdido, comenzaba a volver a la normalidad al divisar a alguien. Estaba salvado.

O eso creyó.

-¡Oye!-

Corrió hacia la figura, sintiéndose más tranquilo, y esta giró el rostro para encontrarse con él.

-Creo que estoy perdido ¿Podrías ayudarme?- fue directo al grano, estaba un poco apurado por ya salir de ahí. Seguía teniendo un mal presentimiento.

La persona, que parecía usar una larga túnica, le examinó de pies a cabeza, o eso dedujo puesto que su flequillo cubría la mitad de su rostro ¿Podía ver bien así? Bueno, ese ni era su asunto.

-¿Zombie?-

-Ah, sí.- rio, ya más confiado- Debo ser yo el mejor zombie de esta noche.- alardeó, siendo él en todo su esplendor.

-Perfecto.-

-¿Eh?-

Pudo presenciar una curiosa sonrisa en el rostro del contrario y, antes de que pudiera decir algo al respecto, todo se volvió negro para él...

Tenía razón al tener un mal presentimiento, pero ya era demasiado tarde.

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-¿Trajiste lo que te pedí, Haruichi?-

-Sí, hermano.-

Ingresó al lugar, que era parte de su hogar, dejando todo lo que su hermano le había encargado... Y algo adicional.

-Encontré esto en mi camino de regreso y lo traje conmigo, nos puede servir.-

El mayor de ambos, pero injustamente más bajo, dejó lo que hacía para prestarle atención a su hermano menor.

-Vaya.- se acercó, su expresión no cambió pero estaba impresionado- Encontrar de estos hoy día es bastante difícil...- lo observó de cerca, detallándolo- ¿Cómo hiciste para encontrar un zombie, Haruichi?- preguntó, para sacarse la duda. Hacía bastante tiempo que él no se topaba con alguno.

-Sólo se acercó a mí y lo capturé.- explicó, simple, sintiéndose un poco alagado por su hermano.

Su conversación fue interrumpida al percatarse que aquel especie, su recién adquisición, comenzaba a reaccionar.

Sawamura luchó un poco para abrir los ojos, sintiéndose mareado, y apenas ya estabilizado dio un brinco por la sorpresa ¿Qué pasó? ¿A dónde se encontraba? Genial, ahora estaba más perdido que antes.

-¿Pero qué...?- miró a su al rededor y encontró al muchacho con quien se había topado antes- ¡Tú!- le señaló, exigiendo una explicación.

-Para ser un zombie tiene mucha energía.- fue Ryousuke quien habló, aburrido. Pero en fin, ya no importaba porque pronto iba a hacer uso de él.

Sawamura se extrañó y entontes se fijó bien en el lugar donde, vaya a saber cómo, llegó. Tenía una decoración antigua, como se veían en las películas, y había frascos de diversos tamaños con distintas sustancias dentro. Su ritmo volvió a acelerarse, el mal presentimiento le atacaba de nuevo.

-Bueno, y-yo me voy...- intentó levantarse, al haber sido dejado en el suelo como si de un saco de papas se tratase, pero el sólo observar a ambos peli rosas le dejó estático. Esos dos daban miedo...

-Tengo cosas qué hacer.- el mayor se dio la vuelta, regresando a su trabajo- Encárgate de él, Haruichi.- el susodicho asintió, sin moverse de su lugar- Sus órganos nos servirán de mucho para esta mezcla, y tal vez su sangre nos sea útil también con alguna otra cosa- le indicó.

El castaño sintió la sangre subirle a la cabeza ¿¡A qué se refería con todo eso!? Oh no, acaso... ¿Estaba en manos de unos traficantes de órganos? ¡Maldición!

-¡E-esperen!- chilló, aterrado, una parte de él no procesaba lo que había escuchado.

-Ruidoso.-

Y el peli rosa más bajo volvió a él para hacerle dormir, como el otro había hecho antes, sólo que siendo menos sutil al golpearle en la cabeza.

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Volvía a reaccionar, más aburrido por las tantas veces que lo habían dejado inconsciente que por otra cosa. Todo se iba ordenando en su mente, sobre todo los últimos acontecimientos, y al recordar el rostro de los que catalogó como traficantes despertó por completo producto del miedo...

Sólo para encontrar el cómo el muchacho del largo flequillo lo desvestía como si nada.

-¿¡Q-qué haces!?- exclamó, tomando sus ropas para detener su acción. Ya le había quitado la camisa y no podía permitir que se quedara con sus pantalones también. Despertó en buen momento.

El peli rosa se detuvo y se fijó en él, sólo por unos segundos, y retomó su tarea.

-¡Detente!- volvió a frenarle y se echó un poco hacia atrás, descubriendo que estaba sobre una superficie metálica. Tragó saliva, echando una mirada rápida a dónde se encontraba ahora, dando más base a su teoría de que estaba frente a traficantes...

-Que persistente.- soltó el peli rosa, comenzando a perder la paciencia- Sé un buen zombie y coopera ¿Si?- no sabía ni qué decirle, primera vez que se topaba con alguien de esa especie, y no pensó que fuera tan complicado tratarle.

-¡N-no te puedes quedar con mis órganos!- perdía la compostura, desesperado al no tener una idea para huir- Están en mal estado... ¡No te darán mucho dinero por ellos!- soltó una risilla nerviosa, rogando que funcionara.

-¿Dinero?- ladeó la cabeza, claramente confundido con esa nueva palabra. Además ¿Desde cuándo los zombies hablaban tanto? Oh, bueno, seguro habían evolucionado- Los órganos en mal estado es lo que mi hermano necesita para su nueva poción, así que está bien...- relató y le dejó por un momento para ir por utensilios que le ayudaran a acabar con todo eso rápido.

-¿Eh...?- quedó en blanco, mirando al peli rosa dirigirse a un enorme estante de madera repleto de muchas cosas que no pudo identificar. Se fijó mejor en sus ropas, cosa que no hizo antes por la oscuridad de la noche, y las conclusiones que estaba sacando ahora no podía creerlas- ¿Bruja?- soltó, dudoso, en búsqueda de más pistas a sus nuevas hipótesis.

-Hechicero.- corrigió, aún frente al estante buscando sus instrumentos.

El castaño abrió los ojos cuanto pudo. No no no, debía estar alucinando... No podía ser real ¿Verdad? Seguro le estaban jugando una mala broma ¿¡Verdad!?

-Oh, ahí estas.- exclamó de repente el peli rosa al encontrar muy arriba lo que necesitaba. Alzó un brazo y el objeto llegó a su mano como por arte de magia, no, había sido magia pura.

Ya, no había vuelta atrás, Sawamura aún no comprendía todo pero... No estaba en manos de traficantes de órganos como creyó en un principio, sino de... ¿Brujas? ¿Hechiceros? ¿¡Monstruos!?

Un gritó escapó de sus labios, aterrado y totalmente confundido con su situación, alertando al peli rosa que rápidamente volvió a él para hacerlo callar sólo con un chasquido de sus dedos, usando su magia.

-Escucha, a mi hermano no le gusta que interrumpan su concentración con ruidos de este tipo ¿Entendido?- advirtió, un poco molesto. Al verlo asentir, de acuerdo, lo dejó libre.

-¿Q-qué fue eso? ¿¡Qué eres!?- seguía alterado, aunque no gritó al hacer efecto la amenaza.

Kominato Haruichi, miembro menor de su familia, se dio cuenta entonces que algo andaba mal. Ese quién tenía enfrente, que capturó por mera suerte en su búsqueda de ingredientes para sus pociones, parecía no ser lo que pensó...

-¿Qué eres tú...?- la costaba dudar, pero si quería continuar debía estar claro en eso.

-¡H-humano!- se sintió un poco estúpido al llamarse de esa forma, lo que realmente era, pero ya que... Después de todo lo que le pasaba era lo más normal del caso.

La sala quedó en silencio, el castaño quiso decir algo más pero la presión del ambiente no lo dejó ¿Y ahora que será de él? Él salió de su casa con la intención de divertirse en aquella fiesta, no para terminar vaya a saber dónde… A punto de ser despedazado para que esas personas (¿Podía llamarlas así si quiera?) hicieran uso de sus órganos...

-Imposible.-

El joven hechicero, sorprendido, susurró ¿Un humano? ¿Estaba frente a un humano? No iba a creerlo hasta comprobarlo. Le tomó de los hombros y le observó con cuidado. Llevó una mano a su rostro, haciéndolo estremecer por su tacto, retirando un poco del tono gris de su mejilla, revelando el color natural de su piel.

-Es maquillaje...- aclaró el castaño, pensando que tal vez no sabía de eso, teniendo una nueva esperanza... Que se diera cuenta de que no era lo que esperó y lo dejara ir.

El peli rosa lo soltó y le dio la espalda, pensando, se giró a él al tener una idea: el modo definitivo de comprobarlo.

-Tu mano.- pidió sin vacilar.

-¿Eh?-

-Sólo hay una forma de verificarlo y es probando tu sangre.- explicó. No quería usar ese método pero era lo que le quedaba.

Sawamura no estaba muy seguro pero de todas maneras le ofreció su mano, ese podía ser su pase para ser libre. Vio como el peli rosa la tomó y la acercó a su rostro para morder la punta de uno de sus dedos con los colmillos que de repente aparecieron en su boca, como si los mantuviera escondidos. Por supuesto que eso le sorprendió también, pero habían pasado tantas cosas ya que no se exaltó mucho.

-Es cierto...- lo soltó y limpió el líquido carmesí de su boca- Eres un humano...- concluyó al fin.

-Te lo dije...- soltó bajito.

-¿Cómo llegaste a este lugar?- interrogó, ahora muy curioso.

-Yo, bueno.- divagó, no encontrando nada en su memoria- ¿No lo sé?-

-Esto es malo, si otros te encuentran querrán matarte.- llevó una mano a su barbilla, analizando la situación- Mi hermano no debe saber que he traído un humano...-

-Y... ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo me voy de aquí.- su situación empeoraba cada vez más, estaba tan perdido, y hasta ni sabía qué pensar.

-No es tan fácil, pero... Voy a llevarte de vuelta a tu mundo.- se sentía un poco responsable, al haber arrastrado a un humano hasta allá, así que iba a llevarlo hasta su mundo y hacer como si nada pasó. Era lo mejor para todos.

-¿En serio?- vio la esperanza en su último comentario- ¡Gracias, Harucchi!- se le escapó, dejándose llevar por el momento.

-¿Haru...cchi?- repitió, totalmente confundido por la forma en que le había llamado.

-Ah, así te llamó tu hermano ¿No?- ya no estaba muy seguro de eso ahora. Tan pronto y ya había metido la pata con su salvador, aunque técnicamente él lo metió en todo ese embrollo.

-Haruichi, Kominato Haruichi.- le corrigió- Pero eso no importa ahora.-

-Sawamura Eijun.- dijo su nombre, pareciéndole lo más correcto- Por favor, ayúdame a volver a casa.- y extendió su mano.

El peli rosa comprendió un poco y le devolvió el gesto, estrechando su mano para cerrar su trato. No sabía en qué se había metido, era algo que jamás pensó hacer, pero de una cosa estaba seguro... Que iba lograrlo a como diera lugar.

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Esto parece más bien una introducción que otra cosa. Pero bueno, me divertí mucho escribiéndolo, más porque salió todo espontaneo.

Espero subir la siguiente parte, y la última, el 31 de este mes (halloween) pero eso dependerá el tiempo que tenga para escribirla. Y bueno, también dependerá de que tanto guste esta, sino no(?) nah, no es cierto, con o sin lectores me gusta terminar mis fanfics~

En fin, espero les haya agradado~ y me disculpo por si hubo algún error x.x

¡Nos leemos! Tengan un buen día/noche~