Disclaimer: Vocaloid no me pertenece sino a Yamaha corporation.


"Aviones de papel"

La enfermera de siempre entró a mi habitación para revisar mis signos vitales y preguntarme cómo me encontraba. Últimamente esto formaba parte de mi rutina, además de pasar mucho tiempo en esta aburrida habitación de hospital. Mi padre se quedaba a dormir conmigo, en la mañana se iba a trabajar y no regresaba hasta que se metía el sol. Él era un oficial. Nunca me decía el lugar dónde trabajaba o qué hacía en su trabajo, solo me decía que era algo importante que haría cambiar al mundo.

Mi papá sale de este hospital todos los días, mientras que yo permanezco todos los días encerrada "en observación", pues nadie sabe con certeza qué es lo que tengo. Mandaron a traer a varios especialistas y todos dijeron que desconocían mi enfermedad, lo único que podían observar era que mis órganos se iban dañando, en especial mis pulmones, y conforme avanzaba el tiempo empezaban a darme "ataques" más fuertes, en donde se me dificultaba mucho respirar y me dolía todo el cuerpo. Había días en que necesitaba de una máquina para respirar y tener que soportar las inyecciones para el dolor.

Los "ataques" se han vuelto más fuertes y frecuentes, ya casi nadie se sorprende de que tenga uno; sólo se sorprenden de que siga viva.

En otras, pocas y tristes, palabras, todos en este hospital y mi padre, están esperando a que yo muera, y se supone que yo no sé acerca de eso, pero simplemente lo sé. Sé que es así porque aproximadamente un mes después de que entré a este hospital escuché a dos enfermeras hablando de lo cansados que estaban todos de mi condición, una incluso dijo que no podía esperar a que muriera porque había muchos otros pacientes que sí se podían curar de los cuales encargarse, en lugar de estar perdiendo el tiempo conmigo.

-Señorita Kagamine, tengo algo que decirle- la enfermera me sacó de mis pensamientos, ella era nueva, al parecer acababa de terminar con sus estudios de enfermería, ella era muy seria y me hablaba con algo de timidez, había empezado a trabajar desde hace una semana así que no la conocía mucho, no podría decir si me caía bien o mal -Me han informado que usted va a poder salir al patio del hospital todas las mañanas a partir de ahora-

-¡En serio!- dije con cierta emoción, desde que llegué nunca me habían dejado salir porque no querían arriesgarse a que me diera un ataque fuera del hospital.

-Sí, solo que estará bajo mi cuidado- me sonrió- Los doctores pensaron que si salía su estado podría mejorar-

-Entonces, ¿podemos salir ahora?- pregunté algo tímida, hacía mucho que no salía al exterior.

La enfermera asintió e inmediatamente ambas salimos de aquel edificio. La enfermera me llevó al patio trasero, había pasto, así que me quité los zapatos y anduve un rato descalza. Hacía tanto tiempo que no caminaba descalza por el pasto, o que sentía como el viento chocaba con mi cabello corto y con mi bata de hospital, que parecía un vestido blanco; se me había olvidado lo maravilloso que era estar fuera de esa habitación de hospital a la que ahora le llamaba hogar.

-Señorita Kagamine, ¿le gustaría ir a ver las flores?, hay un campo lleno de ellas un poco más adelante- me dijo con una tímida sonrisa. Yo solo asentí con mi cabeza y ambas empezamos a caminar.

Llegamos en menos de cinco minutos, mi nueva enfermera estaba encantada viendo las flores de diferentes colores y estilos. No muy lejos de ahí se encontraba un cercado muy alto como para evitar que algo o alguien escapara de ahí.

Mi curiosidad me ganó, y durante el descuido de mi enfermera que agarraba flores, salí corriendo hacia aquel cercado. Cuando llegué miré a hombres, mujeres y niños sucios trabajando. Un niño rubio, con el cabello agarrado en una coleta, de ojos azules que parecía ser de mi edad se acercó a mí.

-¿Qué haces aquí?-me preguntó algo asombrado, como si no hubiera visto a alguien por aquí desde hace mucho tiempo.

-Estaba viendo las flores de allá- señalé con mi mano el lugar donde había estado- Y quería ver qué había aquí-

Alguien a lo lejos, dentro del cercado, gritó algo que no pude distinguir, el chico se dio la vuelta y luego me dijo.

-Ven mañana, puedes hacerme una carta y preguntarme lo que quieras, yo te responderé en otra carta al día siguiente, así no me regañarán- salió corriendo hacia donde estaba la persona que le había llamado. Iba a contestarle cuando escuché a mi enfermera llamándome de manera desesperada. Caminé hacia donde estaba ella, y cuando me miró me abrazó.

-Creí que algo le había pasado- me soltó- No vuelva a hacer eso, por favor-

Después de asentir, ambas regresamos al hospital. Al parecer, yo era de los pocos pacientes con habitación propia. Casi todas las habitaciones tenían dos camas.

Mi habitación se encontraba en el segundo piso. Cuando llegamos recordé lo que me había dicho aquel chico que estaba dentro del cercado, así que le pedí a la enfermera un paquete de hojas y una pluma.

Estuve pensando qué escribir toda la tarde. Escribí la carta varias veces, pues no sabía qué preguntarle o de qué escribirle. Después de tanto pensar, y de deshacerme de las otras posibles cartas, me decidí por una de las primeras cartas que escribí. A pesar de que mi carta era muy corta me sentía feliz de poder escribirle algo; yo nunca había tenido que escribir una carta, pues, debido a mi enfermedad, que me mantenía encerrada en este hospital, no tenía muchas amigas a quienes escribirles. Mi padre entró a mi habitación sacándome de mis pensamientos y yo escondí rápidamente la carta debajo de mi almohada. Él se sentó en mi cama cuidando no sentarse encima de mis piernas, me dio un beso en la frente y volvió a su posición original.

-Y, ¿cómo te has sentido?- mi padre siempre me hacía la misma pregunta después de volver de su trabajo.

-Bien- dije con una sonrisa para calmarlo- ¿Cómo te fue en tu trabajo?- pregunté mientras bajaba la mirada.

-Bien, dentro de lo que cabe- me respondió, el siempre cambiaba de tema cuando le hacía esa pregunta estaba muy sorprendida, ¿será que al fin me va a hablar de su trabajo? -Por cierto, te compré unos chocolates, un amigo me los recomendó- ¡ahí estaba!, no era posible que mi padre me hablara de su trabajo.

Agarré la pequeña cajita con nueve chocolates en forma de cuadrados y me comí uno, los chocolates tenían pedacitos de almendra, estaban deliciosos.

Mi padre y yo estuvimos hablando lo que restaba de la tarde. Él me contó acerca de la vida de afuera, al parecer había una "pequeña" guerra, pero como siempre, mi papá no quiso hablar de eso. Yo permanecí callada, no le conté acerca del niño que estaba dentro del cercado, porque tenía miedo de cómo fuera a reaccionar.

Ambos nos dormimos aproximadamente a las diez, yo en mi cama y mi papá en el sillón color beige que estaba enfrente de mi cama. No podía esperar a que amaneciera para poder volver a salir y ver a ese chico.

*AL DÍA SIGUIENTE*

La enfermera entró a mi habitación y abrió las cortinas haciendo que me despertara. Me levanté poco a poco. Ella se acercó a mí, me tomó la temperatura, la presión, revisó el suero y luego me acercó una mesita con ruedas que tenía el desayuno. Comí rápido y luego me fui a arreglar un poco el cabello en el baño, llevándome la bolsita de suero conmigo, pues por ningún motivo me dejaban quitármelo por mi misma.

-¿Ya nos podemos ir?- pregunté con algo de desesperación en mi voz mientras salía del baño.

-Pues, ya son las diez, así que está bien- la enfermera me sonrió y me quitó el conducto que le administraba suero a mis venas. Ya era algo tarde así que no me sorprendió que mi padre no estuviera en mi habitación, generalmente se iba al trabajo desde la madrugada. Me levanté lo más rápido que pude y corrí hacia mi cama, levanté mi almohada y agarré la carta que había escrito el día anterior, quería ir a ver a ese chico que estaba del otro lado del cercado en ese mismo instante. Mi enfermera y yo fuimos al mismo campo de flores que el día anterior, estaba tan cerca y a la vez tan lejos de aquel chico, si tan solo pudiera ir a ese cercado.

-Está pensando en el chico de ayer, ¿me equivoco?-la enfermera parecía leerme la mente y yo solo asentí con mi cabeza -A su padre no le va a gustar que usted socialice con ese jovencito- me advirtió -Pero, yo te voy a ayudar a que tu padre no se entere de nada de lo que haga cuando esté fuera del hospital- me dijo con una amplia y cálida sonrisa -Usted vaya, yo me quedaré aquí-

Salí corriendo hacia aquel cercado y miré que aquel chico rubio estaba sentado justo enfrente del cercado y estaba murmurando algo, tenía los ojos algo llorosos, parecía como si quisiera llorar.

-Perdón por llegar más tarde que ayer- me disculpé haciendo una pequeña reverencia.

-No hay problema, siendo sincero, no me hubiera sorprendido si no hubieras regresado a verme- me dijo volteando su cabeza mientras miraba al suelo.

-Te escribí una carta- le dije sonriéndole -Pero, no creo poder dártela por este cercado- el alambre del cercado estaba lleno de púas, si acercaba mi mano para darle mi carta podría cortarme la mano, y sería difícil inventarle una excusa a mi padre acerca de mis heridas.

-¿Sabes hacer aviones de papel?- el chico me sacó de mis pensamientos.

-Sí, ¿por qué preguntas?- dije algo confundida.

-Si haces un avión de papel con tu carta, podrías lanzarla para que volara hasta este lado del cercado- dijo mirándome con una ligera sonrisa.

Sin pensarlo, en menos de dos minutos, mi carta estaba doblada en forma de avión. Di unos pasos hacia atrás y lancé el avión de papel por arriba del cercado, el chico estaba esperando con las manos arriba que éste bajara lo suficiente para poder atraparlo.

Cuando lo atrapó me sonrió de manera cálida y no pude evitar sonrojarme, debo admitir que aquel chico era guapo.

-Gracias, ven mañana, responderé a tu carta- agarró el avión con suma delicadeza con sus dos manos.

-Hasta mañana- respondí con una amplia y amable sonrisa, luego me dirigí con mi enfermera y ambas regresamos al hospital. Estaba tan feliz de haber conocido a aquel chico, no podía esperar a recibir su carta el día siguiente.


Holis! Volví con historia nueva :D Espero les haya gustado este primer capítulo, tenía tantas ganas de escribir un fic basada en las canciones de Paper plane y Prisoner :D en fin, gracias por leer este primer capítulo, y espero que nos volvamos a leer(?) en dos semanas más (perdón, sé que es mucho tiempo pero voy a estar muy ocupada por cuestiones de la escuela :/, aunque si tengo oportunidad actualizaré antes). Espero su review (con muchas ansias :D)y eso es todo por hoy, nos leemos luego :3