Disclaimer: Harry Potter, su mundo, sus personajes, todo, todo es de J.K. Rowling, yo simplemente utilizo todo esto con fines de entretenimiento.

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—Hace mucho tiempo que no pensaba en Dobby —Harry le confió a Hermione cuando iban caminando de regreso a la sala común—. Gracias por darme la sorpresa, Hermione.

—No tienes de qué, Harry —Hermione se sonrojo y continuaron su recorrido—. Ha sido más un placer; además la felicidad de Dobby me dejo un sentimiento agradable. Me pregunto si los elfos algún día se comportaran del mismo modo —se quedo pensativa unos segundos—. Tendré que pensar en algunas estrategias para que vean que lo que hago por ellos es por su bien.

Harry noto que ella siquiera se dio cuenta que ya estaban dentro de la sala común. Hasta que él desvió la mirada a todos lados, pensando en que decirle.

—Ya es tarde, tendré que levantarme temprano e ir a la biblioteca. Nos vemos por la mañana, Harry. ¡Qué descanses!

Harry solo atino a levantar la mano antes de verla desaparecer con rapidez por las escaleras que la llevaban al dormitorio de chicas.

Se quedo unos minutos más ahí parado, escucho cuando el retrato de la señora gorda se abrió de nuevo y por ahí entraron Seamus y Ron. Seamus lo saludo, pero no Ron. Harry tampoco hizo nada para hablarle y subió hasta el dormitorio.

Fue un día agitado en compañía de Hermione, pero no por ello menos alegre, se sentía contento de ver a Dobby y ver cuán feliz era.

Con un pensamiento alegre, el sueño llegó rápidamente.

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Harry estuvo la mayor parte de la siguiente semana metido en la biblioteca con Hermione; sus pensamientos estaban en como invitar a una chica al baile de navidad, jamás imagino que iba a ser tan complicado.

Todos estaban más que emocionados y al parecer la mayoría ya tenían parejas. Mientras tanto el campeón de Hogwarts, que enfrentó a un dragón la semana pasada, seguía sin tener idea de a quién invitar.

Su primer pensamiento le llevó a decirse que invitara a Cho Chang, pero ese pensamiento murió rápidamente, ya que ella siempre se encontraba rodeada por su grupo de amigas y vaya vergüenza que él tenía de acercarse y hablarle. Y las pocas oportunidades que tuvo de hablarle, se quedo seco y solamente atino a saludarla.

¿Por qué siempre iban en grupos?

—Has llegado tarde —Le dijo Harry a Hermione cuando ella tomo su lugar frente a él. Esa mañana en especial, él llego más temprano que ella.

—¡Fueron solo dos minutos! —Respondió ella con una sonrisa—. Lo lamento, Ron me detuvo por un minuto…

—Ah —Harry sonrió forzadamente y volvió a su lectura. Repasando la primera línea—. ¿Y cómo le va?

—Harry, sabes que puedes acercarte y preguntarle.

—No le he visto ánimos de querer disculparse por culparme de algo que yo no hice.

—Tiene pena.

Harry estaba a punto de replicarle que no lo defendiera, pero las palabras solo quedaron en su mente, ya que en ese momento se escucho el bullicio que tanto le molestaba a Hermione, y a él, se hizo presente y se giro para mirar a Viktor Krum, sentado a unas pocas mesas lejos de ellos.

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Harry se la paso, literalmente, pegado a Hermione durante los siguientes días en los que se inicio la decoración de Hogwarts para el baile de navidad. Solamente se separaban por las diferentes clases que se interponían en su horario.

El baile ya se encontraba más cerca y él seguían sin poder encontrar pareja, más bien no buscó en ningún lado, y las veces que alguien se acercó a pedírselo él las rechazo amablemente. Eso pensaba.

La clase de adivinación fue más de lo mismo, pero tuvo una ventaja, ya que Harry se sintió como un completo tonto. ¡Era un tonto! Siempre tuvo frente a él la persona que pudo ser su pareja en el baile. ¡Y que pudo asegurar desde el primer día!

Anotó lo que puso atención y cuando la clase término, no perdió el tiempo y se dirigió a la biblioteca, dónde Hermione ya estaría ahí, buscando más formas de agregar a la P.E.D.D.O.

No se equivoco, ella ya se encontraba ahí, pero no estaba sola. Viktor Krum estaba sentado en el lugar que él utilizo durante los días pasados.

—¡Harry! —Hermione le gritó, segundos antes de que él se fuese por dónde llego—. Llegas tarde —Le recriminó.

Viktor le sonrió, aunque Harry presintió que no fue agradable y tomo el mismo lugar de siempre.

—¿Qué quería? —Se sorprendió de que se escuchará molesto—. ¿Tú ayuda?

—No —Hermione le sonrió e inicio su apunte—. Vino a preguntarme algo, sin importancia en realidad.

—Hermione, estaba pensando —Habló luego de unos minutos—. ¿Te gustaría ir al baile de navidad conmigo?

Harry miro para todos lados, deseando que nadie lo escuchará, no porque sentía vergüenza, si no porque se estaba muriendo de pena dentro de él. ¿Iba a ser una especie de cita? Para eso eran los bailes… ¿No?

No le gustó el silencio de su amiga… y un pensamiento rápidamente cruzo por su mente. Viktor Krum, Hermione… sin fans alrededor…

—Sí ya sabes con quién ir —murmuró, sintiéndose torpe—, no importa. Es muy tarde, ¿no? Creó que iré por algo de comida —Y sin esperar la respuesta de su amiga, salió de la biblioteca.

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Más tarde, cuando entró a la sala común, se enteró de que Ron se atrevió a pedirle a la campeona de Beauxbatons ser su pareja.

Harry quiso reírse y pedirle todos los detalles de cómo fue que se atrevió hacer eso, él no recordaba que Ron se sintiese atraído por la chica, aunque Harry recordaba que ella era veela. Pero se guardo esa información para sí, así que mientras escuchaba las carcajadas mientras relataban la historia, él se dispuso a ver de lejos.

—Harry —Hermione se sentó a su lado—, no puedo creer que me hayas dejado sola en la biblioteca. ¿Acaso ya te harte?

—No —frunció el ceño, si su amiga supiera que le parecía insoportable cada vez que hablaba de un tema sin parar—, estaba avergonzado. Lo lamento.

—Ni te esperaste a que te diera mi respuesta.

—Deduce que Krum te invitó. ¿No?

—Brujo —murmuró con un ligero rubor en sus mejillas.

—Soy un mago —se encorvó en la silla.

—Eso no tiene sentido —Ella se rió—. Pero dedujiste bien. Y le dije que no —Harry abrió los ojos como platos. ¿Cómo es que su amiga se atrevió a rechazar a Viktor Krum? Aún recordaba verla tirarle ánimos en los Mundiales, bueno, los ánimos fueron para ambos equipos—. Yo planeaba invitarte al baile. ¿Quieres ir?

Fue el turno del chico sonrojarse.

—Yo te pregunte primero —susurró, miró a todos lados que nadie los viese—. Tú deberías darme una respuesta a mí.

—¿Y tú cuál crees que es mi respuesta? —Hermione arqueó una ceja.

—La misma que yo te hubiese dado… —respondió y sonrió.

—¡Sí! —Dijeron al mismo unísono.

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N/A: No tienen idea la alegría que tuve al ver los comentarios de Nuevo Hogar. Así que me dije que en cuánto me desocupará escribiría otra historia. Recién la semana pasada terminé de leerme el Cáliz de Fuego, luego en mi mente inició a correr está idea.

Espero que está historia sea de su agrado.

Recuerden, es un fic y sólo es para entretener. Nada serio.