Disclaimer: El mundo y los personajes de Harry Potter pertenesen a J.K. Rowling, la tram de este drabble fue mi imaginación.


Ron tenía la mirada ausente, puesta en su vaso de whisky de fuego; a medio beber.

La ira resplandecía en sus pupilas. Ira era el resultado de toda esa patética situación. Ira que no se desvanecía. Ira que lo impulsaba a beber hasta que no pudiera recordar su nombre. Un sentimiento tan puro e incesante que a cada minuto le recordaba sus errores. Sus errores con Hermione, la mujer que amaba.

Tenía que admitir que el tenía algo de culpa en el haberla perdido y esto hacía que su ira aumentara. Maldecía el momento en que decidió que podía darle celos con Lavender, ahora entendía que Hermione era demasiado inteligente para caer en juegos de niños.

Se dispuso a beber un trago de su vaso; sintiendo como el calor de la bebida bajaba por el interior de su garganta, como sus venas parecían transportar ira y odio en lugar de sangre y su vista se nublaba por la decepción que sufrió esa misma tarde en el número 12 de Grimmauld Place.

Entendía que Hermione quisiera ser feliz, pero lo que no lograba comprender es que hacía con 'él'.

¿Por qué estaba ella con el 'murciélago de las mazmorras'? ¿Qué tenía que ofrecerle Snape? ¿Qué hacia que Hermione lo mirara de esa manera? Como debería mirararlo a él.

Rememoraba una y otra vez las horas pasadas, como si de una película muggle o una fotografía en 'El Profeta' se tratara. Repasó en su memoria los detalles en las facciones de Hermione, la felicidad y el amor reflejados en su mirada mientras Snape posaba su enorme mano sobre la de ella. La envidia hizo su aparición en ese momento.

¡Que patético!

Bebió otro trago de su vaso. Él debería ser el que recibiera su afecto, no Snape.

Otro trago y esta vez más grande. Él debería posar su mano sobre la de ella, no Snape.

Un trago más, su whisky se estaba esfumando rápidamente. Él debería ser el que ocupara ese espacio, no Snape.

La perdió, que tan mal tuvo que ser como para que ella prefiriera irse con él. Y justamente cuando él tenía el valor para invitarla a una cita.

Ira era lo que recorría sus entrañas, lentamente mientras el recuerdo de todas las miradas se posaban sobre él, en silencio e interrogando el del porqué una existencia tan ciega. Al parecer era el único que no había captado que ellos estaban juntos desde hacía un tiempo y era el último en enterarse.

"Lo siento, Ron;" le había dicho ella con una mirada de lástima.

Eso no era lo que quería escuchar, y justamente enfrente de toda la Orden, o lo que quedó de ella después de la guerra.

Terminó de vaciar el contenido del vaso en su boca y observo detenidamente el objeto. Quería que sus sentimientos fueran como el whisky de fuego, que se esfumara la ira y la envidia que le profesaba a Snape en esos momentos, que su dolor se fuera como si otra persona lo estuviera tomando de él.

Pero así no sería, la ira ya estaba grabada en su ser.

Odiaba sentir ira, odiaba parecer un tonto, odiaba tener envidia, pero ese odio era lo que lo único hacía sentir vida en esos momentos.


Gracias Fani Hale Malfoy, por tus consejos.

Gracias por leer.