Hey! tengo aquí mi primer songfic, que estuvo dos noches de insomnio pujando por salir...ejem, si, me hizo trabajar duro¬¬, pero bueno...vale mucho la pena...

Como siempre, todos los personajes le pertenecen a J.K.Rowling, la canción es propiedad de Los Héroes del Silencio, un mega grupazo que me tiene enamorada desde mi infancia (influencias de hermanos mayores xD) la canción se llama con nombre de guerra y va para todos ustedes...


Con nombre de guerra

La oscuridad se cernía tenebrosa y absoluta sobre el mundo mágico y en algunos sitios del mundo común desde hacía cinco años. La guerra contra Lord Voldemort y sus mortífagos se había encarnizado, era simplemente cuestión de simples trifulcas de guerrilla para que un bando u otro obtuviera una victoria significativa sobre el bando contrario. Las brechas en la cantidad de seguidores se volvían cada vez más nimias, morían inocentes, culpables, magos, brujas, muggles, mortífagos, miembros de la Orden del Fénix, adultos, ancianos, hombres, mujeres, jóvenes, adolescentes y niños, hasta en los vientres de sus madres.

¿Y el "Niño que vivió"? Se convirtió en un guerrero sanguinario, las frecuentes incursiones que el Señor Oscuro realizaba en el santuario de su mente, donde sin el más mínimo asomo de censura le mostraba los diversos y terribles modos de tortura que practicaba con sus víctimas sin distinción alguna, lo habían convertido en un ser que sin siquiera parpadear era capaz de aniquilar a todo mortifago que osara acercársele a menos de un metro de distancia. Si en sus tiempos de colegial había sido sobre protector con aquellos a los que quería y que le rodeaban, ahora su celo dejaba de lado todo lo que hubiera podido hacer antes. Nunca se separaba de su sombra, Ronald Weasley, ellos eran el dueto especial de la Orden, siempre dispuestos a cubrirse las espaldas mientras que su frente se convertía en un cementerio. Ginny seguía sin formalizar su relación con él, pero continuaban como amantes ocasionales. Hermione en cambio... seguía sola, siempre sola, guerreando sola, sin permitir que nada ni nadie tocase su corazón, a excepción de su nuevo y confidente amor, Damián...

Los caminos ya no podían ser seguros de ningún modo, no podías salir bien librado de una excursión si tu finalidad no era exterminar a cualquiera que osara apuntarte con una varita... En lo oscuro del bosque de York, lo más profundo que os podáis imaginar, una diminuta cabaña parecía atisbar un escueto fuego en su raquítica chimenea, prácticamente sin expulsar humo para no delatar su posición. Oculta lo que más desees conservar poniéndolo a la vista de todos, jamás lo encontrarán... esa teoría fue eficazmente puesta en práctica y comprobada por el mortifago¿quién iría a sospechar que en ese decrépito lugar se fuera a celebrar una reunión tan importante? El simple hecho de que fuera a llevarse a cabo debía de haber puesto sobre aviso a ambos bandos, ambos dispuestos al ataque contra los celebrantes de esa reunión.

Junto al hogar, el mortifago aún envuelto en sus capas negras y con el antifaz puesto atizaba el fuego con desgana, pero era suficiente para mantener la habitación caldeada, pero no lo suficientemente luminosa para llamar la atención de quien pasara por ahí, a menos que supiera quién estaba ahí... Cinco años, cinco ciclos de 365 días peleando, defendiendo, sintiendo que cada día que amaneciera para él podía ser el último, esperando por momentos como este, tan escasos, tan decisivos y tan esporádicos...su cuerpo joven denotaba los rastros de las batallas, cicatrices que marcaban su alba piel, pero sin desfigurar por completo su anatomía, peleaba encarnizadamente, pero no a lo brutal...al recordar su última batalla sonrió con melancolía, imaginar que la volvería a ver bajo tales circunstancias, tan aguerrida, tan salvaje, una completa estratega de la pelea, cual Napoleón reencarnado. Una mirada bastó, un asentimiento y un mutuo acuerdo tácito que los hizo darse la espalda, y un mensaje que solo podían escuchar ellos: "En la cabaña, en la noche, en nuestra noche..." mientras la imagen de cómo dar con el sitio se grababa en sus mentes.

Ah, sí, los cascos se oían más próximos cada segundo, más y más cerca, allanando el camino que los separaba, eliminando una a una las barreras, siendo discreta con el mundo pero proclamando de antemano el saludo...

Entra despacio
Que nadie oiga tus pasos

Amarró el caballo en un árbol cercano y lo desensilló, dando la impresión de que le pertenecía a alguien, pero que estaba abandonado. Un hondo suspiro se posesionó de su pecho, había pasado demasiado tiempo desde la última vez que se vieron, a pesar de que también fue durante una batalla, de la cual ninguno se enteró si el otro salió con vida de la encrucijada...hasta que las esquelas mortuorias salieron, aunque no fueran garantía de nada; cada día lo pagaban con la angustia creciente, con el temor siempre anidado...

Con paso decidido, se acercó a la puerta y giró la perilla con recelo, aún no podía hacerse a la idea de que pudiera llegar a ser real...pero atravesó el umbral. Y la visión que aguardaba revelarse ante ella tomó la dimensión de lo auténtico...él, ahí, ahora, de pie frente al famélico fuego que otorgaba una vana sensación de hogar; su amado cuerpo, que recorrió tantas veces a espaldas de la realidad que la rodeaba, ocultando y otorgando; esos ojos que aún hoy la desarmaban con su metálico reflejo...Ella, de pie, ahí, con su rostro tantas veces besado por sus labios inundado por el amor nostálgico, tanto tiempo enterrado; su cuerpo delicado, camaleónico, tan pocas veces apreciado y tantas veces adorado por sus manos; su todavía rebelde maraña de rizos chocolate brillando más oscura por la luz de la luna exterior y rojizo donde el reflejo de las llamas alcanzaba a iluminar... Su pasado juntos abrumadoramente resucitado...

mientras tanto
si los nervios no traicionan
todo irá bien

-Hermione...

-Draco...

Ah, su nombre, de vuelta a sus oídos a través de sus labios, la dulce melodía proveniente de su garganta pronunciando su apelativo profano...su nombre, saliendo de esa boca tan bien amada, poniendo una increíble dulzura, que con nadie más se atrevió a utilizar. Sin pensarlo dos veces, Hermione se lanzó a sus brazos, esos brazos de hombre que la estrechaban fuerte, que no permitían que el temor hiciera temblar su cuerpo, que se convertían en su refugio perfecto, más impenetrable que una cámara acorazada de Gringotts...La tenía de vuelta, junto a su pecho, unas lágrimas infames corriendo de su rostro a su camisa, empapándola ligeramente; ese cabello que se complacía de peinar con sus dedos, de nueva cuenta prisioneros de sus manos; ella, su pilar, su fortaleza, a la que buscaba ente los múltiples cadáveres de los miembros de la Orden, temiendo que el próximo cuerpo con el cual tropezara fuera el suyo: frío, tieso, probablemente desfigurado a causa del ensañamiento de los mortífagos con alguien tan próximo a Harry Potter.

Con una mano levantó ligeramente su mentón y dejándose llevar de nuevo por la profundidad del castaño de sus ojos la besó, la besó sin importarle si le respondería, aunque ella lo hizo; la besó para saciar sus noches tantas veces vacías y para llenar los huecos en ella; la besó entregándosele de nuevo, y ella lo recibió y a su vez se le entregó por completo...

Y dejemos los besos
para los enamorados

Ella se separó un momento de su rostro, y abriendo lentamente los ojos, observó el rostro aún cubierto con el plateado antifaz, si, ese era SU Draco, pero...quería verlo todo, ver los estragos, ver sus ojos enmarcados por sus expresivas cejas y sus largas pestañas...con delicadeza, casi como pidiendo permiso, quitó el antifaz del rostro de su antiguo amor. Él cerró los ojos, no se atrevía a ver su reacción cuando vislumbrara en lo que se había convertido, se sintió sucio, impuro a pesar de su linaje, pues sus manos estaban manchadas de sangre y aunque ni siquiera la idea fuera concebida en su mente, también las manos de Hermione estaban manchadas de sangre, ella también había tenido que matar...

Hermione recorrió con sus ojos el rostro: un poco más alargado, siguiendo sin rastros de vello facial, siempre fue lampiño; su larga nariz, los carnosos labios, los suaves pómulos... ¿suaves?...no, ya no eran suaves, una larga y blanca cicatriz, en forma serpenteante atravesaba la mejilla derecha de Draco, un hechizo muy bien encaminado, pero que falló el objetivo fue lo que le dio nacimiento...ella la contempló con lágrimas amenazando con salir de nueva cuenta de sus ojos, pero las retuvo, pues en ese momento, también Draco realizaba una inspección de la fisonomía de Hermione: su enredado cabello que jamás cambiaría, un poco más corto, pero igual; su despejada frente, sus grandes ojos, las sonrosadas mejillas, los húmedos labios, el largo y perfecto cuello... ¿perfecto?...no, tampoco era ya perfecto, una quemadura de cinco centímetros de diámetro ocupaban su lado izquierdo frontal, perfectamente visible y palpable...

-No es lo mismo que cuando tienes diecisiete¿verdad?- dijo nostálgica Hermione.

-No, no es lo mismo- el famélico orgullo de Hermione se resquebrajó-. Ahora tengo a una bella y aguerrida mujer de veintidós años entre mis brazos.- concluyó él con una sonrisa, haciendo que ella también sonriera.

y pensemos en lo nuestro

-Hermione, la última vez que nos vimos, bueno, antes de que estallara todo esto, te quería preguntar ¿cómo va tu relación con él¿sospecha de mi existencia?

-No, sigue sin saber nada de ti. De pronto Harry o Ron te mencionan como su enemigo público número uno, pero él no me pregunta nada. Sabe que exististe en mi pasado, sólo eso.

-¿Y cómo es él?- preguntó con delicadeza, a la vez que le extendía una bolsa repleta de galeones y ella los tomaba, guardándola en algún punto de su capa.

-Hermoso.- le respondió ella orgullosa.

que por eso te he pagado
aunque esta noche
sea solo mercancía para mi

-Tienes suerte de tenerlo a tu lado. Te lo mereces.

-Desearía tanto que lo conocieras, congeniarían maravillosamente. Tienen en común mucho más que la sangre, Draco- le dijo mientras tomaba su mano para llevarlo a sentarse a su lado en la cama que estaba ahí-. Son prácticamente reflejos, claro, aunque no tanto como para que sospechen. Tiene mi cabello, pero sus ojos y rostro son muy parecidos a los tuyos; predigo que será alto y atlético como tú, aunque claro, para su edad es bastante precoz en lo que a su inteligencia se refiere...

-Te recuerdo que yo también soy muy inteligente, señorita sabelotodo- le respondió entre risas-. ¿Qué cuento muggle les dijiste para explicar su existencia?

-Pues lo clásico, que fue producto de una inseminación artificial. Obviamente Harry me creyó, porque hasta conseguí papeles y toda la cosa; para Ron fue un poco más difícil de asimilar, pero lo quieren y lo tratan bien¡debiste haberlos visto durante mi embarazo!- en este punto Hermione calló, una sombra de tristeza atravesó el rostro de Draco¡cómo les envidiaba haber podido estar ahí con ella, mientras él tenía que conformarse con las inquietudes! Claro que les agradecía el haber estado ahí con ella, pero ¡no era lo mismo!-. Lo siento Draco...

-No te preocupes, fue mejor así. Ya lo habíamos contemplado de ese modo...

Dejo en tus manos
lo que hemos acordado

-Y finalmente ¿cómo lo llamaste?-preguntó Draco dándole otro giro a la conversación que se había tornado en un silencio tenso.

-Damián Alexander Granger. Ya está por cumplir cinco años y se comporta como un pequeño Lord. ¿Será acaso porque siempre lo he consentido? Pero ¡es que es tan irresistible! Como tu...-le comentó de pasada, muy coquetamente.

y la lluvia de hace un rato
ahora solo necesito descansar

Draco se pegó más a ella, quería robarle su calor, sus recuerdos del hijo que nunca pudo ver, contemplar a través de sus memorias los primeros pasos, las primeras palabras habladas y escritas...y ella se los cedió por completo: pudo ver al chiquillo mamando por primera vez del seno de Hermione en un cuarto de maternidad de San Mungo (antes de que fuera destruido); lo vio en todo el esplendor de su primera sonrisa; vio los primeros pasos que dio, dirigiéndose hacia los brazos seguros de su madre; escuchó a través de ella la primera vez que dijo "mamá", en una salida que hicieron de incógnito a un parque; lo vio corriendo tratando de atrapar la cola de Sirius (ese maloliente animago, pensó él) y cayendo de sentón soltando unas estridentes carcajadas; y finalmente, lo vio mientras le mostraba orgulloso a su madre su nombre garabateado con tinta azul...

-Gracias...-le dijo él con los ojos anegados en lágrimas, si pudiera hacerle ver todo lo que sintió con cada memoria, si hubiera algún modo de recompensarla por el enorme privilegio de permitirle ver a su hijo...pero no lo había.

y dejemos que los sueños
se apoderen del deseo

Y ella, tratando de vislumbrar tan siquiera un asomo de el naciente orgullo de padre manifestado en él, se acercó temblorosa cual quinceañera a los labios de aquél que había contemplado todo en ella. Con ternura, deseando que la noche jamás llegara a su fin, capturó la boca que tanto deseó besar desde hacía tantas noches, se refugió en el pecho que hacía tanto tiempo no fungía de almohada y dejó que esas expertas manos la recorrieran de nueva cuenta, haciendo renacer a la mujer escondida, aunque sin saber por cuanto tiempo la metamorfosis duraría...

recordemos que lo nuestro
se me olvidará un momento

El comenzó a despojarla de sus ropas, mientras ella se dejaba hacer, sintiendo que también ella necesitaba liberarse de los pesados ropajes que mantenían oculto y resguardado al Draco que ella conocía, aquél al que amaba, aquél a quien entregó todo lo que poseía...él se dejó querer, se permitió volver a ser acariciado con amor, con verdaderas manos dibujando imaginarias rutas por sobre la ropa. Y mientras Hermione continuaba su recorrido, en una de esas exploraciones descubrió que Draco le tendía un talonario y lo presionaba por sobre sus manos, instándola a tomarlo. Se sintió de repente ofendida y contrariada.

aunque esta noche...
sean solo unos billetes para ti

-Draco, no tienes que pagarme, no es como en los tiempos de la escuela, donde con una joya conseguías que cualquiera bailara al son que tú indicabas...

-No es un pago. Y no es para ti. Es para él. Sé que ambos no le seremos eternos mientras esto continúe en pie. Son todos los papeles y estados de cuenta de la nómina que abrí para él, es un fideicomiso para que en caso de que le faltes tú o le llegue a faltar yo, o ambos, que es un caso que no deseo que ocurra, él no se quede desprotegido y a la deriva. No quiero que llegue a pasar su vida con alguien como los Dursley...-dijo con una mueca de asco de solo imaginarlo-. Más vale que vayas escogiendo a un buen guardián para él.

-Oh, Draco¡eres maravilloso, siempre piensas en todo- le contestó ella mientras se dejaba ir sobre su cuello, besándolo absolutamente deleitada-. Aunque no es algo en lo que yo no haya pensado. También le tengo un fideicomiso y se lo dejaré a...

Pero él ya no le prestaba atención, simplemente observaba con total embelesamiento como se ponía a hacer planes a futuro para Damián, para ella, para ambos. Sí, para él era absolutamente factible que después de todo el desbarajuste de la guerra se pudiera llevar una vida con ella, no le importaba si quien ganara fuera Lord Voldemort o la Orden, él siempre podría contar con los medios para tenerla junto a sí. Aunque no sabía cuánto tiempo podría seguir aguantando la incertidumbre del futuro, el no saber, el no poder desear, el no poder terminar... y ese horrible temor de perderla, o mejor dicho de perderlos, teniendo como consecuencia su propia perdición...

Pienso en los años
que llevas guerreando
con nombre por bandera

-Hermione, debes saber que te amo- le dijo interrumpiendo su letanía futurística.

-Draco, yo también te amo, siempre te amé y así será, no me importa lo que hayas tenido que hacer para sobrevivir, ni lo que vayas a tener que hacer, pero quiero que recuerdes que ahora nos tenemos y tenemos a alguien por quien volver de cada batalla que libremos...Draco, prométeme que siempre volverás, no quiero perderte de nuevo...

ahora solo quiero oírlo una vez más

-Nunca, jamás me volverás a perder, porque yo jamás te dejaré escapar de nuevo...

Draco la besó de nuevo con locura, paseo sus besos por sobre todo su rostro y se atrevió a bajar a la quemadura del cuello y comprobando que no la molestara, la cubrió de amorosos besos, deseando que con cada uno, las cicatrices desaparecieran, que la ambrosía que dejaba correr fuera capaz de lavar sus culpas, de curar sus heridas, de acompañarla por el resto de sus noches en vela, con el alma pendida de un hilo y la vida de él por igual...

y dejemos que lo cierto
sea lo que imaginamos

Su cuerpo de nuevo, posesión exclusiva de él...su amor y sus caricias, herencia que sólo ella se llevaría a la tumba...expresiones de amor que solo habían intercambiado entre ellos, ella totalmente virgen y solamente poseída por él; él, guerrero invicto de numerosas batallas entre sábanas, siempre con extrañas con las cuales jugaba a querer, porque en la oscuridad de la ignorancia el amor no puede verse, pero que en el momento de adquirirla, no sólo dejó que ella fuera la que entregara, se sorprendió a sí mismo entregándole a su verdadero Draco con sólo el primer beso, y con los subsecuentes, que continuaban teniendo el gusto del primero...

recordemos que lo nuestro...
todavía no ha acabado

Se separaron con los labios enrojecidos por el contacto, con los ojos brillantes por haber recuperado aquello que llegaron a creer perdido, aquella magia entre ellos que no necesitaba de varitas ni conjuros. Se miraron profundamente por un instante y al mismo tiempo sus cabezas giraron hacia la única ventana que tenía la choza. Los destellos se aproximaban, hechizos, maldiciones y contramaldiciones acercándose peligrosamente a su escondite temporal: la batalla se cernía enorme a su alrededor, ambos bandos en esa interminable lucha por la supremacía. No tardarían en encontrar la cabaña y descubrir a sus ocupantes, tenían poco tiempo para reunirse con sus respectivos compañeros de lucha.

Ella se incorporó primero y con una agilidad felina se puso de nueva cuenta su enorme capa. Guardó la pequeña fortuna otorgada por Draco en uno de los bolsillos interiores y tomando la silla de su caballo, salió al exterior, seguida por un Draco que también ya se había puesto sus ropajes negros y que sostenía en su mano el antifaz de plata. Ensilló al caballo y tomando por sorpresa a Draco lo besó bajo la llamarada incesante de algún incendio en las inmediaciones. Tomó el antifaz entre sus pequeñas manos y con delicadeza lo colocó en el rostro de su amante, ocultando su identidad.

De un salto subió al caballo y partió a raudo galope para sumarse a la batalla, aquella guerrera incansable que ahora tenía verdaderos motivos para pelear; mientras él, que se quedaba rezagado, la despedía con una sonrisa, aún guardando la esperanza de volverla a ver...algún día...

aunque por esta noche (por esta noche)
nos podemos despedir


buuuaaa! si, hasta a mí me hizo chillar...pero es que tienen que oírlo con todo y canción, te entra un feeling que te tumba pero así vilmente tumbado...

esto es un regalo especial para Alex (Ammit) y yo, Diana (Raven), porque hoy (28 de julio)cumplimos un año y cuatro meses! y pues, en ocasiones nuestra historia llega agurdar algún paralelismo con mis fics...jejeje...

también va para Mina, mi super editora que me presta su cuenta...contra todos Mina, pero odiamos a ególatra Potter!jajaja. Para Cath, por ser siempre la que me anda diciendo queescriba cosas nuevas LoL. Para Raúl que piensa que mis historias sirven para pervertir a su hermano Alex...saludos al grupito de dibujantes!

Y finalmente y no menos importante, para todos aquellos que se tomaron la molestia de picar el botoncito para darle una leída, para aquellos que llorarán conmigo al leerlo, a los que tendrán piedad de mí y me dejarán algún reviewy para los que quieran mandarme vociferadores...también!jojjo

hasta la próxima!

Raven