MOMENTOS BRAVE: RADITZ

En algún lugar de la Galaxia, un plató de televisión se abre para recibir a los protagonistas de la noche. Luces, focos, aplausos… Un ensordecedor público de alienígenas de todas partes del Universo corea al comienzo la banda sonora de su programa preferido: "La noche del Animé". Esta vez es un especial Dragon Ball.

Luz, fuego, destrucción…

El mundo puede ser una ruinaaaa…

No lo podemos permitiiiiir.

Karo se tapa los oídos para soportar la estridencia de aquellas voces desafinadas. Por un segundo siente un profundo resentimiento hacia María, por haberla invitado a un lugar como aquel. Además, uno de los monstruos de la fila de detrás le estaba tocando el culo. Diva Destruction, que estaba viendo la escena se da la vuelta y golpea con el puño al autor de tan pervertidos actos. - ¡Muten Roshi! – gritan al unísono indignadas.

El presentador favorito del Universo Sur aparece en el centro del plató luciendo un pelo rubio con algunos mechones de inevitables canas ya. Runliney le reconoce enseguida, se trata de alguien que ya ha trabajado en bastantes capítulos de Dragon Ball narrando, micrófono en mano, las luchas de los torneos.

En primera fila se encuentran las invitadas de SuperBrave, lectoras y autoras que conforman un buen séquito de humanas, tan raras de encontrar en un lugar tan recóndito como es el universo Otaku. Entre ellas se encuentran caras conocidas: Bulnatt, Kawaii Destruction y Ameban, entre otras. La cámara se detiene a hacer algunos primeros planos del ilustre público. La gran y hermosa Diva Bulnatt sostiene un enorme cartel a modo de bandera que enarbola con felicidad. Procura ir paseando el letrero por todos los ángulos de rasante que va haciendo la cámara y evitando que Kawaii Destruction, Ameban, la Chica Saiyajin y otras, puedan siquiera asomar. Durante varios minutos solo puede leerse en la pantalla "LEAN MIS FICS".

La camarógrafa, indignada, decide sacar el único rostro posible: el de Bulnatt que, en cuanto ve que sale en la tele pone cara de foto y sonríe estáticamente. (La chica es bastante fotogénica, todo hay que decirlo, pero ignora que su plan magistral de salir perfecta en la imagen será arruinado por una de sus mejores y más retorcidas amigas).

- A un lado el temible saiyajin Raditz – va diciendo el presentador, que parece que piensa que está en un nuevo torneo de artes marciales, y no en una entrevista televisiva.

- Del otro, María SuperBrave, escritora de fanfictions en busca de algún manager que la saque de la miseria.

Ambos aparecen cada uno envueltos en humo y luces diversas. El clamor del público vuelve a ser ensordecedor. Una nueva toma de los presentes da otra buena oportunidad a Bulnatt de aparecer en televisión. En ese instante, Kawaii Destruction susurra algo que se adivina como "sería mejor que te librases de ciertas telarañas…" El efecto no se deja esperar, tal y como había maquinado, y la diva termina por desencajar la mandívula de la impresión. Consecuencia: La imagen que es retransmitida por vía satelital a todos los confines del Universo y Otro Mundo conocido, la deja en apuros. Nuestra querida y fotogénica miss Diva Bulnatt sale horrible y llora desolada aunque se consuela porque, eso sí, su cartel se lee perfectamente: "LEAN MIS FICS". La autora de la travesura ríe como su papi Freezer mientras que Ameban se retira un poco de ellas por si la locura que tienen es contagiosa.

Raditz estrecha la mano del presentador mientras que SuperBrave le da una colleja de bromillas cuando lo abraza. Lo deja viendo estrellitas y pajaritos por bocazas, aunque sonríe a la cámara con una media sonrisa retorcida, entre niña buena y niña mala, que hiela de miedo hasta el aceite de las cámaras.

Shadir se ríe por lo bajito analizando la escena al completo. No en vano es ella quien maneja la cámara del plató. La noche promete…

Aunque se diría que Raditz no está feliz de encontrarse con la autora de tantos fics en los que aparece. De hecho permanece con los brazos cruzados en pose estoica dándole casi la espalda. La autora arquea una ceja y finge indiferencia en una pose de genuina fatal femme.

El presentador se recupera del disimulado golpe y prosigue la entrevista. - Díganos, María SuperBrave, ¿esperaba un recibimiento tan frío en alguien a quien ha dedicado buena parte de su tiempo libre para recrear historias? Estamos hablando de un personaje secundario que usted ha ascendido a la categoría de protagonista en muchas ocasiones.

La autora sonríe enigmáticamente, se toma un tiempo para contestar y después piensa: "Bien, si Raditz quiere guerra la tendrá".

- Comprendo su actitud. Es obvio que se le ha subido la fama a la punta de los pelos. Con aquello de tener loquitas de amor a la mitad de las fans… - murmura mirando de reojo a Ameban que tiene ojitos en forma de corazón admirando a su Raditz con ese traje de Armani que le queda tan divinamente perfecto esa noche.

Kawaii Destruction, neutralizada Bulnatt gracias a su argucia, aprovecha otro nuevo giro de la cámara para enseñar bien su camiseta: "SAVE TO THE actores de doblaje mexicanos". Y seguidamente hace el signo de la victoria con dos dedos imitando a su idolatrado Vegeta. Son Vegetzu mira de reojo el tatuaje que luce la destructora en su brazo derecho: "I love Rene" y da un gruñido por lo bajo. René es suyo y solo de ella, igual que Vegeta... y también Raditz. Ameban tose como si hubiera leído los lascivos pensamientos de la gótica, aclarando que Raditz es suyo y solo suyo.

Por su parte, el saiyajin, que estaba conteniéndose, estalla finalmente en improperios - ¡Esta autora es una maldita! – grita provocando un silencio sepulcral absoluto.

- ¿Ahora te das cuenta? – comenta Brave divertida.

- No… desde el principio me has odiado… y si no, vean, lean, lean lo que fue capaz de hacerme pasar…

En una pantalla gigante se rememora una escena del fic "Viaje al pasado".

Raditz entró en su nueva habitación. Realmente no se paró a mirar demasiado. Tomó un par de scuters y se sentó en una mesa de espaldas a la cama donde sin el percatarse estaba profundamente dormida cierta jovencita. Luego tomó un par de destornilladores de la sala contigua y volvió a entrar. Estaba reparando los scuters como solía hacer casi siempre, cuando de pronto escuchó un sonido extraño...

Automáticamente miró hacia su estómago, luego puso una cara extraña y pensativa. ¿Habían sonado sus tripas? El no tenía hambre en ese momento... siguió trabajando en los scuters cuando de nuevo escuchó el sonido, sólo que esta vez se concentró un poco y se percató de que venía justo de detrás de donde él estaba sentado.

En efecto, se volvió atrás y en la cama vio un bulto. Su mente comenzó a trabajar: Nappa no podía ser porque el bulto era más pequeño, pero ese sonido de tripas era genuino saiyajin, así que sólo podía ser... ¿Vegeta? VEGETA. Casi se atragantó mentalmente.

Si era el príncipe y se daba cuenta de que estaba en la habitación mientras que dormía, era saiyajin muerto. Su respiración se congeló por completo, un nudo se hizo en su garganta... pero luego pensó razonablemente...

- "Yo no me he confundido de habitación, estoy seguro de que entré en la que me asignaron. Vegeta no se equivocaría jamás y elegiría esta, porque el siendo un príncipe debía utilizar, si no la habitación del jefe de escuadrón, la del primer oficial... el jamás se metería a dormir en este cuchitril pequeño indigno de él... a no ser que... ¿y si quiere algo conmigo?... no... Vegeta no sería gay ¿verdad? –

Un brillo azul se apoderó de Raditz, tragó saliva como pudo y se dispuso a salir de la habitación lo más sigilosamente posible. Pero justo cuando salía... un sonido le congeló. Fue un suspiro, pero no era un suspiro masculino, era un suspiro femenino. Vegeta podría ser supuestamente gay si se confirmasen sus temores, pero esa voz no era de él, ni en un millón de años. Era una voz femenina...

Su curiosidad le puso más que el miedo, y se acercó un poco a la cama. De pronto por entre las sábanas apareció una colita de modo peluda color azul. Ahora si que quedó en shock. Vegeta no podía haberse teñido la cola, ni podía estar gimiendo como una chica... pero esa era una cola saiyajin en toda regla... bueno, salvo por el color.

Siguió acercándose más. Se encontraba a apenas medio metro cuando las sábanas se movieron y la chica de cabellos azules se dio vuelta mientras dormía. En su rostro aún había un par de lágrimas furtivas. Raditz sintió un golpe en el corazón al verla, pero seguía sin creerse lo de la cola, así que con suavidad la tomó con su mano. La chica emitió un gemido leve, él arqueó una ceja y sus ojos se volvieron ciertamente ilusionados. ¿Si ella estaba en su cama sería porque quería algo con él?

Mmmmm con suavidad recorrió con su mano la cola buscando la base de la misma. Se sintió como el chiquillo que era antes de que el Planeta Vegeta fuera destruido... Lentamente deslizó su mano por la base de la cola frotándola con delicadeza y sensualidad. Ella volvió a gemir y susurró – Goten... –

Raditz arqueó una ceja ante ese nombre, pero no le dio mayor importancia y, lentamente, mientras seguía frotando la cola de la chica se quitaba su armadura hasta quedar desnudo. Hecho esto se metió en la cama besando el cuello de Bra, pero cuando dejó caer su peso sobre el cuerpo de la chica, la peliazul abrió un ojo medio dormida - ¿Goten?

De repente la cara de Raditz quedó marcada como si hubiera sido atacado por un gato salvaje. Un puñetazo lo envió volando hacia el techo para caer rebotando en la cama, donde de nuevo, una patada le esperaba para estallar en todas sus... ejem... partes varoniles... (¿Se comprende?)

Después de semejante golpe, salió de nuevo volando para rebotar en el techo otra vez. Sólo que ahora no bajó del techo, sino que se quedó encajado en el armazón metálico, desnudo, en estado de shock, con las bolitas haciéndole mucha pupa, con la cara marcada de arañazos, y con dos lagrimones en los ojos, que miraban desencajados hacia ninguna parte.

En el piso de arriba, la cama de Zarbón había sido levantada. El guerrero estaba tratando de descansar un poco, dado que la noche anterior, con la interrupción del doctor, no pudo pegar ojo, de modo que con mucha rabia se levantó de la cama todo verde de furor – ¿es que nadie es capaz de darse cuenta de que si siguen molestándome cuando duermo acabarán por salirme unas horrible ojeras? ¿QUE MASSS? –

Sin decir nada más pisó rudamente con un pie el bulto que relucía en el suelo de metal de su habitación. Acto seguido, en el piso de abajo, Raditz volvió a caer a la cama, la cual quedo hecha añicos. El pobre sólo pudo decir un doloroso – Aushh

Luego se sentó como un niño pequeño en la cama sujetando sus bolitas mientras que lloraba a moco tendido.

- ¿Qué haces en mi cuarto insecto? - interrogó Bra mientras sostenía una bola de energía en una de sus manos.

Este era mi cuarto, me lo asignaron, yo... pensé que... - trató de decir algo que no fuera ofensivo porque ya había tenido bastante tortura.

Entonces Bra se percató de que realmente ese era el cuarto que habían asignado a Raditz, luego se fijó en que el pobre seguía desnudo, y se sonrojó furiosamente.

- ¿Quieres vestirte, indecente? - dijo volviéndose de espaldas a él.

- Es que no me puedo mover... – murmuró dolorosamente sujetando sus delicadas partes y llorando ríos de lágrimas.

Un "oooohhhhh" de miles de voces femeninas, dulce y conmovido, comenzó a derretir los circuitos de las antenas televisivas de cada televisor del universo. Acompasando este "oh" siguieron las risas de todos los hombres presentes.

- A esto precisamente me refería. Es una indecente. ¡Cómo pueden permitir que una autora obre semejante horror! –

- Oh, me sorprendes Raditz – siguió pinchándole SuperBrave – cuando te vi tan enojado pensé que te referías a lo sucedido con Zarbón…

El saiyajin se sonrojó furiosamente. – No eso… eso… ¿no irán a poner eso verdad?

Demasiado tarde, pues en la pantalla gigante ya estaba emitiéndose una escena del fic "Las garras del destino".

La puerta del cuarto de Zarbón se abrió y Raditz tembló por completo. - Hola guapo. - Dijo seductoramente el hombre de cabellos verdes.

- H...Ho... Ho.. Ho.. Ho... Ho... Ho... l...la "¿Por qué me pasan estas cosas a mi?".

- Vi como me mirabas hoy... ¿me deseas eh? -

- S...si, muchísimo - gruñó Raditz interpretando bastante mal su parte del teatro.

Zarbón respiró hondo. Esto no iba a ser muy divertido... teniendo en cuenta lo mal actor que era Raditz tendría que hacer él todo el trabajo para dar credibilidad al asunto.

- Los saiyajins sois siempre tan inexpresivos... – Comentó para disimular el entuerto. Seguramente el mono idiota pensaba que él estaba disfrutando de aquello, seguramente ignoraba que cuando Freezer descubriera el 'romance', si es que no estaba presenciando la escena personalmente ahora mismo mediante alguna cámara espía, le iba a dedicar una sesión sádica doble. Pero como siempre los saiyajins no se destacaron por pensar en la situación de los demás.

Raditz estaba parado, su ceño fruncido y sus ojos vagando por cualquier detalle estúpido de la habitación que no fuera el hombre verde delante de él. Zarbón miró la misma baldosa del suelo que parecía captar la atención completa del saiyajin. Y allí estaban los dos como tontos mirando la misma baldosa, uno para disimular su terrible nerviosismo y el otro para averiguar qué tenía de especial aquello...

Zarbón arqueó una ceja y le miró directamente. - ¿Se te ha perdido algo amor? - cantó dulcemente.

El saiyajin salió de su ensimismamiento sacudiendo su cabeza y le miró seriamente. - De hecho creo que si... que he debido perder la cabeza... - gruñó.

- ¿Por mi? Qué romántico – comentó abrazándole.

- Abrázame idiota y haz como que me besas el cuello – susurró.

Raditz gruñó y lo asió como quien coge un saco de patatas. Zarbón gimió en alto y, casi por acto reflejo, el saiyajin le soltó como si quemase.

- ¿Es tu primera vez con un hombre verdad? No estés nervioso... relájate... ¿quieres? - La última pregunta fue acompañada de una mirada terriblemente enojada.

- Deja que yo te inicie... - De nuevo el saiyajin tragó saliva maldiciendo interiormente su mala suerte. Esta situación estaba en el límite de lo permisible.

Zarbón cogió su mano y lo acompañó a la cama.

- Desvístete y mírame mientras lo haces... vicioso... –

La voz sonaba melosa pero los ojos brillaban furiosos, lo cual tranquilizó algo al guerrero. Al menos le estaba proponiendo algo en lo cual no tendrían que tocarse mutuamente. Podría fingir que imaginaba a Bra desnudarse... Una sonrisa circuló por sus labios mientras se quitaba su ropa, pero se desvaneció por completo cuando escuchó el sonido anti afrodisíaco de la armadura de Zarbón golpeando el suelo.

- ¿Te gusto? Quiero escuchártelo decir... amor... quiero saber cómo estás de caliente... - Zarbón le iba dando bastantes pautas a Raditz para que pudiera hacer bien el papel, lástima que lo suyo no fuera el teatro.

- Si... amor... - replicó rudamente.

Zarbón suspiró y comenzó a pensar que aquello estaba pudiendo llegar a ser una mala idea después de todo. Bien, él se lo había buscado, ahora tendría que hacer algo bastante desagradable para solucionar el entuerto.

Así que avanzó hasta Raditz, lo agarró de los pelos y le plantó un beso en los labios. El saiyajin intentó revolverse pero se encontró con que el hombre de cabellos verdes tenía más fuerza que él. Sin transformarse en súper guerrero no iba a poder separarse a aquella lapa pervertida de los morros.

Antes de que accionase a su siguiente nivel Zarbón se apartó y le susurró en el cuello. - Estás actuando tan mal que Freezer nos va a descubrir a todos, idiota. Te advierto que si no finges mejor me veré obligado a violarte, quieras o no. Y ahora... quiero que imagines que soy la mujer de tus sueños.

Raditz tragó saliva. Aquello se ponía feo... feísimo. Bien, tendría que actuar, no había más remedio. Eso, o matar a Zarbón antes de que le tocase más íntimamente. Pero si hacía eso, Vegeta le mataría después a él, y después de todo Zarbón parecía tener que decir algo importante acerca de Bra.

Puede que el teatro no se le diera bien, pero si había aprendido algo era a recitar poesías, y el había escrito algunas de contenido erótico. Ok, tendría que recitar un poco...

- "Ven pequeña... ño... (Corrigió sobre la marcha)

tus labios...

son dulces como dagas

envenenadas... " -

Pronunció seductoramente imaginando que la escena era con su amada Bra.

- "Ven a mis brazos,

quiero hacerte

sentir...

el fuego que arde dentro,

más abajo...

sofocándome,

más abajo...

susurrándome,

indecencias...

prohibidas." -

Zarbón se sonrojó con aquellas palabras. ¿Estaba actuando o era de verdad? Porque si era de verdad, ese no se escapaba aquella noche. WoW. Que excitante.

Raditz le miró por un segundo con una mirada asustada al analizar la excitación del rostro de su oyente.

Zarbón suspiró, estaba actuando... pero que bien lo hacía. - Ahhh. Sigue amor... - Gimió en alto. Lástima que no fuera gay.

Por fin ambos se desnudaron y se metieron bajo las sábanas. Zarbón se colocó detrás de Raditz, que empezó a tener pánico y le susurró al oído. - Freezer tiene un plan. Gime, idiota, como si te diera placer. -

- Ahh. - Gimió roncamente Raditz y Zarbón casi se muere de excitación.

- Quiere vengarse de todos nosotros por lo que le hicimos y tiene pensada una tortura específica para cada cual. Gime, mierda. -

- Ahh. - Gimió rudamente enfermo por completo con tener que hacer todo aquello, pero sin perder palabra de lo que le decía.

- Aaahhh. - Gimió Zarbón afeminadamente y Raditz casi saltó fuera de la cama como un gato asustado, si no fuera porque Zarbón lo sostuvo cerca y siguió susurrándole.

- Tengo un contra plan para arruinar sus planes. He estado averiguando. Freezer tiene su poder gracias a las dragon ball. Capturó a los namekianos, les drogó anulando su voluntad y les obligó a crear unas bolas de dragón específicas para este planeta. Aaahhh. Gime. -

- Ahhh. -

- Actualmente tiene encerrados a varios centenares de ellos en una sala especial llena de medidas de seguridad. Ahhh. Puede convocar a las bolas de dragón en el momento que quiera, puede efectuar cuantos deseos quiera, y cuenta con un poder casi ilimitado, Gime. -

- Ahh -

- Ahhhh. Pero no completamente ilimitado, puesto que las bolas de dragón conservan su poder gracias a los namekianos. Así que a pesar de lo que dice no es inmortal, pero si tiene capacidad de regeneración instantanea. Gime idiota. -

- Ahh. -

- AAaaaahhh. - Acompasó Zarbón con un contraste sumamente afeminado.

- El problema es Bra. Ahhhh. - Siguió Zarbón para evitar que descubrieran el teatro. - Relájate ¿quieres? –

Raditz hizo un esfuerzo sobresaiyajin para relajarse en tan intempestivas circunstancias.

- La niña ha sido envenenada, requiere de un antídoto para recuperarse, que debe serle administrado cada 24 horas, sin embargo, no existe cura para su mal. Sólo puede curarse con un deseo de las Dragon Ball. Gime. -

- Ahh. -

- Ahhhh. El problema es que tendremos que sincronizarnos perfectamente para conseguirlas, y a la vez derrotar a Freezer. Las medidas de seguridad que tiene alrededor de ellas son extremas. Gimeee. -

- Ahh. -

- Ahhhh. Cámaras que descargan electricidad al portador de un ki diferente al suyo, y un sin fin más de torturas. Alguien de nosotros deberá sufrir un infierno de dolor para conseguirlas, mientras que los demás luchamos en conjunto contra Freezer y sus secuaces. Ahhh. Gime, mierda. -

- Ahh. -

- Ahhhhh – gimió Raditz jurando que un día mataría a Zarbón lentamente, con sus propias manos…

Un nuevo "Oooohhhhh" aún más acaramelado y femenino que antes resonó en todo el plató de televisión y en cada casa donde habitaba un alma sensible, del sexo que fuera. Más risas de los machitos de siempre se escucharon hasta que Dulce-vg se volvió con un cañón láser último modelo y una banderita que rezaba "Bra y Raditz forever". Solo la risita de Shadir se escuchó en la sala.

- Oys, perdón – susurró la camarógrafa al descubierto del reproche inquisitivo que la mirada de Raditz le dedicó.

Mari Gari y Antotis se alzaron con fiereza y después de unos momentos de pausa se decidieron a meter un poco de más cizaña – Poned el video en el que sale el verdadero Raditz. Esperamos que Goten le mate por haberse atrevido a robarle a Bra. Jiaaaaaaa – y después de varias poses de artes marciales se sentaron seriamente en sus asientos.

Cuando el presentador y los presentes sorbieron hacia sus cerebros la enorme gota de sudor que la petición había desatado, la pantalla empezó a pasar el video solicitado, de "Entre corrientes".

Raditz la condujo hasta la biblioteca de su gran mansión y se sentó en un sofá cómodo que quedaba frente a la chimenea. Una piel de leopardo decoraba el suelo como alfombra. Bra tomó asiento en el sillón de al lado. - ¿Y bien? - Pinchó él.

- Yo... no podía dejar de pensar... -

- ¿En mi? - Terminó la frase convencido de que el efecto del lazo de unión debía estar enloqueciéndola de amor.

Bra se agitó, pero se obligó a permanecer tranquila. - En Freezer. -

- Ah. -

- ¿Qué te hizo? – Susurró temerosa de la respuesta.

- No creo que lo quieras saber... - Sus ojos se volvieron crueles por un instante y luego se calmaron.

- Si quiero, quiero saberlo. ¿Qué te hizo? – insistió.

El saiyajin se levantó de su asiento y la levantó cogiéndola por los hombros casi violentamente. - No finjas más...

- ¿Qué?

- He notado como me mirabas, como te estremecías cuando te tocaba, puedo oler casi tu excitación ahora mismo...

- NO - trató de zafarse pero Raditz la abrazó más fuerte.

- Déjate llevar por la corriente...

Embriágate, así...

No te atormentes...

Ven a mí...

El deseo fluye en ti

Y es tan ardiente...

Que apenas el sentir

Se hace perenne...

Ven a mí...-

- No... - susurró ella débilmente sintiendo que cada célula de su cuerpo le gritaba por ser unida a ese hombre que la sostenía y la recitaba.

- No lo comprendes...

Pero todo grita aquí

Que te gobierne...

Ven a mí...-

- Raditz... - Susurró pidiendo clemencia, y no encontrándola. - Ah, Raditz... -

- No te resistas a vivir,

Deja que intente

Hacerte resurgir...

No lo lamentes...

Ven a mí...

Déjate llevar por la corriente... -

Sus labios se besaron ardientemente en el momento preciso que un rayo alcanzaba un árbol cercano partiéndolo en dos mitades y ocasionando un estruendo terrible que hizo retumbar toda la casa.

Raditz la besó con avidez tendiéndola sobre la alfombra y quitándole las ropas mojadas, que hasta el momento ni siquiera habían captado su atención, ni la de ella. No, no iba a desvestirla sin más, le arrancó las ropas rasgándolas en mil pedazos.

Sus manos se enredaron en su pelo azul, una de ellas descendió hasta su cadera para afirmarla con más fuerza hacia sí mismo. Las ropas de Raditz volaron rasgadas por el mismo en dirección hacia la chimenea, quemándose en las brasas lentamente.

- Ahhh. - Un quejido mutuo se escuchó cuando él entró en ella. Sus manos expertas en las artes del placer la tocaban de un modo tan excitante y sofisticado que si pudiera morirse de delirio, ahora estaría muerta, de seguro.

Recorrió sus pechos y tomó uno entre sus labios deleitándose en los gemidos sofocantes de su amante. Nuevamente entró en ella, y comenzó a adquirir un ritmo trepidante. Los rayos y los truenos se hicieron presentes, constantes, la lluvia se intensificó como una cascada incesante.

- Pídemelo... - Susurró.

- Ahh, Raditz... - Gimoteó ella apenas.

- He dicho que me lo pidas... - Volvió a susurrar casi amenazadoramente.

- No... ahhh, Raditz.. –

Intensificó el ritmo alabándose mentalmente por tener tanto control y no haber terminado cuando comenzó a sentir el segundo orgasmo de Bra.

- PIDEMELO. - Gritó.

- SI, HAZLO. – Sucumbió llorando e incapaz de luchar contra sus sentimientos contradictorios.

El saiyajin completo lo que llevaba tanto tiempo esperando, la mordió en el cuello sin más reservas y ella le imitó mordiéndole también mientras sus cuerpos se convulsionaban por el placer intenso. El árbol partido en dos se desplomó definitivamente en el suelo, cada parte arrojada a un lado distinto y ardiendo aún bajo la lluvia intensa que comenzaba a apagar el incendio.

Con un gruñido animal, similar al de su estado Ozaru, Raditz gritó aún con su boca llena de sangre. - AHHHHHHHHHHHHHHRRRHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH. - Y después la besó ardiente y despiadadamente hasta que bra se desmayó en sus brazos.

La peliazul despertó sobre la alfombra, nadie estaba a su lado, le había dejado una nota. - Envié a recoger tus cosas de casa. Las traerán al medio día, volveré pronto mon amour (mi amor). Tu compañero, Raditz. -

Jadeó tocando con miedo la marca de su cuello y lloró amargamente viendo sus propias ropas consumirse entre las brasas de la chimenea. - Nooo... ¿Qué he hecho, Dios mio, qué he hecho? – su esposo y su hija se presentaron como una ilusión que acababa quizás de haberse hecho añicos.

- Bueno, por fin ponen algo interesante… - se jacto Raditz sonriendo al recordar el maravilloso lemon.

- No estés tan seguro, querido – le recordó Brave. – Recuerda que Goten y Vegeta se van a vengar de lo que hiciste. Además, después de lo grosero que estás siendo para conmigo, creo que no dejaré que te quedes con Bra.

Rina intervino algo mosqueada con la autora – Lo que tienes que hacer es terminar de escribir el maldito Fic, querida – varios cientos de "sis" confirmaron que la petición era avalada por bastantes "seres" en aquella sala, y en los distintos confines del Universo.

SuperBrave tragó saliva y sonrió lo más encantadoramente posible – se hace lo que se puede… - tosió.

Alguien al fondo que se identificó como Darte Maferius añadió un poco más de leña al fuego – y a ver cuándo leches continúas el fic de "Salvaje".

Brave tragó más saliva, que se le atragantaba conforme escuchaba el motín que surgía en todas partes.

- Lo mejor es meterla en una jaula hasta que termine todos sus fics… - rió Raditz mostrando su lado más sádico.

- ¡ESPERAD! – gritó la autora en un acto de autodefensa – tengo una idea mucho mejor… ¿Queréis que hagamos un repaso acerca de las mejores escenas de Raditz? Jaa,jaa, jaaajaja

Todo el público femenino dejó de amotinarse y se sentaron con ojitos de corazón mirando la pantalla.

Raditz retiró a un lado la larga melena y la desabrochó el vestido no conteniendose al pasar sus manos libremente por sus pechos al hacerlo. - Ssssss. - Susurró al notar que Bra trataba inutilmente de articular alguna clase de gruñido. Le quitó el vestido mojado y su boca se abrió al observar completamente desnudo aquel cuerpo virginal, de perfectas proporciones, de blancura inmaculada si no fuera por aquellos golpes y cortes. Raditz gruñó en el recordatorio de Brolly. Cogió un algodón y lo empapó en antiséptico, pasándolo suavemente por los cortes. Bra le miraba borrosamente, sus pupilas estaban dilatadas y sus músculos no parecían responderle ni para gruñir en protesta. El la curaba con lentitud, susurrándole palabras tranquilizadoras. Ella se relajó unos instantes dejando que la curase, de algún modo sabía que no la estaba dañando aunque no podía evitar tensarse de repente cuando le tocaba una herida algo más difícil.

- Ahora viene la peor parte, voy a comprobar como tienes esas costillas y te va a doler un poco... - Dijo suavemente acariciando su frente y sus mejillas. Bra le miró extrañada, realmente no se sentía amenazada, pero aún así no podía confiar en nadie. Un gemido de dolor se escuchó cuando el saiyajin presionó su parte más adolorida. - Ssssss. Ya pasó. - Susurró para tranquilizarla.

Ella le miraba enojada. Después de haberle tocado las costillas el dolor era insufrible. Sin embargo ella seguía sin quejarse más que la evidencia en su rostro del dolor. - Por suerte no tienes nada roto, pero como parece que te duele, te voy a aplicar esta pomada, dejará de dolerte enseguida y no tendrás que mirarme tan odiosamente. Jaja. - En efecto, con movimientos suaves, Raditz le untó la pomada y el dolor fue cesando por momentos.

- ¡Queremos más, queremos más! – gritaron un coro de seguidoras de Raditz encabezado por Sonrise, Navarhta, Nuri y otras tantas fans del fic "Salvaje".

- Sí, vamos, Super… ¿por qué no pones algunas escenitas más como esta? – insistió el saiyajin con una sonrisa que a la autora le pareció de lo más engreida.

- Está bien… - gruñó Brave, seguiremos con una segunda parte…

-----------

Espero de corazón que este pequeño homenaje a mis lectoras, amigas y autoras preferidas haya sido del agrado de todas vosotras. En la segunda parte aparecerán más nombres de quienes me han ido dejando reviews en todo el tiempo que llevo publicando Fanfics. Es mi pequeño regalo para vosotras. Un abrazo.

María SuperBrave.