Disclaimer: Sólo el texto me pertenece.

Claim: Harry/Sue.

Summary: "—Quiero que recuerdes esos momentos en que sentimos que el mundo era nuestro y que todo era maravilloso, Sue. ¿Harías eso por mí?" Sí, sí lo haré.

Notas: Ubicado en Luna Nueva. Al fin me atreví a escribir de esta pareja. Hay ciertos detalles de este drabble que me gustan mucho.

Recomendación Musical: Recuérdame — La Quinta Estación ft. Marc Anthony.

Dedicatoria: Estrella'black y Cafesitodeldia. Besos, dudes :D


Recuérdame.

( Cuando el frío y la tristeza se funden y te abrazan. Recuérdame. Recuérdame cuando mires a los ojos del pasado, cuando ya no amanezca en tus brazos )


I

Miró los ojos cafés de Sue y sintió que el mundo era más puro. Acarició con suavidad la curva de la cadera de su esposa, ella sonrió.

Los años no había podido acabar con esa sensación de parecer un adolescente enamorado, con ese sentimiento que luchaba con salírsele del pecho y lograr que un arcoíris se extendiera por el cielo.

Sue siempre le decía que el amor vuelve a la gente tonta, soñadora y adolescente. Y era cierto, él lo comprobaba cada vez que besaba los labios dulces de su compañera de vida.

Sonrió de vuelta y a ella se le iluminaron los ojos, depositó un beso en el cuello de él y Harry suspiró enamorado. El momento fue eclipsado por un sentir en su pecho que le decía que todo acabaría.

Tuvo que decirle algo, tuvo que despedirse. Se despidió, aunque quizás el día siguiente todo siguiera siendo perfecto y nada malo ocurriera.

—Sue, tengo esta extraña necesidad de decirte cuánto te quiero —dijo. Ella lo miró fijamente durante un largo minuto.

—No sé si te amo mucho, no sé si te amo poco. Sólo sé que jamás amé a nadie así —murmuró, con los labios pegados en su mejilla y sintiendo sus pestañas haciéndole cosquillas.

—Yo te amo también, mucho más de lo que imaginas —le respondió. Él sonrió melancólicamente.

—Quiero pedirte algo —ella asintió—. Si algo llegara a suceder, recuérdame.

—Siempre.

—Quiero que recuerdes esos momentos en que sentimos que el mundo era nuestro y que todo era maravilloso, Sue. ¿Harías eso por mí?

Sí, sí lo haré. Asintió, intentando ignorar la amarga sensación arremolinada en su pecho.


II

Pasó los dedos por la fría mejilla de su esposo. Sus ojos estaban húmedos, pero no lloró. Besó su frente en señal de despedida y una única lágrima cayó sobre el rostro de Harry.

Después de todo, él tenía razón.

Sue no lloraría, por mucho que quisiera no lo haría. Ella le había prometido que lo recordaría.

Esa noche se dedicó a recordar, a explorar el pasado y enfrentarse cara a cara a la nostalgia. Pero no lloró, porque ella conocía el valor de una promesa.

Recordó cuando lo conoció, cuando lo besó y cuando dejó que le colocara un anillo en el dedo anular. Recordó las caricias dulces y las apasionadas, recordó el olor a sol que desprendían sus ropas (ese olor que aún invadía su habitación). Desordenó las sábanas blancas y no lloró.

Esa noche Sue se dedicó a recordar.