Hola a todos, este one shot fue escrito para un concurso de drabbles donde te daban un máximo de palabras qué podías escribir, quienes han leído mis fics sabrán que controlar el número de palbras para mí es todo un logro.
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Título: Chocolate
Clasificación: General
Advertencias: Ninguna
Número de Palabras: 449
CHOCOLATE
¡Hoy pasó eso otra vez!
Por fin hoy pude quedarme a solas con Potter, en un elevador en el Ministerio, luego de haber fingido indiferencia ante su saludo, lo cual pareció enfadarlo un poco, pues fue él quién me siguió hasta allí luego de mi desplante.
Apenas se cerró la puerta del elevador, volteó hacia mí y, hablando con una voz que no parecía enfadada, me dijo: "Hey, Malfoy, ya sé que nunca hemos sido amigos o siquiera hemos tenido una conversación seria sin llegar a las maldiciones… o los golpes, pero creo que ya hemos madurado lo suficiente para al menos saludarnos cuando nos vemos… ¿No crees?
Negué con la cabeza y lo ignoré. Pero al parecer a Potter le interesaban poco mis negativas, pues continuó hablando: "Además, he observado que durante este último año has cambiado mucho… te ves como que… mejor"
"¿Mejor?" exclamé yo, con algo de asombro.
Y entonces agregó: "Me gustaría algún día tal vez ir a tomar una cerveza… o comer algo, ya sabes, para ponernos al día"
No supe qué responder, probablemente le hubiera dicho que sí, o que me lo pensaría, pero antes de que pudiera decir algo, Potter metió la mano en su bolsillo y sacó aquello…
No fue necesario que lo desenvolviera del empaque, yo ya había sentido el olor y, como siempre, eso bastó para que la maldición surtiera efecto.
Sentí que me hacía muy pequeño, y suspiré de aburrimiento por la conocida sensación.
"¿Un Puddle?" preguntó Potter, inclinándose para tomarme en sus brazos.
¡Me sentía tan avergonzado! Nadie sabía de aquella maldición, y tenía que enterarse precisamente él.
Traté de luchar, me retorcí y hasta estuve tentado a morderlo, pero eso solo parecía animarlo más, mientras me preguntaba qué era lo que estaba pasando y me acariciaba entre las orejas… Lo cual no admitiré, pero se siente súper bien.
Finalmente se le ocurrió traerme a la Mansión, donde mis padres le explicaron que el tonto de Crabbe me había lanzado una maldición, que seguramente pretendía ser otra cosa, y que lo que provocó fue que cada vez que oliera chocolate, (¡Merlín, cuánto extraño el chocolate! ), me convertiría en aquel puddle que vio.
Me sentí mal mientras Potter escuchaba todo aquello, había mostrado interés en mí un par de horas antes y ahora…
La mano de Draco tembló un poco cuando unos labios se posaron en su cuello.
—¿Qué haces que no estás en la cama? —murmuró Harry.
—Voy en un momento —aseguró Draco.
—Vamos… no quieras que traiga el chocolate —replicó, acariciándolo en la nuca.
—Idiota —bufó Draco, antes de hacer una última anotación:
"Y ahora, el muy… lo usará para molestarme siempre que pueda"
FIN