Este no era el momento de pensar en cosas felices, yo no tenía un motivo por el cual hacerlo, porque el motivo que era prioridad, obviamente consumía a todos los demás, solo por ser prioridad. Soy un joven cualquiera, que se tuvo que enlistar a su querido ejercito simplemente con el fin de defender a su país, bueno, ya esta mas bien el mundo, no sé, cada soldado es como una pisca de arena, y nuestros enemigos son las estrellas, es muy raro lo que pasaba. Antes, mucho antes, los digimons eran poco a poco algo muy regular en la tierra, cada vez aparecían mas, debido a casos "misteriosos" en los que el supuesto digimundo estaba en peligro, algo o alguien lo salvaba, nadie sabía, ahora de Tokio, a todo el planeta, hasta en los lugares más recónditos pueden haber digimons, antes era genial hablar y conocer a algún digimon, eran divertidos, tenían carisma, y aparte eran muy amigables, eso sí, no era que se odiaban, pero les gustaba pelear unos entre otros, algo de costumbre, lo malo es que así eran las historias que contaban los abuelitos... yo solo vi a un digimon por primera vez, cuando tenía que luchar por mi vida, y aun tengo que hacerlo, todo llego a un colapso, los digimos y los humanos se volvieron intolerables entre unos, así como llego el racismo, puede que llegue algo igual de peor, es una guerra perdida para ellos, porque nosotros ya sabemos cómo exterminar al mas minimo ser que se nos llegue a tropezar, solo matamos a los que queremos, cuando empezó la guerra, no duro más de un día en conquistar el digimundo, estaba bajo nuestro control, bueno es literal, porque puede pasar cualquier cosa en cualquier momento, aun hay muchos problemas con otros digimon, y los demás, que tratan de vivir con sus nuevas reglas de vida... simplemente, de ser criaturas animadas y alegres, muchos que otros, sucumbieron, el ver pequeños pueblos digimon ya no es como antes, la guerra los hiso como los humanos, pedantes y tristes, muchos conservan su honestidad, pero por eso, muchos digimons "salvajes", sabían el porqué no se podía confiar en humanos. Andrés es mi nombre, es una de las pequeñas cosas que me diferencian de los demás, eso, y que no soy un descerebrado que trata a estos seres como si fueran muñecas de trapo.
Un día, no muy raro, ni tampoco normal, cualquiera en sí, estaba en mi turno de patrullaje en un pueblo digimon que teníamos como puesto de avanzada, de arma, heh... era una especie de auto-separador de datos, algo así, le disparabas a un humano con esto, y solo le daba mareo, a un digimon... lo mata en sí, ya que no se queda en huevo, sino que sus datos desaparecen como si fueran cenizas, la verdad solo llegue a matar solo una vez con esto, y fue cuando me envistió un Gazimon, no quería matarlo, pero tenía que hacerlo... desde ese entonces no he vuelto a matar, pero aun así, por ser soldado, todos los digimons que me miraban al pasar por el pueblo, me miraban con fervor y tristeza, me sentía un monstruo con solo llevar el uniforme de patrulla puesto, porque yo no soy un matón... a veces, los soldados de patrulla nocturna raptan hembras digimons, muy de vez en cuando son hembras de Gazimon, Biyomon, y he visto que raptan Renamons de pelaje gris también, y ya saben que les hacen, algunos las torturan, y otros las violan... inclusive tienen un club sexista en la plaza de el pequeño pueblo, la verdad decían muchos de los soldados novatos, que aparte de tener sexo hacen algo mucho más "divertido", no sabría que decir, lo único que he visto divertido desde que estoy aquí, era el que alguno de los soldados cometiera alguna estupidez, nada más. Llevo como seis meses aquí, y parecen años, todo el tiempo darle la vuelta al pueblo en el atardecer, era lo único hermoso que veía aquí, el atardecer era muy lindo, y con un color naranja muy detallista, y profundo, todo la tarde era monótona, solía pasear de rincón a rincón para hacer más largo el trayecto de mi patrulla, al no matar a nadie tenía la tranquilidad de que todo andará bien, iba siendo un día monótono, pero todo dio un giro y las cosas fueron más inesperadas de lo que pensé, desde que mi sargento me llamo
Sargento: Andrés, venga hacia acá, ahora.
El sargento no era hombre de gentilicios, así que era mejor obedecer.
-Si Sargento?-
Sargento: Eres el único que cumple con el horario del pelotón, a pesar de ser cabo ya.
-Con su permiso sargento, pero que mas tendría que hacer aparte de estar patrullando?-
Sargento: Si, pensé en eso, y por eso, tengo una recompensa para usted, revise el bulto que está ahí, esa es su recompensa, y lo felicito, meh, y espero que no se vuelva un puto holgazán, porque de hecho mañana el resto del pelotón, exceptuándolo a usted, recibirá un buen trabajo, disfrútelo.
Luego, vi al sargento retirarse sin muchas palabras más, y en el camino tumbo a un Agumon que iba cruzando hacia el suelo, por eso no me gustaba estar aquí... luego, fui directamente así la bolsa con ese "bulto" que me dio el sargento, se estaba moviendo, no era nada prometedor creo, pero cuando lo abrí, en realidad no podía creerlo, solo con mirar, mi corazón sintió una fragmento de bala en todo el centro, casi por todo el día, era una pequeña Gatomon, amarrada de pies y brazos, no tenia su anillo, y tenía una venda alrededor de su boca, lo que no la dejaba hablar, y estaba muy lastimada, y era clara muestra de que hasta el sargento era un pervertido hijo de puta, en un costado de la bolsa, habían juguetes sexuales para poder "satisfacer" mis tiempos libres junto con el digimon que tenia, no me importaba eso, solo verla bastaba con destruirme en dos, temblaba, no podía moverse, estaba paralizada DIOS... y lagrimeaba y jadeaba muy constantemente, estaba muy maltratada, posiblemente, el sargento me la dio por una razón muy obvia, en cada uno de los cuartos de las barracas, cada soldado tenía su digimon, unos simplemente para que les aseara el cuarto y les lustrara las botas y las armas, y otros "la mayoría" para follarlos, literalmente hembras, pero también habían pendejos con machos... en fin, eso me daba animo, ya que nadie podía criticarme de lo que hiciera con ella, y esta vez, no será lo que todos creen que haré, sabrán que soy alguien diferente.
-Shhh... No hagas tanto ruido, no creas que hare lo que tú piensas, no me creas como los demás soldados, guarda silencio y aguanta.-
Asintió con la cabeza, pero como si estuviera obedeciendo ordenes... la maltrataron muy feo, ya después de tenerla, sujete la bolsa con cuidado, y me fui directo a mi cuarto en el barracón. Al fin de llegar, cerré mi puerta con seguro, ya nadie me podía molestar ya que acabo mi turno por el día de hoy, abrí la bolsa, la saque de ahí, con solo tocarla, y le dolía todo cuerpo, pobrecita... se alejaba muy lentamente, como si creyera que la querría matar o algo, estaba muy herida, la sujete con cuidado, corte las sogas que tenía en los brazos y en los pies, y luego le quite la venda con cuidado, la alcé, la puse sobre mi cama, y yo me senté en el suelo.
-Hola...-
Gatomon: ...Ho... hola... señor...
-Te encuentras bien?-
Gatomon: Si señor... lo que sea... lo hare...
-Qué?, pero porque lo que sea?-
Gatomon: Porque si no, me mataran.
-Yo no quiero matarte...-
Me senté en la cama al lado de ella, y la mire a los ojos.
-Yo... quiero ayudarte-
Gatomon: ... Que... dices?...
-Se que, tal vez ya te han dicho esto antes, pero quiero que sepas que puedo ser de fiar, no soy lo que tú crees que te dijeron.
Gatomon: ... Mira... simplemente dime qué quieres que haga y lo hare... quiero evitarme problemas.
-No puedes tenerlos, técnicamente tus estas en mi cuarto, y al estar AQUÍ, yo soy tu jefe, y como tu jefe, no quiero hacerte nada de esas cosas-
Recogí debajo de mi cama un Botiquín, y empecé primero a echarle ungüento y alcohol a sus heridas, la vende, y trate de dejarla quieta.
-No quiero hacerte daño, confía en mí-
Luego, levante mi mano en signo de paz, ella al parecer levanto un poco los ánimos, y me hablo con más confianza
Gatomon. Gracias... pensé que los humanos eran unos monstruos... bueno aun no estoy seguro de que podrías ser tu...
-jeje, hmm se que tomara tiempo acostumbrarte a este estilo de vida, pero si haces lo que yo diga, no pasara nada-
Gatomon: ... no... No puedo... gracias por las vendas señor... pero no quiero meterme en problemas de verdad, me dijeron que tenía que servirle en todo lo que usted deseara.
-No quiero que sea así... tienes mi palabra de que puedes estar tranquila, lo juro.-
Se estremeció un poco por el miedo, se corrió hacia el rincón de la cama, y se acurruco ahí como si se trataran de ocultar de algo, mirando hacia la izquierda para tratar de ignorarme y con un tono ligero y tímido hablo.
Gatomon: ... Perdóname por lo que diré señor pero... no se... no... Simplemente no señor... solo si necesitas algo, avísame y lo hare...
Abrazo sus piernas, y con su cabeza y sus orejas caídas dejo de hablar, de pronto recordé algo para tratar de probarle que no quería ser malo con ella.
-No que un Gatomon siempre tiene un anillo en la cola?-
Gatomon: Me lo quitaron señor, el señor grande que metió en la bolsa lo tiene... el oro que tiene el anillo es de buena calidad por si estaba considerando eso...
-Que dices por dios santo, hmm, dame un segundo-
Salí de inmediato de la habitación, y fui hacia la oficina del sargento.
-Sargento señor...-
Sargento: Andrés, que pasa?, no le basto con lo que le deje en la bolsa? Jaja.
-De hecho no basto... necesito el anillo de la Gatomon-
Sargento: Para que exactamente?
-Podría tenerlo como uno de mis primeros trofeos? Tal vez, bueno si usted considera que esta bien-
Sargento.: Meh que carajos tome.
Dejo el anillo en el escritorio, justo a mi merced, lo agarre sin dudas.
Sargento: Ja! Guárdalo hijo, podría valer millones en el mundo real.
-Si supongo... gracias sargento, con su permiso-
Salí de la oficina del Sargento, y di el mismo paseo hacia mi barracón, hasta que me encontré algo que no me gusto para nada, la puerta de mi cuarto estaba abierta, alguien había entrado, ya era obvia la respuesta, oía a la Gatomon gemir del dolor, los soldados parecían parásitos, al enterarme, un soldado estaba abusándola sexualmente, como si fuera cualquier cosa... era simplemente INACEPTABLE.
-QUE MIERDA HACES CON ELLA-
De repente el soldado actuó sorprendido, se subió los pantalones, aunque alcanzo a eyacular en ella... quería matarlo.
Soldado: Tú culpa Andrés, dejas la puerta sin ajustar, y mira, por cierto el sargento te dio un muy buen trofeo, nos tenemos que conformar con las apestosas Gazimon de aquí, da igual yo...
-LARGATE, PODRIA HACER QUE TE CASTIGUEN POR ESTAR USMEANDO ES MI CUARTO... y tu mas que todo sabes que puedo hacer que lo hagan-
Soldado: Perdón... y vete al diablo perdedor.-
Se fue sin palabras y azoto mi puerta al cerrarla, no me importo, fui a revisar a Gatomon, era repugnante el ver como el semen del maldito escurría en la vagina de ella, esto de cuidarla no iba a ser fácil, trate de acercarme , pero ella entrecerró sus piernas para que no la viera, volvió a su pequeño rinconcito en la cama, y empezó a llorar, me senté en el extremo de la cama, y sujete su hombro, de repente ella me miro con compasión... es como si sus ojos dijeran "ayúdame" pero me sentía bien al saber que era exactamente lo que quería hacerlo. De repente rompió el silencio...
Gatomon: Solo... te pido una cosa... no me mires de esta forma...
-No te sientas así... fue un error mío... pude ajustar la puerta y no se... alguien te vuelve a tocar y lo matare...-
Gatomon: Porque dices eso?, porque? Somos enemigos... yo debería matarte... quiero matar a todos los que me hicieron sufrir... de esos tiempos de convivir con niños humanos... ahora se el porqué todos los digimons antes odiaban a los humanos...
Hasta que empezó a soltar un llanto imparable, se arrodillo ante mí y dijo en voz llorosa y tímida...
Gatomon: Perdón señor por lo que dije... me retracto... no podía contenerlo... lo siento, lo siento... no me mate por favor...
Levante su rostro con cuidado, la senté en la cama, y la mire a los ojos.
-Yo también quiero matar a estos soldados, son unos diablos... puedes odiar a los humanos, estás en tu derecho, pero no todos los humanos son iguales-
Le mostré el anillo que tenía en mi bolsillo, lo saque y se lo entregue.
-esto es tuyo... cuídalo mucho, y evita que lo vuelva a coger otro desgraciado-
De repente, de su rostro nació un pequeño gesto feliz al ver el anillo, lo tomo sin dudas y se lo puso, de repente después de ponérselo, me abrazo... de tantos meses aquí, no pensé que volvería a sentir una abrazo...
Gatomon: Gracias... este anillo significa mucho para mí...
-No me lo agradezcas, es algo tuyo, tenía que devolvértelo-
Rompió el abrazo, se sentó en la cama con confianza, alzo sus orejas, y tenía un pequeño gesto feliz en su rostro
Gatomon: Porque eres bueno con migo?
-Porque eres a la única que he podido ayudar, de más solo he podido ver como los demás sufren... y al ser un simple cabo... no puedo hacer mucho... mira el punto es que no quiero que un digimon sufra mas... tratare de cuidarte y prometo que te dejare en un lugar seguro.
Gatomon: ... Gracias supongo... y un placer conocerte también...
De repente, solo la alarma de llamamiento, (ósea, que por alguna razón paso algo), tenía que ir a ver qué pasaba.
-tengo que ir a ver qué pasa, quédate aquí-
Gatomon: De acuerdo.
Cogí las llaves, cerré la puerta de mi cuarto, esta vez con seguro, y fui directo a al comedor de los barracones, y algo curioso había pasado, era una ventana rota, y en el suelo había una nota, todos estábamos conmocionados, hasta que el capitán llego y revisó el asunto.
Capitán: Orden caballeros, no pasa nada, debió ser simplemente un digimon aguafiestas, haber veamos, Andrés acérquese y lea la nota entre todos.
No podía ser el peor trabajo de todo, así que me puse en frente del pelotón y puse a leer la nota, la verdad... yo quede algo conmocionado para algo que allá escrito un digimon
-"El digimundo es un lugar, en el que todo digimon debe ser repastado, y al ser humanos, deberían entender esto, no sé cómo me quieran interpretar... tal vez sea un digimon o no, y tal vez allá mas sujetos o digimons en esto, el punto es que el digimundo no va ser lo mismo como con la tierra."
Y al cabo de leer la carta, todo mundo empezó a hablar entre todos, creando tanto rumores como compartiendo ideas, no nos asustamos, podría ser un simple digimon nada mas, para darnos un miedo fingido, lo ignoramos.
Capitán: todos a sus barracones, si tienen hambre, cojan algo de comer, y todos a sus cuartos, mañana ahí entrenamiento, Vamos!.
Al poder ir por algo de comer, decidí armar una pequeña bandeja para Gatomon, al tenerla lista, me despedí de mis mayores, y proseguí a mi cuarto, quite el seguro, y ahí seguía ella, tímida, jugando con el anillo que tenía en su cola, y mirando la ventana de mi cuarto, al cabo, puse la bandeja en mi cama, y cerré la cortina.
-Mira, te traje algo de comer, has de estar hambrienta-
Gatomon: seguro... gracias, deseas un poco?
-no gracias, continua-
Lo de hambruna era literal, devoro el plato rápido, tenía mucha hambre, cada vez se hacía más tarde, y en tan solo un par de minutos, y ella termino su plato de comida.
-wow, tenias buen apetito-
Gatomon: gracias, eres muy amable... jeje...
Me quite las botas, el uniforme, y simplemente quede en camiseta, y mis pantalones, me recosté y me acomode, podía dormir perfectamente ahí, pero decidí charlar un poco con Gatomon que estaba en el borde de la cama.
-Hmmm, porque usas guantes?-
Gatomon: porque te interesa saberlo?
-Simplemente pregunto, me gustaría conocerte mejor-
Gatomon: ... la verdad... no sé qué hacer...
-Porque lo dices?-
Gatomon: quisiera ir a la tierra...
Después de oír eso, me quede confundido y algo curioso, un digimon quiere ir a la tierra, después de la invasión, raro muy raro.
-A la tierra?... pero, para qué?-
Gatomon: Alguien... muy importante me espera ahí... hasta que me capturaron...
-Ohh...y podría saber...
Gatomon: No... No puedes, perdona pero eso si es algo muy personal, no quiero ser indiscreta contigo... pero es la verdad.
-Bueno ya que...-
Gatomon: Dime tu, jeje tú que eres humano, y al aparecer de los pocos que son honestos... como llegaste aquí?
-La verdad, me reclutaron, antes de todo esto, yo solía estudiar de lo que se componía el Digimundo, y para mi carrera, solía tocar piano
Gatomon: Que es un piano?
-si tuviera uno aquí... en realidad demostraría algo útil...-
Gatomon: ... te puedo hacer una pregunta?...
-Adelante-
Gatomon: tu saldrás de aquí pronto?
-Si, en un mes, adivinare, quieres que te lleve verdad?-
Gatomon: Si no es mucha molestia...
-En realidad no, me he convertido en un hombre sin rumbo... porque no jeje-
Gatomon: Después de tantos años no pensé que volvería a ver un humano bueno...
Me agarro ipso facto, me abrazo en el cuello, y oí un pequeño ronroneo, al principio me sentí algo incomodo al estar así con alguien, la verdad no he tenido contacto de esta manera con nadie en meses... y luego se sintió bien, reconfortante y cálido, al final rompió el abrazo, y dejo recostada su cabecita en mi pecho
Gatomon: Yo no ronroneaba desde hace 6 años...
-wow... porque desde hace tanto tiempo...?-
Gatomon: solía ser feliz en esa época.
-Te comprendo... yo solo llevo 6 meses aquí... y me es un infierno, el ver como todos los digimon son tratados de esta forma-
Gatomon: lo se... supongo que quieres dormir.
Se recostó en la parte inferior de la cama, y puso su cabecita sobre mi pierna.
Gatomon: Buenas noches, y gracias por lo de hoy...
Y en un par de de minutos, quedo noqueada del sueño en sí, al verla ya profunda medite sobre que haría con ella, y que pasaría en este mes que viene, no sé, pero ya al tenerla aquí, es la cosa más interesante que he tenido en todo mi tiempo aquí, poco a poco iba cerrando los ojos pensando nada más ni nada menos que en ella, y si el rumbo de mi vida iría a cambiar... caí en sueño pensando en él cuando, en donde, y en qué lugar, terminara todo este caos.
