Capítulo 1: Gives you Hell.
Nadie sabe cuándo, dónde o cómo le llegará la hora, y Sawako Yamanaka no era la excepción.
Ese día, el sonido de la campana la llenó de dicha. Marcaba el final de un largo, tedioso y duro día de trabajo, y al fin era hora de su dulce recompensa. Recogió su escritorio, empacó sus cosas y se dirigió a la puerta de la sala de maestros. Casi había alcanzado su objetivo cuando el impacto la alcanzó.
"Oh, Sawako" -era el Director Yamada, asomándose por la puerta de su oficina- "espera un momento, por favor".
"¿Si señor?"
"No es nada importante, sólo pensé en acompañarte el día de hoy. Tengo algunos minutos y desde hace un tiempo he tenido la intención de conocer a ese club de música ligera que asesoras".
Sawako se quedó helada.
"Pareces muy contenta con estas estudiantes", continuó el Director mientras se ponía su saco. "Deben tener talento, me gustaría escucharlas tocar."
Sólo vete -se dijo Sawako a sí misma-, si eres lo suficientemente rápida pensará que no lo escuchaste… no, no, mala idea. ¡Ya le contestaste estúpida!
"¿Nos vamos?" Preguntó él, cerrando la puerta de su oficina.
"¡Por supuesto!", respondió Sawako. "Sólo sígame".
Caminaron. La mente de Sawako tenía una carrera contra tiempo. Le diré que están enfermas, ¡todas enfermas!, ¡No carajo, debí haber dicho eso antes de dejar la oficina!, ¿Por qué no puedo pensar estas cosas más rápido?
"¡Que tenga un lindo día, maestra Yamanaka!", un par de estudiantes que regresaban a casa saludaron a la profesora. El Director Yamada asintió aprobatoriamente. Para ser una maestra relativamente novata, Sawako estaba haciendo un excelente trabajo ganando el respeto y la admiración de sus alumnas. Aunque claro, era natural que admiraran a una mujer tan distinguida y elegante…
¡Asesínalo!, ¡por supuesto!, pero ¿dónde me deshago del cuerpo?, Sawako se frotaba la barbilla en actitud meditativa.
Caminaron por algunos minutos más. Eventualmente, el Director rompió el silencio al murmurar "Parece que hemos tomado el camino más largo, ¿no cree, Sawako?"
"¡Oh, para nada señor!, ¡casi hemos llegado!" Una nueva idea surgió, miró a su alrededor con desesperación. "¡Ah, aquí estamos!"
El Director levantó una ceja al tiempo que Sawako abría la puerta para que pasara. "Esa"-dijo él- "es la cafetería".
"Tocan aquí los Martes. ¡Ups, parece que no hay nadie! Supongo que hoy deben haber estado ocupadas".
"Hoy es Jueves", dijo el director.
Sawako se puso roja de vergüenza. "Sí señor".
"Sé dónde queda el salón de música de mi escuela, Sawako".
"Sí señor".
Se dirigió a las escaleras, Sawako corrió tras él. "¡Señor, usted no puede entrar ahí, no es seguro!"
"¿Y por qué no?", preguntó él sin detenerse.
"¡Están realizando toda clase de reparaciones en el salón de música!, ¡tirando muros, instalando cableado!, ¡podría lastimarse entre esas obras!".
"De nuevo," –replicó el director- "estaría enterado si se estuvieran llevando a cabo labores de construcción en mi escuela."
"De acuerdo. Pero… ¡las chicas tocan su música a un volumen demencial, peligrosamente alto!, ¡no puede entrar ahí sin usar un casco!"
"¿Así toca el club de música ligera?"
"Eso sólo es un nombre. ¡Estas chicas son rockeras nivel hardcore!, ¡utilizan nueve amplificadores cada una!"
El director sólo rodó sus ojos, "Correré el riesgo".
Se encontraba ya a unos cuantos pasos de la puerta. No había opción. Sawako lo franqueó y se colocó frente a él, bloqueándole el paso.
"¿Sí, Sawako?"
"No puedo permitirle entrar ahí, usted es demasiado importante para esta escuela. Déjeme pasar primero y asegurarme de que es seguro. Puede llevarme varios minutos."
El director Yamada la miró fijamente. Un tanto harto de la situación, concluyó: "Esto ya es ridículo. Pretendo ingresar al salón. ¿Existe alguna razón para que no lo haga?"
La mente de Sawako trataba desesperadamente de hallar algo útil, ¡Algo, cualquier cosa!, ¡enfermedades, monstruos, fantasmas!
"No señor", se dio por vencida. "No hay una razón que valga".
Derrotada, dio un paso al lado y se dirigió a la puerta. Se dio cuenta de que sólo quedaba una posibilidad. Tal vez estén ensayando, jamás las he visto empezar en la primera media hora, pero hay una primera vez para todo. Por favor, por favor… ¡por favor!
El director entró al salón de música, Sawako lo siguió y… quedaron petrificados al unísono.
"¡Vamos Ricchan, ve por cinco!"
"¡Puedes vencerla Yui, resiste!"
En el centro del salón, Ritsu y Yui trataban de mantener en equilibrio una torre de pastelillos sobre sus cabezas.
Yui chilló: "¡Esto es muy difícil!"
"¡Ja!" –Rio Ritsu- "¿ya te rindes? Te dije que no serías competencia para el equilibrio perfecto de una baterista exper…"
"¡Está ladeándose, Ricchan!", advirtió Tsumugi.
Demasiado tarde. Ritsu estaba demasiado ocupada molestando a Yui para notarlo, los pastelillos rodaron por su cabeza y aterrizaron –uno por uno- sobre su batería.
"¡Ay no!" Ritsu tomó los postres y empezó a limpiar sus tambores con la manga de su uniforme.
"Será mejor que no hayas dejado caer nada sobre los otros instrumentos" –le recordó Azusa- "y ya ganamos".
Yui reaccionó. Su mente no había registrado ese detalle. "¡Ganamos Azu-nyan!", celebrando, dio un pequeño brinco...y sus pastelillos volaron desde su cabeza, rebotando en la Mustang de Azusa, para finalmente golpear el suelo.
"Uuups…"
"¡AAAAAAH!", la más joven de la banda entró en pánico, y corrió junto a su amado instrumento para revisar el daño.
A pesar de perder el juego, y aun viendo como varias de sus creaciones habían sido arruinadas, Tsumugi sonreía. "Diste lo mejor de ti, Ricchan".
"Gracias. Rayos, nunca lograré quitar esto". La baterista frotó con más fuerza. "Hey, ¿Mio ya está de vuelta con nosotros?"
Tsumugi se asomó bajo la mesa, donde Mio –vestida con lo que parecía ser un muy femenino traje de ninja- estaba perdida para el resto del mundo. "Creo que tomará un rato", dijo la rubia.
"Aaaah, ya supéralo de una vez, Mio. Si no querías ser la modelo de pruebas de Sawa-chan, nunca debiste desarrollar esos enormes pe-"
"¡EJEM!", el director Yamada aclaró su garganta sonoramente.
Las cuatro integrantes no-catatónicas del club miraron hacia arriba. El silencio se hizo presente cuando notaron al nuevo invitado.
Eso es todo –pensó Sawako- ve por el Oscar. Salió de detrás del director y gritó: "¡CHICAS!, ¡¿Qué están haciendo?, este es el salón de música, no una tienda de té!, ¡Tiren toda esa basura y ensayen!"
Yui contestó despreocupada: "¡Ah, Sawa-chan!, ¡logramos que Mio se pusiera ese traje Kunoichi que hiciste!, ¿Qué opinas?"
Sawako fingió horrorizarse. "¿Por qué iban a obligar a esa pobre niña a vestir algo tan embarazoso?"
"Porque tú nos lo pediste", contestó Yui, perpleja ante esa pregunta.
Sawako volteó nerviosamente hacia su jefe. "Eeh… je je, que niña más… ¿infantil?"
Decir que el director Yamada no estaba contento, sería como describir al espacio exterior como un lugar un poco frío.
El salón del club permaneció en completo silencio durante más o menos la siguiente hora y media. Afuera, en el corredor, el ruido era mucho mayor. El director le estaba dando a Sawako la mayor reprimenda de su corta carrera.
Las chicas habían estado tomando turnos para escuchar junto a la puerta. Hasta ahora no sonaba nada bien. Palabras como "baja definitiva" y "suspensión" volaban por los aires.
Ritsu –cuyo turno había concluido- se levantó. "No estoy captando mucho por acá. Yui, te toca".
Yui respondió con un saludo marcial: "¡Sí, capitán!". Tomando una taza de té vacía, se posicionó junto a la puerta.
¿La taza realmente ayuda? –Se preguntaba Azusa-. En otra época, simplemente habría supuesto que sus senpai tenían una mejor idea de estas cosas. Claro, en otra época…
La baterista inquirió impaciente: "¿Hay algo?"
Escuchando a través de la taza, Yui frunció el ceño. "Creo que Sawa-chan está diciendo que nosotras tenemos toda la culpa".
"¡Oh, ha estado diciendo eso todo el tiempo!, ¡sé más específica, escucha con más atención!"
Yui se asomó de nuevo.
En la mesa, Azusa observaba con enorme sorpresa cómo Tsumugi sacaba a Mio de su estupor con sólo un poco de manzanilla y reconfortándola con palabras. Contra todo pronóstico, la bajista ahora estaba en su silla y respondía a los estímulos. Algún día Tsumugi iba a ser la mejor mamá del mundo.
Claro que, bajo esas circunstancias, tal vez habría sido mucho más piadoso dejar a Mio bloqueada en trance. "¿Qué vamos a hacer?", se lamentaba. "El director seguramente nos quitará el club por esto".
"Siempre supimos que podían atraparnos" –contestó Tsumugi-, "debimos ser más cuidadosas, pero no asumamos lo peor".
"¡No hasta que tengamos más información!" –se unió Ritsu-, "¿Y bien, Yui?"
"Aún está culpándonos" –contestó Yui- "sigo escuchando: 'especialmente Ritsu' ".
La baterista contuvo el aliento y juró: "Si me expulsan por esto, voy a pegar tres fotos de Death Devil en cada casillero."
"¡NO!" –gritó Azusa, haciendo brincar a Mio y Mugi del susto- "¡Ninguna será expulsada, todo va a estar bien!"
"¿Q-Qué te hace estar tan segura?", preguntó Mio.
"¡Él no se habría vuelto director si no tuviera compasión y comprensión hacia sus estudiantes!, ¡nos dará una oportunidad!".
Ritsu fingió limpiar una lágrima de sus ojos, "Oh Nakano, tu inocencia me conmueve tanto. Me dan ganas de darte una paleta como premio".
"¡Así será!"
"Esperemos que sí" –dijo Mio colocando una mano sobre el hombro de su kouhai- "pero preparemos un plan, por si acaso".
"Mhmm…" musitó Ritsu. "¿A la gente realmente le da amnesia si los golpeas en la cabeza?".
"Si fuera así, tú tendrías amnesia todos los días, Ricchan", aclaró Tsumugi.
Mio dejó escapar una risa. "No, Ritsu está a salvo. Siempre le pego en la frente, donde tiene su reluciente armadura".
"¡HEY!"
"Podría pegarle ahí todo el día. Incluso estrellarle una silla o algo así. No sentiría una pizca".
"Oh, ya veremos lo que sientes cuando -"
"Momento" –Azusa meditaba seriamente- "suponiendo que sea cierto…"
"¡No vamos a noquear al director!" dijo Mio alarmada.
"Pero si funciona como en televisión, no le haríamos ningún daño permanente. La persona afectada usualmente sólo olvida el pasado reciente. El último día o algo así".
"¡No funciona así!, ¡díselo Mugi!"
"No deberíamos intentarlo", dijo la rubia un tanto dudosa de la idea, "tendríamos que golpearlo en el punto exacto. Requeriría muchísima precisión y habilidad".
Azusa suspiró. "Tienes razón. Si nos equivocamos, podríamos lastimarlo seriamente."
"¡Hey, ese es un riesgo que estoy dispuesta a correr!", dijo Ritsu.
Mio se llevó la mano a la frente: "¿Por qué seguimos discutiendo esto?"
"¡Ya sé!" –Esta vez gritó Yui- "Mio-chan, ¡ahora eres una ninja!, ¡usa un jutsu en él!".
"¿Qué?"
"Hazlo olvidar, o dormirse, ¡o algo!".
Mio la miró no muy contenta: "Vestirte como un ninja no te convierte en uno."
"¡Tú tienes el poder Mio, tienes que creer!"
"Oh ¡por favor!, ¡mira este atuendo!" –Se levantó- "¡Es morado!, medias de red… ¡¿qué clase de ninja se vestiría de esta manera?!"
"Una ninja sexy", contestó Ritsu, porque alguien tenía que decirlo.
"¡Suficiente de tonterías ninja! Necesitamos un plan de verdad. Veamos si Yui ha escuchado algo más…" –La pelinegra hizo una pausa- "Yui, ¿estás aquí?"
"¡Hai!"
"¿No se supone que deberías estar escuchando la pelea?"
"Oh, terminó ya hace rato. El Director se fue, dijo algo así como 'estás despeinada' ".
El resto de las chicas compartieron miradas llenas de horror.
Ristu corrió hacia la puerta. "¡Sawa-chan! –gritó- ¡todo va a estar bien, no cometas ninguna locura!"
Abrió la puerta con fuerza. Sawako seguía allí en cuerpo…pero no en espíritu. Su piel lucía pálida y sus ojos vacíos y sin vida. Se veía como si hubiese sido drenada de su sangre por un vampiro.
"Eeeeeh…Mugi" –dijo la chica de ojos dorados- "vamos a necesitar un té muuuuy cargado aquí."
Había requerido de mucha ayuda, incluso habían tenido que sostener la taza de té para hacerla llegar a sus labios, pero Sawako finalmente había recuperado algo de color. Tsumugi había tenido que destapar el más especial de sus tés para este trabajo. El simple aroma de su esencia había sido suficiente para hacer sentir a las chicas de la banda capaces de tocar la discografía entera de los Rolling Stones mientras corrían un maratón.
Mientras Mugi atendía a la profesora, las demás observaban la tetera con miedo y recelo. "Voy a probarlo" –susurró Yui-.
"Ten cuidado", le advirtió Azusa.
Ritsu vertió un chorro del nuevo té en la taza de Yui. "Eres una mujer valiente. Te recordaremos con cariño".
Tomando aire profundamente, Yui bebió el té, permaneciendo en silencio por un largo rato.
"¿Yui… estás bien?" preguntó temerosamente Mio.
Una lágrima rodó por uno de sus ojos al tiempo que Yui fijaba su vista al frente. "Puedo VER A DIOS", proclamó.
"Eeh…"
"Hola, Sr. Dios. Gracias por Ui y por Giita".
Ritsu empujó la tetera lejos de ella como si fuera un animal venenoso. "No voy a tocar esa cosa. Debe ser una sustancia controlada".
"Contiene varias, de hecho." –hizo notar Tsumugi-, quien nadie se percató que estaba escuchando.
"Chicas" –Sawako finalmente rompió el silencio- "tenemos un problema".
La banda reaccionó. "¡Maestra!" –habló Azusa- "¿ya está usted bien?".
"¿Bien?" –Sawako se rió amargamente– "ninguna de nosotras está 'bien' ".
"¿Te despidieron?" -preguntó bruscamente Ritsu, ganándose una mirada acusadora de Mio.
"No Ritsu, no estoy despedida" –la mujer de lentes suspiró- "no aún."
"¿Nuestro club ha sido suspendido?" –pregunto Tsumugi.
"Misma respuesta. Aún no. Estamos en una burbuja, chicas."
Mio se sobresaltó. "¿Bur…buja?"
"Oh, lo siento" –dijo Sawako, en tono de reproche- "Le tienes miedo a las burbujas, ¿verdad? Tienes tantas estúpidas fobias que pierdo la cuenta."
"¡Hey!"
¡Sí, deja en paz a Mio! –Atajó Ritsu, poniendo sus brazos alrededor de su amiga- "ella no le teme a las burbujas. Les teme a los percebes. Y a las calaveras. Y a la sangre. Sus pesadillas nunca serían con burbujas. Sólo montones de calaveras incrustadas de percebes que la perseguirían, MORDIÉNDOLA hasta que-"
"¡Por AMOR DE DIOS, Ritsu-sempai!" gritó Azusa. Su mano apuntando a la masa de nervios en que se había convertido Mio.
"Oh… je. Lo siento, Mio. No lo hice totalmente a propósito".
Azusa dio pequeñas palmaditas sobre la cabeza de su sempai, un tanto nerviosa por tomarse esa libertad, "Ya, ya, todo está bien."
"Mo-Mordiéndome…", susurró Mio.
Sawako gruñó: "En verdad que son un fastidio, chicas. ¿Quieres saber lo que sucede o no?"
Incluso Mugi estaba asustada ante la hostilidad de la profesora. La Sawako "real" ya era lo suficientemente mala, pero esta era Full Metal Sawako, lo que haya sido que el Director le había dicho, seguramente no había sido nada lindo.
No tiene caso postergar lo inevitable –pensó Ritsu-. "Estamos listas Sawa-chan. Déjalo caer."
"Le dije al director Yamada la verdad" –explicó ella-. "Le dije que el talento que poseen las cinco es natural, y que no quería afectar eso imponiéndoles horarios de práctica, o prohibiendo sus fiestas de té".
"Pero… le ofreciste hacerlo, ¿verdad?"
Sawako clavó su mirada en la joven guitarrista. "Azusa…"
"Perdón." La más joven de las chicas suspiró. Si un genio le concediera tres deseos para el club, un horario estricto habría sido el primero, y habría considerado muy seriamente hacer del segundo el prohibir el té y los bocadillos en el salón de música.
"Yo le expliqué todo eso." –continuó la maestra- "y él me escuchó, de hecho me cree… pero quiere una prueba."
"¡No hay problema!" –dijo Ritsu-. "¡Mugi, prepárale un poco de tu mejor pudín!"
Todas las demás se la quedaron viendo.
"Ya verán, la prueba está en… oh, olvídenlo."
"Si me dejaran terminar…" –intervino Sawako- "el director quiere una demostración de que este club intenta lograr algo. Así que va a mandarnos a… las Regionales."
Azusa abrió sus ojos por la sorpresa. "¿Las Regionales?"
"¿Y eso qué es?", preguntó Ritsu.
La kouhai dejó escapar un gruñido de molestia. "¿Pero qué clase de artista de bachillerato eres, sempai?, ¡Las regionales son las Regionales!, ¡el evento musical más grande en la región!"
"Oh…en ese caso, ¿no deberíamos haberlo tenido en cuenta desde antes?"
"¡Mio y yo te hemos estado recordando al respecto por semanas!, ¿Verdad, Mio-sempai?"
"Sangre….sangre por doquier…"
"Por las cuerdas de Pete Townsend…" Azusa tomó la taza de té de Yui y la sostuvo bajo la nariz de la asustada bajista. Mio prácticamente se elevó dos metros en el aire.
"Wow…" la más alta de las chicas seguía temblando pero estaba consciente. "Mugi, ¿dónde conseguiste esta cosa?"
La acaudalada joven sólo sonrió dejando entrever cierto halo de misterio. Ritsu tuvo la clara impresión de que si la tecladista les contestaba eso, tendría que matarlas.
"Y… ¿escuché a alguien decir que vamos a ir a las Regionales?", preguntó Mio.
"Sip. Al parecer son un gran acontecimiento."
"¡Por supuesto que lo son!" –reclamó Azusa- "son… ¡son regionales!"
"Pues….bien," –Mio logró sacar una sonrisa- "será nuestra primera oportunidad de competir contra otras bandas. Sólo véanlo como el primer round hacia el Budokan. ¡Será divertido!".
Sawako río agriamente. "Oh…ustedes no van a divertirse con esto, chicas. Van a pelear por sus vidas. ¡Irán en busca de sangre!"
"¡Shh!", Azusa trató de evitar que la maestra siguiera con esa descripción. Pero no necesitaba preocuparse, Mio estaba más atenta a lo que la profesora estaba diciendo que a las palabras que había elegido para hacerlo. "¿Pelear por nuestras vidas?, ¿qué quieres decir con eso?"
"No sólo deben tocar en las Regionales, tienen que ganar. Esa es la prueba. Si pierden, eso le demuestra al Director Yamada que me equivoco respecto a su talento. Ustedes perderán el club y mi posición en esta escuela será… 'renegociada'."
Se hizo un momento de silencio mientras el ultimátum hacía efecto en las chicas.
"Oye Mio," –Ritsu intervino- "¿Qué tan fuerte es la competencia en las Regionales?".
La pelinegra dudó en responder. "Bueno… miré las finales del año pasado por televisión. ¿Recuerdas esa banda que te ha gustado últimamente, SentriFUJE?, ¿Los que ganaron disco de Platino con su primer álbum y dieron un concierto privado para el emperador?"
Ritsu tragó saliva. "¿Son…los que ganaron el año pasado?"
"No. Quedaron en tercer lugar."
"…Bueno, este club fue lindo mientras duró."
"¡No podemos rendirnos!" –Mugi gritó entre sollozos-, "¡la carrera de la maestra Sawako depende de nosotras!"
"Buen punto. Oye Sawa-chan, ¿Qué tan buena eres para voltear hamburguesas?"
"Pues no me quedan mal los asa- ¡Hey!, ¿estás diciendo que ni siquiera soy lo suficientemente capaz de conseguir otro trabajo como educadora?, ¿que sólo soy útil como mano de obra?"
"¿Decirlo?, no, yo no he dicho nada." Ritsu trataba de aparentar inocencia en la medida de lo posible.
"¡Eso no pasará!" –Tsumugi insistía, horrorizada ante la posibilidad de que su amada maestra pasara el resto de sus días condenada a servir comida rápida contra su voluntad. "¡Podemos ganar las regionales, practicaremos hasta que nadie pueda vencernos!"
"¿Y qué hay de la escuela?" preguntó Mio, algo preocupada. "Sólo falta un año para los exámenes de ingreso, y también están las pruebas de este año. No podemos enfrascarnos por completo a…"
Un muy suave click interrumpió su discurso. Un sutil sonido que al momento inundó los corazones de las chicas con horror. Muy lento, giraron la vista implorando que se trata de otra cosa, cualquier cosa menos…
…Sawako, colocando sus lentes sobre la mesa. "Oh, pero ganarán las Regionales" –declaró con una sonrisa torcida- "Yo tengo un plan."
En un silencio de muerte, Mio, Ritsu, Azusa y Tsumugi sintieron un escalofrío capaz de congelar hasta sus mismas almas.
Yui rio a carcajadas.
"¿Y-Y eso por qué fue?", preguntó una muy desconcertada Azusa.
"Oh, disculpen" –dijo la castaña- "Dios dijo una broma."
Ritsu echó un vistazo a los ojos encendidos de su maestra y le susurró a Mio. "Creo que el chiste somos nosotras".
Siguiente capítulo: Símbolos e Identidades.
Notas del Autor: Esta historia toma lugar a mediados del segundo año. El anime pasó de manera muy rápida por ese período. Me estoy tomando una pequeña licencia cómica para introducir esto. Y cualquier semejanza con alguna popular serie de televisión anglosajona es sólo su imaginación.
Notas del Traductor: Hola chicos, Spidey reportando. Tuve la fortuna de cruzar mi camino con esta historia magistralmente escrita por CZeke en . ; Sin embargo, entiendo que no a todos se les facilita el inglés así que me propuse hacer llegar esto a todos los fans en nuestro idioma tratando de mantener el estilo –en la medida de lo posible- del autor, ya que es algo de lo que más disfruté. Con excepción de algunos títulos y letras necesarias para la trama, todo lo demás intento adaptarlo al español. En el caso del título de este capítulo, se basa en el tema interpretado por The All-American Rejects. Esta historia aún les depara muchas sorpresas. Serán 11 capítulos llenos de emoción, intriga, comedia y…. ¿quién sabe?, tal vez incluso algo de drama. ¿Qué les espera a nuestras amadas chicas del HTT?
Cualquier comentario, opinión o crítica, se recibe con gusto.
