Continuando con las posibilidades después del final: aquí uno más.
Aclaraciones: Soukyuu no Fafner y sus personajes son propiedad de Studio XEBEC. Esto se hace sin ningún fin lucrativo. Gracias!
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Soledad
Post EXODUS Final.
En primera instancia no pudo evitar maldecir todo, ése mundo enfermo, sus amigos, su hermano y la estúpida isla que se había hundido en la inmensidad del océano.
¿En verdad lo que habían encontrado era una esperanza?
Si miraba a un lado observaba a los mayores, a Kazuki intentando mantener el optimismo con el pequeño Soushi, a Maya sufriendo en silencio; si miraba al otro observaba a los pequeños, Mimika y Reo siempre tan valientes. Y en medio de avanzar o retroceder, estaba ella.
¿Por qué debía ser la última piloto de su generación?
La brisa de la noche sopló haciendo ondear su vestido, el mar parecía ser de un color negro. Por un momento pensó en Seri, se había quedado en la isla, durmiendo hasta que volviera a emerger. ¿Estaría hablando con Hiroto y con Akira?
—Estúpido Akira —en cuanto pensó en su hermano, apretó los puños—, la abuela se está haciendo más vieja y él todavía se atrevió a dejarme…
Sola.
Le aterraba la idea, más el pronunciarlo.
Unos pasos aproximándose a ella la hicieron gritar e instintivamente golpear a la persona que estaba cerca.
—Auch —la voz de un chico se escuchó—, eso dolió, Rina-senpai.
— ¿Kaburagi? —preguntó por inercia. El cabello rubio de su compañero saltaba a la vista—, ¡tú tienes la culpa por asustarme!
—Lo siento.
— ¿Qué demonios haces aquí? —preguntó enfadada—, ¿vienes a verme el trasero como el pervertido que eres?
— ¡E-eso no es cierto! —balbuceó sonrojándose—. El Comandante Makabe quiere organizar un nuevo recorrido de faroles… para recordar a los que murieron antes de llegar aquí.
—Hm —Nishio hizo un sonido de desaprobación, volviendo la vista al mar—, supongo que no hay opción.
Sui la observó con duda.
—Rina-senpai —la llamó con precaución—, ¿harás un farol para Akira-senpai?
—No.
— ¿No? —repitió alarmado—, pero si no lo haces-
— ¡Dije que no lo voy a hacer! —se adelantó a contestar, molesta.
La mayor pasó rápidamente por su lado, caminando furiosa a donde de momento se establecían los campamentos. Su compañero permaneció en su lugar, contemplándola con preocupación.
Rina negó con la cabeza. Aceptar la muerte era aceptar que se estaba quedando sola. Todavía no estaba preparada para eso.
