Disclaimer: League of Legends y sus personajes no me pertenecen… solo estoy molesta y escribo cuando no me siento bien… y nada… me gustaría sentirme bien.
-Capítulo 1-
-Estaba pensando en ella-
—De nuevo… ¿Qué es lo que hace aquí?
Jayce levantó su vista buscando a quien le hablaba, y encontró a Caitlyn parada atrás de la ventana, observando hacia afuera de la oficina.
La sheriff se encontraba de brazos cruzados, en una de sus manos sostenía los papeles de notificación, y su rostro dejaba ver la desconfianza que tenía para lo que observaba afuera.
En la sala de espera sentada en una banca, como si fuera lo único que no encajaba en la imagen, se encontraba una criatura delgada, femenina, cuyo cuerno sobresalía de su frente haciendo que todo el personal del lugar le pusiera atención aparte de notar el tono de su piel en un lila claro.
— Ya lo leíste en los papeles, vino a denunciar un robo— explicó con simpleza el hombre, tratando el asunto como si no fuera la gran cosa.
— Ni siquiera es ciudadana de Piltover— contestó suspirando, encarando a su compañero— no solo no es de por aquí, está realmente lejos de donde debería estar ¿Robo? ¿Y por qué debería de concernirnos eso?
— Bueno, es nuestro trabajo ¿No es así? Ya hizo la denuncia, es suficiente para poner a algunos de nuestros hombres a trabajar si estás ocupada — comentó y su jefa le enarcó una ceja— ¿Por qué no dejas de dar vueltas y me dices cual es el problema?
— Soraka es un ser con poderes superiores a muchos de mis hombres, su magia podría dar rápidamente con lo que sea que haya perdido o quien le haya robado ¿Por qué hacer una denuncia como si fuera una persona normal… y en Piltover?
— Bueno… podrías preguntarle ¿No crees?— sentencio el mayor y se dirigió a la silla detrás del escritorio, el lugar de la sheriff, tomando asiento como si fuera el suyo— no hay mucho por hacer en estos días, las cosas ha estado bien… si tanta curiosidad te da...
Caitlyn sabía que ese tipo de casos se asignaban a oficiales de menor categoría, y el correcto operar seria hacer eso, pero la situación le parecía no tener ni pie ni cabeza.
—Supongo que puedo tomar este caso- terminó diciendo- si algo sucede…
—Yo me encargo.
—Avísame, yo soy la que estoy a cargo— corrigió, pero Jayce solo le hizo un ademan con la mano para que marchara.
Caitlyn salió de su oficina haciendo que todos los demás oficiales dejaran de observar con curiosidad a Soraka y volvieran a disimular atención en sus asuntos.
La tiradora levantó los papeles a la altura del pecho, haciendo como si los leyera cuando se detuvo en frente de la muchacha.
—Denunciaste un robo ¿No es así?— preguntó sin mirarla, pero al no recibir respuesta tuvo que poner sus ojos en la chica.
Soraka le sonrió como si hubiera estado esperando a que lo hiciera y asintió.
—Sí.
—Muy bien, tomare tu caso… Soraka— terminó diciendo y la chica asintió- soy la sheriff de aquí…
—Caitlyn— se adelantó mirándola con atención— lo sé.
—Supongo que en realidad ninguna de las dos necesitamos presentación.
—Supongo que no, pero lo hubiera preferido— comentó con honestidad, haciendo sentir torpe a la oficial por el trato tan tosco con que se estaba dirigiendo.
—Lo lamento—respondió tratando de sonar menos rígida— día largo— se excusó y de repente la desconfianza que tenía para con la curandera desapareció.
—Está bien, lo entiendo… lo he estado teniendo.
— ¿Robaron algo muy importante para ti?
—Sí, mi báculo.
Caitlyn había visto la imagen en los documentos, pero no esperaba que sea el mismo báculo de Soraka lo que estaba en juego.
— ¿Alguna idea de quien pueda ser nuestro ladrón?
—No.
Antes de seguir con las preguntas, la oficial volvió a mirar los papeles. El ruido a su alrededor le hizo notar que los hombres se estaban retirando de a poco y la luz anaranjada que salía de las ventana le hacían saber que pronto anochecería.
—Una cosa más— agregó Soraka extendiendo su mano y mostrando unas gemas amarillas.
— ¿Qué es?
—No tengo idea—confesó— pero estaban en el lugar donde vi por última vez mi báculo.
—La llevare al laboratorio— dijo tomando las gemas en sus manos. Estaba por ir a su oficina en busca de una bolsa de investigación, cuando notó a Jayce saliendo de allí, listo para regresar a su casa.
Volteo a ver de nuevo a la curandera.
—Tomaremos tu caso, como ya dije. Aún tengo muchas preguntas por hacerte, como por ejemplo ¿Por qué vienes a buscar a Piltover?—comentó Caitlyn— pero es muy tarde y no podremos avanzar mucho, también con las pruebas de laboratorio. Mañana temprano empezaremos de lleno con todo esto ¿De acuerdo?
—De acuerdo—contestó en compresión.
—Bien… y ahora supondré que acabas de llegar a la ciudad.
—Así es.
— ¿Ya sabes dónde te vas a quedar?
—Oh… no, pero supongo que no costara nada encontrar un buen hotel.
—Sí, hay muchos por aquí cerca— agrego la oficial y le dio un nuevo vistazo a la curandera, para un viaje tan largo viajaba muy ligera, solo llevaba un pequeño bolso— ¿Tienes dinero?
Como respuesta Soraka saco de su bolso unas gemas azules y rojas.
—Sí, eso vale mucho-comentó Caitlyn reconociendo el valor— pero los hoteles de aquí, los legales por lo menos, se manejan solo con la moneda de Piltover, por ley. Podrías cambiar esas gemas en un banco… pero por la hora que es ya…
—Oh…- comentó entendiendo el problema en el que estaba— supongo que no lo pensé bien, solo quería llegar aquí como prioridad…
—Descuida— contestó de inmediato, viendo como interrumpía los pensamientos de la maga al tratar de buscar una solución— puedes pasar esta noche en mi apartamento.
—Oh, por favor, no. No es necesario que te tomes esa molestia.}
—Por favor— la interrumpió— tómalo como una disculpa por mi falta de modelas al "no" presentarme.
—Te pagare, lo prometo.
—No necesito que se me pague por eso, tengo dinero— comentó vagamente, volviendo a su oficina por las cosas que necesitaba— vamos.
La planta de su pie resbalaba en la sabana cuando buscaba en donde apoyarse y con una de sus manos agarraba la frazada para poder alejarse, tratando de subir más a la cabecera de su cama…
No lo lograba.
El cuerpo que tenía encima era lo suficientemente pesado para que con una sola mano pudiera impulsarse y alejarse.
Volvió a sentir el suave rozar de unos labios entremedio de sus pechos, haciéndola escarmentar, llevando rápidamente su otro mano al encuentro de ese rostro, tratando de alejarlo de su piel, que expuesta recibía esas caricias.
Una cabellera blanca recibió a su palma y bajo su tacto pudo notar que el rostro se elevaba a ella.
Ahora unos grandes y brillantes ojos amarillos la inspeccionaban, con una interrogante en su mirada que Caitlyn no supo bien cómo interpretar.
Soraka sonrió comprensivamente y, acomodándose con una mano su mechón detrás de su puntiaguda oreja, descendió sus labios directamente sobre el pecho de la otra chica, besando su ya sobresaliente pezón.
Caitlyn largo un quejido desde su garganta, volviendo la vista al techo de su habitación.
No podía verla ahora, pero sentía como la boca de la curandera se movía en su piel, dándole pequeñas succiones en la zona, sumando su lengua luego para contornear la zona sonrojada que tenía. Raspando con sus dientes lo sobresaliente y duro que se había puesto su botón.
Largó un suspiro entrecortado cuando la humedad de esa boca dejo su pecho. Ahora las caricias las sentía en su estómago, mientras la nariz de la peliblanca delineaba su abdomen, sin detenerse realmente hasta llegar a su vientre, donde plantaba húmedos besos.
No puso resistencia cuando los brazos de Soraka abrazaron cada una de sus piernas, abriéndolas, haciéndole lugar a su rostro.
Caitlyn sabía lo que seguía pero no pudo contener el grito de sorpresa cuando, sin hacerse esperar, la lengua de la otra chica ya se paseaba por sus pliegues inferiores.
Se tapó con ambas manos la boca para tratar de disimular los gemidos, cada vez más fuertes e incontrolables, debido a la repentina velocidad y persistencia en la que Soraka indagaba en su centro.
Sin piedad, sin miramientos, sin detenerse y aumentando el ritmo.
Como si su boca hubiera encontrado algo realmente atractivo en lo que ponerle toda su atención.
Caitlyn identificó casi el mismo patrón de antes. La boca de la curandera succionaba y soltaba en momentos impredecibles la sensible piel que se le mostraba, para luego empujar con su lengua marcando patrones que le hacían cortar su respiración. Sentía como los dientes rozaban su botón, a veces atrapándolo con cuidado.
Se sintió penetrada varias veces por esa lengua que no dejaba de empujar, pero no fue hasta que Soraka levantó un poco sus brazos, obligando a Caitlyn a que levantara su cadera, que esta hundió más su cara y acelerara sus movimientos, persistiendo sin cuidado.
Pudo sentir el orgasmo antes de que llegara, como una ola que le era imposible de detener que al chocar la invadió desde el centro hasta su cabeza, erizando su nuca mientras aún se tapaba la boca, totalmente contraída.
Los besos y las caricias de Soraka aun así siguieron luego de haber acabado, de una forma perezosa y tranquila mientras su cuerpo se calmaba.
Abrió de golpe los ojos y corrió su frazada casi tirándola al otro lado de la habitación, estaba sola y no había nadie en su cama.
Su respiración era agitada y podía jurar que aun sentía los dedos, que la habían sostenido, marcados en sus muslos.
Le tomó unos cuantos buenos segundos convencerse de que solo había sido un sueño.
Se llevó una mano a la frente y se sintió infantil notando que su ropa interior estaba húmeda.
"Como todo un puberto" pensó sentándose en la cama resolviendo bañarse pronto.
Llevaba solo su ropa interior y una larga camiseta lila. Tenía prendas para dormir y las amaba, pero esa noche simplemente encontró su vieja camiseta y prefirió usarla.
Salió de su habitación, encarando al baño que quedaba cruzando la sala del apartamento y notó tarde su error.
Más bien este le saludó para que pudiera notarlo.
—Buenos días.
Caitlyn se sobresaltó, y como refugio se dirigió velozmente a la isla de la cocina, poniéndose del otro lado, tapando la desnudez de su parte baja que solo era cubierta por su culotte.
— ¡Buenos días!—contestó de inmediato viendo a Soraka, no olvidando sus modales y tratando de verse natural. Como si desde un principio sus intenciones hubieran sido salir así a la cocina- ¿Estas despierta desde temprano? ¿Ya desayunaste?
Ante la pregunta la maga negó con la cabeza, le sonreía amablemente desde su posición de parada en el medio de la sala.
—Bien ¿Quieres un té?— preguntó dirigiéndose a la alacena y sacando de ella lo necesario para preparar el desayuno para ambas
—Eso suena bien
—Perfecto— comentó asintiendo, bajando ya las cosas.
En su cabeza ideo preparar un poco el desayuno, dejando el agua hervir y mientras esta estaba lista volver a su habitación por un pantalón.
Miró hacia su puerta, pensando que era el mejor plan y cuando volvió su vista notó la presencia de la otra chica al lado suyo.
— ¿Qué? —preguntó nuevamente tratando de esconder el asombro por la repentina cercanía.
— ¿Necesitas que te ayude en algo?— preguntó la curandera, aun sonriéndole, aunque en su gestó Caitlyn notó algo que la hacía sentir incomoda.
—No, está bien, gracias- contestó con cortesía— solo dejare el agua hervir mientras…
Se detuvo en su escusa ya que por alguna razón la peliblanca se acercó un poco más a ella, haciéndola incomodar pero ingeniándosela para sostenerle la mirada.
—Hueles gracioso.
— ¿Huelo… gracioso?— repitió si entender la sheriff. Le tomó un momento relacionar esas palabras con lo que podría ser y se sonrojo violentamente cuando su cabeza concluyo lo peor— ¡Perdón!
— ¿Mmm?—se extrañó Soraka ante la incomodidad y distancia que marcó de repente la dueña de casa— no dije que olieras mal— agregó aun sonriendo— solo dije que olías gracioso.
—Como sea, dejare el agua, iré a cambiarme— habló alejándose, sin tener intenciones de seguir esa peculiar charla.
Para su desgracia el desayuno tampoco fue algo placentero para Caitlyn, ni siquiera cómodo.
Solo podía pensar en lo que la maga dijo esa mañana y lo que había soñado. Para varias, cada vez que miraba hacia la chica de ojos amarillos, esta seguía manteniendo su sonrisa, lejos de tranquilizarla, comenzaba a pensar que sabía un chiste que ella no, y comenzaba a pensar que ella misma lo era.
—Perdóname.
Las palabras la hicieron volver a la mesa y miró con curiosidad a Soraka.
—Tú has sido muy amable al dejarme pasar la noche en tu hogar, aparte de tomar en manos propias mi caso y hacerme sentir cómoda— comenzó a decir la maga— y yo te estoy haciendo pasar un mal momento, perdóname.
—No tienes de que disculparte— contestó honestamente la anfitriona.
— Si tengo— la corrigió y Caitlyn notó que las mejillas tomaban color— después de todo es mi culpa que hayas soñado… lo que hayas soñado y te levantaras así. Debe ser muy incómodo para ti y no debes entender nada, lo lamento.
"¿… Que dijo?
— ¿Qué? ¡No!— habló de inmediato cuando entendió algo de lo que se le decía— no sé de qué hablas pero… no ¿Soñar? Pfff…. Yo no sueño.
"¿De verdad, Caitlyn, de verdad?" pensó al notar lo tonto de lo que decía y como estaba quedando en evidencia, sin embargo la otra chica le sonreía compasivamente.
—No tenemos que hablar de esto si no quieres— comentó viendo como la dueña de casa trataba de tomar su té prácticamente escondiéndose dentro de la taza— solo quiero que sepas que es mi culpa y no era mi intención nada de esto. No pienso mal de ti. Me pareces una señorita muy fina y elegante, correcta. No pienso mal de ti— repitió pero las palabras no tenían sentido para la oficial.
— ¿Cómo es tu culpa?—preguntó sacando lo que mayor interrogante sentía— es decir… no es que haya soñado… nada realmente.
—Oh, bueno… es algo vergonzoso para mí decirlo, pero supongo que es justo, por todo lo que te estoy haciendo pasar- introdujo— cuando alguien nos parece muy atractivo, y pensamos en esa persona de ese modo, influenciamos bastante los pensamientos de nuestro blanco… por así decirlo. Más aún si estamos cerca y en un estado de paz, como es el tratar de relajarse para dormir.
— ¿…que?
—Es magia y algo propio de nosotros. Pensé en ti como alguien atractivo desde que hablamos y durante la noche, y te viste influenciada por eso. Supongo que tuviste un sueño… ¿Cómo le llaman ustedes? ¿Húmedo? Lo lamento.
Caitlyn sentía a sus mejillas arder, no hacía falta ningún espejo para saber que su cara le estaba contestando por ella.
— ¿Tu… tu sabes lo que soñé?
—Oh… no, no lo sé. Si te refieres a que sé que hacia yo en tu sueño o que hacías tu… o que hacíamos ambas, no, no lo sé— contestó delineando con sus dedos la taza— pero sé que tu cabeza debió tomar ese tipo de camino, así es como funciona.
— Oh… ok- terminó diciendo aun confundida, pero levemente aliviada de que por lo menos algo de información se la podía guardar para ella.
"Espera… ¿Ella me ve atractiva?... ¿De esa forma?... ¿Ella también soñó conmigo?... ¿De esa forma?"
Caitlyn miró con curiosidad a la curandera, pero esta solo veía el contenido de su taza, aun sonriente y tranquila.
— ¿Tu…? Ammm—comenzó a hablar la oficial— ¿Sueñas también?—- terminó preguntando a lo que Soraka negó levemente.
Ahora Caitlyn no sabía si las criaturas como Soraka soñaban en absoluto o no había soñado anoche, o si había soñado no había sido con ella y de esa forma, pero se conformó con saber que por lo menos lo último era así: Soraka no había soñado como ella.
— ¿Y lo que pasó fue porque estabas cerca cuando dormíamos?— siguió indagando y Soraka asintió— ¿Y porque me ves atractiva?
—Lo eres.
La honestidad la tomó con la guardia baja, pero lo disimuló volviendo su atención a la taza, que ya estaba vacía.
—Si ya terminaste de desayunar, será mejor que nos preparemos para ir a la… ammm— las palabras le costaban llegar a su cabeza— podemos llevar esas piedras a los laboratorios de investigación. Mientras antes mejor… nos darán los resultados… antes… por eso mejor si lo hacemos de una vez… llevar las piedras me refiero.
—Claro— contestó con calma, notando como cada vez la incomodidad invadía a oficial.
—Bien— asintió y se puso de pie para alistarse, pero antes de llegar a su habitación volvió a mirar a la otra chica, la observaba con una sonrisa, y espero por si quería decirle algo.
—Oh… solo me preguntaba— comentó Soraka, sonrojándose pero dispuesta a terminar— ¿Estuve bien en tu sueño?
Nota del autor:
Ammm… si… eso… yeah… se me ocurrió de repente anoche y no me dejo dormir.
¿Interesante? ¿No? Bueno… Lunes… ojala tengan linda semana.
