Fandom: D.Gray-Man
Pairing: Kanda x Allen (aunque un multi!Allen pega más para esta ocasión).
Warnings: ¡Yaoi! (Obvio). Angst y algo de OOC (diox, Kanda y Allen como pareja ya de por sí es OOC).
No sé si colocar esto como Shota, ya que Allen es menor de edad pensando muy fuerte Jo, en fin: Kanda tiene 18 años y Allen tiene 15 años. Ustedes sabrán si lo dejan pasar o no.
Uso de apodos y de honoríficos japoneses. Si no les gusta, elimínenlos mentalmente, por favor.
Uso de "lenguaje inapropiado". Agradezcánselo al samurái.
Ah, sí, ejem: MPREG! (o embarazo masculino, no vaya a ser que traume a alguien de por vida gotita). Tengan miedo, tengan mucho miedo.
Notas: Este fanfic tiene lugar después de salir del Arca del Conde, a partir del, más o menos, capítulo 137, de donde se desprende como semiAU Jo jo, SPOILER: Así que dejen de lado el ataque a la Orden y a ese odioso nivel 4 porque eso no pasará aquí. Como dije, este es un semiAU, pero aún así trataré de meter cosas que ocurren después, aunque de manera ligeramente distinta a como de verdad ocurren. Gracias por su comprensión.
Como sabrán, estoy basándome puramente en el manga. Veo el anime, pero nada del relleno, sorry.
Pido perdón de antemano por la extensión de los capítulos. Aún me pregunto si sería buena idea cortarlos.
Notas especiales para el capítulo: Ninguna. A menos de que la sútil mención de que algo entre Krory-chan y Allen podría pasar te ponga enfermo.
Rating: T
DISCLAIMER: D.Gray-Man no me pertenece, es de Hoshino Katsura-senseii. Si me perteneciera, las peleas de Allen y Kanda terminarían con uno de ellos atado a la cama mientras el otro se relame los labios con lujuria.
Apóstol de Dios
1. Hacer sacrificios
Komui Lee no podía creer lo que había escuchado. Más bien, no quería creerlo. Parpadeó un par de veces más antes de retirar sus anteojos para masajearse las sienes, esperando un poco antes de volver a colocárselos. No quería hacer ningún comentario con respecto al asunto porque sabía que nada coherente saldría de su boca. Pero, ¿acaso lo que le estaban pidiendo tenía alguna coherencia? Se aclaró la garganta. Tenía que preguntar si había escuchado bien. Aún tenía una vaga esperanza de que aquello fuera una broma de su cerebro. Tal vez sólo había escuchado mal.
- Supervisor Lee.
Dio un respingo, aún y cuando sabía que ese hermoso silencio no duraría para siempre. Elevó la mirada para encontrarse con aquellos rostros indescifrables.
- Hum. Señores, lo que me piden es bastante delicado.
- Lo sabemos, supervisor Komui - el aludido se estremeció ligeramente de nuevo al escuchar otra voz diferente -. Pero debido a las circunstancias en que nos encontramos, creemos que es necesario.
- Esta guerra durará muchos años, tal vez incluso continúe después de nuestra muerte - habló otro -. Usted lo sabe.
"Pero hacer esto, va en contra de mis principios".
- Señores - Lee se aclaró la garganta antes de proseguir -, claro que lo entiendo y sé a qué se refieren. Sin embargo, ustedes saben que sólo contamos con tres mujeres exorcistas. Creo que esto es pedirles demasiado.
Además, una de ellas era su hermana, por el amor de Dios. No permitiría bajo ninguna circunstancia que la usaran como conejillo de Indias. No otra vez.
- La general y las otras dos exorcistas no sirven para nuestro propósito - Komui se sobresaltó por segunda vez desde que había iniciado con la reunión -. Necesitamos un tipo parásito.
"¿Un tipo parásito?".
- Pero solamente contamos con dos exorcistas tipo parásito - el chino sacó dos carpetas con la información de los aludidos, aún y cuando sabía perfectamente de quienes se trataba -: Arystar Krory III y Allen Walker. Krory aún está muy herido por la batalla en el Arca y Walker no se ha recuperado del todo tampoco. Y es obvio que ambos...
- No se preocupe por eso, supervisor Lee - fue rápidamente interrumpido -. Nosotros nos encargaremos de informarle nuestra decisión final al respecto. Usted todo lo que tiene que hacer es seguir nuestras órdenes.
- Dios sabrá perdonar este pecado si sirve para un bien mucho mayor. Todo sea por la salvación de la humanidad.
Lo único que pudo hacer Komui después de escucharlos fue mirar aquellos rostros. Luego cerró fuertemente los párpados antes de inclinarse de manera respetuosa.
- Krory y Walker.
La plataforma se elevó rápidamente, mientras él se quedó en silencio, aún tratando de que su cerebro procesara la información recibida. Necesitaba urgentemente un café. Lo necesitaba ya.
-o-o-o-o-o-o-
Apenas había pasado una semana desde que los exorcistas habían salido del Arca. Y ésta seguía siendo investigada tanto por la división oriental como por los científicos del cuartel general. El supervisor Bak Chan se tomaba muy en serio el estar al mando de la investigación, por lo que no dejaba de dar órdenes todo el tiempo. Aunque parecía parar cuando veía a cierta chica de cabellos verdes. Esa, quien, encantada, les llevaba café a todos.
Esa, quien en otras circunstancias, se habría llevado toda la atención de Komui Lee, si no fuera porque en ese momento le habían comunicado la respuesta que tanto temía. La respuesta que sólo había tardado en llegar un par de días. Y ahora lo único que podía hacer era seguir las reglas. Todo sea por la salvación de la humanidad.
Se sentó frente a su escritorio, esperando por quien había llamado. No estaba muy seguro de cómo proceder, así que decidió hacerlo como se lo pidieron sus comandantes; aún y cuando pensara que no era lo correcto.
- Buenos días, Komui-san.
El supervisor elevó la mirada, sonriendo cálidamente hacia la persona que le habló con un tono bastante tímido, aún para él.
- Siéntate, Allen-kun. Tú también, Link-kun.
No le quitó la vista de encima al joven quinceañero de cabellos blancos cuando se sentó frente a él. Casi podría jurar que ahora lo veía más pequeño que antes. Imaginaciones suyas, por supuesto. O, tal vez, era sólo el sentimiento de culpa que le invadía desde hace tiempo. El otro hombre invitado sólo se quedó atrás del exorcista, rehusándose a tomar asiento. Como pudo, el supervisor trató de ignorar al inspector que seguía a Allen a donde quiera que iba por órdenes superiores.
Cansado, Komui cerró los ojos, tratando de escoger las palabras adecuadas.
- De verdad lo siento. No fue mi intención.
Komui abrió rápidamente los ojos, algo confundido al escuchar esa voz apagada.
- ¿De qué hablas, Allen-kun?
El exorcista le miró fugazmente antes de fijar su mirada en el suelo. De pronto, todo pareció aclararse para Komui. Ahora lo recordaba.
Hasta hace dos días, el ala científica estaba empezando a analizar el huevo encontrado en el Arca de Noé. Los Comandantes estaban muy interesados en el asunto; casi tanto como en Allen Walker, el chico que había logrado manejar esa Arca tocando una melodía en un piano utilizando una escala musical totalmente desconocida. Algo sumamente sospechoso. Aún así, nadie de los que conocía a Allen (incluido el mismo Komui) desconfió de su lealtad en ningún momento. Pero órdenes son órdenes y ahora el inglés tenía tras de sí a un inspector asignado por los altos mandos.
Todo empezó justo cuando se correrían los análisis iniciales de esa estructura extraña. Allen apenas se había acercado un poco. Sólo un poco. Ni siquiera parecía tan interesado en el asunto, solamente pasaba por ahí, caminando para aliviar un poco la presión de saberse seguido a todos lados (aunque también parecía una excusa para salir de la enfermería). Bueno, con esos pocos pasos que Allen dió cerca del huevo, éste empezó a brillar de manera cegadora. Después no quedó nada: el dichoso huevo había desaparecido por completo. Luego: el caos.
Komui estaba convencido de que estaban bajo ataque, e incluso pensó en llamar a alguno de sus preciados Komurin para protegerse. Pero nada pasó. Sólo quedó Allen, parpadeando con gran sorpresa mientras los demás le observaban detenidamente. ¿Era por él que había desaparecido ese huevo? ¿A dónde demonios se lo había llevado el chico de cabellos blancos? Bak fue el primero en reaccionar, zarandeando al menor hasta hacerle marearse por completo. Le preguntaba por el huevo dorado y Allen simplemente le contestaba que no tenía idea de qué había pasado ni del por qué de esa reacción extraña ante su presencia. Finalmente el supervisor de la división oriental se había tranquilizado después de recibir un té de tila de las manos de su querida Lenalee.
Claro que todo esto lo único que logró fue empeorar la situación de Allen en la Orden Oscura. Estaba a tan sólo un paso de ser catalogado como un completo traidor a la Orden. Y, la verdad, Komui temía por el pobre chico. Él sabía que las extrañas circunstancias que rodeaban a Allen rara vez eran culpa de él. ¿Era tan sólo mala suerte? ¿o había algo más? No importaba, estaba bien. Él confiaba en Allen.
Y por eso le dolía tanto tener que meter al muchacho en este nuevo lío. Pero, después de todo, Allen era un exorcista. Era su obligación obedecer los mandatos superiores. El chino al fin se dio cuenta de que había reinado un silencio muy incómodo en su despacho, por lo que luego volvió a hablar, esta vez alegremente.
- Nah, no te preocupes por eso ahora, Allen-kun. Te he citado por algo diferente - le dijo, mientras le mostraba una gran sonrisa.
- ¿Huh? ¿De qué se trata, Komui-san? - preguntó el de cabellos blancos, bastante confundido.
- Pueess, verás, es que... - de nuevo, las palabras se quedaban en su garganta sin querer salir. Y ver a Allen parpadeando de esa manera tan inocente le traía más problemas.
Optó por otra solución (la más fácil, dicho sea de paso): dar un inmenso rodeo y dejar que pasasen las cosas por sí solas.
- Allen-kun, ¿estarías dispuesto a hacer lo que sea para recuperar la confianza de los Comandantes?
- ¿Recuperar su confianza?
Komui asintió animadamente.
- Si realizas esta misión, ten por seguro que los Comandantes se sentirán satisfechos y no podrán dudar de ti.
- ¿De verdad? ¿Es sólo una misión? - el semblante de Allen se veía mucho más relajado ahora.
El supervisor volvió a afirmar con la cabeza. Observó a Allen mirar al techo, totalmente pensativo. Aunque quería saber qué pasaba por esa cabecita, mejor optó por conseguir la respuesta que no se hizo esperar demasiado.
- Está bien. Cumpliré con esa misión y les demostraré a todos que no soy un traidor - afirmó el inglés, con un ligero brillo de esperanza en sus ojos.
"Ouch, ¿ahora cómo le digo de qué se trata esta misión?"
- ¡Bien por ti, Allen-kun! Entonces, errhmm... - fingió revisar unos papeles en su escritorio - ... debes venir mañana por la mañana, lo más temprano posible. ¡Ah! Y tiene que ser en ayunas, por favor.
- ¿Eh? ¿Por qué? - el exorcista se desanimó al escuchar que tendría que esperar para desayunar.
- Porque te haremos una operación, Allen-kun - dijo el chino, como si fuera lo más obvio del mundo.
- ¿O-operación? - Komui pudo observar perfectamente el sudor frío que recorría el cuerpo del joven. Soltó una risita cruel, sabiendo que él era el causante de ese miedo.
- No te preocupes, te pondremos anestesia general. No te enterarás de nada hasta que salgas del quirófano.
- ¿Pero por qué necesito ser operado? - preguntó una vez más el chico, bastante nervioso ante los ojos de Komui. Al parecer prometerle la anestesia general no había resultado del todo.
- Lo único que tienes que saber, Allen-kun, es que esta operación es necesaria para que puedas cumplir esta misión. Así recuperarás la confianza de la Orden. Te lo prometo.
Aunque el chico aún no se veía muy convencido, Komui logró que asintiera despacio. Al parecer, Allen Walker estaba dispuesto a correr ese riesgo desconocido con tal de ganarse el favor de los Comandantes. El supervisor sonrió con algo de tristeza. Dios, sabía que aquello no era justo. Pero no podía hacer nada al respecto.
- ¡Entonces nos vemos mañana, Allen-kun! - gritó de pronto el chino con gran alegría - ¡Ve a dormir temprano hoy!
- Huh, sí - pudo sentir la mirada confundida de Allen, pero prefirió seguir haciéndose el loco con tal de no tener que responder más preguntas.
Alguien llamó a la puerta: era la hermosa Lenalee. ¡Gracias a Dios! Ahora podría saltar sobre su hermana y olvidarse del asunto un momento. Y así lo hizo: salió disparado de su escritorio para abrir la puerta y luego abrazarse inmediatamente a las piernas de su amada hermanita.
- ¡Lenalee-chan le trae café a su nii-chan! ¡Soy tan feliz! - exclamó, mientras lloraba de alegría.
- Buen día, nii-san - dijo la china, con una gotita de sudor deslizándose por su rostro -. ¡Oh! Buenos días, Allen-kun. Ow, por levantarme tarde no te encontré en la cafetería - se lamentó -. Lo siento, no volverá a pasar.
- Buenos días, Lenalee - le contestó el chico, sonriéndole dulcemente -. No te preocupes por eso, me alegra que hayas dormido bien.
- Sí.
Komui miró fijamente la sonrisa triste de su hermana y luego miró el rostro radiante de Allen.
- Alleen-kuunn
- ¿Eh? - el exorcista dio un respingo involuntario al sentir a Komui tan cerca de él.
- Si no fueras un pequeño niño inocente pensaría que le has hecho algo a mi querida Lenalee - dijo, arrastrando las palabras de manera aterradora mientras el ambiente a su alrededor se volvió negro.
- ¿¡Qué!? - Allen casi se fue de espaldas al escuchar eso. Y también porque Komui se acercaba más y más a él.
- ¡Nii-san! - protestó Lenalee - Deja a Allen-kun en paz y toma tu café ya.
- Sí, mi querida Lenalee - como siempre, la que lograba controlar al supervisor a la perfección era su hermana.
- Gracias, Lenalee - la china le devolvió la sonrisa al chico, siendo esto visto atentamente con Komui mientras la taza de café tocaba sus labios.
- Nos vemos, Allen-kun.
El exorcista se levantó de la silla para luego salir del despacho (no sin antes hacer una reverencia a Komui, cosa que siempre le sorprendía a éste: el como Allen se había adecuado tan rápido a las costumbres orientales que reinaban en la Orden desde que el mismo supervisor era del Este), seguido de cerca por Link. Sin embargo, el inspector se quedó atrás para observar a Komui de manera insistente, quien lo notó de inmediato. Le sostuvo la mirada por unos segundos que parecieron horas. Al final, Link terminó saliendo también para seguir con su trabajo. El supervisor lanzó un largo suspiro.
- ¿Pasa algo, nii-san? - Lenalee le miró con preocupación, provocando que negara frenéticamente con la cabeza.
- ¡No te preocupes, Lenalee-chan!
- Humm, está bien - susurró ella, con la mirada baja. Komui notó cómo su hermana trataba de enredar uno de sus dedos en su cabello, aunque no conseguía gran cosa al tenerlo tan corto. Sonrió tiernamente, acercándose a ella para abrazarle, cosa que pareció sacarla de balance.
- Ya crecerá.
La exorcista soltó una risita.
- Lo sé.
"Ojalá todo fuera tan sencillo como simplemente esperar" Komui hundió su rostro en uno de los hombros de su hermana. No sabía si ella había notado que se estaba comportando raro, pero al poco tiempo pudo sentir cómo su abrazo era devuelto. Sonrió. "Dame valor para seguir, Lenalee".
-o-o-o-o-o-o-
Por fin había logrado escapar de la enfermería para entregar el maldito informe de su batalla en el Arca. La jodida enfermera era un monstruo. Las últimas veces que trató de salir ella le había detenido y regresado en la cama. ¿Qué parte de "no necesito de estos estúpidos cuidados" no se entendía? No importaba; al menos ya podía deshacerse del pendiente de tener que entregar el informe. Sí, era cierto, el idiota de Komui había pensado (milagrosamente) y les había dicho que se tomaran su tiempo con el reporte. Pero él acostumbraba a escribirlo en cuanto terminaba su misión. Porque, joder, así debería de ser.
Además: no tenía nada mejor qué hacer. No le dejarían entrenar sin que lo estuvieran molestando, si no era la maldita enfermera, sería su estúpido maestro. Y al menos así, caminando por los pasillos de la Orden, tenía tiempo de despejar su mente con la excusa de entregarle al supervisor los papeles necesarios. Ya encontraría la manera de escaparse de nuevo para ponerse en forma.
Se acercaba a la sección científica, aún maldiciendo por la pésima suerte de tener que compartir la habitación de la enfermería con los idiotas de sus compañeros, cuando de pronto escuchó la voz del supervisor y del líder del escuadrón científico. Normalmente no le habría dado importancia; hubiera pasado y aventado las malditas hojas en el escritorio del torpe Komui Lee y se hubiera largado. Pero esta vez se detuvo a escuchar. Algo no estaba bien y lo sabía por el tono de sus voces.
- ¿Cómo se lo explicarás a Allen-kun entonces? ¡Debiste decirle la verdad desde el principio! - se oyó decir a Reever Wenhamm, en una voz bastante baja.
"¿Moyashi?" parpadeó, agudizando el oído de manera inconsciente.
- ¡Lo sé! ¡Pero no pude! Malvado Allen-kun y su carita inocente, no me dejaron hablarle con la verdad. ¡Me tendió una trampa! - sí, esos patéticos lloriqueos le pertenecían sin duda al supervisor Komui.
- Eres imposible. No puedes echarle la culpa a Allen-kun de que seas cobarde.
- ¡¿Ah, sí?! ¿Cómo se lo hubieras dicho tú, eh?
- Bueno, pues... - hubo una larga pausa -. No, la verdad no tengo idea.
- ¿Lo ves? No puedes llegar y de repente decirle: "Oi, Allen-kun, los Comandantes quieren nuevos exorcistas y te escogieron a ti para engendrarlos. Sí, ya sé qué no eres una chica, pero para eso es la operación que te haremos mañana. ¿Emocionante, no? Por cierto, ¿qué quieres para cenar?".
Los ojos del exorcista se abrieron totalmente.
"¿De qué demonios están hablando?"
- Sí, hubiera sido bastante raro, Komui - suspiró el líder del escuadrón científico -. Pero tarde o temprano se enterará. Y no creo que esté de acuerdo con esto. ¿Por qué lo escogieron a él y no a Krory?
- Es porque nació con su Inocencia - hubo otra pausa, como si con esa oración todo se aclarara -. Pero él no se negará. Allen-kun quiere congraciarse con los Comandantes. Y conoces su personalidad. Si es por el bien de los demás; él lo hará sin importarle nada. Si sabe que, si no es él, serán Lenalee o Miranda - se le oyó pasar saliva antes de continuar -. Ellas no son tipo parásito, las probabilidades de que sus hijos sean compatibles es baja. Con Allen-kun es diferente. Un criatura que salga de él, que comparta su sangre durante el tiempo de gestación, que esté bajo el cuidado de su Inocencia; es mucho más probable que sea compatible. Casi un cien porcierto. Es por eso que los Comandantes quieren que sea él.
- Aún sigo pensando que es excesivamente peligroso. No sólo es un hombre, sino que es apenas un niño, por Dios.
Kanda tenía los nudillos pálidos de tanto apretar las manos. No entendía lo que estaba pasando. No sabía por qué Komui y Reever estaban hablando de algo tan estúpido e imposible como lo es que el Moyashi pudiera concebir. Era una locura. Una jodida broma.
- El padre deberá de ser Krory.
El samurái volvió a poner atención en la conversación al escuchar esas últimas palabras dichas por el supervisor. Aún y cuando intentaba relajar su cuerpo, éste no le respondía. Ya sentía dormidos los dedos de las manos. Al poco rato dejó de importarle para concentrarse otra vez.
- ¿Huh? ¿Por ser tipo parásito también?
- Así es. Al parecer los Comandantes no quieren dejar ningún cabo suelto.
- Aquí el único cabo suelto es que Allen-kun no es una mujer. Podrían esperar hasta que encontremos a una exorcista tipo parásito.
- ¿Ahora quién habla de cosas imposibles? Sabes que la Inocencia parasítica es extremadamente rara. Además, creo que es precisamente porque es Allen-kun por lo que quieren llevar a cabo esto.
Más silencio. Silencio que Kanda empezaba a odiar por primera vez en su vida.
- ¿Quieren probar su lealtad obligándole a llevar un niño en su vientre?
La respuesta tardó bastante en llegar. Le parecieron incluso horas. Estaba a punto de entrar en el despacho de Komui y obligarle a soltar todo. Por la fuerza de los puños si era necesario.
- Supongo que quieren que llegue a sus límites. Quieren matar a dos pájaros de un tiro: tener un exorcista compatible, muy probablemente del poco común tipo parásito y; controlar a Allen-kun usando esa excusa. Lo tendrán atrapado y sin posibilidad de salir. Es triste que conozcan a Allen-kun tan profundamente - se dejó oir una risita cínica.
- Allen-kun no huirá de sus deberes de exorcista. Ahora menos que le hiciste esa estúpida promesa, Komui.
Silencio otra vez.
Luego, un susurro:
- Lo siento.
"Claro que lo sentirás".
Kanda se dio la media vuelta para caminar en dirección contraria, de donde venía huyendo. Se olvidó del condenado informe. Se olvidó de que sus deberes como exorcista iban primero. Se olvidó del mundo. Su mente estaba concentrada en una sola cosa.
"Estúpido Moyashi".
+ Continuará +
Notas finales: Uff, empezar un POV con Komui no fue la mejor idea después de todo. Perdón por hacerlo tan angst. De todas maneras, espero que hayan disfrutado. Gracias por darme una excusa para maldecir a todos, Kanda. Pobre Allen; no sabe la que le espera (risa sádica). Gracias por leer esta tortura interminable. Hasta el próximo capítulo (creo).
