Unos ligeros pasos resonaban por todo el pasillo, sabía que llegaba tarde, aunque no fuese novedad para ella, siempre fue olvidadiza y algo torpe, aun así mantenía gran optimismo e intentaba ayudar a todos. Esa era la mentalidad de aquella chica, algo peculiar su forma de pensar, ella tampoco lo dudaba, pero le gustaba, ya que era su forma de ser.

Entro de inmediato al aula de clases, respirando entrecortadamente a causa de la carrera que había hecho para llegar, y al parecer la suerte le había sonreído, el maestro aun no llegaba, haciendo que la chica suspirara aliviada, dicho alivio no duro mucho.

—Takamachi Nanoha.— Llamo la persona que menos quería ver ahora mismo detrás de ella, a lo que esta solo sonrió apenada, apartándose rápidamente para que el profesor pudiera entrar a la clases donde todos estaban esperándolo. —Siéntese.— No era necesario decirlo otra vez puesto que la joven había salido disparada a sentarse en su sitio.


—!Vaya que llegaste justo a tiempo, Nanoha!— La nombrada se volteó para buscar a la persona quien la había llamado, encontrándose con sus dos mejores amigas.

—¡Arisa, Suzuka!— Llamó con entusiasmo, sonriendo alegre de verlas. Eran amigas desde hace tiempo, cuando solo eran unas niñas de primaria, desde ese día nunca se han separado, y Nanoha estaba feliz de que fuera así.

—Deberías de llegar más temprano la próxima vez, creo que yo también estoy cansada de que llegues tarde.— Comentaba la chica llamada Arisa, mientras se apoyaba del pupitre de Nanoha suspirando con pesadez, haciendo que la cobriza solo riera con pena.

No era una novedad que Nanoha llegara tarde, siempre fue así, llegaba tarde a pesar de que vivía cerca del instituto, todos los días era una escena con el profesor que parecía tener canas cada día más.

—Arisa…no digas eso…— Decía la persona a su lado quien parecía la más calmada de las tres y quien más madura era, Suzuka.

—¡Pero es verdad! !Tu también estás de acuerdo con eso!— Acusó la rubia.

—¡Eres muy cruel, Arisa-ch….— Antes de terminar su oración, su vista se enfocó en una desconocida persona, podía verla claramente, después de todo se sentaba al lado de la ventana, el cual le permitía distraerse todo lo que podía (eso era una razón de sus pobres calificaciones.). La desconocida tenia largos cabellos rubios, que brillaban con la luz del sol, vio como esta se sentaba debajo un árbol y aparecía otra figura desconocida, esta vez era una chica de cabellos cortos y castaños, quien venía enérgicamente hacia la joven y le hablaba, podía deducirse que se conocían desde hace tiempo. —Oigan…conocen a la chica de ahí?— Su pregunta había salido sin haberse dado cuenta, desconcertando un poco a las dos compañeras, por lo que también se acercaron a ver de quien estaba hablando.

—No recuerdo haberla visto…solamente a la de cabellos cortos, se llama Yagami Hayate.— Respondió con desinterés Arisa mientras que Suzuka al parecer si las conocía a las dos.

—Fate Testarossa…— Susurro la peli morada, captando la atención de Nanoha, mirándola con total atención. —No la conozco, pero he escuchado que no se relaciona con nadie.—

La cobriza volvió a observar a la joven, pudo notar que tenía ojos rojos, hermosos ojos rojos, aunque la castaña también tenía sus ojos azules profundo, las dos eran totalmente hermosas, hasta una chica tan simple como ella podía verla.

Hubiera seguido admirándolas. Si no fuera porque había terminado el receso.


Gracias por leer este corto capitulo, hubiera hecho el capitulo mas largo, pero siento que era apropiado dejarlo ahi. Comentarios sobre esta historia que aun no ha comenzado realmente? Adelante. Gracias.