Hermoso destino

I

No sabía cómo pero me había levantado tarde ese sábado, estaba convencida que me iba a meter en problemas con mis amigas pues quedamos en encontrarnos a las 10 de la mañana y ya eran las 9 y media e iba a llegar atrasada.
Mi nombre es Signum, tengo 21 años, estudio en la Universidad de Tokio Ingeniería y practico Kendo.
Mi hermano mayor. Zafira me despertó con un grito esa mañana y casi me caigo de la escalera al tropezar con mi prima Hayate que corría a buscar el regalo que le tenía a su novia Rein y que se lo entregaría en la salida que habíamos planeado con mi mejor amiga Fate Testarossa Harlaown y su novia y también amiga mía Nanoha Takamachi.
Siempre organizábamos salidas para el grupo pues nos gustaba compartir el tiempo libre que teníamos, aunque igual muchas veces me sentía incómoda pues hacia desde bastante tiempo se habían formado parejas en nuestro grupo, Testarossa y Takamachi, Hayate y Reinforce y Vita con Shari. Sólo quedaba yo, sin nadie pero en realidad no me importaba mucho pues siempre era la más rebelde de todas y estaba más enfocada en lo relacionado a mi carrera.

Salí corriendo calle abajo para poder lograr llegar por lo menos unos minutos nada más atrasados pero vibraba en el bolsillo trasero de mi pantalón mi conexión con el infierno.

-Alo?- Contestaba mi celular que hacía más de 5 minutos que sonaba y no me había atrevido a contestar pues sabía quien era.
-Signum, si no estás en 5 minutos aquí te juro que tendrás que lavar mi auto todo un mes - Me amenazaba Testarossa desde el otro lado de la línea.
-Voy corriendo para allá, pero Hayate se fue a buscar a Rein así que llegaran allá en el auto de ella. Tratare de estar luego así que acortare por otro lado, espérenme que ya llego.
Diciendo eso corté y seguí en mi loca carrera cuando en un callejón escuché un grito y me acerqué a ver que estaba pasando.
-No se asuste señorita, si se queda quieta le prometo que lo pasara muy bien - Decía un hombre corpulento que parecía estaba borracho y amenazaba a una chica rubia.
-¡¡Apártate de ella en seguida!!- Le grité sin medir las consecuencias.
-¡¡No te metas!! O ¿Quieres unirte al grupo?- Reía el hombre amenazando con un cuchillo en la mano.
-Solo quiero que la dejes tranquila y si quieres enfréntate conmigo - Le decía con toda la adrenalina a flor de piel.
-Si tú lo quieres, pero después que termine contigo seguiré con la señorita jajajaja-lanzándose sin más encima de mí.

Luchamos un rato y sin darse cuenta tome y lo golpee con una madera que usé de espada dejándolo inconsciente. Me acerqué a la chica que estaba mirando la situación asustada y como en trance.

-Ya no te preocupes, lo dejé inconsciente pero tenemos que irnos de aquí - Le decía mientras me acercaba para sacarla de ahí.
-¡No te acerques! - Me miraba con ojos asustados y comprendí que estaba en shock.
-Está bien, no te haré daño, solo te pido que por favor camines hasta donde estoy yo para que puedas salir de ese callejón y estar fuera del alcance de ese hombre - Le rogaba para ver si entraba en razón y creo que dio resultado pues comenzó a entender que pasaba.
-Disculpa, en seguida voy - Me respondía mientras miraba al hombre en el suelo y tomaba sus signos vitales.
-¿Pero cómo puedes preocuparte de él si te iba a atacar? - Preguntaba sin creerme lo que estaba haciendo.
- Si lo sé, pero sigue siendo un ser humano – Me miraba con un sonrojo en sus mejillas que hacían verla angelical.

Al mirarla mas de cerca cuando me acerque para ayudarla a levantar al hombre para dejarlo sentado en un cajón, vi sus ojos violeta que me impresionaron sin mas llevándome al cielo y devolviéndome a la tierra en una fracción de segundo, ella simplemente era….hermosa.

-¿Por… por qué me miras tanto?- Preguntaba mientras agachaba su cabeza y empezábamos a caminar.
-Dis…disculpa, solo quería saber tu nombre - Respondía nerviosamente.
-Mi nombre es Shamal… ¿Y el tuyo?- Clavaba su mirada hacia el frente sin atreverse a mirarme.
-Soy Signum, un gusto - Me paré y le di la mano. Ella se dio vuelta para corresponder mi saludo.

Al tocar mi mano con la suya sentí como una electricidad me recorrió todo mi cuerpo y comencé a ponerme nerviosa como nunca antes lo había estado. Creo que ella se dio cuenta pues saco la mano rápidamente y miró sorprendida hacia mi brazo.
-Signum-san, estás…sangrando…tu brazo está herido - Indicaba mi parte del cuerpo lastimado.
-Oh, no me había dado cuenta, pero debe ser un rasguño sin duda - Trataba de no darle importancia a eso pues no quería que se alterara.
-Ven, iremos a mi casa que esta ahí y te curare - Me arrastraba hasta una casa que me parecía conocida, aunque no le di demasiada atención.
-No te preocupes, iré a la mía y lo haré yo, así que mejor será que vayas a descansar - Le sonreía aunque a decir verdad, me empezaba a doler y arder.
-Tú me salvaste arriesgándote y lo mínimo que puedo hacer es ayudarte, así que sin discutir más, vendrás conmigo - Dijo logrando que entrara a su casa.

Al llegar me senté en un sillón y me fijé en la decoración simple, pero con un gusto exquisito, al igual que ella, pues cuando se dirigió al baño a traer los implementos para curarme la herida la seguía con mi vista sin perder cada movimiento que realizaba con una gracia sin par que me dejaba embobada con cada paso que daba.
Estaba segura, esa chica me gustaba. No tenía inconvenientes con respecto a mis sentimientos por ella. Después de todo, por las parejas que conformaban mi grupo de amigas tenía bien asimilado todo, no me asustaba la idea ni me desagradaba. Además, siempre tuve en claro que lo que realmente importa es el corazón y lo que demás pasaba a ser secundario.

-Por favor, pásame tu brazo para revisarlo - Me pidió con una sonrisa que simplemente me derretía.
-Si, pero con cuidado porque me comenzó a doler - Casi supliqué sin saber muy bien el por que.
Comenzó a cortar la manga de mi blusa y dejó al aire un corte un poco profundo que emanaba bastante sangre cosa que me preocupó un poco al verlo, pero ella se paró y fue a buscar un maletín que parecía de médico. Lo abrió para sacar unas agujas quirúrgicas e hilo, los cuales me causaron una gran conmoción porque una de las cosas que siempre había odiado a parte del brócoli, eran las agujas de cualquier tipo que se introdujeran al cuerpo humano.
-Di…discul..disculpa pero ¿Qué pre…preten..des ha..hacer? - Trataba de no desmayarme al imaginar lo que haría.
-Nunca creí que una mujer tan hermosa y valiente como tú le tendría miedo a una aguja - Me miraba a los ojos dejándome perdida en los suyos. También sentí un leve calor en mis mejillas por sus palabras.
-No es eso, sólo pregunto para saber que harás y si estas calificada para esto - Lo decía con un tono fingido de calma
-No te preocupes, ya soy medico, pues este año me gradúo y sé lo que estoy haciendo, a parte que practico mucho con mi hermana que cada día llega con un corte nuevo por sus constantes locuras y por causa del béisbol.

No sabía que decir, era medico ya y era hermosa… Un momento, tenía una hermana menor que practicaba béisbol…. ¿béisbol?... ¿casa conocida? Creo que mejor preguntaré quién es su hermana pero si es lo que me imagino creo que me llevaré una gran sorpresa.

-Shamal, ¿Cómo se llama tu hermana? - Pregunté sin que sonara algo urgente.
-¿Eh? – Volteó a verme con un precioso sonrojo, pero… ¿Por qué se sonrojó? Que idiota soy si la llamé directamente por su nombre como si nada, traté de remediarlo.
-Perdona, que te tomé confianza tan rápidamente. – Bajé un poco mi cabeza y ella hizo lo mismo.
-No… esta bien… respecto a tu pregunta, mi hermana se llama Vita. Ella ahora salió con sus amigotas que simplemente no me gustan mucho porque siempre se meten en problemas y le causan retraso en sus estudios pero no entiendo como puede relacionarse en especial con una chica que está en la universidad y es mayor, ella debería estar con gente de su edad. – Todo esto lo decía con un poco de rabia en su semblante.
-Pero ¿Cómo sabes que esta chica les hace mal a su grupo?, a lo mejor las conoció hace mucho tiempo, tienen muchas cosas en común y disfrutan estar juntas.
- Trataba de que le diera un poco de tregua a esas chicas que al final éramos nosotras, nuestro grupo.

Desde hacía muchos años que conocía a las chicas en especial a Testarossa pues mi hermano Zafira era marido de su prima Arf. Fate tenía 12 años y yo 14 cuando nos conocimos así que llevábamos 7 años de amistad férrea, misma edad cuando conocí a Takamachi pues era muy amiga y después novia de Testarossa. Sin saber como, Hayate, mi prima-hermana, se hizo muy amiga de mis amigas y el grupo fue creciendo hasta que se puso de novia con Reinforce. Luego ella y su hermana Shari pasaron a ser miembros, y como si todo no fuera más complicado, Shari nos presentó a su novia, una chica de instituto al igual que ella llamada Vita, una pelirroja que jugaba béisbol y así desde hace más o menos 4 años que nos conocíamos todas. No es que yo fuera a intervenir en un grupo de chiquillas, al contrario, yo había fundado el grupo y ellas por diferentes razones se incorporaron, así que no hacia nada malo estar con ellas, aunque sus edades eran diferentes pero eso era lo que hacía más fascinante el grupo.
Mientras pensaba en eso mi pantalón vibraba y me acordé que tenía que haber estado hace… ¿15 minutos? Con las chicas…Sí lo sé, me van a matar.

-¿¿DONDE ESTAS??? - Simplemente me dejaron sorda con la pregunta.
-Lo siento, es que tuve un percance y en estos momentos estoy resolviéndolo, así que mejor se van sin mí, pero después les contaré - Le rogaba a mi interlocutora que respiraba en forma alarmante y que me imaginaba que echaba humo por las orejas, bueno… no por nada le decían "el demonio blanco" en la universidad.
-¿Estas bien? ¿Necesitas ayuda? - Sin saber cómo, cambió su tono de voz a una más preocupada pero sabía que eso tendría que pagarlo después con sudor y mucha sangre.
-Si, no hay problema, sólo fue un imprevisto, después las llamaré y les explicaré.

Terminé de hablarles y colgué .Cuando me voy a mirar de nuevo a Shamal, ya tenía lista mi herida y no había sentido ni un pinchazo ni ardor, realmente sus manos eran las de un ángel. Me quedó como boba mirándola con una mezcla de agradecimiento y admiración.

-Eres buena en lo que haces - La elogiaba sin dejar de mirarla mientras ella se sonrojaba.
-Gracias, trato de hacer lo mejor posible, pero tendrás que cuidarte esa herida porque aunque ahora que te la he cerrado tienes que limpiarla todos los días y cambiar los vendajes – Me recomendaba con una mezcla de dulzura y seriedad.
-Entonces tú serás la que me dé el tratamiento especializado, por lo cual vendré a tu casa todos los días para que me cures - Le decía con una voz de persona importante causándole risa.
-Bueno, yo no tengo ningún inconveniente, pero tienes que cuidarla bastante porque fue un corte profundo.
-Bien, ya que me curaste sin problema y eres una gran doctora pero yo no puedo salir de aquí porque me acabas de romper mi blusa, haré el almuerzo para ti, porque me imagino que tu hermana llegará en la noche - Pregunté conociendo la respuesta pues sabía que pasaría con su hermana y las chicas toda la tarde.
-No te preocupes Signum-san, yo puedo cocinarme y sí, mi hermana pasará toda la tarde fuera y disculpa por tu blusa, tenía que romperla - Se disculpaba con una reverencia que le evité que terminara.
-No seas tonta, solo lo decía de broma. Ahora dime donde esta la cocina y acompáñame a cocinar el almuerzo. – La estaba invitando a prepararla conmigo.

Estuvimos en la cocina alrededor de una hora, pelando y cortando verduras. Jugando de repente a tirarnos las cosas, todo fue entretenido y maravilloso. Luego almorzamos y conversamos bastante de nuestras vidas, me contó que vivía sólo con su hermana, que habían quedado huérfanas cuando Vita tenía 4 años de edad y ella 8 años, por causa de un accidente automovilístico donde ellas habían sido las únicas sobrevivientes. Después habían vivido con su abuelo materno hasta hace 4 años pues había fallecido también y que la pequeña fortuna que les había quedado de sus padres ahora ella la manejaba pero que la administraba para darle una buena vida a su hermana y una educación para su futuro.

-Creo que eres fantástica Shamal, eres una buena mujer - Le decía con asombro por cada palabra que me había contado y recordé que justamente hace 4 años que conocía a Vita pues según sabía, en ese tiempo, se había mudado al barrio recientemente.
-No lo soy, simplemente he luchado por las cosas que he querido alcanzar, eso es normal para las personas, el alcanzar sus sueños… ¿No crees tú? - Me decía mirándome con esos ojos que me cautivaban y me dejaban en el cielo.
- ¿Y cuáles son tus sueños? - Preguntaba curiosa de su respuesta
-Mmm, bueno, uno de mis sueños es terminar mi carrera y poder ayudar la mayor cantidad de gente que pueda y el otro sueño, espero que algún día pase, pero eso es más bien privado
- Comentaba con un color carmín en sus mejillas mientras miraba hacia un punto cualquiera de la mesa.
-¿Podrías decirme cuál es ese sueño privado?- Esperaba que me lo dijera aunque entendía si no lo hacia.
-Ehh…es un …poco vergonzoso, pero, bueno…quisiera poder encontrar a alguien que me amara de verdad y pasar el resto de mi vida con esa persona.
-¿Sabes? Sé que la encontrarás, quizás esté más cerca de lo que crees - Lo decía sinceramente y con una sonrisa.
-Y tu Signum-san ¿Con quien vives? - Trataba de cambiar el tema pues había quedado completamente roja.
-Yo vivo con mi hermano, su esposa Arf y mi prima, que vive con nosotros desde los 9 años. Ella ahora tiene 18, nuestros padres murieron hace justamente 9 años, en un accidente aéreo, así que los tres vivimos juntos desde ese tiempo. Mi hermano ha luchado siempre por nosotras y ahora con su esposa siguen ayudándonos, pero yo termino este año también ingeniería y quiero que mi prima, que es como mi hermana, termine sus estudios de Psicología en la Universidad. Ha sido un poco difícil nuestra vida pero me alegro de tener una familia como la mía y unos amigos como los que tengo porque sé que cuento con ellos siempre y para cualquier cosa aunque seamos muy distintos en todo, pero siempre he creído que en la diversidad esta la verdadera amistad.
-También eres una gran persona Signum-san, me alegra haberte conocido y que me hayas salvado – Me regalaba otra de sus maravillosas sonrisas.

Pasamos toda la tarde juntas, conversando y viendo unas películas que fuimos a rentar. Se nos hizo ya de noche donde ya tenía que despedirme, no sin antes darle mi número de teléfono y diciéndole que si se sentía sola sólo me llamara y yo le haría compañía. Así me despedí hasta el día siguiente que me tendría que cambiar el vendaje, pero lo que si estaba segura es que más que un cambio de vendaje, cambiaría mi vida…


Delirios del Autor:

Bueno, me arriesgo a subir esta nueva historia ahora de la pareja que me gusta Signum y Shamal, aunque es una mezcla de personajes bastante especial, espero que les guete mi segundo intento de fic. De todas formas Nanoha ni sus personajes me pertenecen o ya hubiera hecho muchas modificaciones jeje ^^

yo acepto criticas constructivas, destructivas, delirantes, activistas, etc. y si quieren aventarme cosas les pido que sean monedas y si es posible billetes jajaja, asi por lo menos me puedo comprar un ramen para comer porque muero de hambre a esta hora y ya deliro.

Quiero agradecer con toda el alma la ayuda de Xeonice en este fics porque edito varias partes para hacerla mejor y desde aqui quiero darte las gracias sinceramente, asi que lo que leeran es parte del trabajo de ella tambien. Un beso grande sensei.

Me despido con mi espada y mi alma