Captain Tsubasa es ©Yoichi Takahashi solo me pertenecen el argumento y los personajes nuevos.
Para la gente que nunca leyo este fic (estaba -¿esta?- publicado en hispafics, pero no se que fue de esa pagina), de entrada les aviso que los muchachos NO van a aparecer en el mismo, ya que es una historia corta que se centra en Sanae, y narra sus días en Paris. La historia esta ambientado al final del mundial sub.-16 en Francia (Version anime: Tsubasa acaba de irse a Brasil, pero sin declarársele a Sanae, Taro ya volvió a Japón, la novia de Matsuyama esta en Francia y todo el resto...).
Para los que lo leyeron, hice varios cambios, aunque si bien la historia es la misma, cambie los nombres a los originales y acomode un par de cosas que no me gustaba como se leian, pero en si es lo mismo.
Disfrutenlo
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Una Nueva Vida
Capitulo 1: El principio de una nueva vida.
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-Lo siento, señorita Nakazawa, pero debo informarle que su madre ha muerto...-
Las lagrimas se deslizaron suavemente por las mejillas de Sanae Nakazawa, tambien conocida como Anego, mientras recordaba las palabras que el doctor había pronunciado hace solo unas semanas atrás. Su madre tenia cáncer de pulmón, en estado avanzado y no se lo había dicho hasta que fue muy tarde. Cuando ella se entero, este ya se había extendido por ambos pulmones y estaba haciendo metástasis en otros órganos. No hubo mucho mas que hacer. Sanae se aparto el cabello de la cara, y abrió los ojos. Detestaba viajar en este momento, pero al mismo tiempo era tranquilizante. Observo a su derecha, a la mujer que la estaba llevando a una nueva vida en Europa. En menos de un mes su vida había dado un giro de 180º y aun no estaba segura de que fuera algo bueno. Tratando de conciliar el sueño volvió a cerrar los ojos. Esta vez, llego a su mente el recuerdo del funeral de su mamá.
-Disculpe señorita. ¿Es usted Sanae Nakazawa?-
Sanae estaba parada frente a la tumba reciente de su madre. Ya no había nadie en el cementerio y estaba sola, o casi, de no ser por la mujer que le hablaba en ese momento. Era muy bonita, tenia el cabello castaño peinado en un salón, y un trajecito oscuro de diseñador, muy sobrio, pero a la moda. Llevaba en sus manos una orquídea muy bella, la flor favorita de su madre. Sus ojos cafés la miraban con tristeza. Ella no la conocía, pero era obvio que la mujer si conocía a su madre.
-Si-
-Yo soy Karen Kasahara-
-¿Kasahara? Ese es... era el apellido de soltera de mi mamá...-
-Así es, Sanae, yo soy hermana de tu madre. Tu tía-
-¿Mi tía?. ¿Por qué no la conocía?-
-Vivo en Europa, en Francia para ser mas exacta y pese a que siempre estoy viajando, tu madre me estuvo tratando de localizar desde hace un tiempo. Llegue de visita a verla hace unos meses y hablamos, pero tuve que irme, iba volver a fin de mes nuevamente, pero me avisaron lo que ocurrió. Lo siento, lamento mucho no haber llegado antes; y no solo por ti, yo perdí a mi única hermana y no pude verla antes de..- Suspiro con pesar. - La muerte es horrible-
-Si...-
En ese instante Karen se agacho y removiendo un poco de tierra junto a la lapida, planto la orquídea.
-Se que te gustara esta compañía, hermana mayor-
-Gracias señorita Kasahara-
-Se que es algo repentino que me llames tía, porque en realidad no me conoces, pero trata de llamarme Karen ¿Si? Después de todo, somos familia.-
-Si-
Ambas se fueron, y en el trayecto del viaje hasta su casa, su tía le había explicado porque estaba allí. Al tener 15 años, y no ser aun mayor de edad, tenia que vivir bajo la supervisión de un pariente adulto, al menos hasta los 18 años. Su tía le dio a elegir. Vivir aquí, o irse con ella a Paris, donde vivirían con sus primos. Luego de pensarlo mucho, Sanae opto por lo segundo. Su casa tenia muchos recuerdos, algunos alegres pero también muchos dolorosos, así como mucha culpabilidad...
-Sanae- La voz de su tía interrumpió sus tristes pensamientos.-Ya casi llegamos-
Ella le sonrió. Luego de lo que le pareció una eternidad, regularizando papeles, su situación legal, y lo que iba hacer con su herencia, particularmente la casa (opto por alquilarla, ya que, aunque no tenia fuerzas para vivir allí, tampoco quería deshacerse de ella), ahora estaba aquí, en un avión que en pocos minutos aterrizaría en el aeropuerto Charles de Gaulle, de Paris.
Tras los tramites de rutina, salieron. Un hombre de cabello entrecano y alegres ojos claros las esperaba junto a un bonito auto azul oscuro. Se lo presento como Claude Thierry, chofer y jardinero de su tía.
-Tía... ¿Como son mis primos?- Pregunto, cuando ya estaban en viaje a Montmartre, donde viviría con su nueva familia.
-Bueno, son muy amables. Se llevaran muy bien-
-Si, ¿pero como son? No me has hablado mucho de sus vidas. No se nada de ellos-
-Jean tiene tu edad, 15 años, y André tiene 11. Entre si son muy unidos y se adoran, no los he visto pelear jamás.-
-¿Estas segura que les caeré bien? Yo no se nada de francés-
-No te preocupes, tus primos te ayudaran. Ambos manejan bien el japonés. La embajada incluso tiene a Jean en su registro de profesores de francés para gente recién llegada de Japón..-
-¿A los 15?-
-No estudio un profesorado, Sanae. Pero maneja el lenguaje perfectamente. Su padre, mi hermano mayor, siempre tuvo la previsión de que los dos aprendieran ambos idiomas, francés y japonés. Los recién llegados se sienten cómodos en su presencia y en la embajada aprecian mucho a Jean, porque conocieron a sus padres-
«Increíble» Pensó Sanae. Jean le daba curiosidad. Por lo que su tía le había contado, el mayor de sus primos era muy interesante -¿Como es el carácter de Jean?-
-Bueno. Creo que podría definirse como "ordenado-bohemio", es el raro y perfecto equilibrio entre el completo orden y el descuido creativo.-
-¿Ordenado-bohemio?-
-Claro. Jean pinta, y como tal tiene un estilo de vida muy artístico, pero sin embargo tiene un completo orden sobre sus cosas.-
-Artista...- Sanae consideraba eso mas un hobbie, que una profesión real, pero su tía lo hacia sonar tan profesional. Aunque ¿que profesional puede ser un pintor de su edad?. ¡Era un niño!
-Se lo que estas pensando. Con solo 15 años y se lo puede considerar un artista... pero entenderás mi expresión en cuanto veas alguna de sus obras. Incluso hay un par expuestas en la casa del actual embajador japonés...-
-¡Vaya!-
-André, por otro lado, es mucho mas festivo. Es muy deportista, le gusta el fútbol para fastidio de Jean y es seguidor a muerte del Paris Saint Germain y del seleccionado japonés. Hace poco tuvimos el mundial juvenil, y gano Japón. André estaba muy feliz-
Las palabras tan alegres de su tía le trajeron una sonrisa al rostro, pero no era profunda. Por el fútbol y por el amor a alguien que nunca se había mostrado interesado en ella, no presto atención a su madre, dando por sentado que siempre estaría allí, y ahora...
-Sanae ¿Estas bien?-
-¿Eh? Si, tía Karen-
Su tía la miro raro, sin creerle, pero no comento nada. En ese instante llegaron a la entrada de una casa. Se encontraban en plena subida de Montmartre y la callecita la bordeaba. De un lado solo casas, del otro una panorámica hermosa de Paris.
-¡Hermoso!- Sanae se giro al sentir la puerta de una casa tras ella abrirse. Un niño de unos 11 años, de pelo castaño y ojos verdes se les acerco corriendo. Estaba vestido con unas bermudas negras y una remera verde, que resaltaba aun mas sus ojos.
-¡Tante Kari!- Se abrazó a su tía, antes de que ella pudiera decir nada.
-Uff. Bonjour André...- respondió la mujer, recuperando el aire que su efusivo sobrino le había quitado.-¿Cómo te has portado en mi ausencia, mon petit?-
-Tan bien como siempre, tante-
-Eso es aterrador-
Tras liberarla, el niño fijo su curiosa mirada en Sanae. Ella le sonrió, nerviosa, mientras se pasaba la mano por su camisa negra y sus jeans azules, alisando arrugas inexistentes. Considerando las circunstancias de su encuentro supuso que no seria una conversación muy cómoda. Sin embargo, su pequeño primo parecía tener otros planes.
–Bonjour cousine- André, la abrazo con candor, y una sensación de familiaridad se apodero de Sanae. Recién en ese momento se dio cuenta de cuanto había esperado que la aceptaran. Con la muerte de su madre había descubierto lo sola que estaba, y de pronto le apareció una familia que desconocía y que parecía estar tan unida. Temía no encajar. Sin embargo, con su gesto, su primo había despejado cualquier duda que pudiera tener.
-Bienvenida a casa- Sonrió el niño.
-Gracias- Sanae sonrió levemente «casa», pensó. «aun no, pero tal vez mas adelante».
-De rien, mon chere cousine...-
-André- su tía lo regaño suavemente –No hables en francés, que tu prima no lo entiende-
-Bien- El niño le dirigió una ultima sonrisa, antes de ir a ayudar a Claude, que estaba sacando el equipaje del auto. Su tía la llevo hacia adentro. Atravesaron un jardín lleno de flores de colores, cuyo aroma se respiraba en el aire, y al final del sendero de piedra se elevaba la casa. La estructura era enorme: dos pisos y un enorme altillo con terraza, todo pintado en color arena, con techos de color rojo ladrillo. Muy cálido y encantador. El interior era tan maravilloso como el exterior. Jarrones llenos de flores perfumaban con su natural contenido el living, y el enorme cuadro de un paisaje, pintado en acuarela, que se encontraba frente a la entrada, atrapaba la atención al instante. Varios cuadros mas pequeños, también de paisajes, lo acompañaban.
-¡Que belleza!-
-Toda la casa es así- sonrió su tía.
-Yo no se mucho de arte, pero estos cuadros deben valer un dineral-
-En realidad no me costaron nada, fueron un regalo-
Sanae estaba por contestar algo, pero la voz de su primo la interrumpió –¡Eh, soeur, baja que tante Kari ya esta aquí con nos cousine...!-
-André, cuantas veces te he dicho que no grites-
-No se tante... ¿Muchas?-
-Ya mon petit frère- exclamo una voz tranquila desde las escaleras –no es necesario tanto escándalo-
Una joven rubia hizo acto de presencia. Sus ojos tan verdes como los de André se clavaron en los recién llegados con suma curiosidad. Como todo atuendo tenia un vestido de flecos de lana brillante, que mostraban una enagua de gasa en color salmón pálido. En la cabeza llevaba una flor de seda del mismo color.
-Bonjour tante- sonrió abrazando a Karen, con mucho cariño.
-Bonjour, mon chere nièce. ¿Como has estado estas semanas?-
-Perfectamente, tante, y por si lo olvidaste, te recuerdo que tu llamabas prácticamente todos los días-
-Los extrañaba mucho-
-Igual nosotros-
Finalmente, la jovencita se dirigió a Sanae, y le ofreció un cálido abrazo –Bonjour mon cousine Sanae. Se bienvenida a nuestra casa. Espero que hayas disfrutado el viaje-
-Si...- Su incertidumbre se debió reflejar en su expresión, porque la muchacha agregó
-Je suis... pardon... Yo soy Jean-
-¿Jean?- Sanae abrió los ojos sorprendida –Yo tenia entendido que Jean, en francés, es un nombre de hombre. Esperaba otro primo-
-Oui, pero mi nombre completo es Jeannette. Jean solo es un diminutivo-
-Tu creías que Jean...- sonrío su tía Karen –Claro, estoy tan acostumbrada a hablar de ella así, que nunca se me ocurrió los malentendidos que se le pueden crear a la gente de fuera del país. Je vous demande pardon, por la confusión, fue mi culpa.-
-No te preocupes tante. Ya Sanae sabe que no tendrá que lidiar con dos primos varones...-
-Si-
No mucho mas tarde, Sanae Nakazawa se encontraba acostada en la cómoda cama de su nueva habitación. Había pasado un ratito hablando con sus parientes y pudo notar que todos tenían un perfecto manejo del japonés y eran increíblemente amables. Jean incluso le propuso presentarle a unas amigas japonesas para que se sintiera mejor. Sin embargo, estaba muy cansada por todo y recién ahora estaba empezando a caer en la cuenta de su nueva situación. Observo su cuarto con atención. Era una habitación espaciosa, con muchos estantes y cajones para poner sus cosas en orden, y una escalera que subía al ático. Su tía le había explicado que ese solía ser el cuarto de Jean, pero que se lo había cedido por la vista que tenia el balcón, que su prima consideraba relajante, y que ahora, esta, vivía escaleras arriba, en el altillo. Ese era un cuarto aun mas espacioso, ya que se extendía por toda la dimensión de la casa. Ahí se encontraban el taller de pintura y el cuarto oscuro de Jean, donde ella revelaba sus fotografías (los cuadros de la casa eran todos de ella, al igual que la mayor parte de las fotos). El cuarto de su primo André estaba frente al suyo, y se encontraba bastante ordenado para ser el de un niño.
Su nueva vida en Francia se veía muy interesante, llena de cosas y de gente nueva. Si bien extrañaba mucho Japón, sabia que no volvería a sentirse cómoda allí. Al menos no aun. Con todas estas cosas en mente, finalmente el cansancio la venció, sumiéndola en un sueño profundo, y por primera vez en días, tranquilo.
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GLOSARIO:
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Tante: Tía
Bonjour: Hola / buenos días.
De rien mon chere cousine: De nada mi querida prima
Soeur: hermana
Petit frère: Hermano pequeño/ hermanito
Nièce: sobrina
Je suis: Yo soy
Pardon: Perdón
Je vous demande pardon: les pido perdón
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El Fic esta terminado, solo son cuatro capitulos. Tengo intenciones de publicarlo completo, aunque me gustaria saber que piensan
Besos
Lys.
