Notas y aclaraciones:

* Sé que lo correcto es "Levi" y no "Rivaille" pero necesito usar un apellido para el hermoso rey, porque eso de llamarlo Rey Levi "Equis" como que no XD así que usare de "Informal" el Levi y como muestra de respeto a su majestad el rey "Rivaille" (Espero no cause molestias)

¿Alguien ha visto "SOLA"? ese anime me gustó mucho y la idea de esos seres que desaparecen con el sol (sin ser vampiros) me atrajo mucho. Así que esto nació de esa idea :)

Espero que les guste Un_n


Introducción

Una reina para el rey

Aquel lugar era horrible. Todo estaba en total oscuridad, podía sentirse la humedad, una brisa sofría de aire se colaba por entre los pequeños agujeros que servían de ventilación, las paredes sucias y llenas de moho completaban el cuadro. Nada podía escucharse en aquel lóbrego lugar, salvo los pequeños ruiditos de las ratas que de vez en cuando salían curiosas al notar la extraña presencia de un advenedizo muchacho.

Se trataba de un chico bastante joven, tal vez de unos quince o dieciséis años. Por la oscuridad del lugar no podía advertirse, pero poseía una particular belleza. Era poseedor de unos hermosos ojos color esmeralda, largas pestañas, boca y nariz refinadas; pero lo que más sobresalía de aquel hermoso muchacho, era su larga y pulcra cabellera blanca.

Por su aspecto –No tan sucio- denotaba que no llevaba en ese lugar más de cinco días.

Aquel joven no parecía estar para nada incómodo con la situación. Podía decirse que hasta amigo de las ratas se había hecho ya. La oscuridad no parecía un inconveniente tampoco, parecía que hasta le tranquilizaba saberse en ese tipo de lugar. ¿Por qué este joven de hermoso aspecto parecía tan tranquilo en aquella situación que, en zapatos de otro, pudiera ser un horrible suplicio?

De pronto un enorme rechinido acompañado de fuertes pasos se escuchó dentro de aquel hermético silencio.

-Oye tú, es hora de que salgas-

Un hombre que, por su aspecto, parecía ser un soldado; se había dirigido al muchacho.

-Puedo saber ¿A dónde?- El chico que hasta ese momento se encontraba sentado en el suelo preguntó con un apacible tono de voz.

-Eso ya lo sabrás, ahora levántate-

-Pero…- El joven denotaba inquietud en aquella indecisión.

-No te preocupes, el sol se ocultó hace unas cuantas horas-

El chico ante aquel comentario se levantó del suelo. El hombre saco al joven del lugar atándole previamente las manos y, acompañado de otro de sus compañeros, escoltaron al muchacho.

Y como en un principio pudiese haberse imaginado, el chico se encontraba en una mazmorra, pero no en cualquiera, pues al subir unas –casi interminables- escaleras de piedra, y después de que los ojos deslumbrados, a causa de la resplandeciente luz de los enormes canceles y candelabros, del muchacho se acoplaron, pudo apreciar que se encontraba en lo que parecía un gran y hermoso palacio.

Y así era, desde el enorme pasillo en el que se encontraba, acompañando a aquel espectáculo de luz, producto de aquellos objetos de cristal; podían apreciarse además, grandes ventanales; algunos cubiertos y otros no, con largas cortinas de terciopelo rojo. Además de los exquisitos detalles en las paredes y techo -Revestidos de mármol puro- del lugar que le daban un toque de elegancia.

-¿Qué es esto?- Seguía preguntando el chico dirigiéndose a los soldados que eran sus escoltas.

-Espera aquí- Respondió uno de ellos con una imperativa orden.

Unos cuantos minutos después, aparecieron otros hombres que por sus ropas uno deducía fácilmente que eran soldados o algo por el estilo. Se colocaron en fila partiendo de la enorme silla dorada y con detalles rojo terciopelo –Hasta ese momento desconocida para el joven- que se encontraba en un nivel arriba del suelo.

El chico estaba desconcertado y un poco temeroso. No tenía idea de donde se encontraba o la razón de su estancia en ese lugar.

De pronto aquellos guardias se arrodillaron y momentos después un hombre entró en aquel enorme salón. El soldado que antes lo había escoltado apareció junto con aquel hombre.

-Su majestad- Comenzó por hablar el guardia.

-Lo que usted ordeno se ha traído- Con la cabeza inclinada dirigió el brazo hacia el muchacho.

Aquel hombre dueño de una inmutable mirada se acercó al chico de blanca cabellera. Hasta ese instante no había dicho palabra alguna. Tomo un momento para inspeccionar al chico, lo que ocasiono una leve ansiedad en el menor.

-¿Por qué lo traen amarrado? Aquel tono grave sobresaltó un poco al chico que hasta ahora tenía la mirada sobre el suelo.

-Señor…- Comenzó el soldado al lado del chico.

-Durante su ausencia en palacio, el "Tama" fue capturado; así que decidimos aislarlo esperando por su regreso-

-Hmm…- Un resoplido fue lo único que dejo salir aquel "Señor".

-Oye, tú- comenzó por decir mientras tomaba la barbilla del chico para que le mirara a los ojos, esta acción al parecer le hacía sentir un poco de asco.

El chico miro por primera vez a los ojos del hombre que le sostenía bruscamente. En ese momento se dio cuenta de que en realidad era bastante muy llamativo, y no por la vestimenta que portaba pues solo constaba de una camisa, pantalón y zapatos negros. No, la razón por la cual le llamó la atención, fue por aquellos impasibles y afilados ojos grises aunados a su negro -y perfectamente peinado- cabello negro y a su tersa y blanca piel. ¿Un humano también podía ser poseedor de una piel tan blanca como la suya?

Al no recibir respuesta del chico, el hombre posó las palmas de sus manos en las mejillas del contrario y lo atrajo hacia sí, de una manera brusca.

-¿Qué te pasa? ¿Es que acaso no me entiendes?-

Aquella voz que lo saco de su ensimismamiento le hizo sentir temeroso.

-N-No señor, no es eso- Habló con voz entrecortada.

-Tzk- Soltó un bufido. Al parecer todo aquello le fastidiaba.

Le soltó de manera violenta haciendo que el menor trastabillara un poco.

-Está sucio- Ahora se dirigía al soldado que había hablado con él primeramente.

Aquel pobre hombre miraba al de implacables ojos grises con enorme temor.

-Su majestad…- Intentó dar explicaciones pero se vio interrumpido.

-No es mi culpa- Se escuchó por detrás del azabache hombre pues en ese momento ya le había dado la espalda al chico blanquecino. Haciendo que la mirada de todos los ahí presentes se dirigiera hacia la persona dueña de aquella voz.

El hombre frunció el ceño y se dirigió al muchacho, propinándole una enorme bofetada que le giro el rostro dejándole una gran marca roja.

El chico demostraba una enorme consternación, sus manos atadas se sobaron la mejilla.

-Nadie te dio permiso de hablar-

El chico ahora lo miraba de mala manera, su cabello blanco caía sobre su rostro y en las comisuras de sus ojos pequeñas lágrimas comenzaban a aglutinarse.

-Eres… horrible-

-¿Disculpa?-

-Dije que… ¡Eres horrible! No sé quién eres, pero ¡Esta no es manera de tratar a una persona!-

En la boca del hombre azabache se dibujo una pequeña sonrisa burlona.

-¡Ja! Me causas pena muchacho- El mayor tomó de los lacios cabellos al chico.

-¿Quieres saber quién soy? Bien, te lo diré-

-Mi nombre es Levi Rivaille* Rey de Sina, poseedor de todo lo que se encuentre dentro de ésta, comandante en jefe de las fuerzas armadas y ahora, tu dueño-

El chico abrió de par en par sus enormes ojos esmeraldas, esto último hizo mella en él, más allá de saber que le había faltado al respeto a un hombre tan importante como él.

-¿Qué?-

-Lo que oíste- ¿Acaso estas sordo?-

-Espera… no, yo no…- Pero antes de que el chico terminara de hablar un enorme dolor, consecuencia de otro golpe en la cara le hizo callar.

-Por qué… por qué haces esto…- Masculló el chico en un susurro.

-¿Levi?

Levi, dispuesto a propinarle otro golpe fue interrumpido por un hombre más corpulento y más alto, a diferencia suya.

El alto hombre, dueño de unos ojos azules y cabellera rubia se acercó al chico y lo miro sorprendido.

-¿Qué se supone que estás haciendo?-

-Esto no es asunto tuyo Irvin, vete-

En ese momento los ojos azules se posaron en el muchacho, examinándolo y tratando de adivinar la situación.

-El chico, no me digas que él…-

-Así es, él es un "Tama"- El rey terminó por confirmar aquello que el hombre rubio ni siquiera había pronunciado.

Tres veces habían nombrado al chico como "tama" aquellos seres que han vivido por muchos siglos en la tierra. Creados por la madre naturaleza, no pueden estar en contacto con la luz solar puesto que es mortal para ellos, éste hace que se quemen en el aire, por lo que siempre salen al exterior de noche y durante el día permanecen en lugares oscuros donde el sol no puede alcanzarlos.

De ahí el porqué de su cabello blanco y pálida piel. Hombres y mujeres tama adoran a la madre naturaleza pues es su creadora, para estar más en contacto con ella viven en lo profundo de los bosques en grandes aldeas donde constantemente está nublado y ningún rayo de sol los alcanza. Los humanos esta consientes de su existencia, pero casi nadie se ha topado con uno… hasta ahora.

-Levi…-

El hombre de cabellera rubia comenzó a hablar de nuevo.

-¿Disculpa?-

Aquel sujeto, aunque más alto y corpulento que el rey, agachó la cabeza en un acto de sumisión. Se dio cuenta de su impertinencia pues, a pesar de la cercanía que tenía con el rey; no debía llamarlo por su nombre frente a su nadie, ni siquiera frente a la guardia real.

-Lo siento, Majestad-

-Como sea, no importa-

-Oi, tú- Se dirigió a uno de sus guardias. -Dame tu espada-

El guardia obedeció y el rey comenzó a acercarse peligrosamente al muchacho tama.

-Le… Su majestad ¿Qué piensa hacer?- El hombre que aun permanecía al lado del joven se inquieto ante la acción del otro.

-No te importa hazte a un lado-

El hombre alzó su espada por sobre el menor.

-¿Qué iba a hacer? ¿Lo mataría por ser un insolente? ¿Acaso su vida terminaría en manos de un humano?- Pensaba para sí el chico albino. Cerró sus ojos en espera de su sentencia.

Sintió pasar el arma cerca de su cuello, pero nada más. Abrió los ojos y pudo percatarse de pequeños mechones blancos que caían al piso.

-C..Cabello. Es… mi cabello- El chico parecía pasmado. Se arrodilló y como pudo sostuvo con sus manos atadas los pequeños mechones del suelo.

¿Por qué su cabello? Estaba aliviado por no ser la vida la que se le había arrebatado, pero por su reacción se notaba que había sido despojado de algo importante para él.

-Muchacho tama ¿Cómo te llamas?- Preguntó el rey sin siquiera mostrar un poco de compasión.

Resignado, y con los ojos llorosos el joven tama respondió en un pequeño susurro.

-Eren…-

-Muy bien- Entonces, Eren has sido traído al castillo para fungir como mi reina consorte, vivirás aquí de ahora en adelante y, dado que estoy al tanto de las capacidades de que son dotados los varones tama, también serás quien me provea de un sucesor-

El joven alzó su mirada. ¿Había escuchado bien? ¿Reina? ¿Vivir en el palacio? Y sobretodo… ¿Sucesor?

Al igual que Eren, Irvin y los demás guardias se quedaron atónitos.

-Llévenlo a alguna habitación, hagan que se bañe y tíñanle el cabello así no llamara la atención y nadie se percatará de su origen. Si alguno de los ciudadanos o servidumbre del castillo se entera de que mi próxima reina será un tama no vivirá lo suficiente como para rogar por su vida. Es todo- Sentenció el monarca.

Todos y cada uno de los presentes se puso en posición de firmes y llevando una mano tras de su espalda y la otra en el pecho, cerca del corazón, exclamaron a la vez un "Sí, su majestad" y se retiraron del salón.

-Majestad, si me permite…-

-¿Qué sucede Irvin?-

-Si usted me lo permite, me gustaría encargarme personalmente del joven tama-

-Como quieras, no sé qué interés te lleve a tal petición, pero recuerda que ese al que has llamado joven, próximamente será tu reina. Si tienes eso en mente no hay problema-

El chico, que hasta ahora había permanecido inerme en el suelo, proceso todo aquello que había dicho el azabache, como si el mismo fuera ajeno a todo ello.

-Espera… ¿Cómo dices? ¿Reina? Yo no tengo la intención de ser reina de nadie, ni siquiera me han preguntado nada-

Irvin intento acallar al muchacho, sabiendo perfectamente de lo que sería capaz Levi al escuchar aquella insolencia.

-No es necesario mocoso, así fue decidido por mí y no necesito de tu estúpido consentimiento-

El chico tenía una maraña de sentimientos en su cabeza. Cuando se aproximo hace poco menos de cinco días a los límites que dividían al bosque del lugar en que residían los humanos, no se imaginó que terminaría de esa forma.

-Tú… tú no entiendes-

-Eren...- Susurro por la bajo Irvin, que ahora estaba a la altura del muchacho; Ganándose así una gélida mirada por parte de Levi.

-No, tú no entiendes mocoso, ahora me perteneces, serás mi reina y me darás un hijo-

-Alteza… es mejor que no importune más a su Majestad-

El joven tama no entendía del todo la situación en la que se había metido. Pero definitivamente no aceptaría así como así el tener que ser la posesión de alguien.

-Alteza…-

-No me interesa que seas el rey, o que quieras que me convierta en tu reina; pero un hijo no es algo que pueda darte-

El chico desafío con la mirada al joven rey. Para procrear un hijo se necesitaba de hacer… ciertas cosas y él no estaba dispuesto a entregarse a un horrible tirano.

Más que fastidio, aquello le causo gracia y un poco de interés, había elegido a un joven bastante interesante para convertirse en futura esposa. Tomó una vez más al chico por la barbilla, ignorando completamente que Irvin estuviera igual de cerca, lo observó con aquella gélida mirada haciendo que aquellas palabras de determinación y aquellos ojos turquesa llenos de coraje se apagaran y dieran paso a unos de extremo temor.

-Eso no está a negociación, es un hecho que lo harás-

Y con ello soltó a Eren, dándole la espalda a él y a Irvin, se encaminó a la salida.

-Irvin- Llamo al hombre sin darse la vuelta.

-¿Majestad?-

-Te encargo a mi futura esposa. Cuídala muy bien-


Y bueno… es todo. ¿Les gusta la idea? T.T espero que sí. Comenten a ver qué les parece

Actualizare hoy o mañana el segundo capítulo para que tenga un poquito de continuidad. Los otros aparecerán poco a poco. Y para los que siguen "Pecado de hermanos" ténganme un poco de paciencia XDD ya estoy escribiendo parte del capítulo nueve. He de ser sincera, ningún capítulo de ningún fic lo he escrito en un solo día; hay veces que tardo hasta semana y media Un.n Pero de que lo subo, ¡lo subo!

¡Gracias por leer!