Un conejo en la luna?
Cap. 1
Hola, mi nombre es Alex … hoy es mi primer día en la residencia de cirugía, tengo 28 años, pero para variar un poco me he quedado dormida en mi primer día en el Hospital más importante de la capital, ahora voy corriendo entre el tráfico, no conozco a los doctores que me enseñaran como ser una cirujana , ni a mis compañeros de curso, ni el hospital ni el personal, solo llegue hace unos días , busque un departamento barato, no muy lejos del hospital para evitar la fatiga del transporte público, pero si es algo de tiempo a pie, eso es todo lo que conozco en esta gran ciudad, el aeropuerto, el hotel donde me quede mis dos primeras noches, mi departamento y a la anciana que vive en el departamento de al lado, es todo y hoy justamente hoy me he levantado con el tiempo justo para llegar, tome una ducha rápida un poco de café que había preparado en la noche, mi portafolio y mi bata.
Es enorme el hospital, pero no es difícil encontrar la sala de conferencia donde es la bienvenida, me siento hasta atrás para que no destaque mi desalineada apariencia, fue la ceremonia más aburrida a la que he asistido, ni siquiera el entierro del tercer gato de mi hermano fue tan aburrido. Nos dividieron por grupos de 3 , no somos muchos aspirantes, mis compañeros son una chica de tez morena, cabellos negros y muy largos, de nombre Jess, todo lo contrario a mí de tez pálida y un corte mas cómodo, el tercer miembro es un chico bajo de tez clara y cabellos rubios, él se llama Israel; ambos parecen agradables.
Comienza el día, nuestro doctor adscrito el Dr. Gutiérrez es un hombre de edad media, de cuerpo robusto, tez morena y negros cabellos, parece algo estricto aun que los rumores dicen todo lo contrario, empezamos las rondas, por fin todo eso que había estado esperando desde que entre a la facultad estaba a punto de iniciar, son ya los últimos años después poder trabajar TuT ….. Pero oh! Sorpresa, solo me han puesto a hacer mucho papeleo, expedientes, curaciones sencillas, consulta externa he ir por café.
Iba por el tercer café del día, cuando entra el turno de la tarde y sin querer he chocado con una chica y me he derramado el café encima.
-Lo siento no me fije por donde iba, me concentre en lo que llevaba en manos-
- No te preocupes a cualquiera le pasa, déjame ayúdate ¿a dónde vas?-
-(sonrojada) al tercer piso, cirugía-
- Que bien voy para allá también, no te había visto antes, ¿Eres nueva?-
- Si hoy es mi primer día, soy R1 de cirugía –
- Felicidades y bienvenida pues yo soy enfermera –
Llegamos al cubículo donde tenía que entregar los cafés que me pidió el Dr. Gutiérrez para la jefa de enfermeras y otros dos cirujanos, a ellos aún no los conozco, me entrego los cafés que llevaba , me regalo una sonrisa hermosa, giro para entregar los cafés y cuando volteo para preguntar su nombre, ella había desaparecido, era la enfermera más hermosa que había visto en mi vida y de verdad había vito muchas, yo he visitado hospitales desde que tengo memoria, por el trabajo de mi madre (enfermera) y nunca había visto tal belleza, una piel tan suave y blanca como la parcela, unos labios grandes carnosos y rosados con una sonrisa preciosa, una nariz redondita y respingada, unas mejillas grandes con un poco de rubor, unos ojos profundamente azules, quería verlos más pero no quería incomodarla o que se sintiese observada, una mirada tierna pero segura, cabellos negros, atados como lo pide el hospital, un uniforme impecable, unas manos pequeñas, pero muy lindas y un aroma inolvidable.
Tengo que saber su nombre! Tengo que volver a verla!, me repetía constantemente mientras transcurría la tarde, lamentablemente solo había un cambio de turno al día, solo la vía a lo lejos marcharse y yo me quedaba imaginando aquella sonrisa y esos ojos que te miraban como si pudieran ver tu alma, fue la noche más larga de toda mi vida, entre la intriga de aquella misteriosa enfermera y los encargos absurdos del adscrito solo rogaba que terminara, la noche paso sin más, sin entrar al quirófano, preparando cafés, y con tareas para llevar a casa. Al llegar las 6 de las mañana el doctor nos dejó ir a casa, para dormir, comer y hacer las tareas que ya había encargado, dejando muy en claro que nos quería devuelta a la una de la tarde, solo llegue a mi pequeño y vacío departamento, tan solo había un colchón, una estufa y mi computadora, realice los deberes, y dormí un poco ya que ese día tendríamos el turno de la tarde y descasaríamos la noche.
Esta vez no me quede dormida, logre despertar a una hora prudente, ducharme, comer un poco de comida china que pase a compran de camino a casa, y volví al hospital.
Al llegar y empezar a atender a los pacientes, la vi…. Ahí estaba preparando los medicamentos que tenía que administrar, me acerque y salude
-Hola, como esta señorita?-,
-Dr.! Buen día, bien gracias y usted?
- ( (o..o) Dr.?) Bien algo cansada pero bien-
- ((o..O) cansada?) Oh! Ya veo, si, las guardias son pesadas y más si son las primeras que realiza-
- Si me está costando un poco...-
-Drs. Reunión en el cubículo- grito el Dr. Adscrito
- lo siento tengo que irme-
-hasta luego Dra. Que tenga buena guardia-
Al alejarme pude notar como su rostro dibujaba esa hermosa sonrisa que posee, la tarde trascurrió sin más, con el mismo pleito de la guardia anterior y los cafés a las mismas horas, solo que algo cambio, a la hora de salida y cambio de turno, la volví a ver
-Hey! Mucho trabajo?- pregunte
- Si , me ha tocado realizar el censo de los ingresos y altas del día-
- mmm… y le falta mucho señorita?-
- No tanto, pero le agradecería un café-
No lo oí dos veces, guiñido un ojo y baje por un par de cafés, subí lo más rápido y cuidadosamente posible, cuando llegue ella estaba entregando el censo a la enfermera del turno de la noche, ya que termino me recibió el café y me dijo
-Nos vamos?- con esa sonrisa y esa deslumbrante mirada que me erizaba la piel. Tomo mi brazo y bajamos por las escaleras, llegamos a las afueras del hospital y nos sentamos en una jardinera a terminar el café, platicamos un poco y justo cuando pregunte su nombre, se escuchó una voz atrás de mí
-Amor, podemos hablar…- voltee y era la figura de una mujer que pedía habla con la linda enfermera, ella torció la boca, hizo ojitos de huevo y me dijo
-platiquemos otro día- dijo-me beso la mejilla y se dirigió a la enigmática mujer, se despido con un corto: Buenas noches doctora-
- Llámame Alex- y aquella mujer de los ojos azules, tal como el conejo de la luna llena que esta sobre mí, se fue…
