Lo de cajón: One piece y sus personajes no me pertenecen, son del genial Eiichiro Oda y yo no publico esto para lucrar, solo lo hago como entretenimiento para mí y mis lectores.
Sé muy bien que ninguno de los personajes de OP son homosexuales, Oda-san lo ha dejado muy en claro con la personalidad de cada uno de ellos. Pero es divertido escribir sobre ellos de esta manera. Me gustaría, de ser posible, que sus reviews no se limiten a "esta genial!" o a "lo odio, me caes gorda". Por favor, de ser posible quisiera críticas constructivas que me ayuden a mejorar mi manera de redactar. Incluso si sienten que no plasmo la personalidad de los personajes en el fic.
Dicho esto, espero que les guste :)
Hoy desperté tarde y Nami me lo hizo pagar caro.
Mientras pelo las papas que Sanji usará para hacer el almuerzo, vigilo que Luffy no se coma el resto de los ingredientes. No le importa siquiera que estén crudos y poco valen mis esfuerzos.
Me dejaron sin almuerzo.
No entiendo por qué mis mentiras no surten efecto en esa mujer. Chopper, Luffy e incluso Sanji habrían creído mi dramática actuación del dolor de estómago, que me impide levantarme temprano y hace que me salte el turno de vigilancia de la madrugada que me corresponde una vez a la semana. Robin tampoco cayó. Algo han de tener las mujeres, por que mis mentiras no surten efecto en ellas.
Ussop, muévete. Estorbas.
Me levanto del suelo, sacudo mis pantalones y, como casi siempre, le respondo una sarta de tonterías.
¿No puedes entrenar en otro lado? Estaba a punto de toma la siesta.
Tómala en otro lugar.
Su respuesta es tan cortante, que cualquier idiota entendería que debe largarse. Pero no este, no señor.
Aah, de verdad, Zoro, te lo digo como el amigo que soy; eres demasiado desconsiderado.
Me ignora. Ya ha comenzado con el calentamiento. Pero mi boca no se detiene.
Por si no lo sabías, padezco una enfermedad crónica que me obliga a tomar la siesta en cuanto lo necesito. Si me ando moviendo de un lugar a otro, perderé el sueño ¡Y las consecuencias serían catastróficas!
Para mi desgracia, quien se cree la mentira no es Zoro, sino Chopper.
Tony subía los escalones mientras charlaba con Robin. Ha escuchado la mitad de mi intento por hacer que Zoro se preocupara y, tan rápido como le permiten sus piernas, ha corrido a mi lado, se ha engrandecido y sin dejar de gritar alarmado, me ha llevado a su camarote-enfermería.
Zoro no ha dejado de ejercitarse ni por un momento. Definitivamente es un desconsiderado… no entiendo por qué ocupa tanto mis pensamientos.
