Nunca quise que llegara ese momento, todos los dioses los saben.

Despues de años de vagar por el mundo me encontre en las puertas de ese hospital. Creo que ese era mi destino final, creo firmemente que despues, todo para mi es el resto de mi existencia.

Cuando la conoci, era un niño inseguro y temeroso, rodeado de soledad. Era muy linda, divertida, noble, inteligente y madura para su edad. Si no es por ella, yo no estuviera aqui escribiendo, le debo tanto de lo que fui, lo que soy y lo que sere cuando muera, que jamas tendría con que pagarle. June es mi amiga eterna.

¡Como dió vueltas la vida! Cuantos golpes recibí... Incluso morí varias veces, creo. Ella siempre estuvo en mi memoria.

Al esperar en la sala, recordé el día en que me lo dijo, y volví a estremecerme. Hace ya tanto tiempo, pero aun la recuerdo temblar. Me dijo que me amaba y mi unica reacción fué el silencio. Aun no sé que responderle, el tiempo no me ha dado la respuesta a mi. Solo de algo estoy seguro: hubiera dado mi vida entera, desde el niño temeroso hasta el médico vagabundo que soy ahora por verla felíz.

¡Pero tu felicidad no soy yo, June! Quise gritar cuando el asistente me dió el paso a su habitación y me encontré junto a ella.

No quiero recordar sus hermosos ojos ausentes, sus marcadas ojeras y su delgada silueta. Yo rezo todos los dias para que mi memoria me regrese a mi June fuerte y alegre.

He visto morir a tanta gente, muchos seres queridos, otros a quienes poco conocí, pero jamás estuve listo para verla partir a ella. Cuando la tome en mis brazos hubiera querido regresar el tiempo y responderle que la amo. Regresarle todo lo que dió por mi para no tener que escuchar su historia después de mi por parte de un desconocido.

Ella no era una demente como lo aseguró ese médico. June era la chica mas coherente y sana que he conocido. Ella no estaba enferma. ¿Cómo pude hacerle tanto daño?

Soy médico tambien, pero en ese momento me hubiera gustado ser solo el vagabundo e ignorar los terminos en que me hablaba. Soñar con un milagro y despertarla con la ilusión que me movia en las doce casas del santuario. Pero ya no era tan iluso, entendí que ella pronto partiría.

Mientras veía sus maltratadas muñecas,"Se las ha cortado cuatro veces", me dijo. Lloré como cuando era un jovencito.

Athena la liberó de su yugo, ella nunca tuvo la obligación de amarme por el hecho de haber visto su rostro. Confiezo que sentí celos al pensar que un día sería feliz con otro, pero hubiera preferido mil veces esos celos que el dolor de verla asi... y pensar, egoistamente, en que yo soy el culpable.

No se que me movió a salir huyendo de ella. No sé porque me negué a ser feliz y hacerla feliz. No me entiendo. ¿Cómo pude ser tan ciego?

"Shun", me llamó mientras la sostuve. Sonrió y sus ojos se iluminaron de nuevo. La abracé mas fuerte y le di mi respuesta al oido mientras se dormía para siempre.

En esos días pensé que jamás debimos amarnos. Que eramos los dos tan complicados que... no sé.

Ha pasado mucho tiempo desde que volví de aquel viaje. He sanado muchas heridas y he visto a gente alimentarse con lo poco que puedo darles. Cientas de sonrisas me han curado mucho mas de lo que yo he curado a sus dueños. Ellos son felices con tan poco... y yo jamás tendré lo suficiente para sonreir de nuevo.

Espero un día volver a verla, en otra vida, quizá. Aceptaré mi destino de nuevo, aceptaré ser guerrero, aceptaré sufrir, renunciar a una familia.

Pero la próxima vez, no renunciaré a June.