Disclaimer: La obra de JK Rowling no me pertenece, esta historia carece de fines lucrativos.
Nota: Este fic participa en el mini-reto "El lado pervertido" del foro "Las cuatro casas". OoC.
LA OBSESIÓN DE UN DRAGÓN
Clasificación: T
Aleksast, 2015
One-Shot
–Perversión.
Esa sola palabra resonó en la solitaria sala común de Slytherin, donde tres muchachos estaban reunidos leyendo varios diccionarios para matar el aburrimiento.
–Perversión, acción y efecto de pervertir– recitó Theodore Nott con voz alta la solitaria oración que definía ese término en el pequeño libro que tenía en sus manos.
–Anomalía en el comportamiento que implica la desviación psicológica natural– secundó Blaise Zabini, enarcando ambas cejas al no entender del todo lo que acababa de leer.
–Alterar el buen gusto o las costumbres consideradas como sanas y normales– sentenció Draco, tragando saliva, sus ojos se dirigieron a los dos de sus camaradas presentes y con pose airada se puso de pie, señalando con un dedo hacia arriba cuan ademán de iluminación súbita –. Señores, creo que tenemos identificado nuestro problema.
–Aquí vamos de nuevo– musitó Nott, con tono molesto.
–¡Nott!– exclamó señalándole mientras sus ojos se abrían en grande –Tu perversión mayor es el observar en secreto a las chicas mientras se toman un baño.
El aludido se llevó la palma de la mano a la cabeza, desaprobando la anormal conducta obsesiva de Draco para racionalizarlo absolutamente todo.
–¡Blaise!– el moreno se sobresaltó al ver que Malfoy se quedaba a un par de centímetros de su cara, mirándolo fijamente –Tu perversión es desear a todas las sangre sucias de este colegio– una breve pausa dio paso a una mueca de asco –, incluyendo a Granger.
El chico sólo pudo asentir, Draco lo había descubierto más de una vez soñando con ella en voz alta, teniendo pesadillas poco después.
–Draco Malfoy– se escuchó una cuarta voz desde las escaleras, era Daphne Greengrass que bajaba en pijama, a paso firme, con sus penetrantes ojos taladrando los del rubio quien frunció el ceño, desconcertado –, tu eres masoquista, te gusta que te golpeen las chicas ¿O no fuiste tu quien estuvo hablando por casi tres meses cuando la amiga de Potter casi te rompe la nariz?
–Daphne– el sorprendido muchacho esbozó una sonrisa lacónica al verla –Eso no es...
El hueco sonido de una bofetada bien dada resonó en las cuatro esquinas de la sala común, inmediatamente la rubia besó apasionadamente a Malfoy, casi succionándole el aire de sus pulmones, y luego lo botó hacia un sillón, dio media vuelta y salió de ahí.
–Te callaron, Draco– osó decir Theodore, reprimiendo una carcajada –No puedo creerlo, el gran Malfoy gusta de que las chicas lo traten como trapo viejo.
–Está loca por mí– afirmó mientras se tocaba el área enrojecida del impacto en la cara –, su perversión es pegarme y provocarme, es parte de su salvaje naturaleza e innegable deseo por mí.
–Sí, lo que digas– respondieron ambos chicos al unísono –masoquista, masoquista– canturreaban mientras huían del enfurecido estudiante de hechicero.
