Hola, hace mucho que no subo algo, en realidad no he escrito algo últimamente, éste fanfic lo escribí en Diciembre de 2008, la primera navidad de la animación, revoloteando lo encontré, como siempre, drabbles de tintes oscuros, de mi pareja -hetero(?)- favorita, KidXChrona, aunque no sea la fecha, espero que les guste.
Disclaimer: Soul Eater le pertenece a Atsushi Okubo, éste fanfic solo lo hice por entretenimiento.
Dulce Melancolía
Arrastraba su pálida existencia por las abandonadas calles de Death City.
Había estado todo el día encerrada en su habitación, desolada y deprimida.
Noche. La lúgubre luna le miraba y sonreía, ella solo la ignoraba y apretaba el paso.
Soplaba el viento invernal, su cara se marchitaba, su alma se encogía.
- ¿A dónde vamos? -. Preguntó con curiosidad su acompañante.
Detuvo el paso, no evitó cuestionarse para sí misma su destino, cualquier lugar le daba lo mismo, igualmente estaría sola.
- lo más lejos de Shibusen que pueda -. Contestó seriamente aunque con aire afligido cortando la "conversación".
Continuó caminando hasta llegar a un solitario parque, apenas iluminado, suspiró cansada sentándose con resignación en una triste banca gris.
Si… su vida era patética.
Ante tal reflexión, como consuelo, se recostó a lo largo de la banca, de algún modo quería desaparecer del mundo.
Sin caer en cuenta, se quedo dormida.
Soñó con su infancia, miserable, inconsciente derramó una lágrima, acto seguido sintió una tibia caricia en su mejilla, sonrió, pero… algo no cuadraba en ese escenario, exacto, esa sonrisa era sincera y pura; al percatarse del hecho, abrió los ojos preocupada levantándose al instante…
- ¿Kid-kun…? -. Murmuró sorprendida, no esperaba su presencia.
En efecto, el hijo de Shinigami-sama estaba sentado junto a ella, solo.
- disculpa si te asusté, salí a buscarte, hacía falta un invitado -. Explicó un poco avergonzado.
- ¿Yo? -. Preguntó incrédula. - pero no sé como… -. Comenzó su típica frase siendo interrumpida por el chico.
- para lidiar con las cosas tienes que intentar hacerlas, si no lo intentas no lo lograrás
Chrona enmudeció, no sabía con exactitud que argumentar contra ello.
- vamos -. La animó; se levantó de la banca y le extendió una mano. - los demás nos están esperando –. Sonrió dulcemente.
Por algunos instantes, ella examinó con detalle la mano que le había ofrecido, para luego subir la mirada a sus ojos, brillantes; experimentó un dejá vù y recordó aquel emotivo momento… Maka. Su primera amiga. Sin dudar más tomó la mano y se levantó.
Silencio.
Caminaron juntos.
- disculpa… -. Masculló nerviosa. - ¿Por qué hay una fiesta en tu casa? -. Preguntó con voz queda esperando no ser una molestia.
Él se detuvo en seco y se volvió a verla. Sin previo aviso la abrazó.
Ella dio un respingo por el inesperado acto.
- ¿Por qué…? -. Cuestionó sonrojada sin poder concluir.
- feliz navidad -. La interrumpió. - Cuando lleguemos lo verás
Chrona simplemente dibujó una sonrisa en su rostro.
FIN
