La primera vez que estuvo allí, se sintió realmente cohibida, acostumbrada a la basta soledad, todo lo que miraban sus ojos era el infinito vacío de la nada, sin sonido alguno, sin otro ser vivo a su lado. Cualquier otra persona habría enloquecido a los pocos días, pero ella no era un humano, era otra clase de existencia, otro tipo de vida, por eso apreciaba aquel lugar, por eso lo llamaba hogar.

Un día apareció otro ser como ella, mucho más grande y poderoso; no se sintió intimidada de hecho se llenó de curiosidad ante la compañía, guiada por ese sentimiento se acercaba discretamente, buscando no alertar y alterar a su nuevo compañero; así estuvieron bastante tiempo, lo admiraba a la distancia, lo respetaba completamente.

Por eso no se metía con él y tampoco se cruzaba en su camino; convivieron armoniosamente por mucho tiempo más, pero eso termino abruptamente cuando su "compañero" se percató de su presencia, decidiendo que ese lugar no necesitaba dos huéspedes y que el más débil debía de abandonar el territorio del otro. Lucharon intensamente, gracias a que no albergaba nada, no se pudo medir el grado de destrucción que ambas criaturas eran capaces de brindar, no existía el concepto de tiempo, por eso no supieron cuánto duró su conflicto, pero eventualmente uno sobrepasó al otro.

Era regla natural la cual se cumplió con todo su peso y fue así como el más débil fue expulsado de la nada, fue así como Ophis llegó al mundo humano.

La gama de sonidos, sensaciones y sobre todo presencias fueron aplastantes para ella; quien estaba acostumbrada a vagar por la soledad y el silencio; encontró ese lugar bastante desagradable, no le gustaba, ella deseaba su hogar… ¿Pero cómo derrotar a algo que representaba algo tan infinito como ella?

Sabía que le era imposible, fue cuando llegó a la conclusión que haría de este mundo su nuevo hogar, pero para hacerlo medianamente aceptable, borraría todo vestigio de lo que le desagradaba de él, destruiría a todo ser viviente dentro de ese mundo. El poder llama al poder pronto se vio rodeada de seres de grandes habilidades, simplemente les ignoraba, para ella no eran más que insectos volando alrededor de una intensa luz, la cual si se acercaban terminarían siendo consumidos por la misma.

Esa distancia le agradaba, esa soledad que imponía su gran poder hizo soportable ese nuevo mundo; pero un día apareció él.

El hijo del mayor traidor del cielo, expulsado del mismo por sus grandes ambiciones y desposando a la "primera mujer" para dar nacimiento a una raza plagada de imperfecciones, el mayor insulto que pudo hacer en contra de su "Padre", cuando le conoció supo rápidamente que era bastante peligroso.

Mentiroso, adulador, manipulador, traicionero… tantos adjetivos negativos le sentaban como al dedo a Rizevim Livan Lucifer, pero para su objetivo le sería útil por eso le permitió estar a su lado, sin saber que ese sería el primer y último error que cometería en la vida. Un día mostro sus verdaderas intenciones, moviendo su ficha dentro del tablero que era el conflicto entre facciones, Ophis fue espectadora de todo el conflicto que fue la gran guerra entre las facciones bíblicas, pero ni siquiera participó porque servía a su objetivo, si se mataban entre sí mejor para ella. Ese tablero no se enfriaba del todo, solamente estaba suspendido el juego, esperando que otros participantes hicieran uso de él.

Rizevim lo hizo, adelantando la participación de Ophis muchos años antes de lo esperado… eso molestó enormemente a la entidad del vacío.


Life 1: Under the bright moon


Maldecía su estado actual, nunca se había sentido tan débil y frágil en lo que llevaba de existencia; eso era bastante tiempo a comparación de la más longeva criatura en el mundo, ahora simplemente huía tan rápido como sus pequeñas piernas le permitían hacerlo, el lodo bajo sus descalzos pies le daba una sensación desagradable en más de un sentido, pero no debía desperdiciar su atención en nimiedades sin importancia. Ya que el tiempo era un factor que jugaba en su contra.

Maldito seas Rizevim – mascullo Ophis entre dientes – Maldigo el día en que te conocí

A pesar del tono monocorde que empleo en sus palabras, sus ojos color gris mostraban la profunda ira que hervía en su ser, un odio tan grande que borraría la existencia de cualquier pobre diablo frente a ella, siempre tuvo sus dudas al tener a tal persona a su lado; pero el carisma que poseía le servía bien, ya que la propia dragón tendía a alejarse de todos aquellos que gravitaban a su alrededor.

No obstante el Satán de Plata tenía sus propios objetivos y sinceramente borrar toda vida en el mundo no era uno de ellos, fue por eso que actuó en el momento en que la propia entidad del vació estuvo más vulnerable.

Un extraño hechizo, uno que ni siquiera ella en su vasto conocimiento parecía reconocer, hizo que el mundo de Ophis cambiara radicalmente, de repente admiro su reflejo, pero algo estaba realmente muy mal, ya que esa imagen mostraba señales de consistencia y vida; aunque la pequeña pelinegra no era muy expresiva, aquella "nueva" Ophis era un vacío completo. Y la sonrisa arrogante de aquel demonio supremo se grabó en su mente.

¡Cómo pudo arrebatarme el noventa y nueve por ciento de mi poder! – alzo la voz sin darse cuenta de sus propias acciones – ¡Y sobre todo darme un cuerpo que está a punto de morir!

Era cierto, Rizevim logró separar el alma de Ophis depositándola en un receptáculo imperfecto que tan solo tenía como un par de días antes de que se deteriorara por completo, el alma de la entidad del infinito era demasiado y a pesar de sólo tener el uno por ciento; medianamente era una amenaza para sus propósitos, así que lo mejor fue enviarla a morir al mundo que ella misma encontraba desagradable.

Así termino en medio de un bosque, caminando con harapos para cubrir su evidente desnudez con el tiempo suficiente para encontrar un lugar para morir.

Pronto el lugar se cimbro por completo, haciendo que el pequeño cuerpo de Ophis volara unos cuantos metros, la sensación de dolor se hizo presente, sacando lágrimas a sus ojos, una nueva sensación desagradable, mostrándole la nueva fragilidad que poseía, por suerte no colapso ante el golpe y el dolor. Alzó su mirada mientras vislumbro un escenario distinto, fuego... un enorme fuego se erguía por todo lo alto, la fumarola era tan larga y grande que se perdía en el cielo nocturno.

Y el temor se hizo presente, si con el dolor sintió lágrimas en sus ojos, con aquel dantesco escenario las empezó a derramar, pero lo que llamó su atención no era la evidente destrucción frente a ella, sino una persona que estaba tirada muy cerca de aquel ominoso fuego; tan pequeña como ella, la curiosidad nuevamente se apoderó de su cuerpo y mente; con vacilantes pasos se acercó a la figura que estaba debatiéndose entre la vida y la muerte.

Sus ojos quedaron prendados de lo que tenía frente a ella, una pequeña niña con un cabello tan negro como el suyo, un cuerpo tan grande como el suyo, un alma que estaba lista para dar el siguiente paso existencial, pero para Ophis representaba lo que necesitaba en estos momentos, un receptáculo adecuado para su alma.

Una sonrisa adornó su rostro ante la posibilidad de no abandonar este mundo y su corazón experimentó alivio. Con rapidez conjuro el mismo hechizo que Rizevim empleo con ella, al final puede aún era alguien de gran conocimiento memorizar algo que tan solo vio una sola vez no era gran cosa… por eso sintió alivio, por eso experimentó esperanza.

Pero hubo algo que no contempló por completo, el receptáculo que uso el hijo de Lucifer era especial, poseyendo una particularidad única y eso pasaba desapercibido por la entidad del infinito.

Poco tiempo después se arrepentiría de su apresurada decisión… solamente ahora quería sobrevivir a toda costa. Terminó con el hechizo y su cuerpo cayo pesadamente al suelo, el proceso de deterioro se aceleró debido al estrés que produjo al usar poderes más allá de su propia capacidad, calcificándose para posteriormente convertirse en polvo que fue arrastrado por el viento.

Ese día el ser supremo conocido como Ouroboros Dragon desapareció de ese mundo, mientras que otra vida nació en ese preciso instante.


Abrió sus ojos abruptamente, viendo el blanco techo sobre ella, el olor a antisépticos y medicamentos llenaron sus fosas nasales por completo; sacando un gesto desagradable a su rostro, la enfermera que estaba revisando su estado actual se sorprendió al notar su repentino despertar, salió rápidamente de la habitación para avisar al médico que se estaba haciendo cargo de ella, guio sus ojos para revisar aquel lugar, la cabeza le dolía debido al esfuerzo de tratar de ver en medio de aquella extraña neblina que cubría su mirada. Cada objeto que intentaba identificar era tan solo siluetas borrosas incompresibles, ni siquiera pudo ver bien a la enfermera que le estaba cuidando.

La puerta de su habitación se abrió nuevamente, esta vez supo que tres personas entraron a la misma, trato de encararlos mientras que el medico sacaba una luz y revisaba cada uno de sus ojos, vio con agrado la respuesta que daban sus pupilas e indico a una de las personas que le diera algo, sintió un familiar peso sobre su rostro, la neblina se dispersó por completo y todo se volvió más claro.

Dos mujeres, una mayor y otra más joven; un hombre se identificó ante ella como el medico que la atendió, pero la evidente confusión en su mirada alerto a todos los presentes, la mujer mayor se acercó temerosamente hasta su cama sus ojos grises le miraron fijamente midiendo cada uno de sus movimientos con sutileza.

Su mirada reflejaba desconfianza, algo que encontraron natural debido a su terrible experiencia, eso no detuvo a la mujer en sentarse en la misma cama que en la que estaba recostada.

Chiyo-chan… ¿Tú puedes recordarme? – la mujer pregunto con algo de temor en su voz - ¿Sabes quién soy?

¿C-Chiyo? – con frágil voz la pequeña niña repitió aquel nombre - ¿Ese es mi nombre?

El médico vio inquisitivamente la respuesta que dio su paciente, llevo su mano al mentón mientras que la mujer le miró fijamente, dio un leve asentimiento para que continuara hablando.

¡Así es Chiyo-chan! – con temblorosas manos tomo las de Chiyo – ¡Ese es tu nombre!

Un extraño sentimiento se apodero de "Chiyo" pronto las lágrimas se apoderaron de ellas y dejó salir el llanto, los gentiles brazos de aquella mujer le rodearon llenándola de paz, sobre todo de seguridad. Con el tiempo se enteró que se llamaba Chiyo Izumi y que sus padres habían fallecido en un accidente automovilístico; ella fue encontrada más muerta que viva debido a un terrible golpe en la cabeza, el hecho de estar con vida era un milagro por completo. "Volver a nacer" era algo que marcaría su vida por completo, los días que le siguieron eran una experiencia nueva tras otra, debía de aprender nuevamente hasta lo más básico, de alguna manera cierta información estaba "borrada" de su mente pero otra no, los médicos le atribuyeron al daño cerebral debido al accidente.

Lenguaje y conocimientos estaban intactos; pero emociones y recuerdos habían desaparecido; no sabían que tanto afectaría su personalidad, pero definitivamente eso no complicaría su vida de ahora en adelante al menos dentro del punto de vista médico.

La mujer que estuvo presente en su despertar era su abuela materna, quien estuvo al pendiente de su recuperación por completo, la amable y cariñosa mujer hizo hasta lo imposible para que Chiyo tuviese una vida normal. Tanto así que junto a su esposo decidieron mudarse a una nueva ciudad para que su nieta empezara desde cero y no se preocupase por el pasado.

No sería sencillo para alguien normal, pero para la pequeña Chiyo no fue nada difícil adaptarse a su nueva condición, no obstante las fisioterapias no la prepararon para enfrentar lo que se le vendría encima.

Su largo cabello negro era hermoso para sus abuelos, no obstante al entrar a una escuela nueva acarrearía ciertas "complicaciones", en su nuevo grupo mantuvo cierta distancia, ya que para esas fechas las cliques estaban formadas por diferentes estatus, siendo la nueva lógicamente la aislarían de los grupillos por la desconfianza que generaba el elemento extraño. Chiyo a veces daba un aire a cierto fantasma famoso de las películas y lógicamente usaban eso en su contra con la esperanza de hacerle burla.

Pero Chiyo no era una niña normal en el sentido de la palabra y el evidente bullying no funcionaba en contra de ella e inclusive la anterior víctima de esas actividades estaba sorprendida por la entereza de la pequeña Izumi.

Eso fue claro hasta que el abuso escalo de manera gradual, primero fueron los sobrenombres para después lastimarla físicamente, claro con la esperanza de quebrarla por completo, pero nuevamente la pelinegra estaba muy por encima de sus expectativas, pero eso no significaba que los abuelos de ella se quedarían de brazos cruzados y mucho menos cuando el anciano hombre era un detective retirado con contactos; pero en lugar de hacer un bien por su nieta, incrementaron el aislamiento impuesto por parte de su grupo.

Claro que el destino tenía algo a su favor y fue un encuentro fortuito; un día los más radicales de sus abusadores decidieron dañar lo más preciado para Chiyo y lo que llenaba de orgullo a sus abuelos; la interceptaron en un parque cercano para atar su largo cabello y cortarlo por completo. Eso sí llenó de temor a la pequeña niña, ya que sentir como su abuelo admiraba su larga cabellera y su abuela se tomaba el tiempo para peinarlo era algo; que le daba seguridad y alegría.

La maldad no conoce edades, esa era una particularidad de los seres humanos y la pelinegra lo experimentaba de primera persona; sacaron las enormes tijeras que cortarían el único vestigio de verdadera felicidad para ella, pero eso nunca ocurrió, dos niños castaños aparecieron de la nada para evitar tal acto de crueldad, uno tenía el cabello más claro que el otro, y sus ojos eran de distinto color, uno tenía los ojos violeta y el otro cafés.

En ellos se reflejaba el mismo sentimiento, la intolerancia ante la crueldad ante los más débiles; ella se quedó pasmada al ver como esos dos niños a pesar de ser superados en número no se rindieron para protegerla, no les importo salir lastimados por una completa desconocida. Una vez terminada la escaramuza, el grupo salió corriendo al ver que ese par resultaba más peligroso que todos ellos juntos.

Oye ¿te encuentras bien? – uno de los dos castaños hablo quedamente – No te hicieron nada... ¿verdad?

Tonto Issei… pues claro que no – el otro bufó un tanto molesto mientras negaba con la cabeza – Llegamos a tiempo como verdadero héroes

Si… si, Shidou – Issei entrecerró sus ojos ante la sonrisa que mostraba su mejor amigo – Déjame ayudarte.

Con algo de torpeza desató el largo cabello de la pequeña Chiyo, quien rápidamente empezó a hipar para después llorar en el pecho del confundido Issei.

¿Qué le hiciste? – Shidou se alarmó ante la reacción de la niña – La lastimaste, eres un bruto

¡Claro que no! – el pequeño castaño negaba rotundamente - ¡Yo no haría algo así!

Ambos se quedaron en silencio esperando que la pequeña niña terminase de descargar sus emociones por completo, no tardo mucho tiempo pronto estaba completamente tranquila sentada en una de las bancas de la misma, ninguno de sus dos salvadores le dejo sola, preocupados por el estado de Chiyo y expectantes de que el grupo regresase para molestarla más.

¡CHIYO-CHAN! - una voz pudo ser escuchada a la distancia -¡Chiyo-chan!

La pequeña reconoció por completo a aquella que le llamaba por su nombre rápidamente se levantó de su asiento solamente para dirigirse con la persona, tanto Shidou como Issei miraron aliviados como era recibida por la mujer mayor, amablemente la señora les dio las gracias mientras que Chiyo se acercó levente a sus dos salvadores.

¡M-Mu…Muchas gracias! – su flequillo ocultó sus ojos pero el sonrojo en sus mejillas fue evidente para los dos chicos - ¡U-Ustedes son verdaderos héroes!

Sentimientos que tocaron profundamente al par de niños que simplemente sintieron pena por la admiración que obtuvieron por parte de esa niña, ambos sonrieron avergonzados Issei se rascó la cabeza mientras que Shidou se rascaba la barbilla, pero los dos hicieron algo que todo héroe debe de hacer, alzaron su pulgar derecho sonriendo ampliamente.


"Ise-sempai… ya es hora de despertar"

Un joven castaño se revolvió entre sus sabanas mientras a la lejanía era llamado por una persona, no era nadie especial, no aspiraba a una vida extraordinaria y ni siquiera esperaba tener un destino arrollador. Simplemente vivía como cualquier chico normal y sano dentro de los estándares japoneses. Medianamente bien parecido, con calificaciones un poco arriba del promedio y una personalidad agradable.

Era lo poco que se podía decir sobre él, salvo que durante sus años de primaria entró en una idea impulsada por su mejor amigo, deseaba de corazón ser un héroe.

Claro que con el tiempo vio lo infantil que era ese sueño, pero la intención estaba presente dentro de su corazón; por ello el único acto heroico en su vida derivo en el encuentro con una persona que se volvió especial para el castaño.

"Ise-sempai… despierte por favor"

El segundo llamado fue suficiente para que decidiera abrir sus ojos, aquellas pupilas café se acostumbraron a la media luz de su habitación, frente a ella estaba la única persona que le reconoció como un "héroe", Chiyo Izumi creció como debía ser tras esos siete años, siendo ahora una jovencita de quince, su físico tenía pronunciadas curvas que extrañamente eran resaltadas por el uniforme que orgullosamente portaban en esos momentos, aun usaba lentes porque su vista ya era mala de nacimiento pero ahora eran más estilizados. Issei se tomó su tiempo antes de levantarse por completo, admirando las piernas de su kohai, las cuales tenían medias a medio muslo.

Nuevamente estás pensando en cosas pervertidas – Chiyo hablo con cierta molestia mientras se acomodó un poco su gafas– No has cambiado en nada… Sempai

Antes de que entres en tu modo tsundere – rápidamente el chico se sentó en su cama – Debes entender que soy un chico normal y ser despertado por una bella chica como tú es el sueño de todo hombre.

Sorprendida por el halago, la pelinegra dio un par de pasos atrás evidentemente ofuscada, pero se recuperó rápidamente mientras preparo su puño para golpear al chico.

¡PUES SI ES TU SUEÑO! – los ojos de la jovencita miraron amenazadoramente a Issei - ¡REGRESA NUEVAMENTE A ÉL!

Si ninguna contemplación y a pesar de la evidente diferencia de tamaños, Chiyo dejó noqueado al castaño quien mostraba una sonrisa ante el "cariño" profesado por su querida kohai. El escándalo que ambos jóvenes no pasó desapercibido por los dos adultos que aún estaban presentes dentro de la casa, sacando una sonrisa de gusto ante la interacción entre ellos dos.

¡Vaya, vaya! – la mujer sirvió amablemente el café a su marido – Están muy animados el día de hoy

Tú lo has dicho – el hombre asintió ante las palabras de su mujer.

Tras el pequeño incidente de la mañana tanto Issei como Chiyo caminaban uno al lado del otro para asistir a la escuela, los dos portaban el mismo uniforme, aquel que era obligatorio para la academia de Kouh, la joven se acomodó sus anteojos mientras suspiraba pesadamente al notar como su acompañante bostezaba de tanto en tanto.

Sempai, no deberías dormir tan tarde – la pelinegra reprendió a Issei – Es malo para tu salud

Debes entender que no todos somos unos genios – el castaño miro levemente a la pequeña kohai – Si quiero ser un detective como el abuelo, debo de estudiar mucho

No sé cómo te dejaste engatusar por él – Chiyo negó con la cabeza – Aun quieres ser un héroe – trato de evitar encarar al chico a su lado mientras este miro levemente al cielo

No soy bueno en muchas cosas y la academia de policía es buen objetivo – la pelinegra mostraba interés en su sempai – Vamos sabes que desde que Shidou se fue abandoné esa locura

Si… claro – Chiyo sonrió suspicazmente – lo dice aquel que salvo a un gato el día de ayer…

Bueno, "Hacer el bien sin mirar a quien" – el chico rápidamente levantó su dedo – Es lo que la abuela dice… ¿no es así? - Issei sonrió ampliamente sacando un sonrojo a la jovencita

Tras el incidente del parque, los abuelos de Chiyo aparecieron un día en la casa de Issei y de su amigo; para agradecerles el favor de haber protegido su nieta de aquellos malvados jovencitos, tal acto marco profundamente a los adultos mayores que sin dudarlo arreglaron que su única nieta fuese a la misma escuela que el par de niños, entre los tres forjaron una profunda amistad, lo que ayudó a la pequeña niña a socializar mucho mejor con su nuevo grupo.

Poco después, el trio se separó por cuestiones del trabajo del padre de Shidou, antes de su partida aquel jovencito reveló un secreto a Chiyo haciéndole prometer que nunca le diría la verdad a Issei, así lo hizo y tras muchos años aún mantenía aquella promesa. Issei claramente se deprimió al perder a su mejor amigo, pero la pelinegra supo suplir su falta, alentando al castaño para que recuperara el ánimo que le caracterizaba.

A pesar de llevarse tan solo un año de diferencia, cimentaron una amistad sólida o al menos eso pensaba el joven; ya que para la pelinegra el chico tenía un significado mucho más especial. Significado que sus abuelos notaron cuando ella entró a la secundaria, así que la pareja de ancianos lenta y sutilmente empezaron a influenciar a Issei para que fuese un partido digno de su única familiar directa. Por eso de las ideas y comportamientos que actualmente el castaño tenia arraigados en su persona.

Sin darse cuenta siguieron hablando de cosas triviales, como los resultados de los exámenes o los rumores que abundaban en la escuela, solamente para percatarse que habían llegado a las puertas de la academia de Kouh.

Hyodou-san e Izumi-san como de costumbre llegan juntos de nuevo – una suave voz llamó la atención de los dos amigos – Debe de ser un dolor de cabeza para ti Izumi-san

Con una sonrisa burlona se encontraba Souna Shitori mirando fijamente al par de alumnos, no obstante en sus palabras no poseían ninguna malicia, solamente era una especie de trato exclusivo para ellos dos.

¡Oh! Shitori-kaichou – Chiyo rápidamente fingió un poco de pena – Usted sabe que si no voy por Ise-sempai todas las mañanas se quedaría dormido

¡Oye! – el mencionado se cruzó de brazos evidentemente molesto – Sabes que tengo record de asistencia en la escuela

Todo gracias a mi – la pequeña pelinegra alzo el pecho orgullosa – ¡Inclínate esclavo!

¡Chiyo-sama! – el castaño rápidamente se puso sobre una rodilla – Perdone a este humilde siervo

Deberían de parar ustedes dos – quedamente Souna les llamo la atención – Nos están mirando todos

Las sonrisas de los demás alumnos estaban generalizadas, ese tipo de actos cómicos eran parte del día a día desde que Chiyo Izumi ingresó a la academia, ambos jóvenes dejaron de bromear y se inclinaron levemente, uno que otro alumno aplaudió agradeciendo el improvisado acto. Ambos se despidieron de la presidenta del consejo estudiantil, pero esta se quedó en su lugar mirando fijamente a la pareja de amigos.

Realmente son interesantes – Souna cambio el tono de su sonrisa – Me gustaría agregarlos

¡¿Ara?! – una nueva persona se acercó lentamente hasta donde se encontraba la presidenta – ¿En verdad son interesantes?

Buenos días – Souna se dio la vuelta para ver quién estaba detrás de ella – Deberías de ocultar esa argolla… ¿no lo crees Rias?

Con una brillante cabellera rojo carmín, una figura que levantaba envidias entre todo el alumnado femenino y una personalidad a juego, se encontraba Rias Gremory-Bael, a su lado estaba otra belleza de cabello oscuro y ojos de un violeta profundo, también mostraba una sonrisa enigmática era la mejor amiga de Rias, Akeno Himejima.

Siento orgullo por mostrar que soy inalcanzable – Rias mostraba el placer que le imbuía aquel accesorio en su anular izquierdo – Sairaog se esmeró mucho en escogerlo

Si lo sé – Souna negaba con la cabeza ante el evidente orgullo que profesaba su amiga de la infancia – Era él o Riser, bueno gano el mejor al final

Con un leve asentimiento la joven pelirroja y su acompañante dejaron sola a la presidenta del consejo, Souna suspiró sonoramente mientras miró levemente su propio anular izquierdo, negó fuertemente con la cabeza, aún tenía tiempo y debía de aprovecharlo a toda costa.


Issei estaba sentado debidamente en su lugar, a su lado estaba el príncipe de todo la academia, Yuuto Kiba le saludaba cortésmente a antes de tomar su asiento, muchas de sus compañeras matarían por aquel privilegio pero para Issei no significaba absolutamente nada, de hecho era uno de los pocos jóvenes dentro de la escuela trataba normalmente al "príncipe". No obstante esa mañana Kiba tenía un semblante cansado y bastante preocupado.

¿Problemas en el paraíso? – el castaño apoyo su rostro en una de sus manos mientras miraba a su compañero – Porque te cargas una cara

¿Tanto se me nota? – Kiba rio levemente antes de suspirar – Tuve mala noche eso es todo

Por eso deberías de escoger a una – Issei señalo a su compañero mientras este parpadeo un par de veces – Así te evitas de problemas… ¿Cuántas cartas fueron esta vez?

Creo que veinte – el príncipe de la academia se rascó la barbilla – Cada una de diez páginas

No creo que sea necesario que leas cada una de las declaraciones de tus seguidoras – Issei se cruzó de brazos para meditar – Bueno, aunque es un buen gesto por parte tuya

Un caballero nunca debe de ignorar el corazón de una dama – Kiba comentó con tono de solemnidad – Aunque como tú dices, no es necesario que lea todas.

Issei hizo amago para no reír sonoramente ante el extraño modo de ser de su compañero de clases, Kiba también pasaba por un comportamiento similar al del castaño, las miradas de todas sus compañeras estaban puestas sobre ellos, no era un secreto que más de una imagino una relación "especial" por parte de esos dos, pero por la vergüenza de ser tachadas de pervertidas simplemente se guardaron sus deseos. Una joven peli azul se acercó al par de jóvenes esbozando una amplia sonrisa, sin ningún decoro tomo del cuello a Issei mientras revolvió un poco su cabello con una de sus manos.

¡Buenas, Issei! – la joven que tomó desprevenido al muchacho hablo de manera entusiasta - ¡Veo que estas tan animado como siempre!

¡Yura-san! – con fuerza el joven se apartó rápidamente de la jovencita – ¡Deberías de ser más refinada!

Tsubasa Yura pestañeo varias antes de soltar una sonora carcajada llamando la atención del resto de la clase, el comportamiento de la peli azul era bastante tosco a comparación del resto, aunque también era una belleza por mérito propio.

Bueno, lo tendré en cuenta – Tsubasa se rasco levemente la mejilla – Por cierto Issei… ¿Estas libre esta tarde?

Y el silencio reino en el salón de clase, todos los presentes se quedaron en silencio ante la pregunta que la peli azul había soltado sin ningún pudor, pero Issei simplemente suspiró sonoramente mientras se acomodó mejor para admirar a Tsubasa.

No tengo planes de momento – el castaño comentó casualmente – pero te costarán 3,000 yenes

Hyodou-kun – Kiba miro un poco extrañado a su compañero - ¿No estarás metido en esa clase de cosas?

Para nada Kiba – el mencionado negó con la mano – No es una cita por conveniencia, lo que pasa es que Tsubasa-san me quiere como costal de golpeo para el club de judo

De nuevo el salón regreso a su habitual bullicio mientras que Tsubasa se rasco la cabeza un poco apenada, la primera vez que vio a Issei estaba cerca de los vestidores, en un arranque de ira tomo desprevenido al castaño y lo azotó al suelo lastimándolo fuertemente. Pero la verdadera razón de que allí estaba no era para espiar a los miembros activos, sino que había solicitado el ingreso al club. Pero como era solamente eran todas del género femenino fue realmente imposible su ingreso, pero llegaron a un extraño acuerdo, Issei serviría como muñeco de pruebas para ellas a cambio de una leve compensación.

En un principio se negaron, pero al ver los resultados de practicar con alguien un poco más pesado que ellas, ayudó a lograr un campeonato de manera sorpresiva.

Por eso ahora "contrataban" los servicios de Issei para que el chico tuviera una remuneración por posibles daños en su cuerpo, estuvo a punto de negarse pero insistieron tanto que el castaño terminó por aceptar.

Entiendo – el príncipe de Kouh rio un poco apenado – De ser así buena suerte

¿Y bien? – Tsubasa se quedó ante la expectativa por la respuesta de Issei – Aceptas o no

Mmm… nada más le aviso a Chiyo-chan y listo – el castaño suspiró un poco – Solo espero que no se quede tan tarde en la escuela.


El cielo pardeaba lentamente dando paso a la noche, Issei se masajeaba uno de sus hombro mostrando cierta molestia en su rostro, la academia de Kuoh lentamente se había quedado sin alumnos, solamente estaba aquellos quienes tenían prácticas de sus respectivos clubes, cuando fijo su mirada en la entrada no hizo más que suspirar cansinamente ante la figura de kohai. Chiyo estaba leyendo un libro recargada en uno de los pilares de la entrada, ignorante de que cierto castaño se acercó bastante a ella.

Chiyo-chan – quedamente Issei trato de llamar la atención de la chica – ¡Chiyo-chan!

La pelinegra no daba señales de reaccionar fue cuando Issei decidió hacer algo un tanto drástico para él, tomo el libro que estaba leyendo y lo alzó lo más alto que pudo, Chiyo vio cómo su lectura era interrumpida de manera abrupta, trató de alcanzar su preciado libro sin darse cuenta que se acercó su cuerpo al de Issei, sus ojos grises se quedaron prendados de los cafés de Issei, quien sonrió satisfecho de haber sacado de su ensimismamiento a su amiga.

Claro que todo esto llevaría a una reacción posible, el sonrojo apareció debidamente en las mejillas de Chiyo e instintivamente dio un salto hacia atrás para chocar contra el pilar detrás de ella.

¡Se-se-se-sempai! – la pequeña Izumi estaba bastante ofuscada por la acción de Issei - ¡¿Po-por-por qué hizo eso?!

Me pareció divertido – le cedió el libro a Chiyo mientras coloco una de sus manos en el cabello de ella – No tenías por qué esperarme

No imagine cosas – Chiyo abrazó el objeto con ambos brazos – Solamente no quiero que se pierda en el camino

Issei rio un poco ante el argumento poco convincente de la jovencita, se quedó plantado en su lugar mientras que su kohai colocaba un indicador en la página en que se quedó su lectura y después guardo su libro en su mochila; una vez que termino ambos emprendieron el camino de regreso a casa, mientras alguien se acercó a la par de amigos.

La puerta se abrió abruptamente, los dos únicos ocupantes de la habitación miraron con sorpresa, Chiyo entro apresuradamente ignorando por completo la atención recibida por sus abuelos. Subió las escaleras para encerrarse en su habitación mientras se tapaba con las cobijas de su cama.

¡Ese tonto! – la jovencita grito mientras tapaba su rostro en una de sus almohadas - ¡IDIOTA! ¡TARADO! ¡PERVERTIDO! ¡MENSO!

Tranquilamente ambos chicos caminaban en silencio, detrás de ellos arribó una jovencita de un cabello tan negro como el de Chiyo y un cuerpo bastante más desarrollado que el de la jovencita, Issei miro extrañado a la chica quien parecía bastante nerviosa ante la presencia de él. Su acompañante por otro lado mostraba desconfianza por la extraña frente a ellos. Claramente no era miembro de su academia, ya que vestía otro uniforme de otra institución eso activó las alarmas dentro de la cabeza de Chiyo.

¡¿T-Tu e-eres I-Issei?! - la jovencita mostraba un sonrojo bastante notorio en su rostro - ¡¿P-por favor sal conmigo?!

¿Eh? – Issei dio un paso hacia atrás ante repentino ofrecimiento – Este… ¿Te conozco?

M-mi nombre es Amano Yuuma – la chica respondió con bastante timidez – Es la primera vez que nos vemos frente a frente… pero a decir verdad, te he visto de lejos durante mucho tiempo

U-Una acechadora – Chiyo entrecerró sus ojos con algo de disgusto – Esto me mala espina

Issei asintió un poco al comentario de su kohai no obstante la llamada Amano Yuuma se mostró un poco dolida ante la hiriente forma en que se refirió Chiyo a su persona.

Perdona si te causa un poco de asco – la chica estaba al borde de las lágrimas – En estos momentos fue cuando reuní el valor suficiente para acercarme

E-Entiendo… Issei – estaba un poco apenado por la escena frente a él - ¿Pero no se te hace extraño pedirle a alguien que has visto por primera vez que salga contigo?

Aquella pregunta dejo helada a Yuuma quien dejó salir un par de lágrimas de sus ojos color violeta, bajo un poco su rostro mientras su cuerpo lentamente temblaba.

En verdad tienes razón – la pelinegra hablo quedamente ante la mirada de los dos amigos – ¡P-Pero realmente me gustas mucho!

Chiyo se sintió un poco incomoda ante la situación, tanto que su propio corazón latía con tal fuerza que le dolía bastante, Issei por su parte se cruzó de brazos mientras sopesaba la situación, lo que dijo después torcería un poco las cosas entre ellos tres.

"Mira no te conozco bien como para salir contigo" – Chiyo repitió mentalmente mientras recordaba – "Te parece una semana de prueba para ver si te doy una respuesta"

Tras esas palabras lo único que recordó fue alejarse de allí corriendo, sin siquiera notar que estaba frente a la puerta de su propia casa, la imagen de Yuuma e Issei se mantenía en su cabeza y eso le molestaba bastante tanto que las lágrimas salieron de sus ojos demostrando el dolor que sentía en su corazón. Tocaron a la puerta de su habitación, con rapidez se secó la lágrimas y arreglo un poco su maltratada apariencia, lo menos que quería en esos momentos era preocupar a sus abuelos con sus problemas.

Pero no solo el sentimiento de dolor estaba en su corazón, también una creciente desconfianza hacia esa "Amano Yuuma". Issei estaba pensativo en su habitación realmente estaba bastante contrariado por la reacción de su querida Chiyo, alzó su celular mientras vio la respuesta ante la dudosa situación en la que estaba metido.

"Eres realmente un idiota"

Issei suspiro ante la honesta respuesta de Kiba, dejó su celular mientras admiró una foto que tenía frente a él, allí estaban ellos tres su mejor amigo Shidou tomándolopor el cuello y Chiyo quien se mostraba sonriente al lado de ellos dos, sin bastante animo golpeo su frente contra el escritorio mientras se lamentaba por la mala decisión que tomó.

No es que vaya ser mi novia – el castaño comentó para sí mismo – espero que Chiyo-chan pueda perdonarme.

El primer día de aquella semana de prueba empezó mostrando los primero cambios radicales, su querida amiga de la infancia y kohai no apareció como normalmente lo hacía, eso hizo un pequeño hueco en su estómago, sintiendo la culpa de sus acciones, en una esquina cercana a su casa estaba de Yuuma esperándolo nerviosamente para caminar juntos hasta lo más cercano a su escuela, mucho que lo conocían estaban extrañados por la diferente compañía que tenía el castaño, una de esas personas era la propia presidenta del consejo estudiantil, justo cuando parecían estar cerca del rango de visión de la misma, Yuuma se despedía de Issei para tomar otro camino. Chiyo por su parte aplicaba la "Ley del Hielo" con él empeorando bastante la situación, muy adentro Issei deseaba terminar esa semana de prueba para pedir las debidas disculpas a su amiga de la infancia y tratar de enmendar las cosas.

Los días subsecuentes Issei notó algo particular en Amano Yuuma, casi toda sus conversaciones estaban dirigidas para conocer más de Issei, pero cuando él tocaba el tema sobre su pasado, la pelinegra evadía la pregunta hábilmente, esa parte de su personalidad molestó levemente al castaño, pero nunca lo externó ya que ese extraño comportamiento le serviría para dar un rotundo "no" a su petición de salir con ella.

Por su parte Souna se mostraba inquieta, tanto como la pequeña Chiyo sin saberlo ambas jovencitas investigaron mucho sobre "Amano Yuuma" y lo que encontraron no les gusto para nada. Ya que era eso, "nada" no había registros de ella en la escuela que supuestamente asistía, ningún alumno parecía conocerla y sobre todo la supuesta dirección que dio como su hogar; era simplemente una edificación abandonada.

Chiyo estaba en un dilema moral no podía aparecer de la nada y decirle a Issei que la chica con la pensaba salir en algún momento estaba mintiendo; tenía miedo que eso fracturara su amistad, por eso decidió que lo mejor sería espiarlos en el último día para asegurarse de que no le hiciese algo malo. Issei estaba un poco nervioso, la noche anterior Yuuma sugirió una cita para tener algo que recordar, el castaño no estuvo en contra con la idea ya que en definitiva zanjaría el asunto con ella para seguir con su vida tal y como la estuvo viviendo antes de su arribo. No supo que lo incitó para mandarle un mensaje a Chiyo de lo que tenía pensado hacer aquel domingo en especial, pero al no recibir respuesta por parte de ella, pesó que se lo tomó mal.

Solo espero que Yuuma-san no me odie por esto – Issei miro con detenimiento su reflejo en el espejo antes de dar su visto bueno – Bien, terminemos de una buena vez...

Estaba medianamente arreglado para la ocasión, claro no se puso sus mejores ropas con el miedo de que se estropearan por un arranque de furia por parte de la chica con la que estuvo saliendo a "modo de prueba", suspiro sonoramente ante de salir de su casa, por suerte era domingo por la mañana y sus padres no se levantarían hasta cercano el medio día, así no recibiría cuestionamientos por su atuendo. Camino un poco y la encontró como siempre en la misma esquina donde lo estuvo esperando casi toda la semana.

El arrepentimiento se hizo presente al notar el esmero que Yuuma puso en su apariencia, una blusa rosa pálido que combinaba con su falda negra, una zapatillas de tacón bajo y por supuesto un bolso a juego; quizás lo que más le molestaba era la radiante sonrisa que tenía en el rostro. Bajo la mirada un poco dolido pero se recompuso al instante.

¡Yuuma-san! – la chica alzó la mirada para divisar al chico - ¿Llevas mucho tiempo esperando?

La chica negó con la cabeza sin quitar la sonrisa de su rostro, llena de motivación tomó de la mano a Issei y le pidió que le siguiera, a la distancia Chiyo estaba de pie mirando como la pareja se retiraba, rápidamente empezó a andar mientras seguía de cerca a la pareja, para pasar desapercibida decidió arreglarse un poco, decantándose por unos jeans un poco ajustados, una playera de color violeta y sobre esta una blusa un tanto holgada; unas tenis bastante cómodos por si tenía que correr y un bolso con varios cosas para defenderse.

La cita de Issei y Yuuma empezó como típicamente lo haría, vieron una película en el cine, Chiyo es quedó en un café cercano mientras leía un libro, después salieron a curiosear a diferentes tiendas probándose distintos conjuntos de ropa; para ese punto Yuuma no parecía más que una chica normal pero quien se encontraba tanto molesta era la joven Izumi.

Ahora yo soy la acechadora – comento la pequeña chica de anteojos – Ise-sempai tendrás que compensarme muy bien – eso último lo dijo con malicia

Un horrible escalofrió recorrió la espalda del castaño quien miro para todos lados con la esperanza de encontrar a aquella persona que estaba pensando cosas malas hacia su persona. Su acompañante notó aquella reacción y no hizo más que reír ante lo gracioso que se veía, siguieron con su cita hasta llegar a un parque, notando por completo la soledad que reinaba en él, eso alerto bastante a Issei que caminaba a una distancia prudente de la chica, mientras miraba con seriedad su espalda, de repente ella se detuvo su andar y hablo con voz tranquila.

Sabes, pensé que sería más fácil – el castaño se quedó parado en su lugar mientras escuchaba lo que Yuuma tenía que decir – Es lo malo con los chicos que no tienen las hormonas alborotadas – se dio la vuelta para encarar al su acompañante – nunca bajaste la guardia… Issei-kun

Bien, evadir mis preguntas sobre tu pasado fue algo malo – el chico miro fijamente a la pelinegra – Eso habló mal de ti… Yuuma-chan

Eso último me supo a sarcasmo – la chica alzo los hombros bastante contrariada – al menos no tengo que seguir fingiendo

La abuela dice "La honestidad es la mejor política" – Yuuma miro sorprendida al chico frente a ella – Pero no negaré que fue divertido

Aquella declaración hizo reír a la chica, curiosamente era una risa genuina, sin malicia alguna, así estuvo unos momentos hasta que paro abruptamente.

No voy a mentirte – Yuuma camino hasta estar cerca de Issei – No eres de mi tipo… pero definitivamente me hubiera enamorado de ti

Es una lástima – el castaño se rasco la cabeza - A decir verdad, mi zona de gustos están por la chicas que son un año menor que yo

¿En serio? – la sorpresa adornó el rostro de la pelinegra – ¡Rayos! Miltlet hubiese sido mejor que yo

¿Mil-que? – la jovencita se llevó su mano a la boca evidentemente apenada

No es nada – Yuuma negó con la cabeza mientras bajo la mirada – Issei-kun puedo pedirte un favor… ¿Podrías morir por mí?

La extraña pregunta tomó por sorpresa a Issei, quien rápidamente sintió un dolor en el área del abdomen, aquella sensación rápidamente hizo mella en su fuerza ya que sus piernas empezaron a flaquear para caer de rodillas. Yuuma por su parte dio unos pasos hacia atrás, sus ojos le miraban de forma lastimera y sobre todo con tristeza, en una de sus manos poseía un extraño objeto, hecho completamente de energía o eso parecía, le recordaba a esos "extraños" poderes que aparecían en los mangas o animes que veía de vez en cuando en compañía de Chiyo, aunque la última negaba su gusto por esas cosas.

Tosió un poco, su boca se llenó de un sabor completamente metálico, llevó una de sus manos a su lastimado abdomen para ver como su sangre salía por la herida que Yuuma le provocó con la extraña arma.

En verdad lamento mucho esto – Yuuma desvió un poco la mirada evitando encarar al castaño – Primeramente me ordenaron observarte y de la nada me pidieron que te eliminara – el cuerpo de Issei cayó sobre el charco de su propia sangre – Lo único que puedo hacer es acompañarte en tus últimos momentos… en verdad lo lamento Issei-kun

El arrepentimiento estaba impregnado en la voz de Yuuma, quien se arrodillo junto al cuerpo de Issei lentamente cerraba sus ojos ante su inevitable final. Pero pudo vislumbrar la figura de alguien más antes de perder por completo la conciencia. Chiyo estaba horrorizada, tanto que sus piernas no podían moverse de su lugar, Yuuma se quedó helada al ver como la jovencita que siempre acompañaba a Issei estaba en aquel parque.

Dohnaseek-san preparó una barrera – Yuuma habló quedamente - ¿Cómo es posible que la hayas atravesado?

La pregunta no obtuvo respuesta, toda la atención de Chiyo Izumi estaba puesta en su sempai, de manera mecánica dio un paso hacia adelante mientras que la joven que estaba al lado de Issei se levantó de su lugar y sacó de nuevo aquella extraña arma hecha de energía.

Ise-sempai – repitió la jovencita ante la mirada de la atacante del castaño – Ise-sempai

El ambiente lentamente fue cambiando, Yuuma sentía como una terrible opresión estaba rodeándola por completo, tanto era el sentimiento que instintivamente dio un paso hacia atrás.

Ise-sempai – Chiyo se acercó un poco más al abatido cuerpo de Issei – Despierte por favor… sempai

Aquella escena era amarga y triste, Chiyo se arrodillo junto a Issei y lo movió levemente, la única testigo quería sentir lastima por la jovencita de anteojos pero su instinto le dictaba que debía de mantenerse alerta ante cualquier reacción por parte de la misma, repentinamente un círculo mágico apareció debajo de ellos dos, Yuuma ahora experimentaba el miedo por completo, brillando en un violeta intensó estaba el símbolo de la serpiente que se devoraba a sí misma, el emblema de Ouroboros. Tras eso se pudo escuchar un grito desconsolador que provino de la garganta de la jovencita que fue salvada por Issei hace siete años.

El poder que emano de su cuerpo lanzo por los cielos a Yuuma la cual cayó pesadamente a una distancia bastante alejada, toda criatura sobrenatural fue alertada de aquella presencia, pero lo que más les preocupó fue que al instante desapareció.


Issei abrió sus ojos, sentía molestia en el área del abdomen, con pesadez trato de levantarse pero notó un peso familia sobre él, allí estaba su querida amiga Chiyo su piel mostraba una palidez mortecina, llevado por la adrenalina que generaba esa visión recobro toda sus fuerzas. El temor se apoderó de él al ver como la jovencita sangraba abundantemente en el mismo lugar que él había sido herido, con cuidado la recostó boca arriba acercado uno de sus oídos al área del pecho.

Espero unos segundos que se volvieron una eternidad, sentía que su corazón se detendría si no escuchaba lo que esperaba, fue cuando lo notó tan débil que era inaudible pero allí estaba.

El corazón de la jovencita latía con debilidad, sino se apuraba no sobreviviría, pediría ayuda para llevarla al hospital estuvo a punto de hacer algo cuando se percató de la presencia de Yuuma, sus ojos se encontraron con los de la chica, estos estaban clavados en la figura de Chiyo, mostraban una ausencia de raciocinio, en sus manos estaba su arma de energía, su mente sacó una rápida conclusión y se dispuso a proteger a su amiga.

¡¿TU LE HICISTE ESTO A CHIYO?! – Issei hablo con potencia llamando la atención de Yuuma - ¡CONTESTA!

Yuuma no contestó, en su lugar emergieron de su espalda dos alas negras alzó su arma para asestar un golpe a la inconsciente jovencita, actuó tan rápido como pudo, se dispuso a usar su cuerpo a manera de escudo para proteger a la indefensa Chiyo de Yuuma, el arma hecha de energía bajo con pasmosa velocidad y fuerza, aun si el castaño servía de escudo, el ataque acabaría con los dos de manera definitiva, pronto un protector apareció en el brazo izquierdo del joven, deteniendo el golpe de Yuuma.

La joven ángel de alas negras reaccionó ante la presencia del nuevo objeto, se alejó rápidamente mientras que Issei bajo sus brazos mostrando dolor en el rostro.

Twice Critical – Yuuma hablo quedamente –Primero el "Sunrise Blessing" y ahora esto – la chica se llevó las manos a la cabeza - ¡NO ENTIENDO QUE ESTA PASANDO!

¡Aun no contestas mi pregunta! – Issei encaro a su atacante - ¡¿Tú le hiciste esto a Chiyo?!

¡Debo de seguir mis órdenes! – la jovencita se abalanzó hacia Issei – Voy a matarlos a los dos… por suerte es tan solo un Twice Critical

Luz chocando contra metal, eso era lo que ocurría, Yuuma e Issei se estaban enfrascando en un combate bastante desigual ya que uno atacaba mientras el otro se defendía como podía, aquel protector era lo único que se interponía entre la vida y la muerte; aunque otro factor estaba en contra del castaño, tiempo entre más tiempo pasaba defendiéndose de Yuuma, la vida de Chiyo terminaría sin poder hacer nada por evitarlo.

Para colmo, aquel ángel con el que luchaba Issei estaba más desesperado por terminar esa batalla que atacaba de manera errática y sobre todo brutal; mostrando la diferencia que entre ellos dos empezaba a hacerse visible, pero a pesar de eso el chico mantenía un buen ritmo contra su oponente.

La "ángel" se mordía los labios al ver la valentía que demostraba aquel chico con el que salió una semana, algo admirable se le preguntaban, dar todo por proteger algo siempre fue algo que envidio a los humanos, pero para ella eso era perjudicial, el sonido del metal cediendo a la fuerza se hizo presente, vio como el Twice Critical lentamente se agrietaba por la potencia de los golpes que Issei detenía, de seguir así la victoria sería para ella.

Issei sentía como su improvisada defensa terminaría por ceder, no sabía nada de su "Twice Critical" para él era tan solo un protector para defenderse de los ataque del arma de energía de su "cita".

[BOOST]

Ambos contendientes escucharon provenir de aquel protector rojo carmín, por un instante Issei se sintió un poco más fuerte y con fuerza desvió el arma de Yuuma, aprovechado que la chica había quedado indefensa, propino un certero golpe con su puño derecho a la base del abdomen del "ángel" haciendo trastabillar, una sonrisa triunfante adorno su rostro… estuvo a punto de dar un segundo golpe cuando de la nada sintió varias punzadas en la espalda, desvió un poco su mirada y pudo notar varias armas clavadas en su cuerpo, cada una de ellas eran similares a la de Yuuma, de distinto color pero de la misma naturaleza.

Sobre ellos descendieron tres ángeles de alas negras, un hombre vistiendo un fedora y gabardina, una jovencita rubia en traje de lolita gótica y otra vistiendo una blusa con un revelador escote y una corta falda, un conjunto sacado de la zona roja de la ciudad.

¡Raynare! – la pequeña rubia se dirigió a Yuuma - ¿Qué estás haciendo? – la ahora Raynare reaccionó - ¡Debemos irnos!

Esto ya se nos fue de la mano – el hombre hablo con parsimonia – Las dos administradoras vienen en camino… debemos irnos

Dohnaseek-san, Miltlet-chan y Kalawarner-san – Raynare hablo quedamente – no podemos irnos así como así

No es necesario darles el golpe de gracia – la mujer mayor comento con desdén - ¡¿PERO QUÉ?!

El grupo de ángeles miraron con sorpresa como Issei caminaba lentamente ignorando por completo la amenaza que representaba todos ellos, su atención estaba puesta en la chica que también se debatía entre la vida y al muerte; las armas de energía desaparecieron al poco tiempo de haber impactado en el cuerpo del castaño haciendo que sus heridas sangraran copiosamente, el "Twice Critical" mostraba las grietas en todo su metal.

Miltlet preparo una nueva arma en sus manos solamente para ser detenida por Dohnaseek, cosa que sorprendió a las otras dos jóvenes.

Guarda tu lanza de luz – el hombre hablo con decisión – Peleo con honor, al menos dejémoslo morir junto a la otra

La pequeña rubia bufó levemente molesta pero accedió a la petición de su compañero, todos ellos extendieron sus alas para alzar el vuelo y desaparecer de aquel lugar, Raynare se atrasó un poco para ver por última vez a Issei, sus ojos aun mostraban cierto pesar pero decidió que lo mejor era irse de allí.

En la mente de Issei no había ningún pensamiento, solamente el deseo de estar al lado de Chiyo, su cuerpo se movía por mera fuerza de voluntad ni siquiera era capaz de percibir el dolor que le causaban sus heridas abiertas, justo cuando estuvo cerca de su amiga, sus fuerzas cedieron para caer pesadamente, el frio del suelo era molesto, vio que le faltaba poco para estar cerca de su kohai, empezó a arrastrarse por lograr alcanzarla dejando tras de sí su sangre que manchaba el suelo del parque.

La barrera que rodeaba aquel lugar empezaba a difuminarse dando paso al cielo nocturno que adornaba a Kouh y sobre ellos apareció una hermosa luna blanca, bajo la luz de la misma Issei se acomodó cerca de Chiyo quien débilmente se percató de la presencia del castaño. Se miraron mutuamente solamente para sonreírse, mientras las lágrimas salieron de sus ojos.

Bajo la luz de la luna, ellos dos dejarían este mundo… era un final demasiado triste.


Notas de Aeretr:

Buenas noches, dias o tardes... dependiendo el momento en que lean esto; bien después de haber probado el "lado oscuro" fanservicero de este fanon, vuelvo a sacar algo completamente random, aprovecho que estoy de vacaciones hasta el 13 de marzo para escribir, actualizar y andar de vago.

Bien primero antes que nada habra ciertas reglas sobre esta historia:

1.- No hay harem... no insistan, no va haber y punto (a lo mucho un triangulo amoroso pero nada más)

2.- Su actualización dependerá de la aceptación de la misma (vamos no motiva mucho recibir pocas opiniones), de lo contrario será mensual.

3.- Es un Issei x Ophis... aunque no lo crean.

4.- No será una historia larga... tengo planeado 12 o 13 capitulos como mínimo, mas un epílogo.

Bueno creo que es todo por ahora, es hora de continuar con una actualización... de la cual será sorpresa.

Por cierto gracias a todos los que les gustó "Hurt" en serio es mejor hacer un one-shot, que escribir una historia con una tématica bien quemada...

Datos interesantes.

El nombre de Chiyo Izumi no fue elegido de manera aleatoria, de hecho ningun nombre es elegido al azar por este autor, mas que nada es una especie de contradiccion para lo que representa Ophis

En kanji : Chi (Miles o mil) + Yo (una vida o generacion) Chiyo: Miles de Generaciones o Eternidad, Izumi significa Fuente o fuentes, Izumi Chiyo termina significando "Fuente de la Eternidad o Fuente de Mil Generaciones (vidas)" cuando Ophis representa al vacio y la nada.

Lo del "nerfeo" o bajon de poderes de Ophis es canonico de la novela y no fue sacado de la manga.

"Sunrise Blessing" es algo que nacio debido a varios Sacred Gears es todo lo que puedo decir... Blade Blacksmith/ Sword Birth , Boosted Gear / Divine Dividing, quien adivine cual es la relación se ganará una mención honorifica.