¡Una pequeña historia de la anatomía del cuerpo de tu mejor amiga!
Como siempre dicen, que la gente nunca cambia, solo aparenta cosas diferentes, y también se dice que algunos no pudieron heredar lo bueno sino lo no lo malo. Scorpius Malfoy era la copia exacta de su padre, un chico rubio, ojos grises, y obviamente ese mismo casanova que todas las chicas gustaban, para la tragedia de las chicas de treinta para abajo, que nunca tendrían a Scorpius entre sus piernas, ya que el musculoso solo gustaba de mujeres con experiencia, mujeres mayores, obviamente en buen estado, ese detalle era lo único que gustaba a Scorpius, mientras su padre, Draco Malfoy, profesor de Defensa contra las artes oscuras, un hombre mayor, pero en un increíble estado, que no le envidiaría nada a un joven chico, era todo lo contrario a su hijo, desde la muerte prematura de su esposa en un accidente, el se había vuelto un engatusador de pequeñas jovencitas que se veían atraídas por ese hombre, obviamente el no perdía la oportunidad de disfrutar ese pequeño regalo que le ofrecían, digamos que el tenia esa fama en los dormitorio de chicas.
Un joven rubio se removía entre las finas sabanas negras de su cama, una tenue luz se filtraba entre las verdes cortinas, y una mano femenina lo rodeaba por la cintura, Scorpius sonrió al sentir esa mano bajar hasta su entrepierna. Así eran ese tipo de mujeres, insaciables, y para su gusto, era lo mejor, al lado de Scorpius estaba recostada Katie Bell, una mujer mayor, pero con un cuerpazo que encendería a cualquier hombre, y Scorpius no era la excepción, el rubio se giro y le sonrió a la mujer, que le sonreía sensualmente y seguía con su mano entretenida en una parte crucial de Scorpius. El chico solo le sonrio y bueno, continuaron en lo que un par de horas habían estado haciendo, hasta que Katie le dijo a Scorpius que lamentablemente se tenia que ir, y que dejaría una tarjeta en la mesita de noche. Scorpius la observo mientras se vestia y se despidieron con un apasionado y acalorado beso. Minutos después Scorpius tomo una tranquila ducha, y bajo a desayunar, abajo no había nadie, digamos que en ese momento el único otro ser que habitaba la mansión Malfoy además de el, estaría ocupado resolviendo los mismos asuntos que el había estado resolviendo toda la noche, le pidió a un elfo domestico que le trajera el desayuno, y se sentó en la gran mesa del comedor a desayunar, la única interrupción que tuvo fue por parte de una chica, rubia, con un busto entallado, y un trasero magnifico, de aproximadamente 17 años que bajaba las escaleras apresuradamente y al verlo a el desayunando se sonrojo fuertemente y salió casi corriendo de la mansión, Scorpius solo sonrió con suficiencia, minutos después bajo su padre y dijo un serio: "Buenos días"
-Buenos días, padre. Dijo Scorpius con una sonrisa triunfante.
-¿Por qué tan feliz? Sabes que me molesta la gente que se despierta con una sonrisa, me irritan. Dijo Draco mientras se sentaba al lado de Scorpius y comenzaba a servirse unas tostadas.
-No nada, aquí pensando, que cada ves mejoras, papa, mejoras. Dijo Scorpius riendo.-Tus conquistas son cada ves mas bonitas, sexis esa chica estaba caliente, a pesar de tu edad. Dijo después.
-¿Disculpa? ¿A pesar de mi edad? Por favor Scorpius, si tu supieras cuantas chicas se han acostado conmigo, te dieras cuenta que tu no eres nada, comparado conmigo. Dijo Draco sarcásticamente molesto.-Tu, llamándome viejo, no conoces nada pequeño rubio parlanchín. Añadió después.
-No era para que te molestaras, padre, solo decía. Dijo Scorpius. Su desayuno se vio interrumpido por una criada que entro al comedor con un par de cartas y un periódico. Le entrego las cosas a Draco y salió del salón.
-¿Qué es? Pregunto Scorpius mientras bebía un poco de zumo de calabaza.
-Son varias cartas, tu lista de útiles de este año, mi horario de clases, una carta de una tal Rose…
-¡ROSE! ¿Me escribió? Grito Scorpius y le arrebato el sobre a Draco de las manos, y en el ínterin haciendo que Draco derramara su café en el mantel.
-Scorpius Malfoy mira lo que me hiciste hacer, por Merlín, que te emociona tanto de esa chica, espera, ¿Esa es Rose Weasley? Pregunto Draco mientras llamaba a una criada para que limpiara el desastre.
-Si papa, mi mejor amiga, hija del que tu le llamas comadreja, con quien me la paso en Hogwarts, mi mejor amiga, bla bla bla. Dijo el chico mientras abría el sobre.
-Pensándolo bien, esa chica es linda, tiene un buen trasero, y linda piel. Dijo Draco, viendo a su hijo que se mantenía callado escuchándolo.- Si pero ese busto, no lo saco de la Granger, tuvo que haberlo sacado de los Weasley, porque Granger no tiene casi pechos, en cambio la Weasley, Ginny Weasley, esa chica si tenia senos, eran como dos misiles a punto de estallar, una vez la vi cuando estaba embarazada de su ultimo hijo, creo que se llama Lily, si le doy clases, y tenia ese pecho a explotar, Scorpius tu sabes que las mujeres se les pone el pecho grande cuando están embarazadas, bueno, esa chica que ya de por si tenia el pecho grande, cuando estaba preña lo tenia a explotar, me imagino que el Potter lo disfruto mucho…
-¡PAPA! ¡BASTA! Dijo Scorpius.-¿Qué crees que haces? Pregunto.
-Nada, yo solo te daba un poco de información acerca de la historia de la anatomía del cuerpo de tu noviecita. Le dijo Draco.
-¡No es mi novia! Además, tu sabes que a mi no me gustan las chicas asi, Rose es mi mejor amiga, a mi me gustan las mujeres con mas experiencias.
-Pero a mi si…susurro para si mismo Draco, pero lamentablemente Scorpius lo escucho.
-¡NO TE ACOSTARAS CON ELLA! Exclamo Scorpius exaltándose.
-No seria acostarme con ella, solo seria sexo. Se excuso Draco como un niño.
-¡No!
-Anda…
-¡NO!
-Esta bien, esta bien, no. Dijo Draco después.-Falta solo una semana para que partamos a Hogwarts, tenemos que ir al callejón Diagon, para comprar tus útiles, que te parece hijo, tu ultimo año, tienes que vivirlo a lo grande.
-Si padre, no te preocupes.
-Este año, acordamos con McGonagall que si haríamos fiesta de navidad, asi que consíguete una pareja bonita.
-Claro papa, ahora me retiro, voy a leer en…paz la carta que me mando Rose.
Scorpius se levanto de la mesa y salió rumbo a su habitación, recordando como esa primera vez, en el tren de Hogwarts había conocido a Rose, o mas bien le había derramado el refresco encima, ella en vez de ponerse furiosa, lo único que hizo fue reírse y echarle el jugo que ella bebia a Scorpius en la cabeza y asi comenzaron los juegos, y luego se conocieron mejor, y el que ella estuviera en Gryffindor y el en Slytherin no impedía nada de su amistad, luego fue pasando el tiempo y Scorpius se dio cuenta de que los Weasley se habían encargado de sobre poblar Hogwarts y ayudarla a ella a huir de sus primos que la adoraban y trataban como su reina, era lo mas divertido que podía haber. Scorpius se tiro sobre la cama y comenzó a leer:
Querido Scorpius:
Como estas, no sabes la falta que me haces, esa ayuda que me brindas al ayudarme con estos mentecatos que tengo de primos es muy grande, y ahora mas necesitada que nunca, James, es el único con el que puedo charlar pasivamente sin que comiencen los alborotos y bochinches, estamos en la madriguera, el tío George, probo una broma en mi papa, y se le puso el cabello azul, mi madre casi que botaba fuego por la boca cuando se entero de que mi hermano menor, estaba teniendo sexo con una chica, si los encontró en el acto cuando se devolvió a buscar unos papeles que se le quedaron en la casa y se encontró con esa sorpresa, yo, bueno digamos que el tío Harry me llevo a mi y a james de paseo por el bosque de Dean, dijo que mi madre y el habían ido cuando estaban en guerra, no sabes lo precioso que es, como tampoco sabes todo lo que tengo que contarte y una carta no me basta, me preguntaba si podríamos ir juntos a comprar los útiles en el callejón diagon. Besos y abrazos.
Rose Weasley Granger.
Scorpius guardo la carta y se dispuso a escribir una respuesta, cuando escucho un pequeño ruido que provenía de su ventana.
jaja que les parece, es una idea estupida que me vino a la mente, solo eso...comenten.
