Hola Bueno, esta vez vengo con una historia "heredada" de una gran amiga escritora de estos lados. Ha tenido varios nombres, el último que utilizó era Agatha Lestrange, pero hace mucho que ha decidido abandonar esta red debido a problemas personales de salud y familiares. Tal vez la conocieron también como Hikari Takaishi o Aiko Malfoy Cullen X. Decidí aceptar la herencia del fic únicamente por ser del universo que más amo en el mundo animé. Nos vemos abajo! no olviden leer al final, habrán noticias sobre los capitulos posteriores.
Nota Original: Hola gente!
Bueno, vengo incursionando en el mundo de los digimons digital monsters... mi anime preferido!
Espero no sean muy duros conmigo y ojalá les guste mi historia ^^
Pide un deseo.
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Autora: Hikari Takaishi 184
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Declaimer: Digimon no me pertenece. Solo me pertenece la historia y algunos personajes.
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Prólogo
"Rápido, por acá" Gritaron las únicas dos chicas del grupo, quienes corrían lo que más podían intentando escapar de aquel grupo de Tyranomon salvajes. Ambas llamaban a sus compañeros, cuatro chicos que intentaban ganar terreno peleando, sin embargo sus compañeros digimon estaban demasiado exhaustos como para continuar.
Corrieron hacia la cascada, en donde aún podían divisar las siluetas de Kari y Yolei tras la espesa cortina de agua que caía a gran fuerza, salvándose por poco de aquel grupo salvaje. Mas no se esperaban encontrar con lo que vieron.
Kari y Yolei estaban sentadas en el suelo, mirando entre curiosas y algo frustradas un objeto que reposaba sobre una tarima de piedra.
"Es demasiado pesado" Se quejó Yolei, cruzándose de brazos y bufando. Hawkmon, su compañero digimon le ayudó a incorporarse y, testarudamente, la pelimorada volvió a acercarse al objeto, intentando levantar lo con todas sus fuerzas, fallando nuevamente.
"Parece ser un nuevo digiegg" Dijo Takeru, ayudando a Hikari a levantarse y acomodándole unos cuantos mechones que se le habían soltado a la chica. "Tiene un extraño símbolo, ¿Son nuestros emblemas?" Agregó algo más atónito, acercándose a observarlo mejor.
Un lazo que encerraba los nueve emblemas ya conocidos y unos cuyo significado los chicos no conocían se encontraba tallado en un digiegg de color blanco, completamente.
"Reconozco ese símbolo, es el digiegg de la unión" Se apresuró a decir Gatomon, ganándose varias miradas de consternación. La felina se había acercado también al objeto, situándose a un costado del joven portador de la esperanza. Miles de flashes invadieron su mente de recuerdos oscuros, en los que ella había visto en varias ocasiones ese símbolo y otros más en una de las tántas cámaras del castillo tenebroso de Myotismon.
"¿Cómo sabes eso?" Inquirió Hikari, observando a su compañera digimon, mientras observaba como tanto Cody como Ken fallaban en levantar el digiegg. Takeru también lo intentó, pero se dio por vencido a los pocos segundos. Era exactamente como cuando intentó levantar el digiegg del valor.
"Estaba en el castillo de Myotismon, el símbolo de los emblemas que conocemos y unos más que nunca he visto. Este se encontraba apagado, así como la gran mayoría, excepto los siete emblemas que ya habían sido encontrado por sus dueños" Explicó ella, subiéndose al hombro de Kari y mirando al resto de sus compañeros. "Fue antes de que nosotras nos conociéramos" Agregó.
Un golpe sordo las sacó de su conversación.
Davis se encontraba en el suelo,a un metro del digiegg. Lo miraba desde el suelo, con determinación en sus ojos. Lo vieron levantarse y correr nuevamente en dirección al objeto, sin embargo fue inutil, no logró moverlo ni medio milímetro.
"Esto es frustrante" Agregó el moreno,soltando un bufido de frustración. Otro golpe sordo les llamó la atención a los seis chicos, antes de que un terremoto les obligara a salir de su escondite.
"Tenemos que volver con los chicos para contarles lo que hemos encontrado" Habló Cody. Los demás asintieron y partieron en búsqueda de la puerta por donde habían ingresado al digimundo.
"¡¿Cuándo va a ser el día en que dejes de soñar y te des cuenta que tienes una vida que continuar decentemente?" Los gritos de una mujer invadían cada rincón de la habitación.
Una joven adolescente de catorce años lloraba silenciosamente mientras abrazaba aquél peluche con forma de gatomon que su padre le había regalado hacia varios cumpleaños atrás, cuando él aún vivía.
"No puedes pasarte el día entero pensando en esos dibujos animados Mayra" Los ojos de su madre estaban cristalizados y las lágrimas amenazaban con salir.
"Pero… pero mamá…" La suave voz de Mayra se quebró más de lo que estaba. ¿Porqué su madre no le permitía soñar como a ella le gustaba? ¿Porqué no le permitía vivir en su burbuja? Todos sabían que ella no era una chica corriente, demasiado inocente para su edad y con un sentimentalismo muy grande. Era una niña bastante extraña (palabra de sus antiguos maestros), malcriada (palabras de su madre), especial (palabras de su difunto padre).
Mayra era una chica de cabellos color chocolate, ondeado, casi liso. Sus ojos eran como dos piedras construidas con la plata más fina, no se podría decir exactamente si eran grises, azules, verdes o una mezcla de los tres y su piel era ligeramente tostada.
Con sus catorce años, Mayra siempre soñaba con aquel mundo que una serie de televisión construyó hacia ya un par de años, pero sabía, con el dolor de su corazón, que para una persona como ella, que vivía en un mundo como este, le sería completamente imposible convertirse en parte de su mundo digital, al que a pesar de no ser real, adoraba con todo su ser.
"No me dejas otra alternativa que volver a castigarte Mayra" Su madre interiormente sufría al verla así, pero su hija debía entender que no todo es posible en el mundo y que los programas de televisión eran en su casi totalidad ficción. "Solo te pido que este año, tan solo por una vez, prestes atención a tus clases en tu nuevo colegio. No quiero que otra vez te expulsen por calificaciones y por no prestar atención en ninguna de tus clases" La mujer desconectó el cable que daba la energía al televisor para funcionar y se lo llevó a su cuarto, en donde lo guardó dentro de un cajón que siempre guardaba con llave.
Mientras, Mayra continuaba llorando, sentada en el balcón que tenía en su habitación, ese que daba al patio trasero de la casa, que colindaba con un hermoso prado lleno de árboles de cerezo.
La brisa nocturna, mezclada con la brisa marina, mecían sus cabellos suavemente y sus lágrimas caían una tras otra. Su peluche de gatomon descansaba sobre una repisa, en compañía de muchos otros peluches con forma de diversos digimons. La chica observó su colección de peluches con mucha tristeza y, tomando una abrupta decisión, entró a su habitación, guardó todos sus peluches dentro de una caja y ésta, a su vez, fue guardada en el ropero, en la parte más recóndita.
Cerró la ventana que daba al balcón y colocando su mano sobre el frío cristal murmuró por última vez su único deseo y se fue a acostar.
Aquella misma noche, una estrella fugaz surcó el cielo, escuchando los deseos sinceros de aquella chica de catorce años y fue esa la noche en que, desde una caja escondida en un ropero, una cantidad considerable de peluches desaparecieron.
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Nota Original: Y? se que es corto, pero es tan solo el prólogo... la historia verdadera comenzará en el primer capítulo.
Espero sus opiniones en un rr^^
besitos a todos...
Bueno, este es solo el Prólogo de la historia, como podrán ver. La autora tiene escrito solo este y tres capítulos de la historia, pero por motivos que no me compartió (Cosas personales según sus propias palabras) no la va a continuar, sin embargo me dio las pautas del fic y la idea principal, para que fuese yo quien desarrollara la historia y se las subiera por este medio. Espero que realmente les guste, y si no, bueno al menos tendré el agrado de haber escrito algo sobre mi animé preferido xD
Nos vemos en el primer capítulo!
Adelanto: Un nuevo Digiegg a aparecido, sin embargo no ha podido ser movido por ningún niño elegido. ¿Es el emblema de la unión? ¿A quién pertenecerá?. Hikari, Takeru, Daisuke y Ken conocen a la nueva chica que a ingresado al colegio y hacen buenas migas con ella. ¿Los digivices de Taichi, Yamato, Sora y Koushiro han cambiado! Pero... porque!?
Esto y mucho más en el próximo capítulo de Digimon Adventure 03, Pide un Deseo, ahora es cuando, la aventura digievoluciona!
