AUREA IXIA

por LaLi y Nimph

Capítulo 1: La batidora

N/A: ¡Muy bien, nenes y nenas! La acción empieza cinco años tras el cuarto libro, cuando los del curso de Harry tienen veintipocos y faltan dos semanitas para la boda de Ron y Hermione. Los personajes tienen 'nuevas relaciones' entre ellos a los del libro pero hemos intentado que su carácter varie poco. *ATENCIÓN* Queridos homófobos, nada de flames. Si no queréis, no leáis, pero no nos vengáis con rollos morales. Queridas slash/yaoi lovers, tenemos lesbis, gays, heteros y bis, pero ninguna escena descriptiva. Y no está planeado hacer ninguna. Así pues... preparados? Listos? Ya!

*-*-*-*

Ginny no se esperaba esa reacción de su marido. ¡Incluso había pensado que le haría ilusión! Pero él se había ido casi huyendo al saberlo. ¿Y ahora ella qué haría? Quería tener ése hijo, pero no sabía si se apellidaría Finnigan.

Llenó un poco la regadora metálica y se dirigió al salón para regar a su planta de la suerte. Qué capullo era Seamus. Encima que nunca estaba porque era el medimago de los Chudley Cannons y desde que el equipo empezó a ganar no hacía más que viajar y nunca estaba en casa (¡después de haberle pedido que se mudara a Irlanda, lejos de su guardería, para estar más tiempo juntos!), cuando ella le dijo 'estoy embarazada'... él se quedo en silencio lo que a ella le pareció una eternidad, y finalmente dijo "¿Sabes? El martes me marcho a Canadá, juegan contra los Falmouth Falcons. Tendré un montón de trabajo: a los Falcons les mola romper cabezas... volveré a tiempo para ir a la boda de tu hermano, no te preocupes." Y en los dos días que siguieron, antes de que marchara, no se volvió a comentar el tema.

-Mierda. Mierda, mierda, mierda.

Había estado tan lejos de la tierra que había vaciado la regadora encima de la planta y el agua había desbordado el plato de debajo el tiesto. Impaciente y molesta, vació el plato sobre el suelo recién fregado. Daba lo mismo.

¿Qué iba a hacer ahora? La casa cada vez le parecía más pequeña, y cada día dependía más y quería depender menos de Seamus.

Acarició una de las flores doradas con un dedo mojado.

-¿Qué haremos, pequeña? ¿Por qué no encuentro a nadie que me quiera?

Oh, Dios, ahora les hablaba a las plantas y todo. ¿Por qué había ido a casarse con un tío alérgico al compromiso? Aparte de porque era muy bueno en la cama, claro.

Bueno, daba igual. No iba a quedarse ahí encerrada esperándolo. Se iba a casa de sus padres a ayudar a Hermione con la boda y a revisar su guardería para niños magos, y puede que incluso no volviera, mira por dónde.

Sintiéndose valiente, se subió a la cama de un saltó, cogió la maleta del altillo y empezó a llenarla con ropa para unos días. Se duchó, se arregló el pelo, cogió la maleta y salió al rellano. En un gesto de clarividencia inopinada, antes de cerrar la puerta y dar doble vuelta de llave cogió la plantita.

*-*-*-*

-¡¡AAAAAHHH!!

-¡Papá!

-¡Para ése trasto!

-¿Cómo?

-¡TÚ SABRÁS!

-¡Pues no!

-¡Dale al botón!

La máquina aumentó su potencia.

-¡¡¡AAAAH!!!

-¿Y ahora qué?

-¿Otro botón?

La máquina cesó de hacer ese ruido ensordecedor al dejar de vibrar.

-¡Casi me come la mano!- acusó Ron a su padre.

-Bueno hijo... pues por muy Auror que seas... se te veía un pojo acojonado, ¿eh?

-¿Yo? ¡Pero mira quién habla! ¡Cobarde!

-¿¡Cobarde yo!?- gritó Arthur Weasley, todavía tembloroso.

-Agh. Por cierto, ¿qué és esto?

-A ver... esto es... una batidora- informó el hombre leyendo la caja.

-Aaah... ¿Y para qué sirve?

-Es una arma mortal.

-Oh... ¿Y cómo mata?

-Pues triturando... Los muggles la usan mucho, para defenderse- siguió informando el señor Weasley, complacidísimo de su gran sabiduría.

-Ah... ¿Y para qué la quieres?

-Es tu regalo de bodas, como Hermione es hija de muggles... pensé que sabría cómo usarla, ¿no?

-Vaya regalo-. Ron hizo una mueca.

-Pensé que sería útil- protestó él, ofendido.

-Para qué, ¿por si nos entran ganas de triturarnos mútuamente?

En ése momento Molly entró en la cocina y se encontró con ése par sentado frente a ése chisme.

-¿Qué hace éso aquí?- preguntó, señalando acusadoramente a su marido.

-¿Es tu marido, no?- preguntó Ron desconcertado.

-¡El chisme, quiero decir! ¡No lo quiero volver a ver! ¡¿Cómo se te ocurrió intentar regalármelo?!

Ron imitó la mirada acusadora de su padre:

-¿Papáaa?

-Eh... eh... esto... um...

*CENSURADO* (Tal grado de violencia no está permitida a menores.)

*-*-*-*

-¿Uno o dos terrones?

-Dos... gracias.

-Um, de nada. Por cierto, ayer llamaron de la tienda. Dicen que tendrán los vestidos de las damas de honor listos mañana por la tarde- informó Hannah Abbot, encogiendo las piernas para recostarse en el sofá mientras hacía equilibrios con la taza de té en la mano.

-¿Mañana? Había quedado con Ron para... tendré que ir pasado- contestó Hermione.

-Hannah puede ir por ti- ofreció Cho apoyándose un momento en el marco de la puerta de su habitación-. ¿Cariño, sabes dónde están mis tejanos grises y mi camiseta de tirantes?

-Sí, yo puedo ir, no te preocupes- aseguró Hannah, y luego contestó- Los pantalones están sucios, y la camiseta la llevo yo.- Se levantó el suéter para enseñársela.

-Aw, qué sexy te queda- la piropeó Cho.

Hannah le lanzó un beso y una pasta de té como premio. Cho volvió a meterse en la habitación a terminar de hacer el equipaje.

-Pero si no hace falta, ya iré pasado mañana- discutió Mione.

-No, no. Me encantan los vestiditos. Yo voy a buscarlos y así ya los tendremos Cho y yo. ¿Cuándo dices que vuelve Ginny?

-Pues si faltan dos semanas para la boda... Dentro de diez días. El dos de octubre.

-¡Estaremos monísimas! Tienes una dama morena, una pelirroja y otra rubia. Eso tiene que dar buena suerte.

-Si tú lo dices...- sonrió Hermione.

-Ya está- suspiró Cho, volviendo a entrar y dejándose caer al lado de Hannah-. Terminé la maleta. Neville tendría que llegar de un momento a otro.

-Harry dijo que íbais a Escocia a jugar contra los Falmouth Falcons. Ron está aterrorizado.

Cho asintió.

-La mitad del equipo ya está allí, sólo faltamos Harry, Krum, yo y Oliver... La verdad es que los Falcons son un poco bestias... pero dile a Ron que los Chudley Cannons volverán a ganar- aseguró, orgullosa.

-Y más te vale estar de vuelta pronto... tenemos despedida de soltera!- se emocionó Hannah. Llevaba dos meses preparándola.

-Ay... lástima que Malfoy no aceptara hacer él el streap-tease...- se lamentó Cho con un suspiro.

-¿Draco? ¿Se lo pedisteis a Draco?- se sorprendió Hermione.

Cho y Hannah asintieron al unísono.

-Bueno, la verdad es que está bastante... apetecible- concedió ella tras imaginarlo en ropa interior.

Cho y Hannah asintieron igual, esta vez con una gran sonrisa impresa en sus caritas.

Un gran estruendo resonaba en el edificio. Hannah, Cho y Hermione salieron al rellano a investigar.

Neville subía las escaleras como si le persiguiera el mismísimo Diablo...pero no era el Diablo, no exactamente. Era una estampida de chicas hambrientas de hombres (también alguna viejecita que corría como si se hubiera quitado noventa años de encima) que al ver a Neville con un cachorrito de perro entre los brazos no pudieron resistirse a sus encantos.

Ciertamente, Neville llevaba un cachorrito en brazos. Al llegar donde estaban las paralizadas y alucinadas brujas las metió dentro del piso de una patada (casi) y cerró la puerta con todos los medios posibles (tres vueltas de llaves, dos candados y varias barras metálicas). Las chicas que iban primeras se la metieron de narices contra la puerta de roble, y las del pelotón se la pegaron detrás (armando un gran estruendo). Luego estuvieron aporreando la puerta unos minutos (la dejaron llena de cráteres) y finalmente se fueron tras el vecino de enfrente (el hombre apetecible que se negó a hacer el streap-tease de la fiesta de despedida de solteras).

-Uuuuuffff...¡salvados!- le dijo Neville al perrito, que aún estaba afectado por el shock.

-¿Y nosotras qué??- se indignaron las tres muchachas, que estaban, por cierto, hechas un amasijo de extremidades en el suelo (podríamos decir). Neville ya no era el muchachito debilucho que era antes, ahora tenía más fuerza que las tres juntas (bueno, no tanto, porque Cho tenía su fuerza).

-Oh... ¡Lo siento! ¿Estáis bien?- Neville dejó el adorable cachorrito (sería aún más adorable si esa capa de porquería que llevaba encima desapareciera) en el suelo. Se dirigió a ellas y las ayudó a levantarse.- Realmente...esto me pasa por ser tan tonto.- Neville se dirigió hacia la mesa y empezó a recoger las tazas y los platos-. Sí, tiene que ser eso. No puede haber ser humano más ingenuo que yo, es imposible.- Se los llevó en una bandeja y los dejó en la cocina. Allí se puso a fregar y limpiar todos los cacharros.- Como el pobrecillo estaba tan solo y abandonado... ¡lo siento! Ya sé que debería haberos consultado antes, porque por algo sois mis compañeras de piso... bueno, tú no, Hermione, pero, pero... -puso todos los platos en el armario y puso carita de pena-. Era taaan mono...y estaba taaan solo... se habría muerto allí si no llego a recogerlo yo.

Salió de la cocina y se encontró a las tres chicas con cara de embobadas. Las tres saltaron(literalmente) al unísono encima del pobre hombre.

-¡Eres taaaan moonooo...!

-Cuchi cuchi cuchi...

-Ayyyy...¡Si no estuviera con Ron verías!

-¿No-no estáis enfadadas?- tantetó Nille, asustado.

-Que va, ¿cómo vamos a poder estarlo?- respondió Cho alegremente.

-Es verdad. ¿Cómo se llamará el cachorro? Tendré que lavarlo, ¿no?

-¿Es maco o hembra?- se interesó Hermione.

-Ni idea...- Neville no sabía como se miraba eso.

-¡Nille! ¡Qué tarde es, por Dios! ¡Tenemos que irnos!- gritó Cho, horrorizada.

-Uy, sí. De acuerdo. Voy a por el coche, te esperó en la calle.

-¡Vale! A ver la maleta...

-Ahora vuelvo, Hanny... ¡Hermione! Por cierto, ¡Felicidades por la boda!- gritó él mientras corría hacía abajo.

-Gra-gracias...

-¡Adiós!-gritó Cho. Le dio dos besos a Hermione y uno un poco más largo a Hannah-. Te quiero-. Y se fue cerrando la puerta alegremente.

-Ay... qué mono es Nille. Lástima que los dos seamos homos...

Hermione soltó una carcajada.

-Nos lo ha lavado todo, es un cielo- suspiró finalmente Hannah.

-Tienes razón, vaya morro tenéis. Ron no hace nada ni con pilas Duracel.-se quejó Mione.

-Bah, ya cambiará.

-¿Tu crees?

-Que si, mujer.

RIIIIIIIIIING

-Uy, ¿Se habrán dejado algo?- dijo la soprendida Hannah, que ya había cogido al perro para meterlo en la bañera.

Al abrir la puerta se encontró con Ginny.

-¿Ginny? ¿Vienes de visita sorpresa para comprobar si llevo bien tu guardería?- sonrió Hannah.

-No... Pasaba por aquí y... Está Hermione, ¿no? ¿Puedo pasar?

-Oh, claro, por supuesto. Pasa.

Ginny entró timidamente, se sentó y forzó una sonrisa.

-¿Te pasa algo, Ginny?- Hannah la veía triste.

-¿Cómo que has venido?- preguntó Hermione, contenta de ver a su amiga-. Si todavía quedan dos semanas para... -Hermione se paró en seco, la vista fija en la mano de Ginny.

-¿Qué?

-¿Y tu alianza?

*-*-*-*

-¡UAH!

-¿Qué pasa? ¿Tan feo estoy?- se preocupó Sirius.

-No, no... al revés.

-¿Cómo que al revés? Ah. ¿Llevo la falda al revés?

-No... lo digo porque estás muy 'guapa'- confesó Remus sonrojado.

-¿DE VERAS?- se emocionó Sirius.

-Suerte que sé que eres un tío, que si no....

-¿Sino?

-Nada... nada...- Remus observó a su atractivo y transvestido amigo.

La ropa que llevaba puesta era lo último de la marca de ropa más cara y exclusiva del mundo de la moda maga, cuya directora y diseñadora era Narcissa Malfoy. El pelo, rizado y alargado con magia, le suavizaba las facciones, y los ojos azules quedaban perfectamente femeninos tal como Remus se los había pintado.

-¡Oh, Dios!- exclamó Remus, horrorizado.

-¿Qué? ¿Qué?- preguntó Sirius, estresado ante la posibilidad de un fallo en su disfraz.

-¡Tienes un bosque de pelos en tu barbilla! ¡Qué femenino!

-¿Lo es?- preguntó Sirius, desconcertado.

-NO.

-Amph... Ya me afeitaré- decidió Sirius.

-Nada de afeitarse. ¡Depitarse!

-¿Éso qué es?

-Se arrancan los...

-Noooo...

-Síiii...

-¡Qué daño! ¡Tú lo que quieres es asesinarme!

-Las chicas lo hacen- alegó Remus, encogiéndose de hombros.

-Las chicas son masocas.

-Bueno, tú también lo serás.

-¡Vade retro SATANÁS!- chilló Sirius saltando hacia atrás.

-¿Cera fría, tibia o caliente?

-¡Que no!- Sirius pateó el suelo infantilmente.

-¡Oh, Dios!- se volvió a horrorizar Remus.

-¿Ahora qué?

-¡Tienes una selva amazónica en las piernas!

-Ah, ¿y?

-¿Y? ¿Cómo que '¿y?'?- preguntó Remus, mirando las piernas de Sirius con ansias exterminadoras.

-Sí, ¿y? Puede que a Snape le gusten las mujeres peludas, ¿no crees?

*-*-*-*

A/N:

Nimph(cantando): Lástima que terminó el festival de hoy... pronto volveremos con ¡¡¡MÁS DIVERSIÓN!!!

LaLi: ¬¬ Ehem ehem... gracias por leer.

Nimph: ¡Dejad reviews! ¡Muchos, muuuuuuuuuuuuchos reviews lindos!!!

(LaLi llama al manicomio mientras Nimph da saltos mortales)

LaLi: Bueno, pues eso, que todavía faltan tres o cuatro tramas por aparecer y todas serán de este estilo.

Nimph: Más o menos.

LaLi: O no.

Nimph: Pero pase lo que pase dejad reviews.

LaLi: Anda, vámonos antes de que te encierren.