- Juntos somos invencibles – dijo con sus ojos brillantes de depredador y la emoción me apretó el pecho, con las manos hechas puños impidiéndome tocarlo. "Juntos" y la intensidad de su mirada me hizo sentir más culpable por la sensación que su sonrisa causaba en mi estómago. - Solo los ganadores permanecen en la cancha, por eso debemos esforzarnos más – dije y pareció confundido.
Después de eso comenzamos a caminar a nuestras casas en silencio, él tenía el ceño fruncido en concentración. - Oi enano, no pienses tanto que - - ¡Kageyama! – me interrumpió – Solo los ganadores permanecen en la cancha, yo quiero estar siempre ahí, por eso, porque juntos somos invencibles, debemos permanecer juntos… Para siempre – Dijo todo aquello sin respirar, con el sol a sus espaldas y mirando sus zapatillas, yo sentía que mi cara comenzaba a arder ¿debería detener el nacimiento de la esperanza que sus palabras provocaron en mí? – ¡Oi, no digas cosas que se pueden malentender! – Sé que mi cara mostraba una expresión enfadada – Te quiero – fue casi un susurro, pero sus ojos brillantes me miraban directamente intentando atravesarme y sus mejillas sonrojadas me confirmaban que lo que había oído era cierto. "Te quiero" dijo y sonreí.
