Hola!, pues aquí una nueva historia sin fines de lucro, aun no estoy muy segura sobre si continuar o no la historia, depende de la aceptación que tenga este capítulo, dejen su opinión.


El césped era entretenidísimo, cuantos tonos diferentes de verde, y ¿Qué era eso que se asomaba por ahí? ¡Oh por Glob, un pedazo de tierra libre de pasto con una hormiga!...

Ok si, mis intentos de distracción de la realidad eran profundamente patéticos, pero el césped y el pedacito de tierra sin pasto con una hormiga era lo único que tenía a mano para abstraerme de mi dura y temible realidad, ¿Por qué el pasto? Sencillo, el pasto y la tierra es lo que ves cuando tu mirada esta clavada en el piso intentando pasar desapercibida a las dos poderosas fuerzas titánicas enfrentándose a unos pocos metros de ti en la gigantesca pradera.

Y la cereza del pastel es que fuera MI padre precisamente el que me encontrara cometiendo indecencias con mi parejita a pesar de la grandeza del lugar, eso, es lo que se llama suerte, y ahora claro pretendían castigarme y no volver a salir lo que me queda de vida inmortal. Quería llorar, patalear y meter la cabeza en algún hoyo para olvidar la terrible vergüenza, pero un rayo de iluminación cayó sobre mi cabeza en esos momentos; yo ya no era una niña, era toda una mujer y si quería el respeto de la autoridad paterna tendría que ganarlo responsabilizándome de mis actos y defender lo que mi corazón quería; tenía que enfrentarme a mi padre.

Levanté la mirada valientemente del interesantísimo material de tan diversos tonos de verde y me puse de pie irguiéndome cuan alta era, cuadrando los hombros y llenándome de oxígeno para dar a conocer mi opinión como la mujer adulta que era, librepensadora e independiente.

Pero toda esa resolución y valor se me escaparon hacia tierras lejanas al verlos; tan grandes y altivos, me sentí pequeña recordando mi metro y medio de estatura, me sentí empequeñecer más aun y en un instante de fantasía me descubrí pensando en invitar a la hormiguita a una taza de chocolate, espante esas telarañas mentales y me dediqué a respirar profundamente para tranquilizarme manteniéndome a prudente distancia de aquellos seres sobrenaturales y desequilibrados.

Me senté de nuevo procurando no aplastar a la hormiga y me dediqué a mirar a los desequilibrados…perdón, a los poderosos seres, centrándome en el primero que tenía a la vista, alto, vestido con jeans y una camiseta a cuadros… mi muy amadísimo padre, en esos momentos se concentraba en sostener su hacha con fuerza levitando algunos centímetros y cargando además en sus ojos el peso de su herencia demoniaca… misma herencia que yo también poseía.

Solté un suspiro con cansancio antes de pasear mi mirada por la anatomía del otro sujeto, y no pude evitar que un hilo de baba se escurriera por la comisura de mi boca, ¡buen Glob! El chico era un banquete para la vista y mi corazón medio muerto brincaba emocionado cada vez que pensaba en que esos músculos esculturalmente tallados, la piel pálida, la increíble altura, esas dos alas tan negras como sus ojos evidenciando su condición de ángel caído...

Joder, tú sí que estas bien tocada de la cabeza ¿No?

Gruñí una respuesta insultante a la voz de mi conciencia y limpie la saliva de mi boca antes de que alguien más se diera cuenta del patético espectáculo que estaba brindando.

Y el premio a la idiotez y ridículo es para…

Bien, la jodida vocecita sí que era molesta, ¡el chico era mi pareja después de todo!, y estaba para comerse además. Rogué a los cielos por ayuda e intervención divina, rogaba y rogaba por qué no se mataran entre ellos.

Vaya buena forma de presentarlo a la familia, ¿no pudiste tener mayor sentido común acaso?

Estúpida voz en mi cabeza que tenía razón y me restregaba mis verdades por el rostro, demonios del infierno, como se suponía que supiera que precisamente iban a encontrarnos así. Pensando en barbaridades y diversas formas de suicidio me dediqué a observar las lejanías de las fértiles tierras de Aaa, agucé la vista al ver a una persona caminando hacia nosotros.

La figura alta y delgada se deslizaba casi sin pisar el pasto, era conmovedor como las tiernas hojillas verdes se doblaban para permitir el paso a tan digna presencia, escuché un coro celestial al darme cuenta de quién era la persona que bajaba por la lejana colina; ¡Mi madre!, oh si, ella me ayudaría, se pondría de mi lado, lo sé, lo sé, podía sentirlo por mis venas; dejé de sentirme pequeña y ridícula para permitir al alivio apoderarse de mi pobre alma en desgracia.

Me puse de pie para divisarla mejor en el horizonte, su regio andar enmarcado por sus largos cabellos rubios se movía despacio, con una gracia y elegancia naturales que me hicieron retorcerme de pura envidia cochina; ¿Cómo te sentirías tú? Si tú, la rubia teñida que se pasa horas en el gimnasio, la que se priva de alimentos y sacrifica sus tan adorados pasteles, ¿Cómo te sentirías que a pesar de esto tu madre está más buena que tú?

No podría competir contra ella, alta, delgada, fuerte, con una madurez y dignidad propias de su rango como soberana, aun así y pensando en todas esas musarañas, una punzada de orgullo se instaló en mi corazón cuando me di cuenta que mi gran amor apenas si la había mirado cuando llegó.

Saltando y riendo yo sola, y probablemente viéndome como una gran imbécil me reuní con ellos, pero que importaba si el amor de mi vida me miraba con aquella sonrisa y ese encantador arrobamiento, oh era tan hermoso. Mamá intercambió una mirada con mi muy molesto padre y después nos miró, seria e inexpresiva, un nudo enorme se instaló y deshizo maletas en mi garganta, pero una pequeña sonrisa ablando el rostro de mi progenitora y saco a patadas al odioso nudo, una sonrisa más grande aún apareció cuando se giró a mi padre, con cuidado e infinita ternura paseo su delicada mano por la apretada mandíbula de su esposo mientras su voz fluía sedante y dulce como un rio.

-Cariño había olvidado lo guapo que te vez portando esa enorme hacha- El desconcierto se abrió paso en el rostro de ambos hombres y un furioso sonrojo adorno las mejillas del portador de la "enorme hacha".

-¡oh!… pues sí, es verdad hace mucho no la cargaba- Abrí mis ojos enormemente y me apresuré a tomar nota mental de la lección de manipulaciones para novatas que mi madre estaba ofreciéndome en bandeja.

-por supuesto amor y debo decirte que te favorece increíblemente, luces tan gallardo y apuesto-

El sonrojo permaneció pero pude también notar que el pecho de mi padre se había inflado un poco, había flotado un poco más alto y su expresión había adquirido un deje ególatra y altivo.

-Sí, si debo admitir que es verdad…pero no me cambies el tema mujer, tu hija estaba manoseándose con este en unos matorrales como cualquier bruja de baja casta, ¡ELLA TIENE QUE ENTENDER QUE ES LA HEREDERA DE TODO NUESTRO MUNDO!-

Me estremecí al escuchar la verdad tan cruda y la culpa subió sinuosa por mi columna vertebral como una víbora, y cual víbora mordió con fuerza mi nuca causándome escalofríos. Sentí un brazo fuerte y cálidas plumas reconfortándome al instante y mis ojos se aguaron ridículamente por el gesto tan sencillo aunque de enorme significado, me trague las lágrimas y seguí atenta al intercambio frente a mí.

-Cariño es joven, ya aprenderá además, ¿Ya olvidaste cómo éramos nosotros?-

Una mueca pícara y completamente lujuriosa apareció en el rostro de mi querido padre y quise arrancarme los ojos y sumergir mi cerebro en algún líquido abrasivo para destruir la por demás asquerosa imagen mental que conjuró mi "queridísima" conciencia.

-Permíteme hablar con ellos querido, deja que me encargue, es obvio que este…- la reina hizo una pausa dramática para observar de arriba abajo al compañero de su hija, aclaró su garganta y continuo. – este joven le guarda buenos y afectuosos sentimientos, tienes trabajo en el castillo mi señor, permíteme encargarme-

Vi a mi padre asentir calladamente con un suspiro y agacharse para besar la coronilla de mi madre, los ojos azules resplandecieron de gozo y cariño al ver al amor de su vida alejarse con dirección a un portal directo al catillo.

Me permití respirar y lanzar un pequeño chillido de emoción, casi me pongo a bailar en mi lugar de la enorme felicidad que me estaba desbordando por los poros. Pero un escalofrío trepó por mi espalda helándome en mi sitio. La dulce y limpia mirada azul había mutado en un gris acero, duro y frio capaz de congelar el mismo infierno. Trague pesado el nuevo nudo de mi garganta y me mantuve quieta en mi lugar esperando el regaño.

-¡PAR DE IDIOTAS!-

-Lo siento mamá-

-¡No me vengas con lo siento mamá jovencita!, llevaba meses ¿oíste? ¡MESES! Cubriéndolos, tenían que parar a besuquearse frente a la cueva que precisamente tiene la casa de tu padre aquí arriba ¿no?-

-Lo siento mamá-

Idiota, no viste la cueva ¿cierto? Vaya bruta estas hecha, eres un desastre

Agaché la cabeza mostrándome sumisa ante los reclamos de mi madre y me concentré de nuevo en los vivos verdes del pasto, vi a la hormiguita pasar y por un momento envidié profundamente su vida, sin problemas mentales, sin preocupaciones, solo la única responsabilidad de llevar comida al hormiguero, discretamente moví mi pie unos centímetros y… bueno, ya no envidio a la hormiguita.

Vaya que tienes problemas, desquitarte con un insecto inocente, vaya que estás loca

Me sonreí para mis adentros ignorando a mi conciencia, la hormiga estaba muerta y yo no, quien estaba mejor ahora ¿eh? Seguro esa hormiga asquerosa se burlaba de mí… sí, estoy demente.

-¡NO MAS PROBLEMAS Y PRESENTARAS A ESTE JOVENCITO EN EL CASTILLO! ¿ENTENDIDO?-

-Entendido ma-

-Bien, los espero para cenar-

Observé casi sin escuchar la última frase el regio andar y la esbelta y ágil figura alejarse con orgullo y gloria para desaparecer a los pocos metros por un portal a la nocheosfera, suspire y ahogue mis problemas mentales estirando un poco mi cabello rebelde cuando la comprensión me pegó casi dejándome en K.O

¡QUERIA QUE LO LLEVARA A CENAR!

Buen Glob iba a desmayarme, que calamidad tan calamitosa, era el desastre más desastroso de todos los desastres, yo era la epitome de la desgracia y la mala suerte unidas en un solo cuerpo.

Si, y que tal si en lugar de hiperventilarte, ser redundante y quedarte ahí mirando a las moscas pasar haces algo, idiota

Que molestas son las conciencias, no pude contenerme más simplemente, tenía que dejarlo salir y sentirme libre…

-¡DEJAME EN PAZ!-

Y si, corrí, corrí como una histérica con los brazos en alto, haciendo el ridículo y atrayendo miradas de los dulces ciudadanos que paseaban por ahí.

Esta es mi vida, la princesa descarriada, loca como una cabra que escucha voces y para colmo se pelea con ellas cometiendo mayores ridículos y poniendo a sus padres en vergüenza y a su propio príncipe azul, me detuve de pronto recordando un detallito importantito.

¿Dónde está mi príncipe azul?

Lejos de ahí, clavado en el mismo lugar con sus negras alas desplegadas y con el impulso de rascarse la cabeza, el príncipe azul se pregunta inocentemente permitiendo a su voz profunda y varonil escapar de su garganta.

¿En qué familia me vine a meter?


Bueno pues helo aquí, originalmente esta historia estaba pensada como un one-shot, pero ya que no estoy muy segura de si continuarla pues dejare que los comentarios me ayuden a decidirme, por lo menos 15 para una continuación XD