Una noche en el templo.
¿Quién diría que algo puede cambiarte la vida¿quién diría que el contacto de tus labios con los míos fuese tan mágico, tan único?
Para mi era una noche normal, te había invitado a aquel festival en el templo de la luna. Me había costado lograr que salieras esa noche, luché mano a mano con tu hermano, quien me vigilaba como si fuera el peor criminal. Aun así, conseguí que salieras conmigo, y no me importó que tu hermano fuera nuestro vigilante despiadado.
Agradecí al cielo que nos acompañara Yukito, y lograra hacerme el favor de librarte de tu guardaespaldas. En ese lapso de libertad, y tomándote de tu delicada mano, te llevé hacia nuestro lugar secreto. Y fue allí, en las orillas del lago y bajo la luz de luna, donde sin pensarlo ni planearlo probé el dulce sabor de tus labios.
Lo recuerdo bien; te rodeé entre mis brazos y te sujete suavemente, no quería dejarte ir. Tomaste mi cuello con tus delicados brazos y te acercaste a mí, no querías dejarme ir. Nuestros ojos se encontraron, me sumergí en ese mar color esmeralda que tanto amaba y sin esperar más, te besé.
¿Quién diría que algo puede cambiarte la vida? A mí me la cambió¿quién diría que el contacto de tus labios con los míos fuese tan mágico, tan único? Fue más que eso, fue tocar el cielo con mis manos, fue amor.
Amor por ti, Sakura.
