CAPÍTULO 1
BPOV
24 de Diciembre.
Navidad. Por fin es navidad. No hay escuela, solo estamos mamá, papá, yo y los regalos.
Papá me ha mandado a dormir ya, pero no puedo dormirme. Santa Claus vendrá esta noche y dejara mis regalos porque este año he sido buena. He sido bueno durante todo el año para tener muchos regalos.
Santa casi nunca me trae muchos regalos supongo que porque tres días después es mi cumpleaños pero sigue siendo un asco porque no tengo tantos regalos comos los otros niños de mi escuela.
En la escuela no tengo amigos y los niños se ríen de mi. Papá y mamá dicen que es porque me tienen envidia pero no entiendo porque. Soy igual que ellos, yo solo quiero jugar y divertirme pero en el colegio no puedo porque no tengo con quien jugar. Cuando vamos al parque ellos juegan conmigo mientras el resto de niños se ríen. Yo solo quiero saber porque se rien de mi. Podría cambiar, ¿no? Solo tengo 5 años, en tres días tendré 6, pero no es muy tarde para cambiar, para ser como los otros niños.
Ya es 25. ¡Por fin! Al despertarme vi mis regalos debajo del árbol pero mamá y papá no me dejaron abrirlos porque primero tengo que desayunar. Después ya podré abrirlos y jugar con mis nuevos juguetes.
Desayuno lo más rápido que puedo. Cuanto antes acabe, antes podré abrirlos.
¡Bien! Ya puedo abrir los regalos. Mi madre está ocupada haciendo un pastel para los nuevos vecinos, a los que tendré que ir a saludar más tarde. Espero que tengan niños de mi edad para poder jugar con ellos.
Este año Santa me ha traído tres muñecas, un juego para la play, una bicicleta y unos patines. Me encantan mis regalos aunque con ellos no pueda jugar con los demás niños. Pero ¿y si mis papás me compran algo por mi cumpleaños para jugar con los otros niños? ¿Y si las cosas cambian y ahora juegan conmigo? Podían comprarme una pelota. Con una pelota seguro que jugaran conmigo y dejarán de reírse.
Después de jugar un buen rato con mi bicicleta nueva delante de casa mi madre me llamó para prepararse. Tenía que ir a ver a visitar a los nuevos vecinos. ¿Habrá algún niño? Espero que si. Me apetecería tener a alguien con quien jugar.
Mamá me ha puesto un vestido blanco con topos rojos y en el pelo un lazo rojo. Me encanta el rojo, es mi color favorito aunque eso mamá ya lo sabe.
EPOV
Mamá me ha ordenado limpiar mi cuarto porque dice que algunos vecinos vendrán a darnos la bienvenida igual que ayer. No me apetece nada, solo quiero seguir jugando con mis regalos pero no quiero que mamá me castigue así que tendré que recogerlo.
Mi hermano mayor estaba tocando como loco la guitarra cuando el timbre sonó, y mi mamá nos mandó bajar. Mi padre no estaría ya que había salido a comprar.
Estábamos todos en el salón, mi mamá, mi hermano Jasper y yo en un sofá y en el otro los nuevos vecinos: la familia Swan. La pequeña niña Bella, el papá Charlie y la mamá Renee.
El papá era el jefe de policía y la mamá era maestra en el Primary School Hawthorne, donde yo me había matriculado por lo que la mamá de Bella sería mi profesora.
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Me quedo observando a Bella, no era como las niñas de mi otra escuela. No era delgada como un spaguetti, ni gorda como una albóndiga pero parece que es agradable.
Mi mamá me enseñó que no tengo que juzgar a la gente por su físico y eso intento. Es callada, muy callada, todo el tiempo que ha estado aquí no ha dicho ni una sola palabra. Solo esta allí sentada, mirándome. ¿Querrá ir a jugar un rato? Las charlas de adultos son muy aburridas, podríamos ir a jugar, seguro que nuestros papás nos dejan y así nos conoceríamos más.
Le tiré del vestido a mi mamá.
-Mamá, ¿puedo pedirle a Bella si viene a jugar conmigo en el jardín?- No sabía si preguntarle directamente a Bella por eso pregunte a mi madre.
-Claro mi amor, seguro que ella tiene muchas ganas de jugar contigo. Bella preciosa, ¿quieres ir a jugar en el jardín con mi pequeño Edward?
Bella miró a su papá que asentía con la cabeza, entonces ella se levantó del sofá, me miró y nos fuimos al jardín trasero.
BPOV
Edward y yo estábamos jugando a la pelota en el jardín trasero de su casa. No podía dejar de pensar en lo bonito que era. Tenía mi edad e iba a estar en la misma escuela que yo, por fin tengo un amigo, un amigo con el que poder jugar. Era genial.
-¿Sabes? En mi anterior cole se burlaban de mi porque todos en mi clase andaban de la mano con chicas y yo no quería hacer eso. Tampoco lo quiero ahora, mi mamá dice que somos demasiado pequeños para ir con chicas.
-En mi escuela se burlan de mi porque no soy como el resto de chicas. No soy delgada y por eso se rien de mi y no dejan que nadie juegue conmigo, siempre estoy sola, no tengo a nadie en mi escuela.
-Ahora puedes jugar conmigo, yo quiero que juegues conmigo, yo no soy como esos niños..
Edward Cullen, apuesto y amable, por fin un chico que quería estar conmigo. Un amigo con el que poder jugar, alguien con quien hablar.
-En dos días es mi cumple, ¿te gustaría venir a mi casa? Tú eres el único amigo que tengo,podriamos jugar.
-Claro, mi madre seguro que me deja y podremos jugar a la pelota, ¿tendrás pastel?
-Si, me encanta el pastel de cumpleaños. Mi mamá compra un pastel demasiado rico, seguro que te gustará.
-Pues nos veremos en tu cumpleaños. Puede que no sea tan difícil hacer amigos aquí, ya te tengo a ti, seguro que consigo más, y cuando eso pase, haré que ellos te quieran a ti como amiga también.
Demasiado bonito, demasiado amable, demasiado perfecto para ser real. Tiene que tener algo malo, seguro que lo hace para reírse de mí o para dejarme en ridículo, pero no me importa. Me gusta como me trata, nadie me trata así. Voy a ser su amiga, si, seré su amiga siempre que el quiera, y espero que sea para siempre.
