Este fic está siendo reeditado. La historia es la misma, solo que no estaba escrita en guiones como actualmente se hace. Espero les guste.

Reeditado: Lunes 15 de abril


EL MILAGRO DE LA PERLA

Capítulo I:

Era medio día. Inuyasha estaba sentado en la rama del árbol sagrado mirado fijamente la perla de Shikon que tenía entre los dedos...

- Han pasado ya tres meses desde esa batalla – pensó – desde que vencimos a Naraku y que tu... tu...

Flash back

Inuyasha estaba esperando al lado del pozo a que Kagome regresara porque necesitaba con urgencia hablar con ella puesto que ya había definido sus sentimientos y le iba a decir que la amaba. Esperaba atento hasta que vio que en la entrada del bosque las serpientes caza almas de Kikyo. Decidió ir a buscarla para decirle sus sentimientos también a ella...

Inuyasha saltó de rama en rama hasta que encontró a Kikyo sentada al pie de un árbol junto a hermosas flores lilas. Inuyasha empezó a acercarse lentamente, mientras pensaba como le iba a decir lo que había decidido...

- Hola Inuyasha, me da gusto verte – dijo la sacerdotisa, percatándose de lo pensativo que estaba el peli plateado.

- Kikyo, me da gusto verte – y le mantuvo la mirada, pensado en cómo iba a decirle su decisión.

Mientras se daba esa conversación, nuestro querido Inuyasha olvido por completo que Kagome estaba por regresar y eso paso...

- ¡Pensé que Inuyasha me iba a recibir! – dijo molesta subiendo su mochila, el arco y las flechas que se llevó para practicar. Secó el sudor de su frente con su antebrazo, alzando la cabeza en dirección a lo profundo del bosque - ¿eh? Esas...esas son almas... ¿Kikyo está en el bosque? - Ya sé porque Inuyasha no vino a recibirme pensó y, no muy convencida, se dirigió hacia allá.

- Necesito decirte algo muy importante para mí – logró decir el hanyou a duras penas.

- Lo sé y creo saber de qué se trata – Inuyasha se sorprendió - No te preocupes por mí. Yo entiendo que han pasado muchas cosas entre nosotros y que esta relación no puede volver a surgir.

- ¿cómo... como supiste que te hablaría sobre lo que siento? – la miko volteó el rostro hacia el horizonte.

- A pesar que no pase mucho tiempo a tu lado como ella lo hace, te conozco, conozco lo que sientes con tan solo mirar tus expresiones – el hanyou bajó la mirada apenado.

- Kikyo perdóname...sé que te hice una promesa, pero no puedo cumplirla, seria mentirte y mentirme si lo hago.

Mientras Inuyasha hablaba, ella se le acercó tomándole el rostro suavemente con ambas manos, haciendo que él calle inmediatamente.

- No te preocupes, ya te dije que estoy bien, solo quiero verte feliz y si es al lado de ella, lo comprendo – Inuyasha siempre supo que Kikyo en el fondo era buena y comprensiva. En el fondo seguía siendo aquella muchacha de hace cincuenta años.

- Gracias por entenderme Kikyo.

- Solo quisiera pedirte algo ¿puedes darme un abrazo? – Inuyasha estaba sorprendido por el pedido pero era lo menos que podía hacer por aquella mujer a la que entregó su corazón por primera vez.

Ambos se abrazaron con la intención de una despedida y el inicio tal vez de una amistad pero en ese momento llegó Kagome y los observó. Pensó que Inuyasha había decidido nuevamente por Kikyo. No soporto más y salió corriendo de ahí, llorando, llorando como nunca lo había hecho porque pensó que esta decisión era la definitiva. Y corrió llevada por su sufrimiento, sin saber a dónde iba.

- Inuyasha – la miko se separó de repente del hanyou - puedo sentir la presencia de Naraku.

- ¡También la siento! – Vociferó olfateando en el aire, percatándose además de otra cosa - Este aroma... este aroma es de Kagome... ¡Ella estuvo aquí! Su aroma se puede seguir hasta lo más profundo del bosque - dijo con la preocupación en su voz, pensando que lo más seguro es que los vio y haya mal interpretado las cosas.

- ¡Kagome está en peligro! – Inuyasha la miró aterrado - la presencia de Naraku está en aquella dirección.

- ¡Demonios! - Inuyasha sale corriendo hacia lo profundo del bosque guiándose por el aroma de Kagome. Kikyo venia atrás de él.

Kagome había corrido mucho. Estaba cansada además de triste y por lo distraída que estaba no se dio cuenta que la presencia de Naraku cerca de ella...

Continuará...