INTRODUCCION

Soy Elyse Miller, nací en un pequeño pueblo hacia el sur de Georgia. Mi padre abandono a mi madre cuando ella se embarazo de mí. Para mi madre siempre he sido el mayor error de su vida. Mis abuelos maternos, se encargaron de educarme, vestirme, alimentarme, y darme cariño.

Actualmente tengo 24 años, próxima a cumplir 25, pretendo terminar de ahorrar lo suficiente como para mudarme de este lugar. Y comenzar una nueva vida.

Lo único que logro recordar es de mi madre, es que me golpeaba la mayor parte del tiempo. Al principio, cuando era más pequeña, los golpes lograban ocultarse con la ropa. Pero a medida que fui creciendo y molestando más en su vida y sus enredos de una noche. Me golpeaba hasta dejarme inconsciente. Yo jamás me defendía. Solo me acurrucaba como un bebe y recibía sus golpes hasta que se cansara.

A los 13 años, mis abuelos me llevaron a vivir con ellos, no era mucho, no era un lugar cómodo. Tenía que dormir en el sofá de su casa, pero era lo mejor de mi vida. Llegaba sin miedo a casa y podía estudiar y dormir sin miedo a que ella llegase ebria a golpearme.

Trabaje como niñera con mis vecinos y con el dinero compre mi bicicleta, éramos inseparables, y con ella conocí a mis mejores amigas, Andrea y Amy. Estas eran dos hermanas rubias, simpáticas y agradables. Su ternura era inigualable y cursamos los estudios juntas. Hasta la actualidad mantenemos una amistad fiel.

Mis abuelos fallecieron en un accidente de auto cuando yo estaba próxima a cumplir 18 años. Y afortunadamente me dejaron en su testamento, su casa. Eso era aliviante, pues no tendría que volver a vivir otra vez con mi madre. O nos mataríamos mutuamente. Ya era una mujer y estaba consiente para defenderme.

Cuando egrese de la secundaria conseguí de forma automática un empleo de pocas horas en el bar de un vecino, Dale. Me servía para vivir y mantenerme el día a día. Trabaje hasta los 20 años de esa forma, hasta que decidí tomar un turno completo, comenzaría a ahorrar y me largaría de este jodido lugar. Mis amigas me apoyaban en todas mis decisiones.

Mi aspecto, no variaba mucho con el tiempo. Seguía siendo de la misma altura, más pequeña que Andrea. La más pequeña del grupo. Mi cabello siempre lo mantuve largo, era castaño, pero con los años comencé a pintarlo de diferentes colores. Últimamente me había mantenido en puntas rosadas, se veía bien y combinaba bastante con mi estilo.

Nunca use ropa muy exótica, era fiel a mis jeans desteñidos y sudaderas de todos los colores. Para mi trabajo tampoco hacia muchas variaciones. De vez en cuando me rozaba con mi madre. Ella siempre terminaba insultando y tratándome como una real basura. Pero yo podía tolerarlo. Era una mujer fuerte y diferente del resto. Las únicas personas con las que tenía lazos afectivos eran mis amigas, y dos amigos del colegio. Tim y Cedric. Y mi único novio, había sido Estefan. Mantuvimos una relación extensa de 4 años. Pero como todo en el amor, se había acabado.

Desde que mi relación había terminado en las peores consecuencias, había dejado de intentarlo con los chicos. Y con todo ser humano. Comencé a ser una persona solitaria, fría y hostil.