¿Me conoces?
-Hey—Me saludo como si nada, como si todo lo que ha ocurrido no haya sucedido, aun no comprendo que es lo que puede llegar a pasar por su cabeza, aun sigue en duda para mi si tiene aire en vez de cerebro.
Simplemente asentí con la cabeza en forma de respuesta. Aunque tenga aire en la cabeza me conoce lo suficiente como para saber que me sucede algo y es que seamos realistas, tantos años de amistad no pasan en vano. Insisto, se percata que no me encuentro muy bien, pero así como me conoce tan bien, también sé aplica conmigo y sé que no me preguntara nada hasta que yo le diga algo.
Caminamos en silencio hacia la escuela, eso no es muy común y la verdad comienza a irritarme, sé que yo tendré que dar el primer paso, siempre lo hago, aunque me gustaría tener un poco de dignidad pero aun así no puedo…
-Perdón—Escucho un susurro que interrumpe mis pensamientos. La costumbre me dice que no fue nada, pero mis oídos y esperanza me dicen lo contrario. Volteo en su dirección esperando, sé que si no escucho algo más fue simplemente mi imaginación, pero si en verdad dijo algo, no parara hasta soltarlo todo.
-Lamento lo de anoche, bueno en realidad no pero sabes a que me refiero. También lamento reaccionar de esta manera, pero aunque no lo creas no tengo la fuerza suficiente para lo que viene, yo…yo en verdad quisiera que las cosas sean como yo quiero, que estés a mi lado para siempre y no por la amistad, si no por algo más. Lo que dije anoche era cierto y lo afirmo, yo te amo, aunque claro no espero que sientas lo mismo, te conozco y sé cómo eres y tú no eres así, pero no me importa si el resto de mi vida tengo que verte con alguien más, no te alejes de mi, aun quisiera tener tú amistad.
Silencio. Yo aun intentaba carburar todo lo que me acaba de decir. Me di cuenta que en ningún momento quito la vista del suelo, eso significa que tiene miedo y mucho.
Mientras seguía caminando sé me vinieron a la mente todos los momentos que vivimos, primero los bellos y después los malos, el ultimo que llego a mi cabeza fue esa ves que estuvimos a punto de alejarnos para siempre y en ese momento me di cuenta que el vuelco que sentía en el corazón no fue simplemente por la amistad. Al instante caí en la cuenta de que el sentimiento era mutuo.
Me detuve en seco, espere a que reaccionara y después de unos cuantos pasos más sé voltio a verme mientras me preguntaba con la mirada que ocurría, lo único que pude decir ante la situación fue…
-Al parecer no me conoces tan bien como creíamos, porque yo…yo también te amo—una pequeña sonrisa me sale de lo profundo de mi alma porque me doy cuenta del peso de encima que me quite, es una sensación muy gratificante y la verdad no quería que parara ahí—Así es, aunque no lo creas, yo también TE-AMO.
Una gran sonrisa comenzó a aparecer en su rostro. Corrió en mi dirección y me dio un gran abrazo, pero no fue un simple abrazo, no lo fue porque en ese abrazo me entrego su corazón y mientras lo recibía yo le daba el mío, aunque pensándolo bien ya le pertenecía solo que aun no tenia escrito su nombre.
-Te amo. Te prometo que…
-Shh… No necesitas prometer nada, recuerda que es una vida…
-…Un momento, lo demás no importa…
Corte la frase con mis labios, no importa lo mucho que me gusta, me gustan más sus labios.
