Eran las 7:15. El sonido del despertador irrumpió la armonía del cuarto, la tenue luz otoñal iluminaba las sabanas que cubrían al oncólogo. Se levanto y a tientas camino hasta el baño. rápidamente salió de su adormecimiento al sentir un grito.
C: Sal de aquí, acordamos que hoy me baño yo primero mientras tu preparas el desayuno.W: Claro, claro, lo olvide – respondió con sorna
C: Hombres, siempre olvidan todo
W: Mujeres, pasan horas en el año y además reclaman
Wilson dio media vuelta y fue hasta la cocina, preparo café, tostadas y omelet.
Mientras leía el diario y comía tostadas, Cameron apareció:
C: Estoy lista, desayuno rápido y me voy
W: ¿Por que no avisaste que ya habías terminado de ducharte?
C: ¿Por qué no preguntaste?, siempre preguntas, llegas a ser enfermante
W: Exacto, me aburrí de hacerlo, pensé que me dirías.C: Lastima, llegaras tarde
Cameron cogió sus cosas y fue hasta la puerta
W: No, no, claro que no, si yo llego tarde, tu también Wilson corrió hasta la puerta y la cerro con llaveC: Esto es ilegal!, soy tu arrendataria, no me puedes secuestrar.
W: ¿A si?, y ¿Qué tan legal es adueñarte de un baño ajeno?
El oncólogo guardo la llave en su bolsillo mientras la inmunóloga se sentaba resignada a seguir desayunando.
