Cuantas no hemos fantaseado con ser secuestradas por nuestro príncipe azul? Honestamente jamás se han puesto a pensar que en algunos casos la victima puede convertirse en verdugo?

Tendremos como pareja principal Saga x Saori.

Pareja secundaria: Julián Solo x Shaina y… las que se puedan dar… si se dan.

Mi Rehén y mi verdugo

Capítulo 1 Las Tinieblas del ayer.

Saori Kido era la joven heredera de una de las familias más acaudaladas de Japón, uno de los emporios farmacéuticos más poderosos del mundo estaba por pasar a sus manos, El Santuario. Con millones de yenes invertidos en desarrollo y búsqueda de tratamientos que iban desde la posible vacuna contra el cáncer, la malaria, y los tratamientos de distintas afecciones, El Santuario se perfilaba entre las 10 empresas más poderosas del mundo. Todo este poder en manos de una joven de apenas diecinueve años y poca experiencia en los mares turbulentos en que se movían estos monstruos de la economía.

Dentro de una alejada cabaña a cientos de kilómetros de Tokyo un par de hermanos de cabellos oscuros y ojos verde esmeralda, idénticos en apariencia, se disputaban con fervor.

-Te digo que la mocosa vale millones hermano! Además que más te da, ese sitio nos pertenece, no es una cuestión de delincuencia, en tal caso el delincuente es ese viejo desgraciado que nos robó lo que nos correspondía!-

Kanon y Saga de treinta y dos años, con caracteres parecidos pero mentalidades distintas no lograban llegar a un acuerdo con la que sería su venganza.

-No somos asesinos Kanon, nuestro padre no nos dio ese ejemplo!-

-De mucho le valio a éste confiarse completamente en la familia Kido, sabemos de ante manos que Mitsumasa no se tentó el corazón al hacerlo asesinar y de echarte, el muerto a ti!-

-No tenemos pruebas de que haya sido él!-

-Y quien más, Saga por los Dioses, tu y yo sabemos que él único beneficiado de su deceso fue él!-

-El tio Dokho piensa que…-

-El viejo tigre es un buen hombre demasiado bueno como para poner juicios aun a los culpables. Si no hubiese sido por él…-

Flash back

El suelo estaba tenido de un rojo carmesí por todos sitios saltaba el tinte de la sangre y ese fuerte aroma que volvía aquella pieza casi nauseabunda. Saga regresaba de la Universidad para encontrarse con el horror de encontrar a su viejo padre, el científico renombrado Shion Aries, muerto víctima de múltiples puñaladas.

La policía no se tentó el alma en llevarse preso al joven de veinte años sospechando su posible culpabilidad, no eran un secreto las muchas y fuertes discusiones que el viejo hombre sostenía con sus hijos debido a sus alocadas vidas. El siguiente sospechoso en la lista fue su hermano, Kanon, ambos fueron detenidos y pasaron dos años en prisión mientras se realizaban las averiguaciones pertinentes. Gracias a los esfuerzos de su tío, el primo de su fallecido padre, Dokho de Libra y a las declaraciones favorables de su hermano Mu, quien permanecía bajo la tutela de su tío al igual que su pequeño hermanito Kiki de apenas un año.

Aquellos dos años se habían vuelto siglos para ambos hermanos, la venganza y el rencor fueron dos energías que anidaron dentro de sus corazones. A la muerte de su padre Mitsumasa se había ocupado de falsificar documentos para así poder adquirir todas las acciones pertenecientes a su difunto socio, así no tendría que compartir su imperio con nadie más, solo sería su simiente quien reinaría en las decisiones de El Santuario.

Los gemelos esperaron pacientes el momento, cuando podrían con sus propias manos hacerse justicia, los años pasaron y el momento había por fin llegado.

Saga estaba nervioso aunque decidido.

-No quiero asesinarla, solo haremos que nos devuelva lo que nos corresponde y porque no, quizás podamos sangrar al viejo con una buena suma por el rescate de su nietecita.-

Kanon fruncía su seño, le fastidiaba aquello, pero en el fondo sabía que él tampoco sería capaz de cometer un homicidio.

-Dejémosla al cangrejo, ese seguro no se inmutaría en quebrarle el cuello!-

-Quien Death? Ese pendejo sería incapaz de pisar una hormiga! Ya Kanon despierta no somos asesinos, simplemente somos…-

El gesto de fastidio de Kanon al ver el rostro serio y contundente de su hermano era evidente.

-Somos justicieros?-

-Exacto.-

-Eso suena tan gay.-

Una voz cortante proveniente de un hermoso joven de facciones andróginas les corto su discusión.

-Dejen de pelear parecen chachas de rancho, y apúrense que hay que terminar los preparativos.-

Afrodita de Piscis, un buen amigo que habían hecho durante sus años de prisión, al igual que Ángelo alias Death , Camus, Milo y Shura.

Todos tenían motivos para ir en contra de Mitsumasa, cada uno había sido víctima de los abusos de poder por parte de aquel viejo y poderoso magnate.

El viejo tenía cierto desliz por los jovencitos, Afrodita le había negado favores sexuales al igual que Milo y esto les había costado a ambos falsas acusaciones de robo que les condujo unos años en el encierro. Ángelo había ido a prisión al intentar robar, en un cajero automático, dinero para poder comprar medicamentos para su madre moribunda, el viejo magnate lo vio y lo denuncio en el acto. Shura y Camus eran medios hermanos, ambos eran hijos de una hermosa dama y ex amante del viejo, Natasha, cuando la rubia decidió abandonar al excéntrico Kido este tomo represarías contra sus hijos, mandando a alguien contratado para que dejase drogas en las mochilas de los jovencitos.

Cada uno tenía sus propios motivos y todos tenían un objetivo en común hacer sufrir a aquel hombre por las injusticias y crímenes que les habían imputado.

En el salón de la inmensa mansión Kido, Saori, y su adorado abuelito se disputaba en una acalorada discusión.

-Cómo diablos me pides que acepte los regalos de ese niño inmaduro y egocéntrico, de Julián Solo?! Ya te lo dije y te lo repite abuelo él no me gusta! Además él está en Grecia y nosotros en Japón, es simplemente ridículo el asunto.-

-Y yo te digo que eso no es un problema, su fortuna es inmensa al igual que la nuestra, casarte con él no te obliga a serle fiel! Vamos preciosa hazlo por nosotros, por el bien de nuestra familia!-

-Estás loco! No, es no y se acabó esta conversación! Y no insistas si no quieres que le cuente a la abuela lo tuyo con esa rubia resbalosa que trabaja para el pendejo de Julián!-

Mitsumasa sintió que le escurría una gota de sudor de los nervios, la sola idea de hacer rabiar a la loca de su esposa, Hera, le daba más miedo que cualquier apocalipsis.

Saori salió bastante molesta de su mansión, estaba harta de ser considerada como una muñequita mimada por su viejo y libidinoso abuelo, era cierto que no tenía gran experiencia en la vida y que siempre fue sobre protegida, pero eso no la convertía en un títere de los otros. Ahora estaba decidida y así se dirigió al garaje en busca de un reto.

Ahí frente a ella estaba la colección entera de los hermoso coches de lujo de su queridísimo abuelito, antes propiedad de su difunto padre, aquel Ferrari negro le pareció bastante tentador y se dijo que porque no, después de todo en teoría era suyo y ella había sacado correctamente su permiso de conductora.

Flashback

Mitsumasa Kido sacaba de su escritorio un saco lleno de billetes de alta denominación, entregándoselos al inspector del examen práctico para automovilistas. El hombre le miro un poco preocupado y el viejo le aseguro.

-Tranquilo, mi nieta es tan inútil que jamás se atrevería a tocar un volante, pero aun así no quiero que se sienta desilusionada por sacar un…-

-Un no apto… peligro inminente!-

-Si eso, hombre relájese tenemos choferes para las damas de esta familia, así que quédese tranquilo.-

El hombro tomo nervioso el sobre y salió de aquel despacho lo más discreto posible.

La chica se subió en aquel hermoso y lujoso deportivo, sacando de su bolso las llaves y unas gafas de sol Ray Ban.

-Ahora si Tokyo prepárate que estas por presenciar a la diosa del volante!-

Salió de su mansión a una velocidad de locos, totalmente decidida en que sería ella y nadie más quien dictara el curso de su destino.

Horas después dentro de una camioneta 4x4 de vidrios polarizados, el grupo de jóvenes despechados esperaban pacientemente en una callejuela situada a dos calles cerca del edificio principal de la gran farmacéutica.

Kanon mantenía una tierna conversación al teléfono.

-De verdad mi rojito?... Ese es nuestro chico! Claro que estamos contentos que seas el primer lugar de tu clase. A propósito dile a Mu que pasaremos el lunes sin falta a recuperarlo del aeropuerto… Que si te digo que estamos bien es porque lo estamos… Ya Kiki no exageres somos los hermanos mayores es a nosotros de preocuparnos por ustedes y no al revés. …Si se lo diré. Yo también les quiero chiquitín, hasta pronto.-

Saga le robo la atención a su gemelo.

-Como van esos dos?-

-Pues Mu se gradúa mañana con mención honorifica, será un ingeniero excelente, recuerda que el lunes habrá que…-

-Descuida el viejo habrá pagado la recompensa mucho antes. –

Kanon solo rodo los ojos.

-Si tú lo dices…-

Afrodita observaba con un pequeño espejo la perfección de su dentadura, mientras Camus leía un libro de misterio y Milo disfrutaba de las fotografías de cierta revista para caballeros. Shura tomaba tranquilo un café y Ángelo jugaba un video juego con su celular. Saga vigilaba con los binoculares, mientras Kanon se entretenía comiendo un sándwich de pollo.

En unos minutos un fuerte rechinido de ruedas haría que el sándwich de Kanon terminase en los binoculares de Saga y el café de Shura sobre la entrepierna de Milo. Luego solo escucharon un choque y todos sintieron un fuerte impacto y la rara sensación de que el mundo iba muy… muy… lento.

Saga sintió que le dolía todo, pero realmente todo, además ese aroma de mayonesa con pollo comenzó a picarle la nariz, lo más extraño fue ese perfume dulce y cítrico que se mezclaba creando un ambiente digno de un buen vomito. Luego vino aquella voz medio chillante, y bastante molesta.

-Ahhhhh no! Por favor se lo suplico no se muera! Que si llamo a una ambulancia seguro termino en prisión!-

El gemelo mayor sintió como lo jalaban con una delicadeza propia de un juligan, eso sin contar las suaves cachetadas que recibía directo en su bello y manchado rostro.

-Por favor dígame que está vivo! Hábleme!-

Del pecho adolorido de Saga solo se escuchó una especie de gemido casi como un suspiro.

-Ahhhhhyyyyy.-

Después sintió como si algo de buen peso le saltase encima de su pecho.

-Si! Lo sabía! Gracias Dios… bueno quien sea que nos haya hecho el milagrito… Esta usted bien señor?!-

Abrió despacio sus ojos y se dio cuenta que ya no estaba dentro del 4X4 sino en pleno pasto y luego se percató, al subir su aturdida mirada, que un par de pechos bien formados estaba ahora casi a nivel de sus atolondrados ojos.

-Por Zeus, que clase de hermoso sueño es este?-

Aunque una voz aniñada y femenil le hizo subir más su mirada.

-No es un sueño, está usted bien, de hecho ambos estamos bien.-

De inmediato subió su vista y quedo impactado al ver esos hermosos ojos verdes, sintió que estaba frente a una diosa, aunque de inmediato su cerebro conecto y se dio cuenta que aquel rostro le era demasiado familiar.

-Pero…-

-Discúlpeme con los nervios olvide presentarme, mi nombre es Saori Kido y he tenido un problema con mi auto por alguna extraña razón los frenos no funcionaron y pues me estrelle contra su camioneta pero no se preocupe porque yo…-

Eso fue todo lo que su aturdido cerebro pudo registrar, de ahí no dudo en pellizcarse, creándose aún más dolor, solo para darse cuenta que aquello no era un bizarro sueño.

En un lujoso hotel de Tokyo, Mitsumada Kido terminaba de llenar con ceros el cheque que una hermosa rubia esperaba impaciente recibir. Al entregárselo la chica salto de gusto en las piernas del viejo.

-Gracias Papito no sabes lo bien que me veré con la lencería roja que me voy a comprar.-

-Tú asegúrate preciosa de que el niño rico te firme los documentos que te entregue.-

-Tranquilo mi señorito Julián es bastante influenciable, te aseguro que ni siquiera leerá una sola línea.-

El viejo se deleitaba viendo a la rubia voluptuosa desnudarse para él de manera sensual.

-Ya que la tonta de mi nieta no quiere atrapar al pez, pondré yo mismo los anzuelos y las redes.-

Saga parecía como en estado de Shock la hermosa y, según él, tonta de la nieta de su peor enemigo seguía hablando y hablando como loro.

-Sabe si se siente mejor deberíamos ir a ver el estado de su coche, aunque sea un 4x4 el golpe fue bastante aparatoso.-

Ahí fue cuando él reacciono.

-Diablos! Mi hermano y los chicos!-

Salió corriendo todo adolorido con la peli lila detrás de él hasta llegar hasta el sitio donde se encontraban los restos del coche.

Afrodita lloraba desconsolado al ver que su hermosa sonrisa había perdido una perla divina.

-Mi diente! Ahhhhhh!-

Saga respiro contando hasta diez.

-Bueno uno vivo.-

Después se escuchó salir del coche a alguien que refunfuñaba en otro idioma.

-Merde mes lunetes!-

El pobre Camus vio sus gafas rotas y ahora su vista era turbia, aunque eso a Saga poco le importaba.

-Dos vivos.-

Después una voz bastante afligida.

-Ayyy por todos los dioses me arde.-

El pobre Milo además del buen golpe seguía sufriendo la quemadura del café ardiente de Shura. Saga observo con pena la mancha de café en la entre pierna del chico y solo trago saliva imaginando y compadeciéndose del dolor ajeno.

-Bueno tres y este último medio eunuco, pero vivo.-

Después un grito con acento español, fuerte y enfado.

-Me cago en la puta que pario a ese loco del coche!-

Saga suspiro con algo de alivio aunque era evidente que a Shura se le había dislocado el hombro, al menos estaba vivo.

-Cuatro y espero que…-

-Mi sándwich, maldita sea era de pollo teriyaki!-

Sintió aquella voz como una dulce melodía para sus oídos, su hermanito estaba vivo.

-Gracias a Dios que Kanon está…-

Una tosca voz de acento italiano le desvió su mirada.

-Estos aparatos modernos sí que son una maravilla resistente!-

Ángelo estaba bastante emocionado al ver que su magnífico y moderno celular estaba en perfecto estado.

Después saco de su bolso en el pantalón un pañuelo y se limpió a sí mismo la mayonesa que aun llevaba en su rostro hasta que aquella vocecilla de sus terrores le hizo girarse.

-Sabe es muy buena si se la pone en el cabello.-

La miro de arriba abajo un tanto desubicado, estaba acostumbrado a ver su rostro en los periódicos, en la sección de sociales. Sabía que era una bella joven, pero ahora que la tenía enfrente le resultaba mucho más atractiva. Tenía un cuerpo digno de una diosa, un rostro de ángel, aunque siempre la había imaginado más alta de lo que le resulto.

Sacudió rápidamente su cabeza para salir de aquel trance, esa chica era la nieta del hombre que les había destruido la vida, era su llave hacia la puerta de la venganza y no debía distraerse con superfluidades. Saga dio un fuerte respiro y trato de dirigirse a ella fingiendo naturalidad.

-Usted se encuentra bien señorita?-

La chica se ruborizo, aquel hombre era realmente atractivo, tan alto, bronceado con facciones perfectas y esos ojos verdes llenos de fuerza y de personalidad.

-Si gracias señor.-

Él le estiro de inmediato su mano, mientras le dedicaba su sonrisa más sensual y coqueta.

-Saga, mi nombre es Saga preciosa.-

Las presentaciones se vieron un tanto cortadas por los quejidos del resto, Camus intentaba acomodarle el hombro a Shura, pero sin sus gafas pues aquello era difícil y extremadamente doloroso. Kanon trataba de calmar al histérico de Afrodita, terco en encontrar en el suelo su diente perdido. Milo estaba histérico al ver que Ángelo en vez de ayudarle le tomaba una foto con su teléfono.

-Qué te pasa Cangrejo idiota?!-

-Oye es para que en unos años recuerdes que solías ser un hombre con huevos.-

-Quieres llamar a una ambulancia, yo no quiero cambiar de sexo!-

Saori se puso nerviosa al saber que pronto tendrían que reportar el accidente y que ella debía declararse culpable.

-Esperen un momento, si quieren podría llevarlos a una clínica privada es propiedad de mi familia, pero les aseguro que les trataran como reyes. Yo pagare todos los daños, pero saben tengo poco con mi permiso de conducir y pues…-

Saga sonrió satisfecho y su mirada se cubrió con un extraño brillo malicioso.

-Por supuesto señorita Kido, usted no se preocupe.-

Los otros seis sintieron que sus oídos les jugaban una mala broma y no pudieron evitar decir a la vez.

-Señorita Kido!-

La chica estaba más que ruborizada, aunque Saga saldría en su defensa cual fiel caballero por una dama.

-Chicos es la señorita Saori Kido, seguro han oído de ella.-

Después se dirigió a la joven aun nerviosa.

-No se preocupe estamos seguros que fue un accidente y gracias al cielo no hubo daños graves.-

Aunque la cara de enojo de Shura, las lágrimas al borde en los ojos de Milo y el puchero histérico de Afrodita no ayudaban mucho. Disimuladamente el gemelo les hizo una seña y todos sacaron su más fingida sonrisa y terminaron dándole la razón al de Géminis, quien tomaría a la chica con un abrazo en sus hombros llevándola a parte.

-Son algo tímidos, pero ya se les pasara el susto.-

-Por favor Saga hábleme de tu.-

-Sabes no puedo creer estar en frente de una de las mujeres más admiradas de Tokyo.-

La chica sintió su corazón latir a mil por hora ante aquellas palabras tan halagadoras, y como el chico no quiso aceptar su ofrecimiento la chica abrió su bolso sacando una tarjeta personal.

-Toma Saga este es mi numero personal, si necesitan algo tu o tus amigos no dudes en pedírmelo.-

Saga miro aquel número con curiosidad, mientras ella le explicaba mostrándole un teléfono celular que se encontraba en su bolso y sonriéndole coquetamente.

-Este número siempre va conmigo, soy la única que responde, llámame cuando quieras.-

Después la chica se dirigió acompañada por el gemelo hasta donde había quedado el auto de ella, éste, con muy pocas abolladuras. Saga miro aquel deportivo y sintió algo de frustración.

-Está casi intacto, como lo hiciste?!-

-No en balde cuesta medio millón de dólares.-

La chica subió al interior y al encender el motor bajo el vidrio enviándole un beso coqueto al joven quien estaba detrás del coche y ahora sonreía maliciosamente, después la chica se colocó sus gafas de sol y arranco. Era una pena que la pobre Saori tuviese problemas y siempre confundiera la primera velocidad con la reversa. Del golpe Saga fue a dar de sopetón hasta el pasto, de nuevo, y aquella sonrisa maliciosa se transformó en una mueca de dolor. La chica se fue a toda velocidad sin percatarse de los daños colaterales a su acelerón. Saga se lamentaba mientras Kanon llegaba a toda prisa a auxiliarlo.

-Pero que vieja más pendeja!-

Su gemelo le ayudo a ponerse de pie y ahora el resto del grupo se aproximaba a paso lento y adolorido.

-Porque la dejaste ir?-

Basto con seguir la vista de Saga dirigida a los restos de su vehículo y Kanon lo comprendió en el acto.

-Tienes razón. Bueno y ahora qué?-

Saga sonrió casi diabólicamente mientras le mostro la tarjeta de la chica con su número privado.

-Hermanito eres un genio.-

En los consorcios marítimos Atlantis, dentro de uno de los despachos más grandes de aquel edificio con vista al mar, Julián Solo revisaba sus últimos documentos. De inmediato una tasa con café caliente le hizo sonreír trayéndole de regreso al mundo real.

-Shaina , mi hermosa y rebelde asesora, a que debo este detalle?-

-Eres mi jefe Julián Solo, además de ser la única persona que me ha tendido la mano en mis peores momentos.-

-Hay quienes me tachan de frívolo e inmaduro, pero quien te escuchara diría que soy un ángel.-

-Debes aceptar que tienes un ego digno de un Dios, y cuando te molestas paralizas a cualquiera con esa mirada tan gélida, pero aun así, dentro muy dentro de tus profundidades hay un ser divino noble y cálido que tengo el gusto de conocer.-

Julián solo negó divertido, mientras le hizo un gesto a la peli verde para que se sentase acompañándole.

-Eres mi asesora de comunicación Shaina , no mi secretaria, por lo tanto tu gesto cuenta el doble para mi.-

-Bueno cabe por preguntarte porque contratas a una secretaria incapaz de respetar sus horarios.-

-Tethys aún no ha llegado?-

-No, y no sé cómo eres tan amable con esa chica tan irresponsable o será por esas dos grandes razones que tiene por enfrente?-

-Celosa mi Shaina?-

-De que me serviría, veámoslo con realismo Julián tu eres un magnate del comercio marítimo y yo soy solo una chica de barrio que tuve la suerte de contar con tu simpatía.-

-Si quisieras mi hermosa yo te daría todo y más.-

-Como amante, pero tu madre jamás aceptaría lo nuestro. Crees que no sé que ella está arreglando tu matrimonio con la heredera de los Kido? Lo siento Julián no soy de las que se conforman con migajas, te prefiero como amigo, al menos podemos tomarnos un café sin escondernos de nadie.-

El chico rio divertido.

-Por eso ni me preocupo la increíble y muy mimada señorita Kido jamás aceptara ese estúpido compromiso, por ese lado estoy muy tranquilo. No me soporta y el sentimiento es mutuo. Además ni nos vemos, ella está en la otra punta del planeta. Quizás corte el internet de casa así mi madre dejara de enviar flores a otros países.-

-Porque no se lo dices a tu madre en vez de…-

-Sabes en mi familia siempre se nos inculco a seguir ciertos protocolos, deja a mi madre ahogarse en sus tonterías, ya se cansara de enviarle regalos a esa loca en mi nombre.

Es verdad que no puedo ofrecerte un compromiso serio ante la sociedad, pero créeme con lo privado puedo ser tan leal como con lo público.-

-Gracias Julián pero yo quiero salir a la calle de la mano de mi pareja tranquilamente, sin que este se avergüence de mis orígenes.-

- A mi tus orígenes me dan lo mismo, sino porque crees que te contrate? Te quiero cerca de mi Shaina, eres importante para mí.-

-Si, hasta que tu madre te pacte otro matrimonio, ya que tu no le pones un alto, así que no gracias. Además, si tanto te intereso no sé por qué no dejas de ver los traseros de cuanta furcia que se te ofrece. No eres de los que se hacen del rogar.-

El chico reía ante los reclamos de la peli verde.

-Dime que sí y las mando a volar a todas. Además son astuto y se cómo escabullirme para quedarme eternamente soltero. Es tu culpa que busque consuelo con otras. Vamos linda un día mi madre morirá y entonces…-

La chica le miro fastidiada.

-Cambiemos de tema por favor.-

Los ojos de Shaina no mentían aquel tema era un caso cerrado, así que el chico se conformó con la pregunta de cortesía.

-Dime hermosa, tu hermano, se encuentra bien?-

-Milo siempre ha sido problemático, y no lo sé… sospecho que de nuevo estará metiéndose en algún lio.-

-Parece que aquel episodio que tuvo hace años le marco de por vida, cuatro años en prisión, pobre chico.-

-Él siempre me ha jurado que jamás ha robado nada y yo le creo. Así haya gente que asegura haberlo visto robar aquel collar del cajón de aquella dama. Debió haber sido vergonzoso para tu padre, Julián, ya que siempre se portó bien con nosotros y veía bien a mi hermano.-

-Mi padre no se sentía a gusto en enviar a tu hermano a realizar prácticas profesionales con los Kido. Aunque mi madre quiere llevar buena relación con ellos, mi padre nunca confió en el viejo Mitsumasa. No tienes de que avergonzarte, linda.-

La conversación fue interrumpida por la llegada de cierta rubia con aires de grandeza que entro sin siquiera pedir permiso.

-Señor Julián, buenos días y disculpe la demora.-

La mirada seductora de Tethys aunada a ese provocativo atuendo hicieron que Shaina se sintiese incomoda. La rubia paso sin siquiera saludar a la peli verde, no sin antes dedicarle por unos segundos una mirada de reto, que hicieron que Shaina se pusiera de pie con rumbo a la puerta. Julián no podía ocultar su sonrisa, adoraba verla celosa, aunque a la vez una parte de él se sentía miserable por sus propias técnicas de presión.

-Shaina espera.-

-Tengo trabajo que terminar señor Solo y por lo que veo usted aún tiene documentos que firmar.-

La rubia llevaba en su mano unas carpetas llenas de papeles, y no dudo en colocárselas al joven en su escritorio aproximándose lo suficiente para hacerle apreciar sus visibles encantos. Shaina cerró la puerta con tranquilidad alejándose de aquel despacho, en el fondo hubiera querido pelear y defender a aquel que tanto deseaba, pero sabía que no estaba ni en la posición ni en el derecho de reclamar nada. Con un fuerte suspiro siguió su camino aún tenía mucho trabajo que seguir.

El joven magnate abrió la carpeta, mientras comenzó a leer y firmar lo pertinente al cabo de la cuarta página todo se leía repetitivo.

-Tethys todo esto es el expediente de los atuneros?-

La chica quien le esperaba inquieta sentada enfrente sonrió, coqueta.

-Si señor todo eso, quiere que le marque en donde firmar?-

El solo hizo una mueca de conformidad, después de todo aquel expediente lo había revisado con detalle hacia dos días junto a su asesor legal Sorento de Sirena. Así sin más, la chica le paso las hojas y sin siquiera leer una línea el joven firmo cada hoja en total tranquilidad.

En la mansión Kido, Saori se debatía contra el colérico de su abuelo.

-Pero quien te dijo que podías conducir mi Ferrari, tú tienes choferes para que te lleven, esos autos están hechos para hombres y no para princesitas inútiles como tú!-

-Olvidas Abuelo que esos coches eran propiedad de mi padre, a un año de mi permiso como conductora tengo derechos, además todo lo que era de mi padre ahora es mío. Además ya te dije que son simples raspones, si quieres que tome mi posición en El Santuario, conducir es un juego de niños. Si no me sientes capaz de eso entonces no comprendo cómo quieres que yo dirija nuestras empresas?!-

El viejo trago hondo, sentía ganas de darle un tremendo bofetón a su adorada niña, pero sabía que de hacerlo perdería una pieza importante en su oscuro y secreto juego. Así que suavizo sus expresiones y jugo su mejor papel el de abuelito tierno y consentidor.

-Tienes razón mi niña perdóname ya sabes como de repente se me olvida que ya eres toda una mujer, y quiero sobreprotegerte.

La chico se dio media vuelta fastidiada de todo lo mejor sería descansar un poco y porque no, fantasear con ese hermoso chico que acababa de conocer.

Al llegar a su habitación escucho sonar su teléfono celular y respondió en el acto.

-Si diga?-

-Saori como te encuentras soy Saga, me recuerdas el chico de esta tarde.-

-Pero claro que te recuerdo dime estas bien, están todos bien?-

-Si te dije que no era nada grave, pero sabes quisiera, si me lo permites invitarte a tomar un café mañana que dices aceptarías?-

La chica casi pega un brinco de la emoción.

-Por supuesto a qué hora quieres que nos veamos?-

-Por la mañana si quieres a eso de las diez, te vendría bien o prefieres otra hora?-

-Me parece la hora perfecta, en donde?-

-Sabes conozco un sitio lindo pero queda un poco retirado muy cerca de la montaña, es un lugar poco concurrido pero pensé que estarás harta de esos reporteros de sociales que te acosan siempre.-

-Pues la verdad si, que lindo en pensar en mi comodidad.-

-Te parece que nos veamos a la salida de la carretera y que nos vayamos en un solo coche?-

-Me parece perfecto.-

-Preciosa sabes no sé si tu familia vea bien que un desconocido como yo te invite a…-

-Saga no te preocupes, nadie tiene que enterarse al menos no por ahora, no lo crees?-

Del otro lado del teléfono la sonrisa triunfante de Saga adornaba su perfecto rostro, mientras que levanto su pulgar delante de sus, algo maltratados, compañeros que sonrieron complacidos.

-Nos veremos mañana preciosa, ya verás que la pasaremos muy bien.-