CAMINOS
Ese era su ultimo recurso para seguir adelante, le diría adiós en esa caja donde enterraría lo que el había dejado de ella, el dolor era lo único que se llevaría lo demás, los buenos recuerdos, las lagrimas, las hermandades, su amor… lo enterraría con Bella Swan.
Mientras colocaba las fotos que había encontrado en el piso de su cuarto rogaba a Dios o la fuerza que rigiera este mundo o el de los vampiros, que ya no la atormentará, ella era una simple humana que amaba a un alguien que la había matado en vida, no podía ser castigada con más.
Solo una promesa la retenía en este mundo y la cumpliría; no cometería ninguna locura… dejaría que la piedad de ese alguien superior se compadeciera de ella y ya no la retuviera mas en este mundo terrenal donde había ángeles y demonios.
Al terminar de cubrir esa caja con ella adentro, la única esperanza que se formaba era que ese día llegaría, el día en que su respiración dejará de alimentar el dolor que la consumía y que posiblemente aprendiera a vivir de nuevo.
Una promesa se formo en su interior, seguiría viviendo con lo que quedaba de vida, ya no lloraría mas, ya no se lamentaría mas, solo viviría y aguardaría ese destino humano que tan valioso era.
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Había pasado tiempo y con el ella, su meta se cumplió casi en su totalidad, prácticamente lo había borrado de su vida, dolía menos que en un principio.
Estaba en una nueva ciudad, con mucho sol para su beneficio nunca pudo ser la misma, ahora se escondía bajo una cortina de apariencias y soledad.
Tomo un bonito vestido para salir se preparado, tomo sus pastillas, como la mayoría de las noches, ya no faltaba mucho para que todo acabará, para que ella llegará a su final para que por fin descansará de ese dolor que la atormentaba. Ese pensamiento la hizo sonreír amargamente.
Una noche más, una fiesta más, un engaño más y una herida más, cuando salió de su departamento pudo percibir un aroma que hace mucho no percibía. Era él…