Esta historia quería dedicársela a dos amigas muy importantes y que significan mucho para mi, gracias por aguantarme todo este tiempo, sabéis que os quiero mucho 3

Disclaimer: Ni Frozen ni sus personajes me pertenecen, solo esta historia de mi loca imaginación xD

Nueva York 4:00 am

En un lujoso apartamento en el centro de Nueva York se encontraba una chica vestida únicamente con un camisón blanco, el pelo suelto y una casi desgastada vela encendida que vagaba en la oscuridad buscando lo que nunca le permitieron saber. Por suerte antes de que se le extinguiera la única llama de luz; consiguió encontrar la habitación deseada, el despacho de su padre.

Llena de determinación cogió las llaves que traía para luego abrir la puerta con el más sumo sigilo posible. Una vez dentro cerró la puerta y recostada en ella observó una brillante y hermosa luna colgar del misterioso cielo nocturno desde la ventana situada detrás del escritorio. Su cabello cobrizo fue resaltado con la luz de la luna, sus pecas apenas se distinguían de su clara piel y en sus ojos celestes se veía reflejada la emoción de poder saber que misterios oculta esa habitación para que nunca le dejarán entrar. Con detenimiento pasó su vista por todos los rincones de la habitación pero solo encontró libros aburridos, cansada de mirar cosas sin interés se sentó en la silla de trabajo de su padre solo para ver estanterías repletas de libros en ambos lados.

Rendida suspiró para darse vencida pero entonces recordó que había un sitio donde no había mirado, una cajón cerrado con llave en la izquierda del escritorio. Buscó las llaves por todo el lugar pero no había rastros de ninguna, solo libros y un cuadro con el retrato de su padre cerca de la ventana, probó con las decenas de llaves que trajo, pero ninguna funcionó. Alargando un suspiro de resignación se dió cuenta que algo brillaba detrás del cuadro y efectivamente allí estaba la llave correcta, con rapidez y emoción se volvió a sentar dispuesta a abrir el dichoso cajón para sólo encontrar otro libro.

Tomó el libro entre sus manos y lo dejó sobre el escritorio, entonces se preguntó por qué el libro estaba absolutamente envuelto en cadenas sujetadas por un candado sin ranura para meter alguna llave. Posó suavemente la yema de sus dedos sobre el candado y de repente todas las cadenas se rompieron al tiempo que el libro se abría exactamente por la mitad, pero no era un libro cualquiera era un escondite en el cual se guardaba un papel plegado.

Con cierta indecisión, la chica cogió el papel determinada a saber que pone, para su sorpresa en el papel solo habían escritas un par de frases y debajo un dibujo de una especie de círculo mágico o eso es lo que le pareció.

-wow no sabía que a mi padre le interesaban estas cosas- dijo con una sonrisa burlona. En el papel ponía lo siguiente:

Reino de Arendelle

Fühlen Sie meine Seele und seien Sie der Spiegel meiner Reise

Al pronunciar esas palabras una luz segadora invadió su vista para luego sentir algo duro golpear todo su cuerpo y quedar inconsciente.

En algún lugar...

-Mira cariño, está despertando

Lentamente abrió los ojos con pesadez en los párpados sintiendo borrosa su vista, cuando pudo ver claramente vio a una mujer de complexión gruesa y ropas simples dirigirle una cálida sonrisa mientras la miraba, a su lado estaba un señor alto y delgado también con ropas simples y una barba que la miraba con seriedad, ambos tenían la piel clara, el pelo y los ojos color castaño.

-Hola hija ¿como te llamas? ¿de donde vienes? ¿que te paso? - la mujer no paraba de interrogarla con un dejo de emoción.

-Cariño déjala descansar, acaba de despertarse - dijo el señor mostrándole una fraternal sonrisa.

-Yo... ¿donde estoy? Y... ¿que me ha pasado? - preguntó la joven aún aturdida.

-Estas en la habitación de invitados de nuestra casa a las afueras del Reino de Arendelle, hace dos días te encontramos inconsciente cerca de aquí, ¿como te encuentras? - dijo el hombre mayor con un deje de preocupación en su mirada.

-¿Quienes sois? - estaba en un lugar que no conocía con personas que no conocía y la mujer no paraba de hacerle preguntas, la única reacción que podía tener en ese momento la joven era tener miedo.

-Yo soy Richard y ella es mi mujer Elizabeth, ¿como te llamas?

-Anna, Anna Windsor... Yo ... Tengo que irme, tengo que volver - esas fueron sus únicas palabras antes de salir casi corriendo de la casa dejando al matrimonio mirándose con extrañeza por su reacción, pero al salir solo pudo ver que estaba en una pradera posiblemente muy lejos de su casa y solo pudo hacer una cosa : correr y correr por el sendero enfrente de sus ojos y buscar ayuda, la policía o quien fuera, solo quería volver a su casa.

Pasaron horas en las que a Anna le parecieron eternas mientras caminaba sin rumbo por el lugar y lo único que consiguió fue perderse al adentrarse en un bosque. Cansada de tanto caminar decidió recostarse sobre el tronco de un árbol y meditar sobre la situación.

Bien Anna, pensemos, la última vez estaba en el despacho de mi padre buscando en sus cosas, me encontré ese extraño libro y al leer ese papel ocurrió algo para que me quedara inconsciente y acabara en una casa que no es la mía con personas que no conozco en un lugar que no conozco, genial, tiene todo el sentido del mundo, cualquiera que me escuche pensará que estoy loca, ¿y ahora que hago? Tengo miedo - pensó con tristeza en su rostro y lágrimas recorrer sus mejillas.

Un rato más tarde, Anna seguía inmersa en sus pensamientos - Tengo hambre tal vez debería volver con esos ancianos,estando aquí tengo miedo de que si me llevo algo a la boca me haga daño (suspiro) no creo que sean malas personas, si quisieran hacerme algo no me habrían dejado escapar tan fácilmente ¿no? Pero también les debo una explicación después de haberme ayudado, pero tampoco puedo contarles la verdad, no me crearían, aunque tal vez sepan algo, en cualquier caso solo puedo hacer una cosa - Anna decidida se levantó de su asiento y empezó a andar para intentar volver a esa casa.

Anna había caminado tanto que ya estaba anocheciendo, estaba tan cansada que solamente deseada fervientemente volver a la casa de la pareja para evadir los peligros de la naturaleza, y casi por arte de magia consiguió encontrar la salida de ese laberinto de árboles. De alguna manera logró divisar a lo lejos el lugar que buscaba por tanto tiempo. Cuando llegó a la puerta, el miedo y la inseguridad volvieron a apoderarse de ella, pero aún con algún rastro de valentía llamó, grata fue su sorpresa que la mujer abrió la puerta y al reconocerla le brindó su sonrisa sobrecogedora y la invito a pasar amablemente, la joven dudosa de su decisión entró.

Sin hablar alguna palabra, Anna se sentó a comer en la mesa tal como le habían ofrecido, se asustó al ver como la mujer desaparecía de su vista tras una puerta, pero luego de unos minutos suspiro de alivio al ver que traía un plato bien lleno de comida para luego depositarla frente a ella.

¿Que tendrán las personas mayores que parece que su hobby preferido es cebar a los adolescentes con platos de comida de doble fondo? - pensó Anna al ver el enorme plato rebosante de algún tipo de guiso.

La cena transcurrió en silencio y solo cuando acabaron de comer la joven se armó de valor para entablar conversación.

- No me vais a preguntar nada?

- Mi mujer es la especialista en eso, pero no, no te preguntaremos nada, ya debe ser bastante violento el que estés con personas que no conoces en un sitio que no conoces.

- Antes dijisteis que estábamos en Arendelle pero nunca he oído hablar de este lugar, yo vivía en Nueva York, ¿sabéis si está muy lejos de aquí?

- Es la primera vez que oigo ese nombre, dudo mucho que haiga algún lugar en este mundo con ese nombre. - Dijo Elizabeth.

- Estáis de broma ¿verdad? Eso no puede ser cierto - Dijo con ansiedad reflejada en sus facciones.

- ¿Por qué deberíamos mentirte? - Dijo Richard con un deje de preocupación ante la reacción de la chica.

- Esto no puede ser verdad, esto no está ocurriendo - Decía pensando en voz alta con el miedo en sus ojos, sintiendo la boca seca y pesadez al tragar.

- Tranquila cariño, ya verás como todo se soluciona - Dijo la mujer posando su mano en el hombro, pero momentos después Anna se lanzó a sus brazos llorando solo queriendo tener alguien que la consuele en su mayor momento de ansiedad y dolor hasta ahora.

Un rato después Anna dejó de llorar pidiendo perdón avergonzada por su reacción y empezó a contarles lo que le pasó detalladamente por si la podían ayudar, ya que entre los brazos de la anciana había encontrado algo de confianza.

- Parece un hechizo para viajar, recuerdo haberlo estudiado cuando era más joven ¿no recuerdas nada de lo que decía? esa podría ser la clave para que vuelvas a tu mundo- Dijo pensativa Elizabeth.

- No, no lo recuerdo ¿que hago ahora?

- Bueno, nosotros no te podemos ayudar pero podrías ingresar en la academia femenina Leonhardt, allí te enseñan magia entre otras cosas.

- Me sigue pareciendo raro que exista la magia de verdad, no puedo imaginar un mundo en el que todos tienen poderes mágicos y esas cosas.

- No todo el mundo tiene poderes, en este mundo las mujeres desarrollan poderes ligados al entorno y adquieren el poder de controlar algún elemento, las personas que no tienen poderes pueden adquirirlos a través de echizos, pactos y demás métodos. - Explicó Richard con sabiduría.

-Pero yo no tengo poderes, un momento, si en este mundo todas las mujeres tienen poderes ¿cuál es el tuyo? - Preguntó apuntando a Elizabeth con su dedo índice.

- Puedo hacer crecer plantas y flores.

- Parece sacado de un cuento de hadas - la pareja solo podían reír a carcajadas debido al comentario y la graciosa cara de Anna. - Bueno Richard, cuéntame acerca de este mundo.

- Mmm bueno este mundo se divide en grandes porciones de terreno reinados por los fundadores o familia real, a lo largo de la historia hubo y hay grandes batallas por los reinos ocasionadas por la codicia y la ambición.

- ¿Y que hay de Arendelle?

- Arendelle es un reino monárquico democrático; reinado por la unión de dos familias reales, los Lancaster y los Leonhardt. Pero debido a la traición de un reino vecino los reyes murieron y Elsa Leonhardt ascendió al trono a pesar de su corta edad.

- Lo único que falta es que las mujeres sean armas en potencia y se unan al ejército. - Dijo en un tono sarcástico.

- Pues de echo has acertado; a la edad de 17 años, las mujeres empiezan a desplegar su potencial mágico y generalmente acuden a la escuela femenina Leonhardt para aprender sobre historia, magia, alquimia, etc. Después de 3 arduos años de preparación la mayoría se une al ejército de Arendelle.

- ¿En serio? - Preguntó Anna incrédula a lo que escuchaba.

- Si - Respondió el hombre con seguridad.

- Entonces eso quiere decir que me faltan todavía unos 9 meses para poder ir, esto va a ser más duro de lo que pensé.

-No es tan sencillo, para entrar necesitas tener algún certificado de que eres de Arendelle o al menos tu familia viva aquí, además que se necesita una preparación básica antes de entrar.

- Genial ¿ entonces que hago?

- Bueno de eso nos podemos encargar nosotros, podemos arreglar los papeles para que aparezca que te hemos adoptado y después podríamos enseñarte lo más básico para que puedas entrar. - Dijo Elizabeth.

- No sé si me gustaría que me adoptaran, ya tengo una familia - Dijo no muy convencida de la idea.

- Cariño no pretendemos ser tus padres, solo queremos ayudarte y solo sería en los papeles.

- Lo sé pero no estoy muy convencida, quisiera pensármelo un tiempo.

- Por supuesto.

Pasaron semanas en las que Anna seguía pensando en aquella propuesta mientras vivía con la pareja, al final llegó a la conclusión de que Elizabeth tenía razón, solo son papeles y solo la quieren ayudar, al fin al cabo volvería con sus verdaderos padres con su ayuda y poniendo algo de su parte. Al comunicarles su decisión, rápidamente lo arreglaron todo legalmente y le enseñaron cosas desde historia hasta combate con el fin de su entrada en esa escuela en la que tras mucho esfuerzo y duro entrenamiento consiguió ser aceptada.

9 meses después...

- ¿Estas segura de que podrás Anna? - preguntó Richard.

- Si, quiero hacerlo, puede que me haya caído mucas veces pero puedo montarme en un caballo sola - Respondió Anna con una brillante sonrisa y clara emoción en sus ojos mientras montaba a lomos de su preparado corcel blanco.

La pareja llevó a la joven hasta la escuela cabalgando,y gracias al cielo, sin ningún percance en el camino. Cuando por fin llegaron al sitio se despidieron de la chica frente a un enorme portal de hierro. Anna; equipada con camiseta y pantalones verde y negro respectivamente, una mochila de mismos colores, su pelo recogido en dos trenzas y una tenue sonrisa se adentro en la misteriosa escuela tras la puerta.

-Así que aquí comienza mi nueva aventura, interesante.