LA TIERRA DE ODIN

La tierra es extensa, el mar es basto, el espacio es incierto… algún día todo desaparecerá… pero el Helheim y el Valhalla por siempre prevalecerán…

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INTRODUCCIÓN

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ROJO BERK

Aquella tarde se podía apreciar el gran sol ocultándose en el océano, desde los acantilados de cierta isla se apreciaba un magnífico espectáculo natural, algunas aves atravesaban la poca luz naranja que quedaba del gran astro en busca de refugio para pasar la noche, las olas rompían el silencio que reinaba en la zona, mas no era un silencio de paz; era un silencio sepulcral.

Sobre aquella isla, que alguna vez fue llamada por sus habitantes Berk, que alguna vez estuvo llena de vida, se podía apreciar un campo de pura muerte. Las casas deshechas en ceniza y algunas aun en llamas solo aumentaban el dramatismo en aquella escena; entre sus calles, sus acantilados y puertos, varios cuerpos evidenciaban la magnitud de la batalla que se desato tan solo algunas horas antes; vikingos, los habitantes originales de la isla, y dragones, fieles compañeros de los mencionados en principio, yacían inertes sobre el húmedo césped. Muertos. Algunas figuras desconocidas y con una especie de picos a manera de armadura, también habían caído, pero había una gran brecha entre el número de muertos entre los bandos.

Esa tarde quedaría grabada en la mente de los pocos sobrevivientes, apenas una pequeña parte de la población había logrado evacuar la aldea que llevaba el mismo nombre que la isla; en realidad las poblaciones vikingas siempre eran pequeñas debido a los constantes conflictos entre tribus o fieras salvajes como lo fueron alguna vez los dragones, pero en Berk hacia mucho que eso se había terminado gracias a las acciones de un hombre y, gracias a él, su pueblo no solo había crecido en cuanto a arquitectura, economía y civilidad, también lo había hecho en el número de población… ahora ya nada de eso importaba… durante los últimos meses se había establecido una guardia de jinetes de dragones y una guardia terrestre, ellos eran lo mejor en cuanto a guerreros, habían sido entrenados por la mismísima esposa del jefe, conocida por ser una fiera guerrera, pero ni eso había servido, muchos de esos valerosos hombres y mujeres habían fallecido en batalla… Es por todos muy bien sabido que los vikingos son fuertes, valeroso y muy tercos… ¿Fue en parte esa terquedad lo que los llevo a este cruel destino?... No. Su destino ya estaba escrito.

-¡En el nombre de Thor!, ¿¡Qué son ustedes!?- se escuchó en la lejanía. Los sobrevivientes caminaban entre el frondoso follaje del bosque, debían llegar rápido al refugio instalado en la parte contraria a su isla, si no lo hacían y morían en el trayecto, los sacrificios hechos serian en vano; aun así, algunos se detuvieron al escuchar aquella pregunta lanzada desde una considerable distancia, quizás desde el centro de la aldea donde se había trasladado la batalla, seguramente aquel que gritó lo hizo sumergido en la desesperación.

Varios guerreros, los primeros en el campo de batalla, habían sobrevivido gracias a las órdenes del jefe, pero eso no impidió que resultaran heridos, la mayoría de gravedad… su orgullo estaba herido ¡ningún vikingo huía de la batalla!... Pero aquella no fue una lucha normal, su líder lo supo casi de inmediato y ordenó la retirada, muchos se sorprendieron, otros obedecieron al instante, entre ellos un joven robusto y alto pero de facciones cómicas, con extremidades algo cortas para su cuerpo, "¡Llévalos al refugio!" fue la orden, él acato el mandato casi sin pensarlo. Saco a las personas del gran salón, que había fungido como primer refugio, les indico que debían dirigirse inmediatamente al lado contrario de la isla y en el camino muchos ayudaron a los heridos que trataron de impedir el avance del enemigo… el paso quedo libre gracias a las magníficas maniobras de un dragón negro y su jinete… pero no iba a durar mucho, tenían que actuar rápido antes de que las victimas fueran mayores.

Las explosiones seguían escuchándose en la lejanía de forma intermitente, la gente caminaba en silenciosos sollozos entre heridos, niños, mujeres y ancianos; al frente de la peregrinación se encontraba Fishlegs Ingerman quien identificaba que el grito recién escuchado y las explosiones solo eran indicio de la cercanía del enemigo; tenían que apresurarse y así lo hizo entender a los guerreros que flanqueaban a las personas. En la retaguardia, los gemelos Thorston también se dieron cuenta del peligro, tanto así que ni una broma o chiste había salido de ellos, su misión era aprovechar el tiempo dado por sus amigos y familia para poder escapar y guarecerse de la batalla. Ruffnut se quedó preocupada mirando atrás, sus amigos estaban dando la vida por ellos, una parte de ella quería regresar y pelear a lado de los demás pero la misión de proteger a su pueblo también era importante y lo entendía a la perfección. Tuffnut tenía los mismos pensamientos, más aún que sus padres también le habían encomendado la seguridad de su hermana.

Algunos minutos después, que en realidad les parecieron horas, ya habían llegado a la entrada de una cueva en la parte posterior de la montaña más grande en Berk; dicha caverna no era natural, el gran jefe, Hiccup Horrendous Haddock III, había ordenado la construcción de aquel lugar previendo cualquier situación peligrosa para su pueblo… "un jefe, protege a los suyos"… y vaya que Hiccup se tomaba en serio aquellas palabras pues tardaron solo dos meses en terminar una maravilla arquitectónica.

El rubio de mayor tamaño comenzó a vigilar que todos entraran en orden pero lo más rápido posible, algo difícil considerando la cantidad de heridos y ancianos, cuando los gemelos se aseguraron que nadie los había seguido o alcanzado le confirmaron con señas a Fishlegs que podía proceder con la siguiente parte del plan; el aludido lanzo un par de rugidos, el primero para llamar la atención de un Cremallerus Espantosus, Barf y Belch aparecieron de entre el bosque hasta llegar al claro donde se encontraba la cueva; seguidamente la Gronckle conocida como Meatlug apareció casi del mismo lugar al escuchar el llamado. Hiccup no era ningún tonto, ya todos sabían eso, junto con su mejor amigo humano, elaboraron el plan de evacuación, la parte más difícil ya estaba hecha, pero no por eso dejaba de ser peligroso permanecer en el claro. La técnica era sencilla, el dragón de dos cabezas provocaría un derrumbe controlado en la entrada del refugio mientras que su rechoncha compañera comenzaba a cerrar los huecos y sellar el acceso con su lava desde dentro de la cueva.

Los últimos centímetros de lava y roca eran arrojados por la dragona, Fishlegs había seguido al pie de la letra las instrucciones de Hiccup; mal presagio, intuyeron los tres jinetes mientras observaban el ultimo halo de luz lunar en lo que fue una entrada, pues los demás jinetes deberían haber llegado antes de cerrar ese acceso.

Astrid Hofferson, Snotlout Jorgenson e Hiccup Haddock, así como parte de la guardia de jinetes se habían quedado atrás para dar tiempo a su pueblo de evacuar la aldea, la batalla ya estaba perdida y el jefe no se arriesgaría a perder a más de su gente; fue así que le ordeno a su mejor amigo llevar a cabo el plan de evacuación, en un principio solo se quedarían él y su primo al frente, pero varios vikingos fieles a su jefe y, por supuesto, su esposa que ni en un millón de años hubiera evacuado, se quedaron para combatir.

-¡Ya les dimos suficiente tiempo, Hiccup, debemos retirarnos también! –Grito el chico de cabello oscuro y músculos algo robustos desde Hookfang. Conocía muy bien a su primo y sabía que podría llegar a quedarse a combatir solo con tal de salvar más vidas.

-¡Ya lo sé!... ya lo sé- la última frase la dijo con melancolía. Al bajar la vista desde donde sobrevolaba con Toothless pudo observar el estado de ruinas en el que había quedado su pueblo, pero lo más triste para el joven de cabellos castaños, era ver a muchos de sus guerreros y dragones muertos entre las calles y casas de Berk. Fue sacado de sus pensamientos cuando el llamado de alerta de una mujer se hizo escuchar.

-¡Hiccup, atento!- el hombre de armadura rojiza pudo evitar una lanza, muy rara por cierto, que rozó sus cabellos, si no hubiera sido por su madre aquella arma puntiaguda hubiera terminado en su cabeza.

-... ¡Muy bien… -Dijo luego de agradecer a su madre con una mirada- …retirada!

Más de una veintena de dragones de diversas especies con jinetes sobre ellos emprendieron el vuelo alto, algunos aun alcanzaron a lanzar alguna espada o mazo a su enemigo antes de alejarse, pero servía de muy poco, aquellos seres tenían mucha resistencia y los extraños "picos" que tenia les favorecían de sobremanera. Valka fue la primera en salir rumbo a las montañas, su hijo siguió con la mirada aquella figura con traje de dragón hasta cerciorarse que se pondría a salvo, luego retorno su atención al área cercana al pueblo, en casi todo el tiempo de batalla había logrado divisar pocas veces a su hermosa esposa. Solo unos segundos después la pudo ver aun peleando.

-¡Vamos, Toothless!

El furia nocturna comprendió de inmediato las intenciones de su amigo, se lanzó en dirección a donde pudo ver a la dueña de una cabellera rubia moviéndose de un lado a otro sobre el húmedo suelo del pueblo tratando de perder a sus contrincantes entre las casas que seguían en pie, unos metros más a la derecha se encontraba una Nadder Mortal repeliendo las siluetas de varios enemigos a la luz de las antorchas e incendios de las chozas cercanas; para darle tiempo a Astrid de escapar, el jefe empuñó su espada de fuego y aun sobre su dragón lanzo dos estocadas que hicieron retroceder a los dos enemigos que tenía más cerca, la rubia se pudo liberar de un tercero cuando uso un hacha, recogida de algún cadáver, como bumerang; un silbido alerto a Stormfly que era el momento de acudir con su dueña.

-Gracias, hermosa- una vez montada sobre la dragona de color azul, realizo otros lanzamientos con el hacha combinando el ataque con espinas amarillas de su amiga, Hiccup había hecho lo mismo con su espada y los plasmas del escamoso dragón negro.

-¿Te encuentras bien? – pregunto el joven preocupado emprendiendo el vuelo hacia el bosque.

-Estoy...bien… -la tristeza en su voz, combinada con el cansancio por la lucha, indicaba que su orgullo si estaba herido; su esposo ya no pregunto nada más, no era el momento. Le bastaba saber que no tenía heridas físicas.

-¡PAPÁ!- el casi ensordecedor grito se Snotlout alerto a la joven pareja antes de alejarse. Más muerte.

Spitelout Jorgenson era miembro de la guardia de jinetes, como buen vikingo se había quedado para resistir el ataque junto al nuevo jefe de Berk, era obvio, puesto que en los últimos meses y luego de la muerte de Stoick el Vasto, él se había convertido en parte fundamental de los concejeros del jefe, el muchacho había demostrado tener idea de cómo dirigir una aldea, pero también era obvia la necesidad de ayuda, fue por eso que, en honor a su difunto hermano y para ayudar, apoyo en todo lo que podía a Hiccup.

Ese apoyo se veía reflejado en esta batalla, casi todo el tiempo estuvo combatiendo a lado de su hijo, la verdad era que su relación también había mejorado mucho. En el momento que se ordenó la retirada, el más joven había sido casi derribado por otra de las extrañas armas del enemigo, apenas pudo esquivarlo, pero en la maniobra Hookfang perdió su equilibrio y estuvo a punto de caer en picada, momento que fue aprovechado por los que estaban en tierra y lanzaron más de aquellas lanzas, el pelinegro no se dio cuenta de aquello a tiempo y no pudo más que cerrar los ojos con una mueca de pánico, su muerte era inminente… pero nunca llego a sentir el contacto con el frio metal… su padre, aquel que fue el líder del segundo clan más poderoso de Berk, se había lanzado a interceptar el ataque, había estado a punto de emprender la retirada como lo había ordenado el jefe pero al ver como el Monstruos Nightmare de su hijo casi caía en picada no dudo para nada y voló hasta su posición… definitivamente uno no saldría vivo de eso y definitivamente sabía quién sería.

Tanto él cómo su Nadder recibieron al menos cuatro lanzas directas al cuerpo.

Todo paso de forma lenta a los ojos del joven Jorgenson… su padre era atravesado, una a una y de extremo a extremo por dos filoso trozos de metal, un ataque al pecho y otro al cráneo, el casco con cuernos de yak del gran hombre cayo de su cabeza a lo cual, desprotegida, recibió el impacto directo de una tercer arma, Spitelout Jorgenson había muerto al instante… el Nadder también perdió todo rastro de vida cuando otra lanza había logrado dar directamente al corazón perforando muy fácilmente sus duras escamas y, segundos después, ambos cuerpos cayeron en picada al frio pasto verde en tierra.

Los enemigos no perdieron tiempo, por si acaso, les comenzaron a propinar el golpe de gracia… El joven de pieles escamadas color azul estaba a punto de lanzarse para recuperar a su padre, pero tanto Hiccup como Astrid, sobre sus dragones, lo impidieron; no supieron como, pero Toothless pudo tomar a Snotlout entre sus patas arrancándolo de su silla de montar y evitando así que se lanzara junto a Hookfang, por su parte el Monstrous Nightmare comprendió la pérdida de su amo, sin embargo no podía llevarlo a él a una muerte segura, comprendió las intenciones de sus compañeros y juntos volaron en dirección a las playas de la isla, al oeste.

-¡Hiccup! -Gritaba y pataleaba el Jorgenson en el aire- ¡Bájame, debo asesinarlos! ¡Debo salvar a mi padre!

Por supuesto que el chico con pie metálico no iba a hacer eso, sabía perfectamente que su tío y consejero ya estaba en el gran salón del Valhalla. Astrid, estaba a punto de quebrarse, toda la tarde se pasó viendo cómo sus compañeros, amigos y hasta miembros de su familia caían en los brazos de Hela y ahora tenía que ver a su amigo llorar como nunca antes; lloraba de rabia, de impotencia y de tristeza. Simplemente era demasiado aún para la más fiera Vikinga.

-Snotlout… -hablo tranquilamente Haddock pero lo suficientemente fuerte para ser escuchado- te prometo que esto no se quedará así… vengaremos a todos, tu padre será honrado…

Aquellos orbes azules lo vieron, pero no reconocieron a la persona montada sobre Toothless. Hiccup, su esposo, la persona más amable que jamás había conocido y de la cual se enamoró, estaba hablando con odio, su semblante era serio, pero sus ojos mostraban furia y sed de sangre, aunque estos no la miraran; fue ahí cuando las lagrimas brotaron, ese ataque lo cambiaria todo… el dragón chimuelo noto lo mismo, conocía perfectamente a su amigo y sabía que la palabra "molesto" no alcanzaba a describir la montaña rusa de sentimientos negativos en el interior del jefe. Su primo no lo había visto así, su mente seguía metros atrás con la imagen de su padre siendo atravesado. Hookfang los seguía de cerca con la mirada de tristeza.

Así comenzó la guerra aquella noche, en las futuras generaciones la conocería como Rojo Berk, la sangre derramada era la evidencia. Ya no era una guerra de sus padres. Era la guerra del jefe Hiccup Haddock III.

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Es un gusto saludarlos, hace años que no escribía ningún tipo de historia, de verdad, hace como 7 años que abandone los fics, pero recién pude ver esta fantástica serie/películas y no podía dejar pasar esta oportunidad. Disculpen si no es muy bueno, estoy oxidado.

Espero les haya gustado, como tal no es un capitulo, es la introducción a la historia y no me queda mas que decir que me dejen saber su opinión, los leeré y responderé en la próxima actualización...

Saludos :D