NOTA: Los personajes pertenecen a Kouhta Hirano, solo los utilice para la creación de este oneshot.


-Postrado en su trono con copa en mano, el Rey de la no-vida descansaba, o al menos intentaba, pues esa noche, la que acobijaba sus momentos de descanso, en donde olvidaba todo ahora estaba en contra suya, no dejaba de pensar en sus recuerdos, las cicatrices que creía cerradas abrieron de nuevo, causando un dolor mas allá, hiriendo el alma del vampiro-

¡Ah! Este ardor, este dolor... ¿Cómo algo que no puedo ver puedo sentirlo?... -Pensando en sus adentros- Quizás aun no soy capaz de olvidar aquello, dejarlo atrás... Aun siento tan reciente esos dolores, y ahora... duele, duele, me quema, me consume... No recuerdo cuando fue la última vez que sentí tal ardor.

Mi pecho... arde, consumido por las llamas de los recuerdos que poco a poco aumentan -Pronto una lágrima recorre su mejilla- Esta no-vida que ahora llevo... esta nueva etapa, donde renuncié a aquella tormenta, arrancándolo de mi pecho para no sentir, no sufrir...

Simplemente... duele, ¿acaso soy incapaz de olvidar? ¿de dejar esto atrás? ¿seguiré atormentándome con mis propios recuerdos? ¿mis propios pecados?... ¿Acaso estoy condenado a sufrir por mis pecados? ¿No poder seguir adelante sin recordar este dolor que me quema? Puedo sentirlo... puedo sentirlo en mi pecho, puedo sentir como mi corazón arde, como las cicatrices en mi piel siguen ahí, reencarnando el dolor que viví, que estuve solo, que ni Dios estuvo para apiadarse de mí... Nadie se apiado de este ser que ahora sufre, jamás pedí esta vida, estoy condenado a solo ser torturado por mis deseos, mi ambición... -Rompe la copa, su mano comienza a sangrar manchando el guante blanco-

Estoy condenado a mantenerme caminando por infierno, por este mundo... donde mis propios demonios me siguen a donde voy, donde no puedo confiar ni en mi propia sombra, quizás ni siquiera pueda confiar en mí, mis actos e impulsos me han traído a este dolor, como... como envidio a los humanos, que pueden probar el delicioso sabor de la muerte, sentir sus frías y acogedores telas que invaden el alma y consume hasta desaparecer...

-Mira la mano donde tenía la copa, deja caer los trozos de cristal sobre el suelo, pronto siente algo frío recorrer su mejilla, al rozar levemente con su mano nota que había llorado, frunce el ceño molesto- Que ridículo...